Pues sigo con las estadísticas; será que le he cogido gusto. Es que la web del INE es una fuente inagotable de curiosidades. Resulta que en 2003 los señores de la estadística oficial española hicieron una encuesta sobre salud y hábitos sexuales que no tiene desperdicio. El trabajo tenía por objeto estudiar las conductas sexuales en relación a los riesgos de infección por VIH. Esta finalidad condiciona y restringe el alcance de la investigación; por ejemplo, limita las relaciones sexuales a aquellas en las que hay penetración peneana (vaginal, oral o anal) por lo que no cuantifica el sexo lésbico. No obstante, es la única encuesta reciente y nacional, con apariencia de rigor, que he encontrado en la red; eso basta para considerar y comentar sus resultados.
Antes de hacerlo indico brevemente las características de la encuesta. Se hizo durante los dos meses finales de 2003 mediante entrevistas personales; al entrevistado se le dejaba un portátil para que rellenara de forma anónima el cuestionario. El ámbito poblacional eran personas entre 18 y 49 años en todo el Estado (dentro de nada me sacan de las estadísticas sobre sexo). Se visitaron 30.887 viviendas para lograr 10.980 encuestas válidas (tasa de respuesta muy baja). Esto supuso alcanzar un 80,7% de muestra efectiva con respecto a la muestra teórica que se había planteado inicialmente (13.600 entrevistas). Paso a comentar algunos resultados.
El primero que me llama la atención es el de las experiencias homosexuales. Sólo un 3,9% de los varones (y un 2,7% de las mujeres) “admiten” haber tenido relaciones homosexuales alguna vez en su vida; y de ese porcentaje tan bajo, apenas un 1,1% dice que sólo ha tenido relaciones homosexuales (el 2,8% de los varones habría tenido relaciones tanto heterosexuales como homosexuales). Hay que tener en cuenta que esta categoría poblacional incluiría no sólo a los gays sino también a los varones que no considerándose predominantemente homosexuales han podido tener alguna experiencia de esta naturaleza a lo largo de su vida (por ejemplo, mi amigo Zenón). Si suponemos (no me parece demasiado erróneo) que el porcentaje de quienes han tenido relaciones heterosexuales y homosexuales se divide a partes iguales entre varones de orientación gay predominante (aunque se hayan acostado con mujeres) y varones de orientación hetero predominante (aunque hayan “probado” fantasías homo), resultaría que la población gay española entre 18 y 49 años anda en torno al 2,5% de la población total. O sea, unos 560.000 hombres.
Contrastan estas cifras con las que, cuando la ley del matrimonio homosexual, esgrimió ZP que, si mal no recuerdo, habló de “millones de homosexuales”. Y es que es verdad que, tradicionalmente, se habla de que un 10% de la población es homosexual, lo que, de ser cierto, daría efectivamente algunos millones de personas. Buceando por ahí, me entero de que ese 10% proviene del famosísimo informe Kinsey de los años cuarenta en Estados Unidos. De ese trabajo se desprendía que la orientación sexual no era siempre dicotómica sino más bien una escala de “grados”. En números redondos “sólo” el 50% de los hombres eran exclusivamente heterosexuales y “sólo” el 10% eran predominantemente homosexuales. Entre medias habría un 40% de la población masculina que, en mayor o menor grado, compartían ambas tendencias. Hay que decir que el informe Kinsey, hasta la fecha (y pese a los intentos de desacreditarlo), no ha sido superado por otros trabajos y, con las lógicas matizaciones, se considera aceptable. Si así era la situación en la sociedad puritana norteamericana de los años cuarenta, parece poco creíble que en la España de inicios del XXI las cifras se hayan reducido tan significativamente.
Naturalmente, no tengo más que la intuición para desconfiar de la validez de los resultados del INE. No he encontrado en la red ningún otro trabajo similar (y lo he buscado). Sin pretensiones científicas, he hecho un ejercicio personal: una lista lo más larga posible de varones con los que tengo trato; con dificultades he llegado a relacionar cien nombres. Entre ellos hay seis que sé que son homosexuales y unos veintipocos que estoy casi seguro de que son heterosexuales (aunque no pondría mi vida en juego por todos); de los restantes “se supone” que no son gays, pero perfectamente más de uno podría serlo o estar en ese margen intermedio que descubrió Kinsey. Añado que no me muevo en ambientes homosexuales (para justificar que mis conocimientos no están sesgados en esa dirección). Pues esta personal y acientífica estadística resulta bastante más compatible con la cifra del 10% que con las del 2,5% que da el INE. Pero, claro, vaya usted a saber.
Si, como intuyo, los datos de la encuesta del INE son erróneos habrá que concluir que los encuestados mienten en un muy alto porcentaje. Para hacernos una idea, cabría estimar en base a los datos de Kinsey que al menos el 15% de la población masculina ha tenido alguna vez sexo homosexual (sumo un 5% al 10% de predominantemente gays); si así fuera, de cada cuatro de ellos, tres habrían mentido en la encuesta del INE. Lo cual parece poner de manifiesto que pese a las reivindicaciones de los homosexuales a favor de la “visibilidad” el miedo a “significarse” sigue siendo fortísimo, incluso en entrevistas en las que se les garantiza el anonimato. Pero también podría ser justamente todo lo contrario: que las cifras del INE sean, en términos de magnitud, correctas y lo que pase es que los homosexuales sean tan “llamativos” que uno tienda a considerar que su número es significativamente mayor de ese 4% máximo.
