Una de las anécdotas curiosas que se repitieron al hilo de la propuesta del gobierno de elevar la edad del consentimiento sexual fue la de que el país de Europa que la tenía más baja era el Vaticano. ¡El Vaticano! Sí, sí, repetían las más diversas voces (todas probablemente bebiendo de la misma fuente): en el Vaticano los niños y niñas podían consentir tener relaciones sexuales con adultos a partir de los doce años. Sabroso dato para los que anticlericales, una nueva prueba de la hipocresía de la Iglesia. Y ya de paso, cuesta entender que el PP, rebosante de fieles cristianos, quiera enmendar a la sede terrenal del catolicismo.
La noticia me llamó la atención porque, a poco que se considere, suena extraña. Como ya expliqué en el post anterior, lo de la edad del consentimiento significa que si un adulto mantiene relaciones con un niño/a por debajo de la misma se entiende siempre como abuso sexual. Ahora bien, teniendo en cuenta que los residentes en el Vaticano son apenas 800 personas de las cuales los laicos están en torno al 10%, no diría yo que haya muchos niños, si es que alguno hay. Así que, ¿para qué ese Estado caricaturesco tendría necesidad de regular sobre la edad mínima a la que los púberes pueden acostarse con un adulto?
Mi diabólico (por su inspiración) anticlericalismo me sugirió que tal vez fuera para facilitar los abusos sexuales de los curas al exterior de los muros vaticanos, donde sí pueden encontrar carne infantil en abundancia. Pero, claro está, tan maledicente hipótesis no se sostiene, porque si alguien comete un acto punible se le aplica el derecho del lugar, por más que reclame que en su Estado lo que ha hecho no es delito. Además, un sacerdote, por serlo, no tiene nacionalidad vaticana, lo que resta a esta posibilidad de casi toda su eficacia práctica. Tan sólo serviría para que si un alto cargo de la curia fuera sorprendido en un lujoso burdel romano retozando con tiernas niñas al más puro estilo borgiano, el Papa reclamara a la Justicia italiana la extradición del prelado al Vaticano y una vez allí lo eximiera de todo cargo penal dado que sus actos no tienen la consideración de delito en la Santa Sede. Pero ese improbable supuesto se resolvería en cualquier caso tal como digo pero con absoluta discreción y sin necesidad de ninguna legislación más permisiva.
En fin, que me extrañó esa noticia tan repetida y se me ocurrió investigar un poquillo. No tardé demasiado en enterarme de que el Vaticano no tiene código penal propio. De hecho, el Vaticano apenas tiene leyes (a lo que yo añadiría que ni falta que le hace). Recuérdese que desde la unificación de Italia con la absorción por el nuevo reino de los Estados Pontificios, la Santa Sede había perdido el reconocimiento de entidad política soberana. Tuvo que pasar más de medio siglo hasta que en 1929 Mussolini reconoció la autonomía estatal del Vaticano mediante los Pactos de Letrán. Desde entonces, el Vaticano estableció que asumía las normas italianas, salvo aquéllos preceptos que contravinieran el derecho divino, positivo y natural o el canónico. Ese criterio –de natural sentido común, a mi juicio– fue explícitamente renovado en el artículo primero de la Ley de 28 de junio de 1993. De modo que, al menos desde esa fecha, la edad del consentimiento sexual en el Vaticano es la que establece el código penal italiano, la cual parece que es de 14 años, aunque los efectos penales varían entre los 13 y los 16 años según distintos supuestos.
Parece que el notición de que era justamente el Vaticano el estado con la edad de consentimiento más baja de Europa proviene de que tal era la que establecía el código penal italiano de 1924 que fue el que adoptó el nuevo Estado porque no le gustaba el fascista que había reintroducido la pena de muerte. Desde luego, no creo que al Papa le preocupara mucho este asunto de la edad. Pero en todo caso, al menos desde 1993, me resulta incuestionable que esa norma no rige en la plaza de San Pedro, lo que a falta de una comprobación rigurosa nos permite alardear de ostentar el record de ser el país europeo que antes concedemos a nuestros adolescentes la capacidad de consentimiento. Por cierto, me he topado con algunos artículos en internet que, citando un libro de 1997 un tal Helmut Graupner, afirman no sólo que la edad del consentimiento está en los doce años, sino que los ciudadanos vaticanos acusados de pedofilia en territorio italiano deben ser juzgados bajo la ley de la Santa Sede. Muy poco creíble, desde luego, entre otras cosas porque no hay leyes vaticanas propias sobre estos asuntos.
