Este post va de aclaraciones a la historia de Lola; aclaraciones convenientes en los inicios de su narración. De hecho, no sé si podré contarla, entre otras cosas porque la historia se me está desvelando y, además, es actual, está ocurriendo. Así que la pregunta que me hizo Pilar (acaba bien, ¿verdad?) está de momento sin respuesta, ni siquiera provisional (que son, al fin y al cabo, las únicas que nos vamos dando durante la vida).
Sandra es una buena amiga mía que está preocupada por su hija y necesitaba hablar con alguien en quien confiara. Ese alguien, no sé si mereciéndolo, soy yo. Al margen del cariño que nos tenemos, intuyo que Sandra espera de mí una visión objetiva, que le ayude a mantener las referencias mínimas para no dejarse llevar por angustias emocionales y poder tomar las decisiones más eficaces para ayudar a su hija. No es fácil ayudar (ya he hablado de eso) y, desde luego, para hacerlo el amor no es más que condición necesaria, pero no suficiente. Inteligencia y paciencia, recuerdo.
Con el párrafo anterior doy respuesta a la pregunta de Lukre (¿estás involucrado en la historia de Lola?) aunque, para ser más explícito habría ponerse de acuerdo en el contenido que damos a "estar involucrado". El DRAE dice que involucrarse es complicarse en un asunto, comprometiéndose con él. En sentido estricto pues no estaría involucrado, ya que la historia no me "complica" nada ni tampoco me "compromete" (no me crea ninguna obligación, que es el significado de compromiso). Pero, sin ser tan precisos, tengo claro que me interesa, tanto intelectual como afectivamente. Y que me gustaría servir de ayuda a Sandra y también que mi ayuda le valiera -obviamente de forma indirecta- a Lola.
Otra cosa que puede que merezca la pena aclarar es cómo se ha ido enterando Sandra de lo que sabe y también cuánto sabe. El "descubrimiento" de la vida oculta de su hija ha sido bastante reciente. Todo empezó al encontrar, casi por azar, una carta que Lola había escrito a una tal Alma, de quien Sandra no había nunca oído hablar. Era una carta de amor. Su hija se le revelaba lesbiana, opción que Sandra nunca había contemplado y que supuso una fuente de preocupaciones (ya escribí un post sobre ellas hace algo más de un mes). Pero, aparte de eso, había varias cosas extrañas, atisbos de una historia complicada, retorcida ... Indicios sobrados (sobre todo para una madre) para acuciarla a destapar lo que su hija le ocultaba.
Normalmente no vemos porque no miramos. Basta que la atención se despierte para que empecemos a ver, a recopilar acontecimientos que de pronto se vuelven significantes. Esas miradas atentas no funcionan sólo en el presente, también se vuelven hacia el pasado con idénticos resultados. Palabras, actos, estados de ánimos, comportamientos que en su momento pasaron anodinos revelan ahora mensajes que no vimos, aunque esos mensajes no sean del todo claros, aunque nos falten todavía datos para conocerlos en su globalidad. Este periodo de acumulación de piezas de un puzzle que no sabía encajar (pero que ya sí sabía que existía) duró unos cuantos meses. Ahí aparecí yo; al principio confidente ocasional al que le contaba retazos inconexos, imposibles de encajar en un cuadro de conjunto, pero que nos permitían diversas hipótesis explicativas (que luego se han ido confirmando, desechando o manteniendo aun su misterio).
En las pasadas vacaciones navideñas se precipitaron algunos acontecimientos a raíz de un viaje de Lola a la península. Alma pasó a ser real; Lola se vio obligada, debido a la ocurrencia de diversos incidentes y a la inevitable exhibición de sus tormentas interiores, a dar explicaciones a su madre. Explicaciones falsas, pero hechas con las vueltas de verdades parciales. Sandra se conmovió ante el sufrimiento de su hija pero, poco a poco, se fue dando cuenta de que no todo encajaba. También fue comprobando que Lola rechazaba sus esfuerzos de aproximación emotiva en cuanto implicaran el más mínimo intento de despejar dudas concretas.
