Debes acariciarla, lamerla, lengüetearla cosquillosamente, pellizcarla suavemente, respirarle su aliento, terciopelarle la piel, agujerearle con soplidos cada poro, comerle los labios, saborearla, beberla a sorbitos, derretir sus durezas, masajearla, absorber sus jugos, besarla de mil y una maneras, abrazarla hasta sentirla dentro y viceversa, frotarla, llenar con tu mirada la suya, dibujar con las yemas de tus dedos sus rasgos, aletearle el aura, abrir todas sus oquedades y saber cómo cerrarlas, montarla y ser montado, ensalivarla toda, untarla, mordisquearla ...
Debes también susurrarla, acurrucarla y acurrucarte, coquetearla, alabarla, mimarla, cantarle (salvo que desafines, ay), encantarla, hablarle en silencio, no contrariarla, felicitarla y apoyarla, decirle que la quieres con gestos y palabras, decirle que la quieres con la mirada, ronronear a su lado y acoger sus ronroneos, adorarla sin remilgos, admirarla ...
Por supuesto has de animarla, aplacarla, complacerla, estimularla, consolarla, excitarla, protegerla, entretenerla, intrigarla (pero no demasiado), entenderla (o hacer ver que lo intentas), aceptarla, halagarla, consentirle, echarle en falta, no agobiarla ...
Y pese a ello, también, a veces y sin pasarse, tienes que ordenarle, discutirle, enfadarte, encelarla, racionalizarla, fastidiarla, resistirla, irritarla, encenderla, enervarla, retarla, apretarla, prevalecer, desintoxicarla, ignorarla ...
Claro que, enseguida, habrás de suplicarle perdón, arrastrarte, congraciarte, complacerla, sacrificarte, asistirla, implorarle su amor, ayudarle, entregarte, darle la seguridad de que eres suyo, rebajarte, prometerle enmiendas absolutas, culparte, abandonar todo por ella, jurarle que nada tiene sentido sin ella ...
Y darle de comer en la boca, llevarla a sitios bellos y entretenidos, fascinarla, vestirla, bañarla con jabones aromáticos y esencias florales, hidratarle la piel, humedecerla y secarla, perfumarla, cepillarle el cabello, depilarla, encender velas antes de que llegue, dedicarle las músicas más dulces, comprarle bombones de nuevos sabores, regalarle flores ...
Y no dejes de telefonearla, ni de recordar las fechas sacras, ni de atender lo que dice, aunque sea sin palabras; anticípate a sus deseos y aprende de sus miradas, calma sus ansiedades, valora sus preocupaciones sin osar solucionarlas, aflígete con sus aflicciones y que te alegren sus regocijos, confía en ella y regálale confianza, corresponde sus detalles, haz que se eleve hasta el cielo, engatúsala hasta el sueño, que se sienta respetada ...
En fin, idolátrala y ríndele culto de diosa (de religión estrictamente monoteista, desde luego), renovando siempre los ritos de tu amor; así pues, asómbrala, deslúmbrala, ámala. Lee todos los libros que explican cómo enamorar a una mujer y practica sus consejos como si los hubieras inventado. Y cuando creas que has llegado ... vuelve a empezar y repite todo de nuevo.
Debes también susurrarla, acurrucarla y acurrucarte, coquetearla, alabarla, mimarla, cantarle (salvo que desafines, ay), encantarla, hablarle en silencio, no contrariarla, felicitarla y apoyarla, decirle que la quieres con gestos y palabras, decirle que la quieres con la mirada, ronronear a su lado y acoger sus ronroneos, adorarla sin remilgos, admirarla ...
Por supuesto has de animarla, aplacarla, complacerla, estimularla, consolarla, excitarla, protegerla, entretenerla, intrigarla (pero no demasiado), entenderla (o hacer ver que lo intentas), aceptarla, halagarla, consentirle, echarle en falta, no agobiarla ...
Y pese a ello, también, a veces y sin pasarse, tienes que ordenarle, discutirle, enfadarte, encelarla, racionalizarla, fastidiarla, resistirla, irritarla, encenderla, enervarla, retarla, apretarla, prevalecer, desintoxicarla, ignorarla ...
Claro que, enseguida, habrás de suplicarle perdón, arrastrarte, congraciarte, complacerla, sacrificarte, asistirla, implorarle su amor, ayudarle, entregarte, darle la seguridad de que eres suyo, rebajarte, prometerle enmiendas absolutas, culparte, abandonar todo por ella, jurarle que nada tiene sentido sin ella ...
