Acusa Naomi Klein en su último libro (“La doctrina del shock, el auge del capitalismo de desastre”) a Milton Friedman de ser el principal propulsor de la doctrina del shock, que consiste en someter a grupos sociales a un trauma colectivo (golpe de Estado, atentado terrorista, incluso un desastre natural) a fin de lograr que las personas se vuelvan más vulnerables y presenten menos defensas a las acciones tendentes a conseguir los objetivos de quienes han creado el estado de shock.
Leo sobre este asunto en un blog argentino (prende la luz) que, según declaran sus autores, pretende sacar de la oscuridad a un pueblo que quiere hacerse cargo de su futuro (en cualquier caso, advierto que los artículos son bastante "parciales"). En un breve repaso aplican la tal doctrina del shock a la historia reciente argentina. Es inevitable, al hilo de estos asuntos, recordar las tantas teorías (Michael Moore a la cabeza) conspiratorias del 11S. Se piense lo que se piense, lo que es cierto es que los atentados crearon un trauma colectivo más que suficiente para que la sociedad estadounidense dejase hacer a su gobierno muchas barrabasadas.
En el post que cito, se relaciona el Cambio Climático con la doctrina del shock, partiendo de las conclusiones "periodísticas" de la cumbre del IPCC en Valencia del pasado noviembre ("no actuar ya contra el cambio climático es una irresponsabilidad criminal" y "el mundo dispone de menos de diez años para cambiar su rumbo y revertir un proceso cuyas consecuencias serán catastróficas"). La verdad, cuesta deducir la lógica de tal ilación, pero me atrevo a imaginar que sería algo así como lo siguiente: dado que preferimos ignorar el colapso ecológico que se nos avecina (y no haremos nada para evitarlo), éste efectivamente ocurrirá; en ese momento estaremos ante un shock colectivo (obviamente) y admitiremos la implantación de un fascismo ultramilitarizado.
En esta teoría resulta que "los malos", conocedores de la catástrofe que se avecina, están impidiendo la toma de medidas correctoras (incluso que nos enteremos de la gravedad de la situación) para propiciar el shock. Sin embargo, necesario es admitir que la "cruzada" de Al Gore y el IPCC está ya teniendo bastante éxito en que todos nos enteremos del "colapso ecológico" derivado del cambio climático. Vaya a ser la catástrofe real o no, lo que es cierto es que antes de que ocurra, los apóstoles del cambio climático están logrando que se perciba como tal y, como decía Milton Friedman, basta con eso para que la doctrina del shock sea aplicable. Así que podríamos plantear, aunque sólo fuera a título de hipótesis, que los acontecimientos que estamos viviendo respecto a la transmisión social de la teoría del cambio climático presentan bastante bien las características propias de actuaciones que obedecen a la doctrina del shock. Baste sólo considerar el apoyo prácticamente generalizado de los gobiernos estatales y la desautorización (silenciamiento) de las voces disidentes. Como muestra, lo que leo en la web del Ministerio de Medio Ambiente español: " Una vez que ya está aceptado que el cambio climático es una realidad y que es necesario tomar medidas urgentes ..."
Aunque no con la dedicación que me gustaría (me falta el tiempo y me sobran cosas que hacer) he estado recopilando y leyendo información sobre el cambio climático. El tema es complejo y me obliga a estudiar para entender mínimamente de lo que se habla. Aun así, puedo asegurar que me encuentro con muchas (demasiadas) voces disidentes y la mayoría de ellas para nada me parecen sospechosas de estar a sueldo de las grandes compañías petroleras. De otra parte, es llamativo el contraste entre los discursos de ambos "lados". Quienes no están de acuerdo con que el calentamiento sea debido a la actividad humana, se esfuerzan en dar datos, señalar las contradicciones, citar las fuentes, etc ... Los "creyentes"(que son muchísimos más en la Red) se limitan a dar por sentado que la culpabilidad de los humanos es un hecho y, a partir de ahí, construyen sus diversos razonamientos. No hay pues debate (o yo todavía no lo he encontrado), pues quienes se posicionan con las tesis oficiales ni siquiera se molestan en rebatir los argumentos de los disidentes. Esta actitud por sí sola es ya bastante sospechosa.