Ya para entonces estaba bastante claro que Lola llevaba una doble vida, ajena no sólo a su madre sino también a su grupo de amigas, a través de internet. Despejar muchas de las incógnitas pasaba por acceder a su ordenador y Sandra me pidió ayuda. Algo sabía yo sobre tales asuntos. Hará unos dos años, temiendo que mi hijo estuviese metido en ciertas actividades, le instalé un programa espía. No lo usé mucho tiempo; en todo caso, aparte de enterarme de comportamientos bastante obvios en un chaval de 20 años, bastó para tranquilizarme en el aspecto concreto que me preocupaba. Por otra parte, no me sentía demasiado cómodo "invadiendo" el espacio de mi hijo. Pienso que a veces hay que hacer cosas así, pero no dejan de ser peligrosas (en muchos sentidos) y, si se inician, conviene limitar su práctica a lo estrictamente necesario. Algo así le dije a Sandra.
En todo caso, no hizo falta instalar ninguno de esos programas. El ordenador de Lola iba fatal y ella misma le planteó a su madre la conveniencia de formatearlo y reinstalarle el sistema operativo. Sandra le habló de un amigo suyo (yo) que podía hacerlo y a la chica le pareció estupendo, ajena totalmente a que su madre sospechase y quisiera acceder a sus archivos. Así que, durante un fin de semana entero, estuve en la casa de estas mujeres provisto de un disco duro externo de mogollón de gigas y los discos del windows y otros programas. Grabé todo su disco duro en el mío, formateé el ordenador, volví a instalar el sistema operativo y los distintos programas y, finalmente, devolví los documentos de Lola a sus lugares de origen. Claro que, de acuerdo con Sandra, sin borrarlos de mi disco duro que volvió a mi casa.
Durante la siguiente semana, Sandra y yo quedamos varias tardes para echar un vistazo general. Había multitud de archivos, en todos los formatos imaginables. Historiales de páginas web visitadas (que revelaban a una chica con las hormonas en pleno funcionamiento), multitud de fotos, archivos de audio, pero no sólo de música (¡qué mal gusto tienen los chavales!) sino grabaciones suyas y de amigos, algunos (no demasiados) textos en Word, videos (de todo tipo) y las joyas de la corona, en cuanto a contenido informativo, los xml de las conversaciones a través de dos cuentas de messenger, que cubren desde septiembre de 2004 a mayo de este año. Para hacerse una idea estamos hablando de más de 300 archivos y aclaro que cada archivo no corresponde a una conversación, sino a un interlocutor. Para quien no lo sepa (yo no lo sabía hasta hace poco), en un mismo archivo se guardan conversaciones sucesivas con la misma cuenta de messenger, salvo que se haga tan "gordo" (en torno a las 4MB) que el propio programa crea un nuevo archivo; eso ocurre sólo con dos interlocutores de Lola. Sépase que una conversación tan larga que llega a colmar un archivo xml, pegada en word, ocupa entre 150 y 200 páginas (entre 7.500 y 10.000 líneas, que corresponden a mensajes entre golpe de teclas enter). Naturalmente, la mayoría de las conversaciones de Lola son mucho más breves (pocos minutos de contactos frustrados, de eso ya hablaré), pero hay unas cuantas (Alma tiene el record) que suponen muchísimas horas tecleando frente a la pantalla. Para colmo, estamos seguros de que no de todas las conversaciones han quedado registros y también de que empezó a usar el messenger para estos fines antes de los primeros archivos guardados.
Como es fácil imaginar, dada la magnitud de información, ni Sandra ni yo hemos leído, visto u oído todavía todo lo que hay. Sin embargo, sí lo suficiente para que estemos en condiciones de tener una visión de conjunto del panorama. Mientras antes sólo había piezas sueltas, ahora simplemente faltan piezas que sabemos en qué parte del puzzle van y cuya ausencia, aun ocultando algo, no impiden ver el cuadro. Y el cuadro es preocupante. No tanto por la sexualidad de Lola (aunque también, dado que estamos convencidos de que la ve como algo vergonzoso y aumenta su cerrazón emocional) cuanto, sobre todo, por el retorcimiento psicológico que ha ido desarrollando la chica durante estos últimos tres años, llegando a situaciones bastante límite que necesariamente han de explotarle (y no creo que pase mucho tiempo antes de eso).
Que la traca final (o la precipitación de acontecimientos que van a obligar a Lola a enfrentarse consigo misma y con los demás) se aproxima ha venido confirmado recientemente por la propia Alma, que se ha puesto en contacto telefónico con Sandra a espaldas de su hija. Resulta que Lola y Alma no se conocen personalmente y Alma quiere venir, por más que Lola se niega. Esta chica, también de dieciocho años y absolutamente desquiciada por su relación con Lola, necesitaba hablar con alguien (tampoco puede ni imaginar abrirse a sus padres) y ha encontrado en Sandra la única alternativa. Con lo cual Sandra ha rellenado algunas lagunas que quedaban, ha comprobado cómo Alma desconoce también muchas cosas de Lola y se ha encontrado con otra niña que sufre y que la implica a ella.
