En Canarias también se está por reformar el Estatuto de Autonomía. De hecho, el nuevo texto se aprobó el pasado 13 de septiembre y está en el Congreso de los Diputados esperando su turno, aunque no parece haber mucha voluntad de sus señorías (para desesperación de la coalición que nos gobierna) en cuanto a meterle prisa; según creo, llegarán antes las triples elecciones de mayo.
En todo caso, salvo en las intimidades de las guerrillas partidarias, el asunto no parece haber calado demasiado en la opinión pública. Por curioso que parezca, tengo la sensación de que en estas islas hubo bastante más discusión cuando lo del Estatut catalán. Desde hace unos días, el gobierno está llevando a cabo una tímida campaña publicitaria, imagino que para que a la gente se le despierte el interés e incluso alguno se vaya a la página web y lo lea. También puede que de lo que se trate es de “cargar” un posible tema para el próximo debate electoral.
En fin, el Estatuto se ha elaborado sin demasiada alharaca (el truco debe radicar en no decir que Canarias es una nación ni similares proclamas de mucha fuerza emocional pero escaso contenido práctico). De hecho, no está muy clara la necesidad de la reforma, aunque el gobierno aporta en su página web algunos argumentos (se nota que han tenido que exprimirse la cabeza y aún así no les han quedado del todo convincentes). Lo más significativo es conseguir más competencias (como el resto de comunidades) partiendo del “dogma” de que a mayor autogobierno (y menos centralización estatal) más modernidad y progreso (mucho habría que discutir esto y, sobre todo, los intereses ocultos que ampara).
Lamentablemente, en Canarias se habla el castellano, lo que supone un handicap importante para consolidar la “conciencia de identidad” canaria. Porque esto de la “conciencia de identidad” es algo fundamental en estos tiempos y, desde luego, uno de los objetivos básicos de la Comunidad Autónoma, tal como se establece en el artículo 7 del Estatuto propuesto: “El afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura canaria, a través del conocimiento, conservación, defensa, promoción, investigación y difusión del patrimonio histórico, artístico y paisajístico de Canarias, así como de los valores lingüísticos del pueblo canario en toda su riqueza y variedad”. Por cierto, en el Estatuto vigente no se mencionaba esto de la conciencia de identidad.
Pero aunque en Canarias se hable español, es un español distinto del de la Península (¿del de cuál parte de la península?). Ciertamente hay multitud de palabras que no allí no se usan, algunas de preciosa sonoridad y otras, las menos, que más parecen vulgarismos. Los anuncios institucionales a que me he referido, consisten en una retahíla de estas palabras (podría ser un examen para godos aspirantes a residentes) a la que sigue la siguiente frase: “tenemos otra forma de llamar las cosas, otra forma de comunicarnos”. Entre paréntesis conviene aclarar que muchas de estas palabras no son comunes al habla de todo el archipiélago; hay términos que son sólo canariones o palmeros, e incluso dentro de una misma isla (como es el caso de Tenerife) los del lejano norte tienen algunas que para nada usan los de Santa Cruz.
En fin, que según la publicidad gubernamental los canarios “somos” únicos. Más que discutible afirmación, salvo que admitamos que todos somos únicos, con lo cual el impacto del mensaje pierde casi toda su impronta. Pero, todavía mejor, el nuevo Estatuto nos hará aún más únicos. Especialmente, pienso yo, en el destrozo de la gramática. Aunque, ya puestos, añadiría que también nos hará más óptimos.
Pues nada, que este Estatuto no está desinquietando ni un fisco ni, por muchos voladores que aventen, tampoco parece que vaya a acabar en boncho; vamos que no da siquiera ni para alegar tomando barraquitos con los amigos. Y a mí me parece muy bien, porque no creo que en estos momentos los problemas de Canarias requieran de la reforma estatutaria, pero también es verdad que no vamos a ser menos. Así que, animados desde el poder, contribuyamos todos a afianzar nuestra conciencia colectiva (aunque sea inventándola y, por supuesto, uniformizando las diferencias insulares) que nos haga más únicos (=diferentes) para hacer progresar esta Tierra Única (otro eslogan institucional).
Y los apátridas desenraizados ... ¿dónde acabaremos?
En todo caso, salvo en las intimidades de las guerrillas partidarias, el asunto no parece haber calado demasiado en la opinión pública. Por curioso que parezca, tengo la sensación de que en estas islas hubo bastante más discusión cuando lo del Estatut catalán. Desde hace unos días, el gobierno está llevando a cabo una tímida campaña publicitaria, imagino que para que a la gente se le despierte el interés e incluso alguno se vaya a la página web y lo lea. También puede que de lo que se trate es de “cargar” un posible tema para el próximo debate electoral.
En fin, el Estatuto se ha elaborado sin demasiada alharaca (el truco debe radicar en no decir que Canarias es una nación ni similares proclamas de mucha fuerza emocional pero escaso contenido práctico). De hecho, no está muy clara la necesidad de la reforma, aunque el gobierno aporta en su página web algunos argumentos (se nota que han tenido que exprimirse la cabeza y aún así no les han quedado del todo convincentes). Lo más significativo es conseguir más competencias (como el resto de comunidades) partiendo del “dogma” de que a mayor autogobierno (y menos centralización estatal) más modernidad y progreso (mucho habría que discutir esto y, sobre todo, los intereses ocultos que ampara).
