Bueno, tampoco es que todo me dé igual (que eso está fatal), sino que quería remedar el estribillo de la canción de Krahe que acompaña este post y que se me presentó en las orejas (vía ipod, claro) en medio de una caminata, justo cuando me rondaban las neuronas los ecos de una conversación de hace dos meses con un amigo entusiasta del submarinismo quien consiguió, gracias a dicho entusiasmo, que me picara el gusanillo de "¿y por qué no lo pruebo?", máxime cuando por estos litorales hay, según confirman muchas voces, unos fondos marinos de espectaculares bellezas. Según me contó este amigo, "flotando" a unos veinte metros de profundidad uno está de maravilla. Dice que se va moviendo sin ninguna dificultad, viendo todo tipo de plantas y bichos acuáticos que se le acercan curiosos. Además, se siente en un estado de relajación absoluta, de paz consigo mismo, aunque esto último no sabe si achacarlo en alguna medida a los efectos embriagantes del nitrógeno, los cuales, por cierto, son uno de los principales factores de riesgo de esta actividad.
Pues eso, que me entró el gusanillo y le propuse a K que nos fuéramos unos días al El Hierro, a la Restinga, e hiciéramos el curso inicial (el Open Water Diver), una forma de probar y ver si nos gustaba. Pero K es poco amante de aventuras y probablemente no supe entonar las virtudes del submarinismo como a mí me las contaron. K me argumentaba que somos una especie terrícola (ciertamente) y que meternos bajo el agua mucho rato es algo antinatural y por ende arriesgado. No deja de tener razón, pero también somos una especie curiosa y, en cuanto a los riesgos, por lo que me he podido enterar, éstos se minimizan con la adecuada formación y prudencia. Así que, si no se me van las ganas, habré de buscarme otra compañía para eventuales inmersiones acuáticas. Tampoco es que en esta época tenga tiempo, pero siempre se pueden arañar unos pocos días.
En todo caso, como ya dije, la conversación era ya vieja y últimamente no le daba más vueltas al asunto hasta que se me presentó ayer de repente con su banda sonora antitética (Krahe habla de alpinismo). Supongo que la explicación de este asalto mental se debe a que por la tarde nos habían llamado para advertirnos de que en un par de días se falla el concurso para redactar el plan urbanístico de uno de los municipos herreños, al cual opta la empresa con la que trabajo. Si resulta adjudicataria (y las probabilidades no son desdeñables) es más que posible que me toque algún que otro viajecito a El Hierro, isla que me gusta mucho. Seguramente, mi cerebro archivó el dato y se encargó, horas después, de sacar a partir de ahí la asociación con el submarinismo. En fin, de momento lo mantendré en stand-by, que normalmente las incertidumbres se van despejando por sí mismas.
La Yeti (1ª parte). Javier Krahe (Sacrificio de Dama, 1993)
Y con la excusa de este post, subo algunas fotos de los fondos del Mar de las Calmas, tomadas todas ellas de la web del club de buceo de La Restinga.
Pues eso, que me entró el gusanillo y le propuse a K que nos fuéramos unos días al El Hierro, a la Restinga, e hiciéramos el curso inicial (el Open Water Diver), una forma de probar y ver si nos gustaba. Pero K es poco amante de aventuras y probablemente no supe entonar las virtudes del submarinismo como a mí me las contaron. K me argumentaba que somos una especie terrícola (ciertamente) y que meternos bajo el agua mucho rato es algo antinatural y por ende arriesgado. No deja de tener razón, pero también somos una especie curiosa y, en cuanto a los riesgos, por lo que me he podido enterar, éstos se minimizan con la adecuada formación y prudencia. Así que, si no se me van las ganas, habré de buscarme otra compañía para eventuales inmersiones acuáticas. Tampoco es que en esta época tenga tiempo, pero siempre se pueden arañar unos pocos días.
En todo caso, como ya dije, la conversación era ya vieja y últimamente no le daba más vueltas al asunto hasta que se me presentó ayer de repente con su banda sonora antitética (Krahe habla de alpinismo). Supongo que la explicación de este asalto mental se debe a que por la tarde nos habían llamado para advertirnos de que en un par de días se falla el concurso para redactar el plan urbanístico de uno de los municipos herreños, al cual opta la empresa con la que trabajo. Si resulta adjudicataria (y las probabilidades no son desdeñables) es más que posible que me toque algún que otro viajecito a El Hierro, isla que me gusta mucho. Seguramente, mi cerebro archivó el dato y se encargó, horas después, de sacar a partir de ahí la asociación con el submarinismo. En fin, de momento lo mantendré en stand-by, que normalmente las incertidumbres se van despejando por sí mismas.