Hasta aquí el panorama en su estado actual. Antes de acabar el post, no obstante, añadiré una última aclaración y es la relativa a por qué estoy escribiendo esto. Por supuesto, Sandra lo sabe y consiente. La finalidad primera es ordenarnos las ideas, describir lo que sabemos negro sobre blanco para poder reflexionar sobre ello, dejarnos constancia a nosotros mismos de cómo han sido y son los acontecimientos. En cuanto a publicarlo ... pues, obviamente, recibir las impresiones de quienes lo lean, de las cuales a lo mejor salen pistas sobre caminos a seguir.
Actualización (17/06/07): ¿Por qué Sandra no le dice a Lola claramente que sabe lo que sabe, "obligándole" de esa manera a abrirse a ella? Esta duda surge (a Amaranta, al menos) porque he omitido algunas explicaciones para no hacer demasiado largos los posts; trataré de dar algunos datos más.
Sandra ha intentado hablar con Lola en varias ocasiones, incluso cuando lo que sabía no eran más que sospechas. Como conté en el post anterior, la relación entre ellas ha sido siempre muy buena, aparentemente la de dos amigas que confían mutuamente. Pero era una confianza (ahora Sandra lo sabe) basada en la imagen que Lola quería que su madre tuviera de sí misma. En cuanto Sandra ha hecho el mínimo acercamiento a lo que su hija le oculta, ésta ha reaccionado bruscamente, cortando la conversación, negando indignada cualquier leve insinuación. De otra parte, como ya contaré con más detalle, le ha contado a su madre una historia que explica (a sus ojos) su comportamiento de los últimos meses, dándole la vuelta a los aspectos "escabrosos". También sabemos (porque lo ha dicho Alma) que Lola no está dispuesta a contar a Sandra más que lo mínimo imprescindible para acallar sus dudas y, en ningún caso, a abrirse a su madre.
Así las cosas, pensamos que sólo hay dos opciones de momento. Callar y esperar que sucedan acontecimientos que hagan evidentes partes de esta historia, o que Sandra se plante ante su hija y le suelte lo que sabe obligándola a hablar. La última alternativa creemos que es muy peligrosa porque, obviamente, Lola no debe saber nunca que su madre ha "invadido su privacidad" (son las palabras de shecat; por cierto, entiendo su postura máxime por la edad que tiene; dentro de unos años ella entenderá la de Sandra). E incluso, aunque no estuviera seguro de cómo lo ha averiguado su madre, se corre el riesgo cierto de que la chica reaccione con agresividad y rechazo, dificultando muchísimo más la recuperación de la relación entre ambas.
La estrategia más prudente creemos que es esperar a que ocurran cosas que van a ocurrir, en especial las que va a provocar Alma que no aguanta más esta situación de ambiguas falsedades. Creemos que lo mejor es que sean acontecimientos externos a Sandra (aunque ella incida en su devenir) los que "obliguen" a Lola a enfrentarse con la realidad, haciéndola salir de ese refugio "virtual" en el que desarrolla una segunda vida, con una segunda personalidad. Entonces Sandra ha de estar ahí, confiando en que el golpe que reciba su hija sea lo suficiente duro como para romper su coraza pero no tanto como para hundirla.
De todas maneras, quiero aclarar que la preocupación principal de Sandra no es la homosexualidad de Lola. Ese aspecto pensamos que, sea plenamente o a medias, será puesto sobre el tapete en unos cuantos días por la propia Lola como resultado de los acontecimientos futuros a que me refiero. Hay otras cosas que desvelan rasgos preocupantes de tipo psicótico, cuya consideración y ulterior decisión sobre cómo actuar requieren de cuidadosa reflexión y asesoramiento de personas entendidas. Las actuaciones de Lola que nos llevan a pensar esto (y que Alma desconoce en su gran mayoría) son las que -estamos seguros- la chica no va a reconocer. Y son estas cuestiones las más peligrosas y respecto a las cuales con más cuidado habrá que actuar.
Es muy complicado ayudar a un adolescente. Es muy duro estar ahí, al lado de quien amas tanto, viendo lo poco que puedes hacer. Paciencia e inteligencia ... y disponibilidad y atención para aprovechar los mínimos resquicios de oportunidad. Tened por seguro que Sandra lo está pasando muy mal.
