Como supongo que todos sabemos, hay un acuerdo generalizado sobre la veracidad de las siguientes afirmaciones:
- La temperatura media global del planeta está aumentando progresivamente.
- Este calentamiento global se debe principalmente a la acción del ser humano.
- La acción humana más significativa a estos efectos es la emisión de gases invernadero, especialmente el CO2 (dioxido de carbono).
- Los resultados a corto plazo de este aumento de las temperaturas serán catastróficos.
- Para evitarlos, es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases invernadero.
Más que acuerdo generalizado, podríamos decir que hay un consenso oficial (o políticamente correcto, si se prefiere) sobre la veracidad de las premisas anteriores. Es más que sabido que el vocero principal de estas tesis, de la teoría del calentamiento global, es el ex-vicepresidente estadounidense Al Gore, con el respaldo del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC). Este año 2007, Gore y el IPCC han recibido el Premio Nobel de la Paz (amén de otras distinciones entre las que se cuenta el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional), con lo que la teoría ha pasado a consolidarse casi como un dogma incuestionable. Como inteligentemente subraya el propio Gore, no es sólo un tema político (o científico) sino sobre todo ético (¿acaso los temas políticos no son éticos?); con esta afirmación intenta pasar el asunto al plano de las conciencias individuales, de los intereses y sentimientos de los ciudadanos comunes. Y ciertamente lo consigue en un porcentaje asombroso, porque la gran mayoría de las personas corrientes creen que, en efecto, las frases anteriores son absolutamente verdad y que de nosotros (los seres humanos) depende salvar la especie. Los ciudadanos comunes (ordinary people) luchando contra los malvados gobiernos y capitalistas para salvar el planeta, para salvarnos a nosotros mismos. El componente emocional es evidente.
Ahora bien, hay quienes no están de acuerdo con que las afirmaciones anteriores sean verdad. Esos desacuerdos son de distinto grado, desde parciales hasta radicales y sus defensores no son precisamente ignorantes en capacidad científica o sospechosos de intereses mercenarios. Sin embargo, esas voces no son difundidas con la misma eficacia y, en vez de apoyos oficiales, encuentran desprecio y silenciamiento. Una teoría que dista mucho de estar corroborada con las garantías que exige el método científico y, sin embargo, en base a y argumentos de autoridad y criterios de conveniencia populista, se oficializa materializándose en múltiples consecuencias prácticas. Por poner un ejemplo, en Canarias se ha creado una Agencia de Desarrollo Sostenible y de Lucha contra el Cambio Climático, cuyas competencias se basan en la veracidad de que es la actividad humana la causante del calentamiento global.
Yo mismo, durante el último año, había ido viviendo un proceso de sutil filtración de las conclusiones de la teoría, siempre confusas y poco argumentadas, lo cual no es óbice (antes bien al contrario) para que se vayan asentando como verdades, casi sin que uno se moleste en discutírselas. Así las cosas, como a otros muchos, me llegó el impacto multimedia de la Verdad Incómoda de Al Gore que, sin duda, impresiona. La eficacia semiótica del filme estriba justamente en que se dirige no a la razón sino a la emoción y, para ello, recurre a las eficacísimas técnicas del marketing. Si, a diferencia de Saulo, no caí totalmente del caballo y me entregué en cuerpo y alma a la nueva religión, fue porque algún pepito grillo interior se me resistía y porque tengo un amigo que, cada cierto tiempo, me aportaba algunos datos que obligaban a poner en duda la teoría, que hacían pensar que la explicación de Al Gore no cuadraba del todo.
Hace menos de dos meses, gracias a un post de Nanny Ogg, me enteré de la existencia del documental La Gran Farsa del Calentamiento Global. Tardé un mesecito en ponerme a verlo completo y despacio (atendiéndolo y entendiéndolo, para lo cual recomiendo ir parándolo y tomando notas); seguramente, su duración me asustó un poco. Una vez visto (o visionado, como dicen algunos), te quedas con la sensación de que el cuestionamiento de la teoría del calentamiento global es más sólido que la propia teoría y que, en la explicación de ésta, Al Gore ha hecho más de un truquillo de ilusionismo (por ejemplo la escena fantástica de la correlación entre temperaturas y CO2) que no parece muy compatible con la honestidad intelectual.