La moraleja es, obviamente, que no hay que creerse lo que nos cuentan los mass media o, lo que es lo mismo, que es buena práctica poner las noticias en cuarentena hasta hacer unas mínimas averiguaciones. Algo a lo que estamos poco habituados, pues lo que nos gusta es escandalizarnos enseguida con cualquier "información" que nos corrobora lo malos que son los demás. También es un ejemplo más para reflexionar sobre la calidad de nuestros informadores, pero ¿qué otra cosa cabía esperar?
Sweet little sixteen - The Beatles (Live at the BBC, 1994)
Los Beatles cantando en 1963 este clásico de Chuck Berry, quien se curó en salud atribuyéndole dieciséis años a su dulce enamorada.
Me parece lógico, dada la tradición de pedofilia de su clero
ResponderEliminarEmpiezas diciendo "Una de las anécdotas curiosas..."
ResponderEliminarPara anécdota vaticana la que te voy a relatar aunque solo roza el tema tangencialmente. Jamás la conté a nadie cuando te preguntan eso de ¿dónde es el sitio más raro donde has hecho el amor?
Un verano fui de viaje por toda italia con una queriente joven, guapa, un poco loquita; periodista y licenciada también en Historia del Arte.
Visitábamos la capilla sixtina con un grupito de turistas, siguiendo lo que un guía nos iba contando. - Lo que este tío nos cuenta te lo digo yo mejor...
Nos separamos del grupo y fuimos inspeccionando y subiendo por esacleras en espiral hasta llegar a una que tenían un cordón con la señal de prohibido el paso. Lo saltamos, subimos hasta que aparecimos en el último reborde de la cúpula. Allí había una bancada de piedra todo alrededor. Fntásticas vistas, Tomamos unas fotos. Y luego, sentaditos, hicimos la picardía.
Bajamos medio escondidos para que no nos viera nadie. Y acto seguido me dijo la muchachita: - Vamos abajo a rezar por lo que hemos hecho, para que me perdona mi abuela que me crió y a la que quiero horrores. Y estuvo de rodillas rezando lo que fuera.
No sé, pero creo que puedo decir que he hecho el amor en un lugar donde no muchos lo pueden contar. Y no sabes cómo me alegro: porque si hipócritas y follafornicones son ellos, yo he jodido en sus barbas y me supo a gloria bendita sin el menor arrepentimiento.
Esto es tan cierto como que me llamo Javier. Debí haber hecho una foto.
Grillo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡ Bienvenido Van !
ResponderEliminarSe te echaba de menos.
Un abrazote, ( y otro a Miros.)
Grillo pecador
La verdad es que tu comentario, Lansky, me ha chocado un tanto.
ResponderEliminarVa Miroslav y dedica un sesudo post a explicar con toda clase de pormenores cómo el hecho de que el Vaticano tenga una edad de consentimiento sexual muy baja no tiene, contra lo que pudiera parecer a primera vista, ninguna relación de causa a efecto con los más o menos frecuentes casos de pederastia que se den entre los miembros del clero católico, ya que a) esta edad no ha sido fijada deliberadamente por nadie en el Vaticano, que se limitó en su día a importar en bloque el código penal italiano con todas sus estipulaciones, incluida esta. Y b), dado que la enorme mayoría del clero católico ni vive en el Vaticano ni tiene esta nacionalidad; y que, incluso los que sí viven allí, para dedicarse a la pederastia forzosamente han de hacerlo fuera del Vaticano, puesto que allí no hay niños y en cambio el Trastevere les pilla muy a mano, dadas ambas circunstancias, dice, cuál sea la legislación vaticana al respecto forzosamente carece de la menor relación con la pederastia de los curas católicos (la de los que la practiquen, digo), sea esta mucha, poca, tradicional o sobrevenida. Todo esto nos explica Miroslav con el rigor y la claridad que le caracterizan, para concluir, a mi juicio con gran acierto, que "no hay que creerse lo que nos cuentan los mass media o, lo que es lo mismo, es buena práctica poner las noticias en cuarentena hasta hacer unas mínimas averiguaciones. Algo a lo que estamos poco habituados, pues lo que nos gusta es escandalizarnos enseguida con cualquier "información" que nos corrobora lo malos que son los demás."