Lamentablemente, en Canarias se habla el castellano, lo que supone un handicap importante para consolidar la “conciencia de identidad” canaria. Porque esto de la “conciencia de identidad” es algo fundamental en estos tiempos y, desde luego, uno de los objetivos básicos de la Comunidad Autónoma, tal como se establece en el artículo 7 del Estatuto propuesto: “El afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura canaria, a través del conocimiento, conservación, defensa, promoción, investigación y difusión del patrimonio histórico, artístico y paisajístico de Canarias, así como de los valores lingüísticos del pueblo canario en toda su riqueza y variedad”. Por cierto, en el Estatuto vigente no se mencionaba esto de la conciencia de identidad.
Pero aunque en Canarias se hable español, es un español distinto del de la Península (¿del de cuál parte de la península?). Ciertamente hay multitud de palabras que no allí no se usan, algunas de preciosa sonoridad y otras, las menos, que más parecen vulgarismos. Los anuncios institucionales a que me he referido, consisten en una retahíla de estas palabras (podría ser un examen para godos aspirantes a residentes) a la que sigue la siguiente frase: “tenemos otra forma de llamar las cosas, otra forma de comunicarnos”. Entre paréntesis conviene aclarar que muchas de estas palabras no son comunes al habla de todo el archipiélago; hay términos que son sólo canariones o palmeros, e incluso dentro de una misma isla (como es el caso de Tenerife) los del lejano norte tienen algunas que para nada usan los de Santa Cruz.
En fin, que según la publicidad gubernamental los canarios “somos” únicos. Más que discutible afirmación, salvo que admitamos que todos somos únicos, con lo cual el impacto del mensaje pierde casi toda su impronta. Pero, todavía mejor, el nuevo Estatuto nos hará aún más únicos. Especialmente, pienso yo, en el destrozo de la gramática. Aunque, ya puestos, añadiría que también nos hará más óptimos.
Pues nada, que este Estatuto no está desinquietando ni un fisco ni, por muchos voladores que aventen, tampoco parece que vaya a acabar en boncho; vamos que no da siquiera ni para alegar tomando barraquitos con los amigos. Y a mí me parece muy bien, porque no creo que en estos momentos los problemas de Canarias requieran de la reforma estatutaria, pero también es verdad que no vamos a ser menos. Así que, animados desde el poder, contribuyamos todos a afianzar nuestra conciencia colectiva (aunque sea inventándola y, por supuesto, uniformizando las diferencias insulares) que nos haga más únicos (=diferentes) para hacer progresar esta Tierra Única (otro eslogan institucional).
Y los apátridas desenraizados ... ¿dónde acabaremos?
CATEGORÍA: Política y Sociedad
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
Pues te veo teniéndote que casar para obtener los papeles, porque trabajar sin tener permiso de trabajo o residencia te va a costar como poco una boda ;).
ResponderEliminarComenatdo originalmente el Lunes, 19 Marzo 2007 20:04
Pues prefiero que la reforma de vuestro estatuto pase desapercibida por muy que te pese, que no la del catalan, que aun ahora se lo estan mirando con lupa.
ResponderEliminarNo hay derecho que pongan dudas y trabas ante frases que si las redactasen otras comunidades, ni se fijarían.
Y no te cuento ya la composición de los miembros del tribunal constitucional, bastante apañadita. Cómo declaren inconstitucional el estatuto catalan, voy a ser la primera en salir a la calle. ¡La vamos a liar!
Comentado originalmente el Lunes, 19 Marzo 2007 20:42
A mí lo de la "identidad canaria" (y ya puestos lo de la identidad de cualquier otro pueblo, nacionalidad o como se quiera llamar) me da risa. En serio, tú vas, te vistes de mago p'a las fiestas del Pino (o de la Candelaria o de las Nieves o etc...); te cantas cuatro folías, tres isas, dos malagueñas y alguna polka. Te sacas el léxico canario pa encontrar todas esas palabras que ya ni usamos más el diccionario guanche para aprender a decir algo más que baifo en dicho idioma y... hala... ya eres más canario que nadie y estás defendiendo tu identidad. Esto puede trasladarse a Cataluña, Galicia, Euskadi, Andalucía, cualquiera de las dos Castillas, etc...
ResponderEliminarO sea, por si no ha quedado claro: a mí lo de los nacionalismos, y lo de los Estatutos me parece una soberana memez. Y lo único que le pido a los señores más canarios que ningún canario es que me dejen el alma tranquila que yo con tener p'a mi potaje de berros y mi gofito amasao, ya me sobra :D
Besos
Comentado originalmente el Lunes, 19 Marzo 2007 21:01
Canarias es una colonia española en África. Basta mirar un plano! Me parece bien que su estatuto se reforme.
ResponderEliminarComentado originalmente el Martes, 20 Marzo 2007 23:34
¿Canarias una colonia española en África? Que no se me ofenda nadie pero me da la risa. En serio. Y yo que nunca me he sentido colonizada. Igual es que, claro, la metrópolis me lavó el cerebro :D
ResponderEliminarPerdón, pero es que eso de la colonia me da mucha risa. Y ya no digo nada más, lo prometo.
Comentado originalmente el Miércoles, 21 Marzo 2007 16:08 (Correo) (Web)