La Yeti (1ª parte). Javier Krahe (Sacrificio de Dama, 1993)
Y con la excusa de este post, subo algunas fotos de los fondos del Mar de las Calmas, tomadas todas ellas de la web del club de buceo de La Restinga.
CATEGORÍA: Irrelevantes peripecias cotidianas
Fíjate que yo también me estoy planteando hacer un curso de iniciación.
ResponderEliminarClaro que en mi caso las inmersiones me pillan un poco más lejos de casa.
Un beso.
Practico el submarinismo desde mis 16 años y te aseguro que es maravilloso. Ahora bien, aunque la inmersión con botellas es alucinante, simplemente flotar con unas gafas y una tuba (snorkel) ya es la hostia, y el pulmón libre estupendo. Los fondos de la Isla de Hierro son preciosos, a pesar de que las volc´naica sy oceánicas Canarias no tienen plataforma continental.
ResponderEliminarLa canción memorable. El submarinismo no lo sé, igual lo pruebo que me han entrado ganas después de leer el post.
ResponderEliminarYo tampoco soy de profundidades marinas. Sí me gusta navegar, y bañarme en alta mar, pero nada más. Los bichitos en general no me suscitan más que indiferencia, por muy espectacular que sea su aspecto. Creo que haciendo submarinismo me sentiría tan angustiada como rodeada de hielo y nieve por todos lados (o sea, que alpinismo tampoco).
ResponderEliminarEn cambio, me encanta pasear sin rumbo por las ciudades, por todas en general, aunque tengo mis preferidas, como Londres. Y eso que tampoco las ciudades son el hábitat natural del animal humano, pero si tengo que salirme de lo de todo los días prefiero viajar a un lugar radicalmente diferente al mío.
Y hablando de viajar, a ver cuando te acercas por aquí, por Cádiz, que no estamos tan lejos, hombre.
(No es que quiera amargarte la idea, pero un amigo mío, submarinista experimentado, murió de un infarto hace unos años practicando submarinismo. Nunca había tenido el menor problema, y era joven, pero su gran experiencia le hizo confiarse e hizo lo que nunca se debe hacer: ir solo. De todas formas, aunque fuera con compañeros, el infarto no se lo hubiera quitado nadie, y hubiera sido igual de fulminante).
No, claro, las ciudades no son el hábitat natural del ser humano. ¿De las cucarachas, las ratas? que son las que las crearon...
ResponderEliminarJajajaja, no seas malo, Lansky, que Kotinussa (creo que) sólo pretendía hacer un juego malabar roussoniano. De todas formas, Kotinussa, eres un poco malasombra pa ser de Cádiz. Espero que si alguna vez pasas por mi blog no me dejes una advertencia del tipo: un amigo mío fue secuestrado, descabezado y su martirio debidamente grabado y colgado en la red, por viajar al El Cairo por su cuenta.
ResponderEliminarLansky, el que el hombre haya creado las ciudades no significa que sean su hábitat natural, me parece. De hecho, muchas de ellas tienen más de inhabitables que de otra cosa. Sólo quien tiene el privilegio de vivir en la parte buena de las ciudades puede vivir a gusto, sobre todo en las macro-ciudades.
ResponderEliminarHarazem, jamás me habían dicho eso de malasombra, y creo que no me lo merezco. Creo que tu comentario se basa en que no me conoces. Y ahora en serio, el submarinismo es más peligroso de lo que parece. Trabajé muchos años con dos arqueólogas submarinas, que siguen en ese tema, y ellas han conocido, desgraciadamente, a algunos colegas que sufrieron serios percances, a pesar de su experiencia.
Y no creas, que yo también he hecho locuras que podían haberme costado un disgusto, como irme sola a la selva del Petén, en Guatemala, aceptar el desafío de un beduino en una carrera a caballo por el desierto de Sakkara, circular sola por muchas ciudades de Oriente Medio en momentos no muy tranquilos, etc. Eran los momentos de la inconsciencia de la juventud. Ahora veo que en ocasiones fui una estúpida que arriesgó su vida por nada.
De todas maneras, pasaré alguna vez por tu blog y dejaré un comentario, a ver si mantienes inalterado tu calificación de malasombra.
Miros, perdona por usar tu blog para contestar a esos comentarios.
Sólo pretendía que repararas no digo ya corregir- en el pensamiento tópico -roussoniano como dice harazem- que utilizas. Los tópicos son simplificaciones con gran parte de verdad, pero lo malo es que se usan para no pensar; el debate campo ciudad, urbano rural viene de siglos y tu acabas de oir la bocina de un coche y piensas que lo tienes claro
ResponderEliminarLansky, cuando yo digo algo, es porque lo tengo muy claro. Otra cosa es que tenga razón o no, pero confusión, que es otra cosa, desde luego no.
