El sábado pasado, H (mi hijo) se reunió con unos amigos para ver el partido de fútbol de la selección. Empezaron a beber y siguieron bebiendo. Hacia las dos de la madrugada H tenía un pedo considerable. Según cuenta él mismo, no recuerda mucho los detalles, pero sí que se sintió muy cabreado. El caso es que descargó una patada a una puerta de cristal, atravesándola con el pie. Una riada de sangre que, entre todos, intentaron detener con un vendaje, mientras esperaban la ambulancia. En Urgencias le curaron y se dieron cuenta de que la herida afectaba al paquete vasculo-nervioso y necesitaba cirugía. Sin embargo, el chico estaba tan borracho que había que esperar a que expulsara el alcohol.
Hacia las siete y media de la tarde del domingo le metieron al quirófano. Dos horas; el resultado: se ha podido reconstituir el sistema vascular, pero gran parte de los nervios están seccionados. El pronóstico es pesimista: va a quedarse cojo; ya se verá en qué grado. H pasa muy mala noche, entre dolores y miedos. Tiene 22 años recién cumplidos y lo que más le gusta es el deporte, el ejercicio físico. Ayer lunes, el jefe de traumatología, tras visitarlo y discutirlo con su equipo y los cirujanos que lo intervinieron, nos dice que conviene hacer otra operación. Se trata de extirpar los nervios dañados y sustituirlos por un injerto de otros de su propia pierna. De esta manera parece que se aumentan las probabilidades de una recuperación. Acaban de meterle en quirófano, mientras tecleo este post.
En el mejor de los casos, H tendrá movilidad prácticamente normal y suficiente sensibilidad en la planta del pie; obviamente, su vida cambiará, en especial en lo que se refiere a la práctica deportiva. Pero, para ello, que la operación salga bien y un largo proceso de rehabilitación. Y durante este tiempo que el chico, que no tiene ni de lejos la misma fortaleza de carácter que muscular, afronte y supere el palo. Y no es la primera “bestialidad” que hace; aunque ésta sí que le pasa factura inapelable.
Tengo sentimientos confusos, como se presentan siempre ante situaciones impactantes. Obviamente estoy triste por lo que va a sufrir el chaval. Al mismo tiempo, me da rabia que haya tenido que hacer esta gilipollez. Aunque parezca absurdo, tengo también una sensación de que lo que le ha ocurrido es una especie de esquinazo que le ha dado a algo mucho peor; con frecuencia he tenido el pálpito de que un día me iban a decir que había tenido un accidente de coche y se había quedado tetrapléjico o algo así. Incluso pienso que lo que le ha pasado es un golpe irónico y terrible para que aprenda de una puñetera vez (para explicar lo que quiero decir tendría que contar muchas cosas sobre H y no es el momento). Pero, sobre todo, estoy muy preocupado porque no sé cómo ayudarle para que sea capaz de procesar y superar este palo, y tengo algo de miedo de que, en vez de servirle para madurar y superarse, le genere rabia, mayor cerrazón emocional y afán autodestructivo.
Actualización (6 junio): La operación de ayer (efectivamente era microcirugia, Amaranta) fue larga (4 horas). Según el cirujano, bastante parco, salió bien. Los nervios injertados ahora tienen que ir creciendo muy lentamente hasta restablecer las conexiones. Un proceso largo, no menos de 8 a 10 meses para notar resultados. La rehabilitación todavía más larga. El grado de recuperación es una incógnita, pero no será total. Y con los antecedentes de mi hijo pienso (pensamos) que no es del todo malo que le quede alguna secuela. Entre tanto, ya veremos cómo afronta y afrontamos este próximo periodo.
Gracias a todos por los ánimos. Ayer, volviendo del hospital en el coche, me sonó esta canción de U2 que sintonizó con el potaje de sentimientos que me ha provocado este incidente. Disfrutadla.
Hacia las siete y media de la tarde del domingo le metieron al quirófano. Dos horas; el resultado: se ha podido reconstituir el sistema vascular, pero gran parte de los nervios están seccionados. El pronóstico es pesimista: va a quedarse cojo; ya se verá en qué grado. H pasa muy mala noche, entre dolores y miedos. Tiene 22 años recién cumplidos y lo que más le gusta es el deporte, el ejercicio físico. Ayer lunes, el jefe de traumatología, tras visitarlo y discutirlo con su equipo y los cirujanos que lo intervinieron, nos dice que conviene hacer otra operación. Se trata de extirpar los nervios dañados y sustituirlos por un injerto de otros de su propia pierna. De esta manera parece que se aumentan las probabilidades de una recuperación. Acaban de meterle en quirófano, mientras tecleo este post.
En el mejor de los casos, H tendrá movilidad prácticamente normal y suficiente sensibilidad en la planta del pie; obviamente, su vida cambiará, en especial en lo que se refiere a la práctica deportiva. Pero, para ello, que la operación salga bien y un largo proceso de rehabilitación. Y durante este tiempo que el chico, que no tiene ni de lejos la misma fortaleza de carácter que muscular, afronte y supere el palo. Y no es la primera “bestialidad” que hace; aunque ésta sí que le pasa factura inapelable.
