A través de Amaranta llegué al blog de Cormorán; ya lo había visitado hace tiempo, pero me había olvidado. Al principio lo confundí con otro también de hace unos meses; luego caí en que no, que eran dos; finalmente me acordé de ese otro, el de Topmonsters. Voy a su dirección y resulta que el acceso ahora es privado: una pena. Quizás la confusión se deba a que ambos son hombres (leo muchísimas más mujeres que hombres) más o menos de mi edad y que contaban (¿lo siguen haciendo?) historias de desamor, de separaciones. Qué más da.
El caso es que en el penúltimo post del blog de Cormorán encuentro la letra de esa canción de Amancio Prada tan famosa en su día. Y la leo y me entran muchas ganas de escucharla; y la encuentro en youtube y la escucho (¡cuánto tiempo hacía!) y me sigue gustando mucho. Pero estoy seguro de que ahora su letra me dice bastante más de lo que me podía decir hace veinte años.
Porque ahora la veo como lo que es: una bellísima declaración de amor; la más verdadera forma de amar, la más limpia, la más carente de lo que en un post anterior llamé "aditamentos parásitos del amor". Amar a alguien sin querer poseerle, desear que sea libre, grande, buena, alta, blanca ... mejor, en suma, pero no mía.
Yo quiero amar así. Naturalmente, es un proceso durante el cual hay que ser capaz de desprenderse de esos aditamentos tan encostrados que confundimos con el amor. Creo (sin falsas modestias) que estoy andando ese camino y que alguito he avanzado.
También querría que me amaran así, naturalmente. Pero, para ser sincero (y también sin falsas modestias), en estos momentos quiero menos esto que lo anterior, quiero menos que me amen que ser capaz yo de amar. Y me gusta no sentir tanto esa necesidad de ser amado, como me gusta sentir ganas de amar.
Otra cosa es que haya gente bastante que se deje amar así, que acepte de verdad que quien la quiere bien (y eso es amar) también la quiera libre, grande, buena, alta, blanca ... y no suya. En teoría es todo muy bonito, pero los hechos (los condicionantes incrustados en nuestro sistema límbico) son tozudamente puñeteros.
Aún así, todo se irá andando ... que de eso trata la vida.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
El caso es que en el penúltimo post del blog de Cormorán encuentro la letra de esa canción de Amancio Prada tan famosa en su día. Y la leo y me entran muchas ganas de escucharla; y la encuentro en youtube y la escucho (¡cuánto tiempo hacía!) y me sigue gustando mucho. Pero estoy seguro de que ahora su letra me dice bastante más de lo que me podía decir hace veinte años.
Porque ahora la veo como lo que es: una bellísima declaración de amor; la más verdadera forma de amar, la más limpia, la más carente de lo que en un post anterior llamé "aditamentos parásitos del amor". Amar a alguien sin querer poseerle, desear que sea libre, grande, buena, alta, blanca ... mejor, en suma, pero no mía.
Yo quiero amar así. Naturalmente, es un proceso durante el cual hay que ser capaz de desprenderse de esos aditamentos tan encostrados que confundimos con el amor. Creo (sin falsas modestias) que estoy andando ese camino y que alguito he avanzado.
También querría que me amaran así, naturalmente. Pero, para ser sincero (y también sin falsas modestias), en estos momentos quiero menos esto que lo anterior, quiero menos que me amen que ser capaz yo de amar. Y me gusta no sentir tanto esa necesidad de ser amado, como me gusta sentir ganas de amar.
Otra cosa es que haya gente bastante que se deje amar así, que acepte de verdad que quien la quiere bien (y eso es amar) también la quiera libre, grande, buena, alta, blanca ... y no suya. En teoría es todo muy bonito, pero los hechos (los condicionantes incrustados en nuestro sistema límbico) son tozudamente puñeteros.
Aún así, todo se irá andando ... que de eso trata la vida.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
Bueno ya comenté esto mismo en el post de Cormorán, amar sin desposeer de la libertad al ser amado es la mayor prueba de amor. Pero me parece egoista que alguien decida cuál es la libertad del ser amado, cada cual en el ejercicio de su libertad elige, no me gustaría que alguien me digera que yo no puedo ser mia siquiera. Si libre quieres a alguien acepta la libertad que cada cual es capaz de tener y así tal cual ámala/o.
ResponderEliminarEsa letra de canción me parece que refleja un concepto equiparable al de la falsa modestia. Eso de querer a alguien pero al mismo tiempo con ese desapego me parece muy bonito para una canción pero muy poco verdadero. Y además no estoy segura de que me gustaría que me quisieran así. Siento no estar de acuerdo.
ResponderEliminarComparto contigo que prefiero ahora mismo ser capaz de amar que que me amen (independientemente de la forma de hacerlo).
ResponderEliminarY siempre he creído en la libertad del individuo solo o en pareja. Sólo así se puede uno cerciorar de estar haciendo lo que realmente quiere.
eso los budistas lo llaman amor sin apego.
ResponderEliminarLos occidentales lo tenemos crudo para poder sobrellevar este tipo de amor, es cultural.
Pero yo por ej, es el que necesitaria en estos momentos, que me quicieran sin tratar de dominarme..
(suspiro)
un beso
Amaranta: No había leído tus comentarios al post de Cormorán (ya lo he hecho). Estoy de acuerdo contigo en que “amar sin desposeer de la libertad al ser amado es la mayor prueba de amor” (yo diría el amor más puro, libre de otros adimentos). También, como a ti, me chirría el último verso (“ni tuya siquiera”); obviamente ser libre, de verdad, es ser uno mismo (y, por tanto, de uno mismo). Aún así, no interpreto que necesariamente el poema esté imponiendo ninguna libertad ni tampoco veo egoísmo, al contrario.