Sandra es una buena amiga mía que está preocupada por su hija y necesitaba hablar con alguien en quien confiara. Ese alguien, no sé si mereciéndolo, soy yo. Al margen del cariño que nos tenemos, intuyo que Sandra espera de mí una visión objetiva, que le ayude a mantener las referencias mínimas para no dejarse llevar por angustias emocionales y poder tomar las decisiones más eficaces para ayudar a su hija. No es fácil ayudar (ya he hablado de eso) y, desde luego, para hacerlo el amor no es más que condición necesaria, pero no suficiente. Inteligencia y paciencia, recuerdo.
Con el párrafo anterior doy respuesta a la pregunta de Lukre (¿estás involucrado en la historia de Lola?) aunque, para ser más explícito habría ponerse de acuerdo en el contenido que damos a "estar involucrado". El DRAE dice que involucrarse es complicarse en un asunto, comprometiéndose con él. En sentido estricto pues no estaría involucrado, ya que la historia no me "complica" nada ni tampoco me "compromete" (no me crea ninguna obligación, que es el significado de compromiso). Pero, sin ser tan precisos, tengo claro que me interesa, tanto intelectual como afectivamente. Y que me gustaría servir de ayuda a Sandra y también que mi ayuda le valiera -obviamente de forma indirecta- a Lola.
Otra cosa que puede que merezca la pena aclarar es cómo se ha ido enterando Sandra de lo que sabe y también cuánto sabe. El "descubrimiento" de la vida oculta de su hija ha sido bastante reciente. Todo empezó al encontrar, casi por azar, una carta que Lola había escrito a una tal Alma, de quien Sandra no había nunca oído hablar. Era una carta de amor. Su hija se le revelaba lesbiana, opción que Sandra nunca había contemplado y que supuso una fuente de preocupaciones (ya escribí un post sobre ellas hace algo más de un mes). Pero, aparte de eso, había varias cosas extrañas, atisbos de una historia complicada, retorcida ... Indicios sobrados (sobre todo para una madre) para acuciarla a destapar lo que su hija le ocultaba.
Normalmente no vemos porque no miramos. Basta que la atención se despierte para que empecemos a ver, a recopilar acontecimientos que de pronto se vuelven significantes. Esas miradas atentas no funcionan sólo en el presente, también se vuelven hacia el pasado con idénticos resultados. Palabras, actos, estados de ánimos, comportamientos que en su momento pasaron anodinos revelan ahora mensajes que no vimos, aunque esos mensajes no sean del todo claros, aunque nos falten todavía datos para conocerlos en su globalidad. Este periodo de acumulación de piezas de un puzzle que no sabía encajar (pero que ya sí sabía que existía) duró unos cuantos meses. Ahí aparecí yo; al principio confidente ocasional al que le contaba retazos inconexos, imposibles de encajar en un cuadro de conjunto, pero que nos permitían diversas hipótesis explicativas (que luego se han ido confirmando, desechando o manteniendo aun su misterio).
En las pasadas vacaciones navideñas se precipitaron algunos acontecimientos a raíz de un viaje de Lola a la península. Alma pasó a ser real; Lola se vio obligada, debido a la ocurrencia de diversos incidentes y a la inevitable exhibición de sus tormentas interiores, a dar explicaciones a su madre. Explicaciones falsas, pero hechas con las vueltas de verdades parciales. Sandra se conmovió ante el sufrimiento de su hija pero, poco a poco, se fue dando cuenta de que no todo encajaba. También fue comprobando que Lola rechazaba sus esfuerzos de aproximación emotiva en cuanto implicaran el más mínimo intento de despejar dudas concretas.
Ya para entonces estaba bastante claro que Lola llevaba una doble vida, ajena no sólo a su madre sino también a su grupo de amigas, a través de internet. Despejar muchas de las incógnitas pasaba por acceder a su ordenador y Sandra me pidió ayuda. Algo sabía yo sobre tales asuntos. Hará unos dos años, temiendo que mi hijo estuviese metido en ciertas actividades, le instalé un programa espía. No lo usé mucho tiempo; en todo caso, aparte de enterarme de comportamientos bastante obvios en un chaval de 20 años, bastó para tranquilizarme en el aspecto concreto que me preocupaba. Por otra parte, no me sentía demasiado cómodo "invadiendo" el espacio de mi hijo. Pienso que a veces hay que hacer cosas así, pero no dejan de ser peligrosas (en muchos sentidos) y, si se inician, conviene limitar su práctica a lo estrictamente necesario. Algo así le dije a Sandra.