No voy a decir que ahora esté convencido de la absoluta falsedad de la afirmaciones que ponía al principio de este post. No tengo ni datos ni formación suficiente para tener una opinión suficientemente fundada. Sin embargo, el temita ya me ha picado y estoy decidido a ser capaz de formarme esa opinión. Para ello, no se me ocurre otro camino que el largo y tedioso (no, tedioso no) de ir cuestionando las distintas premisas mediante confrontaciones, lo que me obliga además a aprender algo sobre química, clima, etc ... Como en los viejos tiempos de la universidad me iré haciendo mis resúmenes y, a lo peor, los cuelgo en el blog (¿crearé una sección que se llame cambio climático?) para que quienes sepan más que yo me corrijan o confirmen.
Eso es lo que voy a hacer, porque creo que, siempre que dispongamos de algo de tiempo, es lo que debemos hacer antes de opinar. Estoy visceralmente en contra de las convicciones emocionales y de todas las prácticas asociadas que tan bien han dominado (y siguen dominando) las religiones. Sin embargo, hoy mismo, un compañero de trabajo que de estos temas sabe más que yo, me ha sorprendido con una frase que me parece aterradora: “da igual que sea verdad o no, esto ya no se va a parar”. Se refería, obviamente, a la teoría de Gore y a su posición personal de subirse al carro para evitar ser un outsider sin encaje en el mundo real. Esto, señores, se llama realpolitik que, aunque sea un término alemán (acuñado por Bismarck en el XIX) viene heredado de la astucia italiana del Renacimiento; no en vano, allí se asentó la Iglesia Católica y allí dictó su teoría magistral Maquiavelo: non è vero, ma ben trovato.
Digo que me parece tremenda esta posición y, sin embargo, me doy cuenta de que es la predominante en casi todos nosotros. Poner en cuestión los discursos oficiales es trabajoso, obliga a buscar, a ser crítico, a preguntar ... Pero es que pensar con pensamiento propio es trabajoso, no es fácil ser dueño de nuestros propios pensamientos. Al fin y al cabo, nuestros pensamientos somos nosotros, por lo que da miedo imaginar lo poco que vamos siendo a medida que dejamos de ser capaces de tener pensamientos propios. Y lo más aterrador es que, cuando sólo seamos capaces de producir pensamientos prestados, nos creeremos que son nuestros.
Y acabo preguntando: ¿Cuántos de los que conocen la existencia del documental citado lo han visto completa y atentamente? Los que, conociéndolo, no lo habéis visto, ¿por qué? Los que lo hayáis visto: ¿qué pensáis? ¿no creéis que debería ser respondido puntualmente?
Ahora bien, hay quienes no están de acuerdo con que las afirmaciones anteriores sean verdad. Esos desacuerdos son de distinto grado, desde parciales hasta radicales y sus defensores no son precisamente ignorantes en capacidad científica o sospechosos de intereses mercenarios. Sin embargo, esas voces no son difundidas con la misma eficacia y, en vez de apoyos oficiales, encuentran desprecio y silenciamiento. Una teoría que dista mucho de estar corroborada con las garantías que exige el método científico y, sin embargo, en base a y argumentos de autoridad y criterios de conveniencia populista, se oficializa materializándose en múltiples consecuencias prácticas. Por poner un ejemplo, en Canarias se ha creado una Agencia de Desarrollo Sostenible y de Lucha contra el Cambio Climático, cuyas competencias se basan en la veracidad de que es la actividad humana la causante del calentamiento global.
Yo mismo, durante el último año, había ido viviendo un proceso de sutil filtración de las conclusiones de la teoría, siempre confusas y poco argumentadas, lo cual no es óbice (antes bien al contrario) para que se vayan asentando como verdades, casi sin que uno se moleste en discutírselas. Así las cosas, como a otros muchos, me llegó el impacto multimedia de la Verdad Incómoda de Al Gore que, sin duda, impresiona. La eficacia semiótica del filme estriba justamente en que se dirige no a la razón sino a la emoción y, para ello, recurre a las eficacísimas técnicas del marketing. Si, a diferencia de Saulo, no caí totalmente del caballo y me entregué en cuerpo y alma a la nueva religión, fue porque algún pepito grillo interior se me resistía y porque tengo un amigo que, cada cierto tiempo, me aportaba algunos datos que obligaban a poner en duda la teoría, que hacían pensar que la explicación de Al Gore no cuadraba del todo.
