En muchos blogs personales he leído que su autor afirma escribir para él mismo, para poner por escrito lo que siente. Pero claro, al colgar el blog en la red, se está exponiendo a los ojos de otros; y esos otros interactúan y opinan. A medida que uno va escribiendo, por mucho que pretenda sacar fuera de sí lo que de verdad siente (y ya es difícil incluso distinguirlo), es inevitable que escriba con la consciencia de que otros le van a leer; incluso pensando en cada uno de esos otros concretos. De tal forma, lo quiera o no, los textos van siendo influidos por las reacciones que se imaginan de esos lectores concretos.
Este blog mío es continuación de una actividad escribidora bastante intensa que sucedió a mi crisis de pareja. En el segundo semestre del año pasado escribí mucho y bastante monotemáticamente; necesitaba entender y entenderme, sacar fuera mis emociones ... en fin, muchas cosas. Obviamente, como en anteriores periodos de tormenta interior, la escritura se convertía en una terapia. Sólo que era para mí, para poder leerme, en vano intento de fijar ideas y sentimientos que se me arremolinaban frenéticamente.
Ahora bien, el ser humano siente la necesidad de compartir su intimidad (y entiéndase esta palabra en su más amplia acepción). Parece que no valen del todo las autoterapias. De ahí los "efectos curativos del alma" de la confesión que la Iglesia Católica "tan bien" ha sabido aprovechar (pese a la infinita torpeza de la mayoría de los curas como psicólogos). Y más recientemente, por supuesto, las consultas con psicólogos y psiquiatras, siendo a mi juicio el mejor ejemplo las sesiones de psicoanálisis. En estas, el papel fundamental del profesional es mantener la continuidad del viaje de descubrimiento interior del paciente, interfiriendo lo mínimo y, desde luego, no juzgándolo.
Seguramente, ahí está la clave y el riesgo de la eficacia terapéutica de los blogs personales. Necesitamos que nos lean porque la lectura ajena (y los comentarios) se convierten en los estímulos de continuidad, a modo de las breves palabras del psicoanalista, para profundizar en nosotros mismos. Y necesitamos que sean anónimos para que los juicios no nos afecten; se trata de descubrir (más o menos) nuestra intimidad pero sin que ese descubrimiento tenga efectos significativos en nuestro entorno inmediato.
Supongo que la necesidad de impulsos ajenos para profundizar en nosotros mismos proviene de características tan humanas como la vanidad, la pereza, la soledad (en su más íntimo sentido). De otra parte, la necesidad del anonimato derivará, creo, de nuestros miedos e inseguridades. ¡Qué sé yo! En todo caso, como nada es sólo blanco y negro, habrá que pensar que cada uno se sitúa donde quiere (o puede) en un cuadrante imaginario cuyas coordenadas son la intensidad y honestidad del desnudamiento (eje horizontal) y el grado de anonimato.
Este blog mío es continuación de una actividad escribidora bastante intensa que sucedió a mi crisis de pareja. En el segundo semestre del año pasado escribí mucho y bastante monotemáticamente; necesitaba entender y entenderme, sacar fuera mis emociones ... en fin, muchas cosas. Obviamente, como en anteriores periodos de tormenta interior, la escritura se convertía en una terapia. Sólo que era para mí, para poder leerme, en vano intento de fijar ideas y sentimientos que se me arremolinaban frenéticamente.
Ahora bien, el ser humano siente la necesidad de compartir su intimidad (y entiéndase esta palabra en su más amplia acepción). Parece que no valen del todo las autoterapias. De ahí los "efectos curativos del alma" de la confesión que la Iglesia Católica "tan bien" ha sabido aprovechar (pese a la infinita torpeza de la mayoría de los curas como psicólogos). Y más recientemente, por supuesto, las consultas con psicólogos y psiquiatras, siendo a mi juicio el mejor ejemplo las sesiones de psicoanálisis. En estas, el papel fundamental del profesional es mantener la continuidad del viaje de descubrimiento interior del paciente, interfiriendo lo mínimo y, desde luego, no juzgándolo.
Seguramente, ahí está la clave y el riesgo de la eficacia terapéutica de los blogs personales. Necesitamos que nos lean porque la lectura ajena (y los comentarios) se convierten en los estímulos de continuidad, a modo de las breves palabras del psicoanalista, para profundizar en nosotros mismos. Y necesitamos que sean anónimos para que los juicios no nos afecten; se trata de descubrir (más o menos) nuestra intimidad pero sin que ese descubrimiento tenga efectos significativos en nuestro entorno inmediato.