ResponderEliminarA mí no me gusta el campo, y menos para vivir. Pero tampoco las grandes ciudades donde hacer cualquier cosa se convierte en una odisea. Estoy encantada de vivir en el casco antiguo de una ciudad pequeña, y además procuro no pisar la parte moderna de la ciudad más que por pura necesidad. El tenerlo todo a mano, el no necesitar medios de transporte, el cruzar la ciudad de cabo a rabo en unos minutos, es algo que para mí no tiene precio.
Creo que el que ha oído campanas y no sabe dónde eres tú, que has dado por supuesto algo que yo no he dicho (repasa mis comentarios anteriores, por favor), y es que defendiera la vida rural frente a la urbana. Y a Rousseau nunca me lo tomé en serio.
Me parece muy bien que te guste o no el campo, las ciudades grandes o pequeñas o la aldeas de montaña, pero lo que dijiste es que "las ciudades NO son el hábitat natural del ser humano", y eso, además de una generalización es, bien, una chorrada, bien, una obviedad, según se entienda el ambíguo epiteto "natural".
ResponderEliminarMis "campanas" que según tu oigo (reconozco que este es un argumento de autoridad) es las de ser un ecólogo y urbanista, supongo, con más de treinta años de experiencia. Y ya no te replico más que este es el blog del pobre Milos, también urbanista.
Milos, siento de veras esta intromisión, pero quisiera terminar, por mi parte (Lansky puede terminar cuando quiera), diciendo que me reitero en todo, que me congratulo de todos los títulos y experiencia de Lansky, y que pienso que mis estudios y experiencia (uy, no son treinta, pero casi, son veintinueve) como historiadora en general y del arte también me dan cierta visión de lo que es el hombre, pues éste existe desde cientos de miles de años antes que las ciudades (que no son lo mismo que tener algo bajo lo que refugiarte, sobre todo las actuales), y que lo que es de verdad una chorrada es pensar que alguien que no me conoce en absoluto puede pontificar acerca mí con esa soltura.
ResponderEliminarRepito: mil perdones por usufructuar momentáneamente tu blog.
Me alegro, Kotinussa, de que no te haya molestado demasiado y sólo te haya parecido injusta mi acusación de malasombra. En realidad se trataba de una broma entre andaluces, que veo que medio has pillado. Miroslav ya se cura explícitamente en salud y hace una apelación a su propia prudencia, por eso me pareció que sonaba excesiva la truculenta aportación que hacías. Nada más. Para malasombra Mutawakil, un aventurero a la fuerza, campeón de la misma, pero con una gracia corrosiva y estimulante. Te recomiendo el post titulado ME CAGO EN EL CORONEL TAPIOCA, cuyos términos seguro que te resultan familiares: http://mashaallah.blogspot.es/1216909980/. En cuanto al tema de las actividades de riesgo, me jode profundamente que se consideren héroes a los deportistas de riesgo (alpinistas, motoristas de velocidad, etc.) e insensatos a los viajeros de riesgo, cuando responden al mismo espíritu. O todos tontos o todos héroes.
ResponderEliminarRespecto al tema de las ciudades asistiré como espectador al duelo de autoridades, si continúa, que espero que sí, con permiso del amigo Miroslav.
Te contesto a tí, amigo harazem.
ResponderEliminarNo prosigo, porque no hay tal polémica. Por el contrario, noto en la supuesta oponente agresividad excesiva -un poquito está bien, es síntoma de interés y vehemencia- y juicios de intenciones, que no son juicios. Podría hablar de la diferencia entre ser, por ej., licenciado en historia (una forma de hacer transcurrir cinco años) y ser historiadora (una profesión).
En cualquier caso, la vanidad es una inmensa chorrada; al cabo de cierto tiempo, todos estaremos muertos y al cabo de escasos años, olvidados en su inmensa mayoría.
Uysss señor Lansky como siempre su "soberbia" le hace adelantar acontecimientos. Kotinussa profesionalmente no desmerece tal título, el de historiadora me refiero, otra cosa, es que ella atesore la suficiente dosis de humildad como para no entrar en una guerra infantiloide de "a ver quien es más listo". Y enlazando con el post anterior y el tema de la inmadurez, en este debate podemos comprobar cómo no siempre madurez es sinónimo de tener una edad adulta. Más que nada porque la madurez es la capacidad del ser humano de asumir las consecuencias de sus actos y eso no tiene nada que ver con la edad sino con las cualidades que cada uno tenemos y desarrollamos al cabo de nuestra existencia. Y usted lo que no sabe asumir en sus pseudo debates es que siempre acaba calificando a su adversario de una manera peyorativa por tener disparidad de opiniones. Eso hace, evidentemente que al otro le entre "cierto malestar", sólo cierto malestar, no se equivoque, nada que ver con la agresividad. Asumir las consecuencias de sus actos señor Lansky, implicaría pedir disculpas por su torpe vehemencia, cosa que debido a su inmadurez no sabrá nunca hacer. Y eso eclipsa en gran manera su "gran sabiduría" y profesionalidad, que nadie duda de su existencia, entiéndame.