Hace menos de dos meses, gracias a un post de Nanny Ogg, me enteré de la existencia del documental La Gran Farsa del Calentamiento Global. Tardé un mesecito en ponerme a verlo completo y despacio (atendiéndolo y entendiéndolo, para lo cual recomiendo ir parándolo y tomando notas); seguramente, su duración me asustó un poco. Una vez visto (o visionado, como dicen algunos), te quedas con la sensación de que el cuestionamiento de la teoría del calentamiento global es más sólido que la propia teoría y que, en la explicación de ésta, Al Gore ha hecho más de un truquillo de ilusionismo (por ejemplo la escena fantástica de la correlación entre temperaturas y CO2) que no parece muy compatible con la honestidad intelectual.
No voy a decir que ahora esté convencido de la absoluta falsedad de la afirmaciones que ponía al principio de este post. No tengo ni datos ni formación suficiente para tener una opinión suficientemente fundada. Sin embargo, el temita ya me ha picado y estoy decidido a ser capaz de formarme esa opinión. Para ello, no se me ocurre otro camino que el largo y tedioso (no, tedioso no) de ir cuestionando las distintas premisas mediante confrontaciones, lo que me obliga además a aprender algo sobre química, clima, etc ... Como en los viejos tiempos de la universidad me iré haciendo mis resúmenes y, a lo peor, los cuelgo en el blog (¿crearé una sección que se llame cambio climático?) para que quienes sepan más que yo me corrijan o confirmen.
Eso es lo que voy a hacer, porque creo que, siempre que dispongamos de algo de tiempo, es lo que debemos hacer antes de opinar. Estoy visceralmente en contra de las convicciones emocionales y de todas las prácticas asociadas que tan bien han dominado (y siguen dominando) las religiones. Sin embargo, hoy mismo, un compañero de trabajo que de estos temas sabe más que yo, me ha sorprendido con una frase que me parece aterradora: “da igual que sea verdad o no, esto ya no se va a parar”. Se refería, obviamente, a la teoría de Gore y a su posición personal de subirse al carro para evitar ser un outsider sin encaje en el mundo real. Esto, señores, se llama realpolitik que, aunque sea un término alemán (acuñado por Bismarck en el XIX) viene heredado de la astucia italiana del Renacimiento; no en vano, allí se asentó la Iglesia Católica y allí dictó su teoría magistral Maquiavelo: non è vero, ma ben trovato.
Digo que me parece tremenda esta posición y, sin embargo, me doy cuenta de que es la predominante en casi todos nosotros. Poner en cuestión los discursos oficiales es trabajoso, obliga a buscar, a ser crítico, a preguntar ... Pero es que pensar con pensamiento propio es trabajoso, no es fácil ser dueño de nuestros propios pensamientos. Al fin y al cabo, nuestros pensamientos somos nosotros, por lo que da miedo imaginar lo poco que vamos siendo a medida que dejamos de ser capaces de tener pensamientos propios. Y lo más aterrador es que, cuando sólo seamos capaces de producir pensamientos prestados, nos creeremos que son nuestros.
Y acabo preguntando: ¿Cuántos de los que conocen la existencia del documental citado lo han visto completa y atentamente? Los que, conociéndolo, no lo habéis visto, ¿por qué? Los que lo hayáis visto: ¿qué pensáis? ¿no creéis que debería ser respondido puntualmente?
PS: Este video es un buen ejemplo de cómo debemos educar a nuestros niños en un pensamiento crítico e independiente. En fin, para los que no lo hayan visto, este video y siguientes en youtube:
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
Yo también tengo entendido que existen dudas acerca de la "versión oficial" del tema. Me da la sensación de que debe haber mucho que no se conoce todavía y entonces los datos que existen dan origen a varias interpretaciones. Espero los resultados de tu búsqueda. No todos somos tan dedicados :-) Un beso.
ResponderEliminarSinceramente, el cambio climático me empezó a preocupar cuando el invierno pasado vi unos Pirineos sin apenas nieve. Constaté con mis propios ojos que va en serio.
ResponderEliminarSi las causas son por el CO2 o por otro motivo, será cuestión de profundizar en ello.
Tengo claro una cosa que no voy hacer caso de las recomendaciones que nos dan para contaminar menos. Mi postura es muy, muy egoista pero si tengo calor voy a encender el aire acondiconado y si tengo frio, la calefacción. Eso sí, a temperaturas razonables, que luego la factura la pago yo.
Sinceramente entiendo tu preocupación, porque como sigan diciendo que debemos reducir las emisiones de CO2, al final vamos a tener dos alternativas: o dejamos de respirar o pagamos por hacerlo... y creo que ambas cosas son un poco peligrosas.