Tengo sentimientos confusos, como se presentan siempre ante situaciones impactantes. Obviamente estoy triste por lo que va a sufrir el chaval. Al mismo tiempo, me da rabia que haya tenido que hacer esta gilipollez. Aunque parezca absurdo, tengo también una sensación de que lo que le ha ocurrido es una especie de esquinazo que le ha dado a algo mucho peor; con frecuencia he tenido el pálpito de que un día me iban a decir que había tenido un accidente de coche y se había quedado tetrapléjico o algo así. Incluso pienso que lo que le ha pasado es un golpe irónico y terrible para que aprenda de una puñetera vez (para explicar lo que quiero decir tendría que contar muchas cosas sobre H y no es el momento). Pero, sobre todo, estoy muy preocupado porque no sé cómo ayudarle para que sea capaz de procesar y superar este palo, y tengo algo de miedo de que, en vez de servirle para madurar y superarse, le genere rabia, mayor cerrazón emocional y afán autodestructivo.
Actualización (6 junio): La operación de ayer (efectivamente era microcirugia, Amaranta) fue larga (4 horas). Según el cirujano, bastante parco, salió bien. Los nervios injertados ahora tienen que ir creciendo muy lentamente hasta restablecer las conexiones. Un proceso largo, no menos de 8 a 10 meses para notar resultados. La rehabilitación todavía más larga. El grado de recuperación es una incógnita, pero no será total. Y con los antecedentes de mi hijo pienso (pensamos) que no es del todo malo que le quede alguna secuela. Entre tanto, ya veremos cómo afronta y afrontamos este próximo periodo.
Gracias a todos por los ánimos. Ayer, volviendo del hospital en el coche, me sonó esta canción de U2 que sintonizó con el potaje de sentimientos que me ha provocado este incidente. Disfrutadla.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
Mucho ánimo, espero que todo salga bien. Creo que con mucho amor, mucho apoyo y algún grito cuando sea necesario saldrá adelante.
ResponderEliminarEspero que todo esto sea para mejor.
Va ser que tienes razón, la vida a veces nos enseña de la peor de las maneras, esperemos que por lo menos sirva como aprendizaje.
ResponderEliminarTu ya conoces la herramienta, el reiki puede serviros a los dos, sobre todo para la aceptación de la nueva situación y lo que va a conllevar a partir de ahora.
Si me lo permites os lo enviaré a distancia cada noche que inicie sesión.
Os envío una gran caja de fuerza (para usar en caso de necesidad) y besitos que curan.
Imagino que todo habrá salido bien.
ResponderEliminarMucho ánimo y paciencia, a veces los padres tardan tiempo en comprobar si lo han sabido hacer bien o no... En tu caso no dudo que acabarás comprobando que lo has hecho estupendamente.
Un beso.
Conozco varios casos de personas jóvenes a las que les han pasado cosas parecidas, y normalmente con peores consecuencias. En todos ellos esas personas han evolucionado favorablemente (y me refiero al carácter, a la forma de encarar la vida y sus avatares). Confiemos, por tanto, en que este será también su caso.
ResponderEliminarUfff... espero de corazón que todo salga bien. Y con respecto a que madure o no, es algo que verás con el tiempo, porque a partir de ahora va a necesitarte mucho sea cual sea el camino a recorrer.
ResponderEliminarBesos de una maia.
Supongo que hablarás de microcirujía, según tengo entendido es algo que está dando muy buenos resultados. De todas formas consulta por ahí porque según leí en un artículo en la medicina de los deportistas estaban introduciendo hace poco las operaciones con células madre y también estaba dando muy buenos resultados.
ResponderEliminarmucho animo Miros ...
ResponderEliminartu chico tendra que madurar de todas formas, yo creo que esta experiencia lo ayudara muchisimo en ese sentido,
acompanalo con amor y seguramente todo ira mejorando, ya veras ...
y por cierto, no sabia que eras un papito ...
besos...
Espero que todo salga bien. Quizás un golpe como este le sirva para madurar y para darse cuenta de muchas cosas... al menos eso deseo.
ResponderEliminarBesos
Uff, menudo post. Duro de leer para una madraza como yo. Hasta el corazón se me ha acelerado de imaginarme en tu situación. Mi madre siempre dice que los hijos son una sucesión de sustos.
ResponderEliminarLo siento. Siento que haya ocurrido. Como tú, espero, no obstante, que algo bueno salga de aquí. Seguro que sí.
En cuanto a lo de cómo actuar, mantente atento a las reacciones de tu hijo y sigue tu instinto. Seguro que no te equivocas.
Un abrazo y ánimo!
joder, habia escrito un monto.. a empezar de nuevo..
ResponderEliminarte decia, que no habia leido este post, y que lamento lo de tu niño.
No creo que espabile, aunque con lo que va a pasar con la rehabilitacion todo es posible.
ha sido mala suerte. Si recupera algo de movilidad y sensibilidad con el deporte podra seguir, con un buen calzado.
lo que si tendra que tener es mucha pero que mucha paciencia incluido tu.
veras como todo saldra bien, ya paso lo peor.
un abrazo
Siento mucho el accidente que ha sufrido tu hijo.
ResponderEliminarOs esperan momentos que pondrán a prueba vuestros lazos emocionales, pero es de esperar que todo se resolverá bien.
Tu hijo, le costará más o menos, pero saldrá fortalecido de esta experiencia.
No deseches la ayuda de profesionales que os puedan orientar durante estos meses dificiles. Vale la pena.
Animos! No se me ocurre ningún otro consejo mejor que éste. Y sé que de todo se aprende.
ResponderEliminarHe leído este post tuyo y me he puesto en tu pellejo. De verdad que lo lamento.
ResponderEliminarSolo quiero enviarte todo el ánimo del mundo y desearte fortaleza para superar estos días, que al final, todova a salir bien.
Saludos