ResponderEliminarAmy, aparentemente estás hablando de mí y de la tal historiadora, pero en realidad, te retratas a tí, con gran nitidez.
ResponderEliminarLa tal historiadora lo es, casualmente, porque no se ha limitado a estudiar una carrera de Historia, sino que además "ha hecho historia", exactamente igual que un arquitecto construye edificios.
ResponderEliminarLa tal historiadora ha dedicado muchos años de su vida a la arqueología y a la investigación histórica y, con los datos inéditos que ha obtenido de sus investigaciones, ha escrito libros de historia. Es decir, no se ha limitado a dejar transcurrir cinco años en una facultad (quien hace eso ni siquiera obtiene un título de licenciado en Historia), sino que ha puesto su granito de arena para que los conocimientos históricos actuales sean un poquitito más amplios que antes de su intervención, que es lo que hacen precisamente los historiadores. Y no sólo forma a nuevos historiadores en la Universidad, sino que dentro de muchos años su aportación a la historia seguirá estando en las bibliotecas especializadas.
Eso es lo que pasa cuando uno habla de lo que no sabe, y de quien no conoce, que mete la pata hasta el corvejón.
Sr.Lansky yo no tengo miedo a retrarme, ahí está la madurez de las personas, hace mucho tiempo que conozco mis defectos, faltaría más. Pero quien no es capaz de reflexionar, ni por un momento sobre su manera de proceder y sobre "su habitual costumbre" de "insultar" a gente a la que no conoce de nada, también se retrata. Y encima por la cosa más simple del mundo, opinar sobre cosas triviales de nuestra existencia. Ya lo dijo alguien de esta blogosfera, usted sentencia con aquello del "punto redondo". Después de sus puntos redondos todo el que ose replicar son pobres criaturas a las que dios no dotó de la inteligencia suficiente para estar a su altura. Evidentemente yo prefiero tener el defecto de replicarle a la virtud de estar a su altura, faltaría más puestos a elegir defectos, elijo los que más me gustan, que los otros ya me venían inscritos en mis genes.
ResponderEliminarY después de este breve paréntesis en el que he osado hablarle a un dios menor, vuelvo a mi silencio habitual ante sus comentarios. Un saludo.
Ya sé que esto es el evanescente mundo virtual de la Red y no una sesión académica, pero, Amy, sería bueno para tí y un alivio para los demás que te pararas a pensar un poco antes de lanzarte a teclear. Aunque me ha gustado lo de dios menor, qué si no. En cuanto a la otra, esa si que se retrata con sus alardes de haber 2escrito libros"; me recuerda a esos niños que te muestran el puñito cerrado y dicen que han cogido bichos, pero sin su gracia, Un retrato impagable.
ResponderEliminar"La otra" lamenta profundamente no tener la constancia de mantener sus intenciones de no discutir en este blog con determinadas personas.
ResponderEliminarPor ello, "la otra", informa que si mencionó el hecho de haber escrito libros de historia, fue para deshacer el error en el que había incurrido "el infalible", al haberla intentado humillar, apuntando equivocadamente que era licenciada en Historia y no historiadora.
"La otra" recuerda que "el infalible" ha sido quien comenzó a hacer alarde de sus conocimientos y su experiencia, cuando nadie había mencionado hasta ese momento sus propios logros (véase el orden de los comentarios).
"La otra" sabe que cuenta con la desventaja de no usar el desprecio y el insulto ante sus oponentes, pero también sabe que aquí acuden personas inteligentes que sabrán juzgar.
Koti, preciosa, a ver si salgo de este estado de sopor y te hago una visita en condiciones!
ResponderEliminarY ahora, haciendo gala de mi inteligencia habitual voy a opinar:
pues a mí los submarinos nunca me han hecho gracia. Sobre todo porque antes o después siempre se hunden. Y así no hay quién viaje... Pues Miros, me parece perfecto que quieras hundirte en un submarino de hierro, ya me contarás si se oxida o no, que es lo que realmente me preocupa.
Y con esta, nunca mejor dicho, profunda aportación, me despido de todos ustedes deseando fervientemente seguir de vacaciones.
Hermosos los fondos marinos y debe estarse realmente en paz en esas profundidades pero me temo que yo prefiero quedarme en tierra, por si las moscas :D
ResponderEliminarBesos