ResponderEliminarBueno siempre tuve un poco claro que la ciencia era la nueva religión. Utilizar "verdades científicas" sean verdad o no para concienciar, para modificar conductas era de esperar. Más que nada porque hay una parte de la humanidad que no puede vivir sin la manipulación de los demás y por supuesto y lo más grave del asunto, existe una parte de la humanidad que disfruta siendo manipulada. De todas formas el fin del mundo no ha de llegar ni antes ni después, llegará a la hora justa.
ResponderEliminarLo malo del caso es que si los que desconfían de la veracidad de las teorías que publicita Al Gore se equivocan, y realmente la culpa del calentamiento global es nuestra, quizá no haya tiempo de decirles: hijos de puta, mira que os lo advirtieron.
ResponderEliminarParece que haya sido Al Gore antesdeayer el que se ha dado cuenta de que la humanidad esta machacando el planeta. Anda que las cuestiones ecológicas no están sobre el tapete desde hace mas de 30 años. Será el CO2, o la lluvia ácida, o lo que sea, pero el gran jefe Seattle lo dijo sabiamente hace mas de 100 años: "Hombre blanco joderlo todo"
ResponderEliminarEn serio, basta con ser tantos, haber crecido tanto en tan poco tiempo, para que la tierra no pueda soportarnos. Hace ya tiempo leí un artículo titulado "La Humanidad, cáncer de la biosfera". Si un cáncer es el crecimiento desmesurado de un órgano o un tejido a costa de los demás hasta producir la muerte del organismo vivo que los sostiene a todos, eso es exactamente lo que está haciendo la humanidad con la biosfera. Buscad datos del ritmo al que ha crecido y está creciendo la humanidad, y se comprenderá que es insostenible. Y menos si se pretende un mismo nivel de "bienestar" para todos.
Esperaré con interés el fruto de tus investigaciones, aunque me parece que esto tiene muy mal arreglo. "Carpe Diem"
Alicia R.: No creas que yo soy tan “dedicado”; lo que pasa es que este tema me ha llamado la atención y me ha picado un poco la curiosidad. Al mismo tiempo me ha hecho reflexionar sobre lo poco críticos que nos estamos volviendo y, por tanto, lo fácil que somos presa de la manipulación. Y, sin embargo, nunca como ahora hemos tenido los individuos tantas posibilidades para ejercer la libertad de pensamiento.
ResponderEliminarJúlia: Que la Tierra se está calentando es un hecho; otra cosa es la intensidad de este cambio, sus consecuencias (en términos catastrofistas, etc) y, sobre todo, que el principal responsable sea el ser humano. Como dices, será cuestión de profundizar en ello.
Bella cobarde: No dices ninguna tontería; según leo en internet (http://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/emisiones-co2-humanidad.html) las emisiones de CO2 a la atmósfera cuando erspiramos representan un 10% de las totales debidas a la actividad humana. Contribuiría pues dejar de respirar. Si además atribuimos la parte alícuota que cada individuo es responsable de las restantes emisiones de CO2 (por ejemplo, atendiendo a su nacionalidad, nivel de renta, etc), podríamos prohibir respirar a los que más contribuyeran a dichas emisiones y así reduciríamos sensiblemente el problema. Claro que, me temo, que esos que más participan de las emisiones son los que más poder tienen y menos se van a dejar prohibir respirar.
Amy: Me parece muy fuerte pensar que hay quienes disfrutan siendo manipulados. Más bien pienso que tenemos miedo (y pereza) a desarrollar nuestra capacidad de pensamiento, a ser libres. Y en cuanto a que el fin del mundo llegará a la hora justa, totalmente de acuerdo: ni un segundo antes, ni un segundo después.
Jordi: La cuestión es que haya información veraz y contrastada. En todo caso, has de ser consciente de que muchas de las medidas para limitar la emisión de CO2 no son “neutras” para muchos habitantes de la tierra, los menos favorecidos. En todo caso, yo no digo (de momento) que haya que oponerse a las medidas que defiende Al Gore; pero me gustaría que se quitara un poco la emocionalidad al asunto y se hablara con un cierto rigor.