En todo caso, no hizo falta instalar ninguno de esos programas. El ordenador de Lola iba fatal y ella misma le planteó a su madre la conveniencia de formatearlo y reinstalarle el sistema operativo. Sandra le habló de un amigo suyo (yo) que podía hacerlo y a la chica le pareció estupendo, ajena totalmente a que su madre sospechase y quisiera acceder a sus archivos. Así que, durante un fin de semana entero, estuve en la casa de estas mujeres provisto de un disco duro externo de mogollón de gigas y los discos del windows y otros programas. Grabé todo su disco duro en el mío, formateé el ordenador, volví a instalar el sistema operativo y los distintos programas y, finalmente, devolví los documentos de Lola a sus lugares de origen. Claro que, de acuerdo con Sandra, sin borrarlos de mi disco duro que volvió a mi casa.
Durante la siguiente semana, Sandra y yo quedamos varias tardes para echar un vistazo general. Había multitud de archivos, en todos los formatos imaginables. Historiales de páginas web visitadas (que revelaban a una chica con las hormonas en pleno funcionamiento), multitud de fotos, archivos de audio, pero no sólo de música (¡qué mal gusto tienen los chavales!) sino grabaciones suyas y de amigos, algunos (no demasiados) textos en Word, videos (de todo tipo) y las joyas de la corona, en cuanto a contenido informativo, los xml de las conversaciones a través de dos cuentas de messenger, que cubren desde septiembre de 2004 a mayo de este año. Para hacerse una idea estamos hablando de más de 300 archivos y aclaro que cada archivo no corresponde a una conversación, sino a un interlocutor. Para quien no lo sepa (yo no lo sabía hasta hace poco), en un mismo archivo se guardan conversaciones sucesivas con la misma cuenta de messenger, salvo que se haga tan "gordo" (en torno a las 4MB) que el propio programa crea un nuevo archivo; eso ocurre sólo con dos interlocutores de Lola. Sépase que una conversación tan larga que llega a colmar un archivo xml, pegada en word, ocupa entre 150 y 200 páginas (entre 7.500 y 10.000 líneas, que corresponden a mensajes entre golpe de teclas enter). Naturalmente, la mayoría de las conversaciones de Lola son mucho más breves (pocos minutos de contactos frustrados, de eso ya hablaré), pero hay unas cuantas (Alma tiene el record) que suponen muchísimas horas tecleando frente a la pantalla. Para colmo, estamos seguros de que no de todas las conversaciones han quedado registros y también de que empezó a usar el messenger para estos fines antes de los primeros archivos guardados.
Como es fácil imaginar, dada la magnitud de información, ni Sandra ni yo hemos leído, visto u oído todavía todo lo que hay. Sin embargo, sí lo suficiente para que estemos en condiciones de tener una visión de conjunto del panorama. Mientras antes sólo había piezas sueltas, ahora simplemente faltan piezas que sabemos en qué parte del puzzle van y cuya ausencia, aun ocultando algo, no impiden ver el cuadro. Y el cuadro es preocupante. No tanto por la sexualidad de Lola (aunque también, dado que estamos convencidos de que la ve como algo vergonzoso y aumenta su cerrazón emocional) cuanto, sobre todo, por el retorcimiento psicológico que ha ido desarrollando la chica durante estos últimos tres años, llegando a situaciones bastante límite que necesariamente han de explotarle (y no creo que pase mucho tiempo antes de eso).
Que la traca final (o la precipitación de acontecimientos que van a obligar a Lola a enfrentarse consigo misma y con los demás) se aproxima ha venido confirmado recientemente por la propia Alma, que se ha puesto en contacto telefónico con Sandra a espaldas de su hija. Resulta que Lola y Alma no se conocen personalmente y Alma quiere venir, por más que Lola se niega. Esta chica, también de dieciocho años y absolutamente desquiciada por su relación con Lola, necesitaba hablar con alguien (tampoco puede ni imaginar abrirse a sus padres) y ha encontrado en Sandra la única alternativa. Con lo cual Sandra ha rellenado algunas lagunas que quedaban, ha comprobado cómo Alma desconoce también muchas cosas de Lola y se ha encontrado con otra niña que sufre y que la implica a ella.