Pero es que, como el propio Ministerio reconoce (sin darse cuento, imagino, de la aberración en que incurren), el cambio climático ha salido ya del ámbito científico para pasar al político. Y en este otro ámbito las reglas son distintas. Naturalmente, la primera víctima (como en las guerras) es la Verdad. Como anécdota curiosa de la que me he enterado hace unos días hojeando un libro que al final no compré, parece ser que Gore presidió un subcomité del senado de los USA (antes de ser vicepresidente) que trataba justamente sobre los métodos científicos y la prevención del fraude; puede que ahora, que prefiere el apostolado al cuestionamiento crítico, ya no se acuerde de aquellos días. También es curioso que uno de los políticos que más importancia tuvo en el desarrollo y afianzamiento de internet, tenga en la Red las voces que más le discuten; a este respecto, es famosa la broma que parece que hizo el propio Gore en el show de David Letterman: "Recuerda, América, que yo te di internet, así que puedo quitártela". Confío en que no tenga tentaciones totalitarias de ese estilo.
En fin, volvamos al tema; hace un par de días, Javier Carrascón me facilitó el enlace a un blog de medio ambiente y urbanismo y, específicamente, a un post en el que está traducida una conferencia de Michael Crichton (sí, el escritor de best-sellers) del 17 de enero de 2003. El título de la charla es fantástico: "Los extraterrestres son los causantes del calentamiento global". Pero, a partir de este gag provocador, Crichton repasa las relaciones entre ciencia y política en los últimos cuarenta años y aporta, a mi modo de ver, algunas claves significativas sobre lo que está pasando en estos tiempos con el asunto del calentamiento global.
Resulta curioso (otra casualidad de algún azar juguetón) que antes de leer ese texto de Crichton andaba yo dándole vueltas (como comento en los párrafos anteriores) a cómo la política prostituye la que debería ser una exigencia ética fundamental de cualquier sociedad: la búsqueda de la verdad. Y haciendo eso, sin duda, ataca al centro más íntimo y profundo de nuestra libertad, que se vincula a nuestra capacidad de pensar libremente. Pues resulta que la charla de Crichton trata justamente de lo mismo. Quise terminar mi propia traducción (no me gustaba demasiado la del blog que me facilitó JC) antes de publicar este post, con la idea de aprovechar para añadir mis comentarios. Pero creo que estoy más guapo calladito, así que lo que hago es simplemente recomendar la lectura de la citada conferencia (es entretenida). Los que sepan inglés pueden acceder directamente a la web de Crichton y los que no pueden ir al blog que me facilitó Javier o bien bajarse mi versión desde aquí.
Nada más; ya seguiré poniendo algún que otro post sobre este tema. Entre tanto, sugiero que nos cuestionemos si la doctrina del shock es congruente con el activismo del cambio climático y, si la respuesta es afirmativa, especulemos sobre los posibles motivos que tienen Gore y sus amigos para vendernos una catástrofe inminente. Y, desde luego, feliz año a todos; deseo encarecidamente que el 2008 nos exima de catástrofes climáticas y, ya puestos, de cualesquiera otras; a cambio, que nos ofrezca las dosis de felicidad que cada uno requiera.
PS: La canción es Make me smile (Come up and see me), interpretada por sus autores, Steve Harley & Cockney Rebel, una banda británica de los setenta. No es que tenga mucho que ver con el post, pero me sonó el otro día (cantada por Suzi Quatro) y me puso de buen humor. Me gusta la alegre ligereza de su melodía, las descaradas influencias dylanianas y, sobre todo, el estribillo: "ven a verme y hazme sonreir; haré lo que quieras durante un rato". Y es que sonreir es muy bueno, incluso aunque no te apetezca.