Cigarra: No, no ha sido Al Gore el que se ha dado cuenta de que la humanidad está machacando el planeta, pero sí es verdad que es una figura muy importante en lograr que el tema pase al ámbito de las agendas políticas. De otra parte, si te soy sincero, no tengo muy claro que la humanidad esté machacando el planeta; es más, estoy seguro de que el planeta sobrevivirá tranquilamente a la humanidad. Somos, me temo, demasiado vanidosos. En cambio, lo que sí creo es que la humanidad se está machacando a sí misma (y también a gran parte de la biosfera). De otra parte, en lo que sí coincido contigo es en que el principal problema es el crecimiento demográfico exponencial de nuestra especie; eso sí es insostenible, sobre todo en el marco socioeconómico vigente. Y también coincido en que mal arreglo hay, pero no olvides que no somos más que una especie entre muchísimas otras.
A todos: Nadie ha contestado a mis preguntas finales. ¿Os interesa informaros o estáis demasiado ocupados? Besos.
No he visto ninguno de los dos documentales y no tengo la formación suficiente como para rebatir una sola premisa, pero tengo claro una cosa: disminuir las emisiones de CO2 no tiene ningún perjuicio y existe la posibilidad de que tenga importantes beneficios para la humanidad. Suficiente.
ResponderEliminarQue en el paquete de tabaco te pongan "Fumar Mata" o "Fumar produce cáncer" no es cierto, pero tampoco es mentira... y a mí me parece bien que lo pongan, aunque sólo sea "por si acaso" eso te ayuda a dejar de fumar.
Un beso.
Y la pereza Miros qué es sino un pecado¿¿?? De ahí el disfrute vamos digo yo, porque pecar sin disfrutar ya eso es de tontos. Pero bueno ya sabes mi tendencia a la radicalidad y dejarse llevar es a veces una postura cómoda para muchos.
ResponderEliminar¿Cuántos de los que conocen la existencia del documental citado lo han visto completa y atentamente?
ResponderEliminarYo antes de ponerlo en mi blog lo vi entero y con gran atención.
Los que lo hayáis visto: ¿qué pensáis?
Antes de verlo yo ya tenía algunas dudas sobre todo este montaje en plan Apocalipsis que se han montado con la teoría del calentamiento (Nadie parece pararse a pensar que es una "teoría"...), luego de verlo se me plantearon aún más dudas y, como tú, decidí seguir informándome como pudiera (yo tampoco tengo ninguna formación científica). Así he descubierto algún blog (que ya te comenté) y he leído alguna cosa más al respecto.
Vale que queramos tomar medidas contra la contaminación pero vendernos estas historias del fin del mundo me parece completamente exagerado...
Besos
Contesto a tu pregunta final: me interesa informarme Y estoy muy ocupado. En cualquier caso, encuentro admirable el enfoque de tu post. Desconfío cada vez más de las verdades tan evidentes para todo el mundo que nadie se toma la molestia de argumentarlas más que con efectos emocionales y militantes, de modo que tratar de contrastarlos con el simple y frío razonamiento parece ya hacerte cómplice de los malvados y culpable alícuoto del desastre. Me tocan las narices las coacciones emocionales. Como bien dices, recuerda demasiado a la histérica caza de brujas de la Inquisición.
ResponderEliminarSin duda somos demasiados, pero siempre me ha sorprendido que de este desastre se presente como víctima al planeta, la naturaleza, el clima o entes semejantes. Me daría con un canto en los dientes si fueran ellos los únicos o últimos que sufrieran las consecuencias. Las víctimas son los millones de desheredados y hambrientos, y ellos la causa de que hablemos del proceso como de una catástrofe. El objetivo para mí, lo siento, no es la salud del medio ambiente, ni la del otro medio, sino la supervivencia en condiciones dignas del ochenta por ciento de la humanidad que ahora submuere en condiciones indignas. Cualquier solución para ellos me parecerá estupenda así arrase el Amazonas y extinga el noventa por ciento de la biodiversidad, ninguna solución bioclimática me parecerá bien si no va dirigida en primerísimo lugar a lograr el desarrollo HUMANO. El hombre, para mí, no es un parásito ni un okupa de la biosfera, sino su dueño, y lo que hace con ella es habitarla, con pleno derecho. No estamos aquí con menos ni con peor motivo que las amebas, los linces o las sequoias sino, a mi juicio, con más y mejor. Deberemos ser habitantes limpios y respetuosos, desde luego, pero no acomplejados ni suicidas.
Te contesto a las preguntas:
ResponderEliminar1. Conozco la existencia del famoso documental "Una verdad incómoda".