ResponderEliminarKotinussa: No entiendo tu equiparación con la falsa modestia. De otra parte, dices que te parece muy bonito (para una canción) querer a alguien así, pero muy poco verdadero. Intuyo que piensas que amar así no es amar “de verdad”; si es así, efectivamente disentimos (pero no tenemos por qué sentirlo) pues yo sí creo que amar así es amar de verdad, desear el bien del otro por encima de cualquier afán de posesión. Cosa distinta es que sea muy difícil y que (casi) siempre el amor vaya acompañado de otros aditamentos (posesión, necesidad de ser amado, etc) que los confundimos con él, de tan asociados que los tenemos. Hasta el punto de que, si no aparecen esos aditamentos, pensamos que lo que el otro siente no es amor. Pero, en fin, esto es algo que cada uno siente a su manera y, en cualquier caso, explicarlo con todos sus matices es muy difícil.
Reich: Ya te dije una vez que me sorprendió un post tuyo declarativo en esta línea, porque desde luego es poco frecuente. Yo creo de verdad que es ese el camino que debo andar, aún a sabiendas de que no está muy transitado. Siempre es alentador descubrir opiniones parecidas.
Lukre: Cada vez me atrae más el budismo y sí, los occidentales lo tenemos crudo porque nuestra cultura (quizás hasta los genes) nos ha incrustado los “aditamentos” del amor muy muy profundamente. Pese a ello, ¿no somos acaso la única especie capaz de trascender a nuestros condicionantes? Porque, aunque no lo logremos, pienso que el único esfuerzo éticamente justificable es tratar de poner en práctica lo que creemos, aunque nos demos mil y un batacazos.
Un beso a las cuatro
Ahora que lo pienso, es totalmente lógico que no entendieras lo que decía, porque respondía a una larguísima reflexión que yo me hacía y que no voy a poner aquí porque sería una pesadez.
ResponderEliminarDigo que queda bonito para una canción, pero que no me gusta porque me parece "poco humano", lo mismo que me ocurre con lo del budismo que mencionáis. Si yo, para eliminar el sufrimiento, tengo que eliminar totalmente el deseo, creo que no me compensaría. Del mismo modo que no me gustaría que me tuvieran un amor que prescindiera absolutamente del menor deseo de poseer nada de mí.
Mmmm... querer a alguien grande, alta, blanca... Amar a alguien y querer que sea todo lo que pueda llegar a ser. Vale. Pero ¿no mía? Difícil, casi imposible.
ResponderEliminarPuedes dejar a alguien libre pero siempre será como prueba de que es tuyo-a.
Igual es que no soy todavía lo bastante espiritual :)
Besos
Pues yo no sólo lo entiendo, sino que lo he practicado muchas veces. He amado a un puñado de chicos sin que ellos lo llegaran nunca a saber. Les di lo mejor de mí sin pedirles nada a cambio. Por diversos motivos. También amo y soy amada por alguien sin que nuestros sentimientos, que son de los de para toda la vida, afecten al amor que sentimos por nuestras parejas, que son las personas con las que queremos compartir la vida.
ResponderEliminarEl sufrimiento existe cuando quieres tener a esa persona y no lo consigues, pero no, cuando no aspiras a eso y, pese a no ser nada tuyo, ella te da su amistad, su aprecio o, incluso su amor.
Aunque de sobra sé que esto podría llevarnos a otras discusiones eternas: 1) Se puede amar a más de una persona a la vez? 2) El amor por alguien del sexo contrario tiene que ir siempre unido al deseo de posesión?
Mi respuesta a lo primero es SÍ. A lo segundo, NO. Pero la gente se empeña en no entenderme cuando explico por qué no soy celosa o cuando confieso que me puedo enamorar de alguien, pese a tener a mi lado a un hombre al que amo de verdad.
Un beso y que encuentres a esa persona que sepa aceptar el regalo de tu amor.
No sé qué entiende la gente cuando habla de que "pertenece" a otro o de que alguien "le pertenece". Cualquier cosa que pueda imaginar como significado de esas expresiones, me horroriza. Tengo la suerte de estar muy felizmente emparejado con una mujer a la que quiero y que me quiere. Jamás, a ninguno de los dos, se nos ha ocurrido decir, ni pensar siquiera, "Soy tuyo/a" o "Eres mío/a". Nos parecería empobrecedor, humillante, rancaño, mezquino, inútil y profundamente equivocado. Si no tengo la menor necesidad de "poseer" el paisaje, la música o la lectura que me hacen disfrutar ¿por qué iba a necesitar "poseer" al Otro, mucho mejor, más rico, más profundo, más inexplorable y más misterioso que ningún paisaje? Me gusta - la quiero - precisamente porque es como es, así, ella misma, sin ninguna necesidad de mi. Eso es lo que hace maravilloso que, sin necesitarme, me quiera. Un abrazo o es libre, espontáneo y gratuito, o deja de ser gozoso y liberador. (Un náufrago se abraza deseperadamente al tronco que le mantiene a flote. No quiero esa clase de amor, gracias, no quiero ser ni náufrago ni tronco).
ResponderEliminarTodo ello no tiene nada que ver con la fidelidad, ni con la exclusividad. ¿De qué me serviría que mi amor "me fuera fiel" - horrenda expresión - si lo hiciera porque era "mío", porque no pudiese hacer otra cosa?