Leo sobre este asunto en un blog argentino (prende la luz) que, según declaran sus autores, pretende sacar de la oscuridad a un pueblo que quiere hacerse cargo de su futuro (en cualquier caso, advierto que los artículos son bastante "parciales"). En un breve repaso aplican la tal doctrina del shock a la historia reciente argentina. Es inevitable, al hilo de estos asuntos, recordar las tantas teorías (Michael Moore a la cabeza) conspiratorias del 11S. Se piense lo que se piense, lo que es cierto es que los atentados crearon un trauma colectivo más que suficiente para que la sociedad estadounidense dejase hacer a su gobierno muchas barrabasadas.
En el post que cito, se relaciona el Cambio Climático con la doctrina del shock, partiendo de las conclusiones "periodísticas" de la cumbre del IPCC en Valencia del pasado noviembre ("no actuar ya contra el cambio climático es una irresponsabilidad criminal" y "el mundo dispone de menos de diez años para cambiar su rumbo y revertir un proceso cuyas consecuencias serán catastróficas"). La verdad, cuesta deducir la lógica de tal ilación, pero me atrevo a imaginar que sería algo así como lo siguiente: dado que preferimos ignorar el colapso ecológico que se nos avecina (y no haremos nada para evitarlo), éste efectivamente ocurrirá; en ese momento estaremos ante un shock colectivo (obviamente) y admitiremos la implantación de un fascismo ultramilitarizado.
En esta teoría resulta que "los malos", conocedores de la catástrofe que se avecina, están impidiendo la toma de medidas correctoras (incluso que nos enteremos de la gravedad de la situación) para propiciar el shock. Sin embargo, necesario es admitir que la "cruzada" de Al Gore y el IPCC está ya teniendo bastante éxito en que todos nos enteremos del "colapso ecológico" derivado del cambio climático. Vaya a ser la catástrofe real o no, lo que es cierto es que antes de que ocurra, los apóstoles del cambio climático están logrando que se perciba como tal y, como decía Milton Friedman, basta con eso para que la doctrina del shock sea aplicable. Así que podríamos plantear, aunque sólo fuera a título de hipótesis, que los acontecimientos que estamos viviendo respecto a la transmisión social de la teoría del cambio climático presentan bastante bien las características propias de actuaciones que obedecen a la doctrina del shock. Baste sólo considerar el apoyo prácticamente generalizado de los gobiernos estatales y la desautorización (silenciamiento) de las voces disidentes. Como muestra, lo que leo en la web del Ministerio de Medio Ambiente español: " Una vez que ya está aceptado que el cambio climático es una realidad y que es necesario tomar medidas urgentes ..."
Aunque no con la dedicación que me gustaría (me falta el tiempo y me sobran cosas que hacer) he estado recopilando y leyendo información sobre el cambio climático. El tema es complejo y me obliga a estudiar para entender mínimamente de lo que se habla. Aun así, puedo asegurar que me encuentro con muchas (demasiadas) voces disidentes y la mayoría de ellas para nada me parecen sospechosas de estar a sueldo de las grandes compañías petroleras. De otra parte, es llamativo el contraste entre los discursos de ambos "lados". Quienes no están de acuerdo con que el calentamiento sea debido a la actividad humana, se esfuerzan en dar datos, señalar las contradicciones, citar las fuentes, etc ... Los "creyentes"(que son muchísimos más en la Red) se limitan a dar por sentado que la culpabilidad de los humanos es un hecho y, a partir de ahí, construyen sus diversos razonamientos. No hay pues debate (o yo todavía no lo he encontrado), pues quienes se posicionan con las tesis oficiales ni siquiera se molestan en rebatir los argumentos de los disidentes. Esta actitud por sí sola es ya bastante sospechosa.