2. No lo he visto.
3. Porque si va de ecologista (ahora) por la vida... ¿por qué c*** ha tenido cuatro hijos? (si fuera consecuente con lo que predica, y con mi teoría, se tenía que haber cortado el pito y proclamar que la continuidad de la especie humana afecta al deshielo de los polos. Por tanto me da que pensar que ya que no ha podido llegar a la presidencia de los EE.UU., y que la saga Bush ha sido la encargada de cerrarle el paso a la Casa Blanca, pues ha decidido aquello de " si no puedes con tu enemigo, únete a él", y por ello practica aquello de "alguien está haciendo cosas malas y yo voy a ser el que lo arregle"... Y mientras tanto, hacen pruebas de destrucción de misiles y aplauden).
Se me ha olvidado comentarte que no he querido plantearte lo que nos costaría poner tapones en el culo a las vacas, los cerdos, las ovejas y demás animales que ingerimos a nivel mundial y también nos encargamos de criar para podernos comer. Ni te cuento lo que supondría además taparles boca y fosas nasales a los mismos.
ResponderEliminarY no te lo planteo porque en la calculadora, seguro, seguro, que te sale la incómoda letra E, indicando que no caben todos los dígitos que necesitas en el display (y si sumamos los vapores de las heces de los bichos antes mencionados, ya ni te cuento).
Si, Miroslav, contesto a tu pregunta, me interesa el tema y seguiré con atención tus conclusiones, e intentaré ver el documental. Y mas cosas sobre el tema.
ResponderEliminarJúbilo matinal, has puesto el dedo en la llaga: lo grave no es que la biosfera se altere (siempre sobrevivirán las cucarachas) sino que la gente, mucha gente, ya, ahora mismo, esta viviendo de un modo infrahumano y está muriendo de un modo inadmisible. Pero no va a ser precisamente arrasando la Amazonia como mejore la cuestión, probablemente cualquier deterioro así de grave sólo empeorará la cuestión para los que peor están. Siempre, en un naufragio, los que se ahogan seguro son los que llevan el pasaje mas barato. No hay mas que ver "titanic"
Di que si, Bella Cobarde, que cuando se hablaba del agujero de ozono (¿ya no hay?) decían que una de las causas principales eran las emisiones de metano de las ventosidades de las ganaderías del hemisferio sur: las vacas en Argentina y las ovejas en Australia. ¡Prohibido tirarse pedos, ademas de respirar!
Me ha llamado la atención una frase de un comentario de Júbilo Matinal: "El hombre, para mí, no es un parásito ni un okupa de la biosfera, sino su dueño".
ResponderEliminar¿Realmente crees eso? ¿Crees que somos los dueños de la biosfera?
Sí, Jordi, realmente lo creo. Creo que somos los dueños de la biosfera. No lo habría escrito si no lo creyera. ¿Tú no lo crees?
ResponderEliminarCigarra, ya sé que arrasar la Amazonia no arreglaría nada y sí estropearía mucho, y que los más perjudicados serían los más pobres, como bien dices. Mi ejemplo era hipotético: decía que no me importaría arrasarla SI ELLO RESOLVIERA EL PROBLEMA DE LOS MÁS POBRES, como ejemplo extremo de que es ese problema el que creo que debemos tratar de resolver en primer término, supeditando a él cualquier otro. Como no somos idiotas y arrasar la Amazonia no lo resolverá, no la arrasaremos, o al menos no lo haremos intentando erradicar la miseria, aunque sí es posible que lo hagamos intentando enriquecerse a lo bestia los que ya son sobradamente ricos. Trato solo de establecer prioridades, porque me irritan los ecologistas angélicos, que aman el medio ambiente por sí mismo y no por ser el habitat del hombre, y dan a veces la impresión de que sacrificarían gustosos a la humanidad para salvaguardar la biodiversidad.
ResponderEliminarSí, creo que el hombre es el dueño de la biosfera.
Estimado Miroslav:
ResponderEliminarMe temo que con esto del "calentamiento global" estamos ante otra cortina de humo para permanecer distraidos y no enfocar nuestra atención sobre los verdaderos problemas que atenazan el planeta.
En mi molesta opinión, la base principal de todo es algo incontrolado e incontrolable: un crecimiento poblacional incompatible con un mundo finito junto con un aprovechamiento irracional de los recursos.
Los señores ocultos nos entretienen con la emisión paulatina de nuevos fuegos fátuos.
En fín, nos hemos puesto demasiado serios.
Repetimos. Había mucha soledad al otro lado del espejo.