Hasta aquí el panorama en su estado actual. Antes de acabar el post, no obstante, añadiré una última aclaración y es la relativa a por qué estoy escribiendo esto. Por supuesto, Sandra lo sabe y consiente. La finalidad primera es ordenarnos las ideas, describir lo que sabemos negro sobre blanco para poder reflexionar sobre ello, dejarnos constancia a nosotros mismos de cómo han sido y son los acontecimientos. En cuanto a publicarlo ... pues, obviamente, recibir las impresiones de quienes lo lean, de las cuales a lo mejor salen pistas sobre caminos a seguir.
Actualización (17/06/07): ¿Por qué Sandra no le dice a Lola claramente que sabe lo que sabe, "obligándole" de esa manera a abrirse a ella? Esta duda surge (a Amaranta, al menos) porque he omitido algunas explicaciones para no hacer demasiado largos los posts; trataré de dar algunos datos más.
Sandra ha intentado hablar con Lola en varias ocasiones, incluso cuando lo que sabía no eran más que sospechas. Como conté en el post anterior, la relación entre ellas ha sido siempre muy buena, aparentemente la de dos amigas que confían mutuamente. Pero era una confianza (ahora Sandra lo sabe) basada en la imagen que Lola quería que su madre tuviera de sí misma. En cuanto Sandra ha hecho el mínimo acercamiento a lo que su hija le oculta, ésta ha reaccionado bruscamente, cortando la conversación, negando indignada cualquier leve insinuación. De otra parte, como ya contaré con más detalle, le ha contado a su madre una historia que explica (a sus ojos) su comportamiento de los últimos meses, dándole la vuelta a los aspectos "escabrosos". También sabemos (porque lo ha dicho Alma) que Lola no está dispuesta a contar a Sandra más que lo mínimo imprescindible para acallar sus dudas y, en ningún caso, a abrirse a su madre.
Así las cosas, pensamos que sólo hay dos opciones de momento. Callar y esperar que sucedan acontecimientos que hagan evidentes partes de esta historia, o que Sandra se plante ante su hija y le suelte lo que sabe obligándola a hablar. La última alternativa creemos que es muy peligrosa porque, obviamente, Lola no debe saber nunca que su madre ha "invadido su privacidad" (son las palabras de shecat; por cierto, entiendo su postura máxime por la edad que tiene; dentro de unos años ella entenderá la de Sandra). E incluso, aunque no estuviera seguro de cómo lo ha averiguado su madre, se corre el riesgo cierto de que la chica reaccione con agresividad y rechazo, dificultando muchísimo más la recuperación de la relación entre ambas.
La estrategia más prudente creemos que es esperar a que ocurran cosas que van a ocurrir, en especial las que va a provocar Alma que no aguanta más esta situación de ambiguas falsedades. Creemos que lo mejor es que sean acontecimientos externos a Sandra (aunque ella incida en su devenir) los que "obliguen" a Lola a enfrentarse con la realidad, haciéndola salir de ese refugio "virtual" en el que desarrolla una segunda vida, con una segunda personalidad. Entonces Sandra ha de estar ahí, confiando en que el golpe que reciba su hija sea lo suficiente duro como para romper su coraza pero no tanto como para hundirla.
De todas maneras, quiero aclarar que la preocupación principal de Sandra no es la homosexualidad de Lola. Ese aspecto pensamos que, sea plenamente o a medias, será puesto sobre el tapete en unos cuantos días por la propia Lola como resultado de los acontecimientos futuros a que me refiero. Hay otras cosas que desvelan rasgos preocupantes de tipo psicótico, cuya consideración y ulterior decisión sobre cómo actuar requieren de cuidadosa reflexión y asesoramiento de personas entendidas. Las actuaciones de Lola que nos llevan a pensar esto (y que Alma desconoce en su gran mayoría) son las que -estamos seguros- la chica no va a reconocer. Y son estas cuestiones las más peligrosas y respecto a las cuales con más cuidado habrá que actuar.
Es muy complicado ayudar a un adolescente. Es muy duro estar ahí, al lado de quien amas tanto, viendo lo poco que puedes hacer. Paciencia e inteligencia ... y disponibilidad y atención para aprovechar los mínimos resquicios de oportunidad. Tened por seguro que Sandra lo está pasando muy mal.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
A las personas les suele resultar fácil dar consejos, sobre todo cuando no les concierne a ellas y sin saber todos los datos.
ResponderEliminarIntento hacerme una imagen de conjunto, pero ahora me faltan tantos datos... Esos si, soy plenamente consciente de la angustia de Sandra por su hija.
Siempre es difícil ser padre-madre.
Besos de una maia.