Tu comentario viene a decir en una línea todo lo contrario de lo que el post se esfuerza en argumentar a lo largo de cosa de doscientas, y a ilustrar eficacísimamente la actitud de quienes disfrutan escandalizándose con cualquier información que les corrobore lo malos que son los que ya de antemano habían decidido considerar malos. Y ni siquiera parece consciente de estar destruyendo de un plumazo todo la argumentación del post, al revés, parece hecho en el tono de quien da la razón al autor, cuando lo que de hecho hace es todo lo contrario.
Un tanto sorprendente, ya digo.
¿Me he pasado con mi comentario ?
ResponderEliminarSi creéis que no viene a cuento lo borro. (Lo que no puedo ni quiero borrar fue aquello...)
Si la verdad
EliminarLansky: Te parece lógico ... ¿qué? ¿Que "dada la tradición de pedofilia" no tengan la edad mínima de consentimiento de Europa? ¿Qué sobre ese asunto (la pedofilia y la edad de consentimiento) no haya el Vaticano emitido nunca motu proprio ninguna norma? No me atrevo a afirmar como Vanbrugh que tu comentario viene a decir lo contrario de lo que he escrito, aunque lo parece. Pero, dado su carácter críptico, prefiero hacerte estas preguntas para que nos aclares su sentido.
ResponderEliminarGrillo: Desde luego tu anécdota, como bien dices, sólo roza el tema del post muy tangencialmente (si al menos tu partenaire hubiera sido una adolescente). Aún así, bienvenida sea, porque es sabrosa como todas las tuyas. Y la guinda de los rezos de la muchacha arrodillada perfecta. Y no, claro que no te has pasado.
Vanbrugh: Bienvenido de nuevo; ya se te echaba en falta. También a mí me sorprendió el comentario de Lansky, pero esperemos a que se explique. De paso, me permito corregirte para decirte que en efecto la edad del consentimiento que rige en el Vaticano no tiene nada que ver con las prácticas pederastas del clero, pero es que, además, no es muy baja, es la misma que la italiana.
Colegas, (con la venia), me salí por los cerros de Úbeda contando mi peripecia vaticana no solo por ser mi puntillo epatante, (lo cual que me encanta; soy mú marrano - aunque en lo íntimo me ando siempre con la mayor delicadeza posible), sino porque sobre el verdadero asunto del post de Miros no lo he tenido nunca muy claro: la edad en la que una chiquilla puede tener relaciones sexuales, es asunto peliagudo y depende y varía en muchísimas culturas desde tiempos remotos. Evidentemente, lo que suceda hoy día, dónde se sitúe la edad legal es ya otra cosa mucho más formal, adelantada y muy seria.
ResponderEliminarParece ser que al final, tú (Miros) lo has hurgado en Internet, y actualmente varía entre 13, 14 o 16 años. Okey.
Es obvio que a partir de la menarquía, (entre los nueve y 14 o quince años en estas latitudes) una 'niña' ya está en el proceso natural de ser mujer; puede concebir. Otra cosa es que esté psicológicamente preparada para la maternidad - menuda obviedad ¿no?
Han habido muchos casos en los que algunos padres y madres de esas criaturas han consentido el casamiento con permisos especiales a unas edades que yo llamaría un poco prematuras. La ley, los juristas sabrán lo que regulan... previo consultas con psicólogos, médicos y, lamentablemente, curas también.
Soy anticlerical desde los 20 más o menos; tal vez no tan furibundo, no tan agresivo, veo curillas de parroquia o misioneros y monjitas que son ejemplares.
Por otro lado, respeto muy mucho las creencias religiosas de cada quién, faltaría más, pero detesto profundamente las falacias de la Iglesia, el gran timo vaticano, su descarada hipocresía, su poquitísima vergüenza en estos asuntos y maldigo los chalaneos que se traen Papas y curas dentro y fuera de aquél recinto.
"Contra Dios no tengo nada, lo malo es su personal de tierra" (Willy Brandt.)
Por una vez voy a parecer un poco reaccionario dando una opinión que ni siquiera tengo por cierta o válida - como digo más arriba: salvo casos muy especiales yo aconsejaría o solo permitiría la práctica sexual entre hombres y mujeres abiertamente, de modo LEGAL y contraer matrimonio casi hasta los 18 años. O tal vez a la misma edad que se les permita votar en las urnas. Esto es, cuando se tiene juicio crítico.
Aclaro: usando condón que hagan lo que quieran o puedan lo jovenzuelos... como si quieren estar todo el día dale que te pego. De haber podido lo habríamos hecho la mayoría de nosotros desde los 15 o 16.