Y darle de comer en la boca, llevarla a sitios bellos y entretenidos, fascinarla, vestirla, bañarla con jabones aromáticos y esencias florales, hidratarle la piel, humedecerla y secarla, perfumarla, cepillarle el cabello, depilarla, encender velas antes de que llegue, dedicarle las músicas más dulces, comprarle bombones de nuevos sabores, regalarle flores ...
Y no dejes de telefonearla, ni de recordar las fechas sacras, ni de atender lo que dice, aunque sea sin palabras; anticípate a sus deseos y aprende de sus miradas, calma sus ansiedades, valora sus preocupaciones sin osar solucionarlas, aflígete con sus aflicciones y que te alegren sus regocijos, confía en ella y regálale confianza, corresponde sus detalles, haz que se eleve hasta el cielo, engatúsala hasta el sueño, que se sienta respetada ...
En fin, idolátrala y ríndele culto de diosa (de religión estrictamente monoteista, desde luego), renovando siempre los ritos de tu amor; así pues, asómbrala, deslúmbrala, ámala. Lee todos los libros que explican cómo enamorar a una mujer y practica sus consejos como si los hubieras inventado. Y cuando creas que has llegado ... vuelve a empezar y repite todo de nuevo.
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Este post no es más que la manipulación personal de un texto que me ha llegado por correo electrónico. Tras leerlo (y hacerme gracia, la suficiente para ponerme a jugar con él), me he acordado de otro parecido en el que un "pequeño saltamontes" preguntaba a su maestro budista del correspondiente monasterio tibetano qué había que hacer para satisfacer a una mujer. El monje soltaba un larguísimo discurso enumerando los doscientos mil mandamientos que habían de cumplirse para alcanzar tan difícil objetivo hasta que el muchacho se levantaba desesperado para marcharse. El sabio le advierte que todavía no ha acabado y el aprendiz le contesta que da igual, que ya ha entendido el atractivo de la homosexualidad.
Naturalmente, no es necesario renunciar a nuestra orientación heterosexual; si el esfuerzo de satisfacer a la mujer que amamos nos resulta en ciertos momentos agobiante en exceso, uno siempre puede tomarse una cápsula de keledén, este nuevo medicamento tan útil para el stress.
Naturalmente, no es necesario renunciar a nuestra orientación heterosexual; si el esfuerzo de satisfacer a la mujer que amamos nos resulta en ciertos momentos agobiante en exceso, uno siempre puede tomarse una cápsula de keledén, este nuevo medicamento tan útil para el stress.
Que te follen - La Cabra Mecánica (Ni Jaulas ni Peceras, 2003)
CATEGORÍA: Sexo, erotismo y etcéteras
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
Con razón es tan difícil satisfacer, a ver quién es el guapo que hace todo eso y encima le sale bien y la conquista, que ya sabemos para qué sirven las reglas en esto de la conquista, más bien para nada. Pero oye y lo bien que lo pasaríamos nosotras, aunque algunas no le encuentren la gracia, yo entraría en ese templo donde me adorasen, aunque estuviese lleno de píldoras keleden.
ResponderEliminarComentado originalmente el Martes, 27 Febrero 2007 09:16
Yo tuve un novio de los que intentaban hacer todo eso, y aunque al principio me resultó halagador y divertido, llegó un momento en que no pude soportarlo. Acabé recetándole una cajita de "Ketedén", que es parecido al "Keledén", pero algo más drástico.
ResponderEliminarComentado originalmente el Martes, 27 Febrero 2007 12:56
Huys... espero que ningún hombre intente llevar a cabo tan ardua tarea porque poco o nada iba a lograr. ¿Realmente nos creen tan complicadas? ¿No bastará con que nos quieran y ya?
ResponderEliminar(Yo, desde luego, nunca he soportado que alguien me idolatre como una diosa que luego me tiraban del altar y el porrazo dolía... puffff)
Besos
Comentado originalmente Martes, 27 Febrero 2007 16:27
Pues yo me ofrezco voluntaria para todas esas cosas, ejem, fun-da-men-tal-ment-te el primer parrafito ;)
ResponderEliminarbesos
Comentado originalmente Jueves, 1 Marzo 2007 21:03
¿Y por qué no ser uno mismo y así decidimos nosotras si nos interesan o no?
ResponderEliminarEs que, vamos, vaya trabajera... para que al final nos tiren del pedestal ;)
Besos de una maia.
Comentado originalmente Viernes, 2 Marzo 2007 00:46
demaciadas premisas, porque no simplemente "esta ahi y sonrie"
ResponderEliminardime, donde se compran esas pastillas yo las necesito..
Comentado originalmente Martes, 17 Abril 2007 16:47