Efectivamente, falta mucha información para que nuestras respuestas sean buenas respuestas. Pero imagino que ya contáis con ello, y que naturalmente todo lo que comentemos sufrirá la criba de vuestro propio conocimiento. Buscáis luz, quizá un comentario lanzado como un tiro al aire da en el plato con excepcional puntería de ciego.
ResponderEliminarAún así, no sé qué decir. Reflexionaré sobre todo ello después de releer ambos posts. Y lo que sea que resulte lo publicaré aquí, por si sirve de algo.
Besos.
Me permito el lujo de comentar algo, aunque sea parcial porque no tengo 'suficientes datos que procesar'.
ResponderEliminarSi yo estuviera en el lugar de Lola, no me gustaria para nada descubrir que han invadido mi privacidad. Si ella se enterara, creo que la situacion solo se agravaria en vez de mejorar. Igualmente pienso que si alguien quiere/espera respeto, debe dar lo mismo a cambio. Pero dado que ella es menor y no esta capacitada para salir del embrollo en el que se ha metido, veo bastante comprensible la postura de la madre.
Se supone que estamos en la era de la informacion y los avances tecnologicos/morales, que los adolescentes estan 'mas enterados' que nunca de los tabues, etc, por eso mismo no me explico el comportamiento de Lola...De que se averguenza tanto? De la reaccion del grupo de personas que la rodea...?
Siendo positiva, pienso que a medida que pasara el tiempo, se quitara de encima el peso de tantos pensamientos errones y mal fundados. Con el apoyo de su familia y la educacion...
Puff...Dar consejos no es lo mio
Yo me pregunto y también por la parte que me toca, porque en la vida te puede pasar todo lo posible y puede que yo algún día me viera ante la imposibilidad de comentarle a mi hija algo que sé y que ella me oculta. Por eso me gustaría saber por qué Sandra teme sentarse con Lola y decirle lo que cree que le pasa. A veces nos creamos fronteras nosotros mismos que lo mismo no exiten. Porque digo yo que lo mismo me equivoco, está claro que la comunicación está rota o simplemente no es buena, así que qué piensa Sandra que va a perder por hablar las cosas claras??? Cuando todo está perdido sólo te queda ganar no?. Es tan grave decirle a tu hija, mira Lola yo pienso que eres homosexual y que lo pasas mal porque no te atreves a contármelo? Que conste que esto no es un consejo sino simplemente me pregunto por la razón por la que Sandra no coge el toro por los cuernos. Sé perfectamente que aclarar que se ha producido una intromisión en la intimidad de Lola sería algo que no conviene que ella se entere, pero si como decís hay otras cosas que llevan a esa confirmación, como por ejemplo las llamadas de Alma, pues me pregunto el por qué. No creo que sirva de ayuda lo que aquí digo, porque más que nada le pregunto más cosas a Sandra. Pero y si lo mismo os ayuda.
ResponderEliminarJoer es que parece que estais hablando de una asesina en potencia o una esquizofrenica peligrosa o.O' Es una adolescente, no una psicopata. Aunque salgan chispas en la conversacion, es mejor hablarlo abiertamente que ir a escondidas y a pasito de caracol. Es lo que yo haria. Y aunque a mi no me gustaria que invadieran mi espacio privado, tarde o temprano comprenderia que es por mi propio bien. Argh, que rabia me da...
ResponderEliminarPrefiero no aconsejar y casi ni comentar. Faltan datos y el tema parece muy delicado como para andar dando consejitos sin ton ni son.
ResponderEliminarSupongo que, de momento, lo único que se puede hacer es esperar...
Besos
Quizás si son otras cuestiones las que preocupan a Sandra ahora lo entiendo mucho más. Ya que por un momento retrocedí en el tiempo y pensé en ese momento de mi existencia donde tenía que comunicar a mi madre que estaba embarazada, si bien yo tenía veintidos años puedo asegurar que tampoco había tanta diferencia con mis dieciocho. Era reconocer que le había fallado, no por pensar que había hecho algo malo (quizás comparable con lo que siente ella por ser homosexual) sino por el dolor que mi madre iba a sentir al verme en esa situación, por las consecuencias que evidentmente tienen todas estas cosas, aunque socialmente y en palabras todos creamos que no las tienen. Pero lo curioso fue que ni siquiera tuve que esforzarme por encontrar el momento ni llamar su atención, quizás como para Sandra, mi madre sabía perfectamente lo que estaba sucediendo por mi cabeza. Como tampoco había nada más de eso sólo tuvo que sentarse a mi lado cuando estaba hecha un ovillo en el sofá mirando por la ventana, me abrazó y se lo conté. Y no hubo más.