Pero es que, como el propio Ministerio reconoce (sin darse cuento, imagino, de la aberración en que incurren), el cambio climático ha salido ya del ámbito científico para pasar al político. Y en este otro ámbito las reglas son distintas. Naturalmente, la primera víctima (como en las guerras) es la Verdad. Como anécdota curiosa de la que me he enterado hace unos días hojeando un libro que al final no compré, parece ser que Gore presidió un subcomité del senado de los USA (antes de ser vicepresidente) que trataba justamente sobre los métodos científicos y la prevención del fraude; puede que ahora, que prefiere el apostolado al cuestionamiento crítico, ya no se acuerde de aquellos días. También es curioso que uno de los políticos que más importancia tuvo en el desarrollo y afianzamiento de internet, tenga en la Red las voces que más le discuten; a este respecto, es famosa la broma que parece que hizo el propio Gore en el show de David Letterman: "Recuerda, América, que yo te di internet, así que puedo quitártela". Confío en que no tenga tentaciones totalitarias de ese estilo.
En fin, volvamos al tema; hace un par de días, Javier Carrascón me facilitó el enlace a un blog de medio ambiente y urbanismo y, específicamente, a un post en el que está traducida una conferencia de Michael Crichton (sí, el escritor de best-sellers) del 17 de enero de 2003. El título de la charla es fantástico: "Los extraterrestres son los causantes del calentamiento global". Pero, a partir de este gag provocador, Crichton repasa las relaciones entre ciencia y política en los últimos cuarenta años y aporta, a mi modo de ver, algunas claves significativas sobre lo que está pasando en estos tiempos con el asunto del calentamiento global.
Resulta curioso (otra casualidad de algún azar juguetón) que antes de leer ese texto de Crichton andaba yo dándole vueltas (como comento en los párrafos anteriores) a cómo la política prostituye la que debería ser una exigencia ética fundamental de cualquier sociedad: la búsqueda de la verdad. Y haciendo eso, sin duda, ataca al centro más íntimo y profundo de nuestra libertad, que se vincula a nuestra capacidad de pensar libremente. Pues resulta que la charla de Crichton trata justamente de lo mismo. Quise terminar mi propia traducción (no me gustaba demasiado la del blog que me facilitó JC) antes de publicar este post, con la idea de aprovechar para añadir mis comentarios. Pero creo que estoy más guapo calladito, así que lo que hago es simplemente recomendar la lectura de la citada conferencia (es entretenida). Los que sepan inglés pueden acceder directamente a la web de Crichton y los que no pueden ir al blog que me facilitó Javier o bien bajarse mi versión desde aquí.
Nada más; ya seguiré poniendo algún que otro post sobre este tema. Entre tanto, sugiero que nos cuestionemos si la doctrina del shock es congruente con el activismo del cambio climático y, si la respuesta es afirmativa, especulemos sobre los posibles motivos que tienen Gore y sus amigos para vendernos una catástrofe inminente. Y, desde luego, feliz año a todos; deseo encarecidamente que el 2008 nos exima de catástrofes climáticas y, ya puestos, de cualesquiera otras; a cambio, que nos ofrezca las dosis de felicidad que cada uno requiera.
PS: La canción es Make me smile (Come up and see me), interpretada por sus autores, Steve Harley & Cockney Rebel, una banda británica de los setenta. No es que tenga mucho que ver con el post, pero me sonó el otro día (cantada por Suzi Quatro) y me puso de buen humor. Me gusta la alegre ligereza de su melodía, las descaradas influencias dylanianas y, sobre todo, el estribillo: "ven a verme y hazme sonreir; haré lo que quieras durante un rato". Y es que sonreir es muy bueno, incluso aunque no te apetezca.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
Me bajo el PDF y en cuanto pueda, me lo leo. ¿Has leído la novela de Chrichton "Estado de Miedo"? Es sobre el cambio climático y yo diría que está muy bien documentada.
ResponderEliminarA mí también me resulta muy curioso que los defensores de la teoría argumenten tan poco sus tesis. Normalmente se limitan a descalificar a quien piensa de otra manera acusándolos de trabajar para compañías petrolíferas...
Besos
Estoy de acuerdo en que es necesario detenerse a pensar un poco las cosas. Pero también hay que tener muchísimo cuidado con esa tendencia a creer en teorías conspirativas... tal vez algunas sean ciertas... pero como dije hay que pensar con cuidado.
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