Tampoco lo podemos impedir; a espaldas de los padres o tutores harán lo que les salga del capullo y de la rajeta.
Y antes de que me tire piedras el paisanaje, a ver quién de aquí es el castizo que me diga que le parecería guay o normal o de buena gana aceptable que le venga la hija de 12 o 13 con un bombo, agarradita de la mano de otro tarugo de 13 o 14... O dieciséis, joder !
Respecto de violaciones a menores y abusos deshonestos por parte de curas, barrenderos o ingenieros aeronáuticos, en el Vaticano o en Palafruguell, ya ni digo. ¡ Al trullo ! por el mayor tiempo que la ley permita.
En mi opinión, lo único que requiere explicación es la persistencia de una institución tan nefasta durante dos mlenios.
ResponderEliminar"corrobore lo malos que son los que ya de antemano habían decidido considerar malos". (Vanbrugh dixit). Esto es chistoso sino fuera penoso, acusar de prejuicio un juicio, errado o no, como el mío basado en el análisis del hsitorial de una institución con dos mil años a la espalda...
ResponderEliminarAh, Miroslav y discúlpame que no me dedique a explicar mejor mi supuetamente crítica alusión a la pedofilia clerical, pero estoy inmerso en mi propio otoño, aunque ambos Vanbrugh y tú, no os dignéis visitarlo
ResponderEliminarLansky, tu juicio sobre la Iglesia católica y "la tradición de pedofilia de su clero" estará sin duda fundadísimo en análisis irreprochables de su historia, pero si en cuanto hueles el supuesto dato de que la edad de consentimiento sexual en el Vaticano es especialmente baja te apresuras a sumarlo al resto de tus fundamentos, haciendo caso omiso de todas las explicaciones que lo acompañan y que demuestran que no es tal dato y que, incluso si lo fuera, no tiene la menor relación con esa tradición pedofílica, lo siento, pero siembras ciertas dudas sobre el rigor de los análisis que te han llevado a formar ese juicio.
ResponderEliminarJuicio que, por supuesto, sigue mereciéndome todos los respetos. Que discuta, cuando me parecen endebles, los argumentos con que lo sustentas no significa que lo esté "acusando de prejuicio". Que tú me acuses de eso y me califiques de chistoso si no penoso, sin, al revés que yo, dar un solo argumento en contra de mi opinión ni a favor de la tuya contra la que yo sí he argumentado me parece, en cambio, una actitud bastante menos respetuosa que la mía.
Acción y reacción, amigo, tanto la tuya como la mía, como el trapo rojo ante el toro de lidia
ResponderEliminarLasky & Vanbrugh, de vuestra discusión peripatética aprendo lo mío.
ResponderEliminarQuiero decir que entiendo el punto de vista del uno y luego vuelvo a estar de acuerdo con la réplica del otro por más que los planteamientos sean tan opuestos. Además, es una delicia ver como se puede estar tan en desacuerdo - rozando a veces la descalificación - y mantener luego la amistad o el bien llevarse cuando os reunís (nos reunimos) en una u otra kedada.
A eso, además de conocimientos y arte retórico, le llamo yo CIVILIZACIÓN. Y una vez más la "culpa" es de Miroslav, que casi siempre da con temas de mucho interés, previo documentarse muy bien.
¿No fue Aristóteles quien dijo que Dios no podía borrar lo que ya había hecho? O lo planteaba aún peor: ni Dios puede borar lo ya hecho.
Grillo, Aprecio y valoro (son dos cosas distintas) a Vanbrugh con sus irracionalismos incluidos. Lo otro sería compasión
ResponderEliminarLansky: En mi opinión, lo único que requiere explicación es la persistencia de una institución tan nefasta durante dos mlenios.
ResponderEliminarA Juan XXIII se le atribuye la siguiente frase: "La mayor prueba de la divinidad de la Iglesia está en su propia historia. Ninguna organización exclusivamente humana, dirigida como ha sido dirigida la Iglesia, hubiese podido sobrevivir durante durante dos mil años."
Siento no haber encontrado la fuente y es probable que la cita, que la digo de memoria, no sea esa exactamente, pero la si que conserva la idea.
Miros Buen trabajo. En uno de mis post despotrico sobre la ligereza con que la gente habla o transmite ideas u opiniones sin molestarse en perder cinco minutos siquiera, en muchas ocasiones no son necesarios más, en comprobar si lo que dicen es verdad o mentira.