ResponderEliminarComplicadísimo... yo no sé que comentar.
ResponderEliminarTampoco es TAN complicado...
ResponderEliminarLos adolescentes son y han sido asi desde siempre, por eso los padres deben imponer su autoridad, aunque a ellos no les haga ni pizca de gracia...Pero mejor solucionar el asunto ahora antes de que vaya a mas...y la comunicacion lo soluciona todo..
She-Cat: Sí es complicado, bastante complicado. Tú no puedes saberlo porque no he contado sino cosas generales, sin entrar en detalles. Cuando digo que Sandra ha descubierto actos y comportamientos de Lola que revelan rasgos preocupantes, te aseguro que no lo digo por decir ni porque quede impactante. Nadie está hablando de una asesina en potencia sino, efectivamente, de una adolescente; pero de una adolescente con problemas que no son los de todos los adolescentes y que podrían indicar algún trastorno psicológico (ojalá que no, pero zanjarlo sin más no hace que no sea así).
ResponderEliminarComprendo que, siendo tú misma adolescente, sientas rabia y propongas soluciones rápidas y de frente. Pero créeme si te digo que, por muy bonito que suene, la comunicación no siempre es posible y, si se plantea mal, puede ser contraproducente. Como puedes deducir, yo he sido adolescente; a ti, obviamente, te tiene que resultar más difícil ponerte en el lugar de los padres. Un beso.
Bueno, a mi me faltan un montón de datos, pero lo que tengo claro esq Sandra ya está en aguas peligrosas porque en cuanto que Lola sepa q Alma ha hablado con ella, se va a armar...
ResponderEliminarLo que sí está claro esq para un adolescente es super duro el chasco amoroso y supongo que lo será más todavía tratándose de Lola y su homosexualidad. Por más q me duela, la homosexualidad no es natural todavía hoy en día. Incluso Lola lo tiene como algo super oculto.
Ojo, que tengo muchos amig@s homosexuales eh? No quiero problemas, solo digo que la sociedad quiere aceptarlos pero aún no está del todo preparada sobre todo en los pueblos y ciudades más pequeñas donde todos conocen a todos.
Supongo que los datos que me faltan son los principales temores de Sandra que no has querido comentar... Así que por lo poco q he podido leer, más vale q Sandra deje de hablar con Alma porq Lola le puede echar la culpa si la cosa no sale bien...
ah, el vicio de conocer a la gente por internet se pasa solo. Aunque supongo que hace falta una motivación mayor en el mundo exterior y real para que la ansiedad del mundo virtual deje de aparecer...
Besitos!
complicado es poco.. es poco.
ResponderEliminaryo tengo sobrinos adolecentes y no puedo con ellos...
(suspiro)
mejor dejar que las cosas caigan por su propio peso, estar a la sombra para cuando se caiga estirar los brazos para ver si se amortigua el golpe.
si se mete sera peor..
Si, lo siento, soy adolescente, impaciente e impulsiva...y lo que dije antes no eran consejos para este caso en particular sino mi punto de vista si fuera madre...Ya he dicho que no podria aconsejar a a nadie (ni creo que necesiten mi consejo xD), dada la situacion, la falta de informacion, mi edad, etc. Solo veo las cosas 'desde el otro lado' por asi decirlo, es como a mi me gustaria que mis padres abordaran el tema si yo estuviera en el lugar de Lola. Igualmente, mis disculpas si os han parecido inacertadas e inadecuadas mis palabras. Espero que la situacion tome un rumbo mas positivo.
ResponderEliminarSaludos
Como Lola se entere de que le habéis visto todo se va a liar una...con razón...
ResponderEliminarY tampoco creo que la guste que Alma llame a su madre a sus espaldas..
Porque no hablar directamente de una vez con ella???
Este asunto parece muy escabroso, sólo me arriesgo a decirte que sigais con el buen sentido común que os ha guiado hasta ahora.
ResponderEliminarShe-cat: no tienes nada de qué disculparte, de verdad. Gracias por tus buenos deseos. Perdóname a mí si te pareció cortante mi anterior respuesta, pero trataba de decirte que es muy difícil para ti, por tu edad y por tu falta de datos, saber que es lo mejor, incluso desde tu posición. Por ejemplo, estoy casi seguro de que Lola lo que menos desearía ahora es que su madre abordara el tema de frente; aunque es posible que en poco tiempo se vea obligada a hacerlo. Un beso.
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