Supongo que la necesidad de impulsos ajenos para profundizar en nosotros mismos proviene de características tan humanas como la vanidad, la pereza, la soledad (en su más íntimo sentido). De otra parte, la necesidad del anonimato derivará, creo, de nuestros miedos e inseguridades. ¡Qué sé yo! En todo caso, como nada es sólo blanco y negro, habrá que pensar que cada uno se sitúa donde quiere (o puede) en un cuadrante imaginario cuyas coordenadas son la intensidad y honestidad del desnudamiento (eje horizontal) y el grado de anonimato.
CATEGORÍA: Reflexiones sobre emociones
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
A veces sucede que, las personas que fueron anónimas opinando a través de tu blog, se convierten en referentes de consejos, en oídos a los que contarles tus problemas, en más que alguen "anónimo".
ResponderEliminarNo creo que fuese este el fin de quien inventó el blog, pero para muchas personas es así.
Saludos.
Comentado el Lunes, 14 Agosto 2006 12:45
Creo que los diarios escritos, éstos que escribes de adolescente con llavecita para asegurar tu intimidad, son con todo seguridad aquello que se escribe con la intención de que nadie lo lea, yo tengo dos o tres en un cajón y cuando me leo en alguna página es como si estuviera invadiendo mi propia intimidad, porque no era algo que se escribe para leer sino para comunicarte contigo misma en esa determinada época.
ResponderEliminarAquí escribrimos para comunicarnos, yo empecé a escribir cuando ya conocía a casi todos los que luego me han comentado (de sus propios blogs) así que tenía claro que no era algo íntimo que hacía para mi, sino una forma más de darme a conocer, de comunicarme. Internet no es un espacio de soledad sino un medio más de comunicación, si no fuera así no comunicaríamos nada.
Comentado el 14 Agosto 2006 17:43
Me he repetido mucho, perdón.
ResponderEliminarComentado el Lunes, 14 Agosto 2006 17:44
Efectivamente escribo como una forma de terapia.
ResponderEliminarEn primer lugar, me desahogo.
En segundo lugar, me gusta que me lean porque así me siento menos solo.
En tercer lugar, lo veo como un ejercicio de literatura.
Saludos
Comentado el Lunes, 14 Agosto 2006 20:10
Supongo que todos tenemos nuestra forma particular de ver y sentir las cosas.
ResponderEliminarEn mi caso, comencé el blog porque "necesitaba" escribir cosas que no las puedo contar a nadie de mi entorno. Les haría daño, y no sería justo por mi parte.
Sinceramente, cuando escribo, lo hago rápidamente, por impulsos, no releo (de ahí que muchas veces me repita) y no lo hago con el objetivo de que me lea nadie. Sin embargo, reconozco que me gustan las opiniones que me dejan los que se toman su tiempo para leerme. Y lo agradezco muchísimo.
Pero también, te aseguro que si nadie me leyera, lo seguiría haciendo igual.
No quiero jueces en mi vida, ni en lo que escribo, pero sí me gusta valorar las experiencias de otros, y sobre todo aprender.
Un beso desde donde soplan aires de libertad.
Comentado Martes, 15 Agosto 2006 18:47
Yo empecé a escribir. a manera de terapia, cuando ya no quería gastar más dinero, ni tiempo en mi adorado psicológo, ni en ningún psicoanalista.
ResponderEliminarAbrí el blog, y solté toda mi rabia, toda mi ira, y me encerré en él, hasta que me sentí mejor, estaba casi curada y decidí abrir la puerta de mi cybercasita, consegui muchos amigos, personas a quienes quiero mucho; y hoy, ya no escribo sólo para mi, y me agradan muchisimo los coemntarios.
Es la cuarta vez que cuento esta historia online. Seguramente no será la última.
Besos
Comentado el Miércoles, 16 Agosto 2006 03:21
He querido compartir mi historia, llevo poco tiempo haciéndolo, y no tengo claro el destino de mi blog, ni de mi otoño de relatos.
ResponderEliminarUn beso
Comentado el Miércoles, 16 Agosto 2006 17:29