Por supuesto, el número de gays que haya en España (o en el mundo) es absolutamente irrelevante como argumento en cualquier debate sobre sus derechos civiles. Digo esto porque he encontrado algunas webs que, a partir justamente de los datos del INE, montan un discurso homófobo y demagogo sobre “cómo unos pocos nos imponen a otros muchos”. No van por ahí mis tiros. De otra parte, es obvio que la tendencia sexual es cosa de cada uno y hay quien dice que tampoco hace falta cuantificarnos respecto a este rasgo. No individualmente, desde luego, pero sí me parece interesante como caracterizador de los grupos sociales. Y en tal sentido me llama la atención que no se hagan estudios serios y extensos al respecto, investigando, por ejemplo, los “grados” que señalaba Kinsey en la orientación sexual, las correlaciones entre orientación sexual y condicionamientos culturales (dudo, por ejemplo, que la homosexualidad/ heterosexualidad se deba sólo a factores biológicos), las interrelaciones entre conductas sexuales y fantasías sexuales en la escala homosexualidad/ heterosexualidad. Al fin y al cabo, indagar sobre la sexualidad (incluyendo la orientación sexual), tanto individual como colectivamente, es bucear en uno de los estratos más profundos y oscuros de nuestras personalidades.
Y paro aquí, pero seguiré porque la encuesta del INE tiene otros resultados que también me han parecido poco creíbles. ¿Será que somos unos mentirosos o que yo estoy bastante equivocado en mis apreciaciones sobre estos temas?
Antes de hacerlo indico brevemente las características de la encuesta. Se hizo durante los dos meses finales de 2003 mediante entrevistas personales; al entrevistado se le dejaba un portátil para que rellenara de forma anónima el cuestionario. El ámbito poblacional eran personas entre 18 y 49 años en todo el Estado (dentro de nada me sacan de las estadísticas sobre sexo). Se visitaron 30.887 viviendas para lograr 10.980 encuestas válidas (tasa de respuesta muy baja). Esto supuso alcanzar un 80,7% de muestra efectiva con respecto a la muestra teórica que se había planteado inicialmente (13.600 entrevistas). Paso a comentar algunos resultados.
El primero que me llama la atención es el de las experiencias homosexuales. Sólo un 3,9% de los varones (y un 2,7% de las mujeres) “admiten” haber tenido relaciones homosexuales alguna vez en su vida; y de ese porcentaje tan bajo, apenas un 1,1% dice que sólo ha tenido relaciones homosexuales (el 2,8% de los varones habría tenido relaciones tanto heterosexuales como homosexuales). Hay que tener en cuenta que esta categoría poblacional incluiría no sólo a los gays sino también a los varones que no considerándose predominantemente homosexuales han podido tener alguna experiencia de esta naturaleza a lo largo de su vida (por ejemplo, mi amigo Zenón). Si suponemos (no me parece demasiado erróneo) que el porcentaje de quienes han tenido relaciones heterosexuales y homosexuales se divide a partes iguales entre varones de orientación gay predominante (aunque se hayan acostado con mujeres) y varones de orientación hetero predominante (aunque hayan “probado” fantasías homo), resultaría que la población gay española entre 18 y 49 años anda en torno al 2,5% de la población total. O sea, unos 560.000 hombres.
Contrastan estas cifras con las que, cuando la ley del matrimonio homosexual, esgrimió ZP que, si mal no recuerdo, habló de “millones de homosexuales”. Y es que es verdad que, tradicionalmente, se habla de que un 10% de la población es homosexual, lo que, de ser cierto, daría efectivamente algunos millones de personas. Buceando por ahí, me entero de que ese 10% proviene del famosísimo informe Kinsey de los años cuarenta en Estados Unidos. De ese trabajo se desprendía que la orientación sexual no era siempre dicotómica sino más bien una escala de “grados”. En números redondos “sólo” el 50% de los hombres eran exclusivamente heterosexuales y “sólo” el 10% eran predominantemente homosexuales. Entre medias habría un 40% de la población masculina que, en mayor o menor grado, compartían ambas tendencias. Hay que decir que el informe Kinsey, hasta la fecha (y pese a los intentos de desacreditarlo), no ha sido superado por otros trabajos y, con las lógicas matizaciones, se considera aceptable. Si así era la situación en la sociedad puritana norteamericana de los años cuarenta, parece poco creíble que en la España de inicios del XXI las cifras se hayan reducido tan significativamente.
Naturalmente, no tengo más que la intuición para desconfiar de la validez de los resultados del INE. No he encontrado en la red ningún otro trabajo similar (y lo he buscado). Sin pretensiones científicas, he hecho un ejercicio personal: una lista lo más larga posible de varones con los que tengo trato; con dificultades he llegado a relacionar cien nombres. Entre ellos hay seis que sé que son homosexuales y unos veintipocos que estoy casi seguro de que son heterosexuales (aunque no pondría mi vida en juego por todos); de los restantes “se supone” que no son gays, pero perfectamente más de uno podría serlo o estar en ese margen intermedio que descubrió Kinsey. Añado que no me muevo en ambientes homosexuales (para justificar que mis conocimientos no están sesgados en esa dirección). Pues esta personal y acientífica estadística resulta bastante más compatible con la cifra del 10% que con las del 2,5% que da el INE. Pero, claro, vaya usted a saber.
Si, como intuyo, los datos de la encuesta del INE son erróneos habrá que concluir que los encuestados mienten en un muy alto porcentaje. Para hacernos una idea, cabría estimar en base a los datos de Kinsey que al menos el 15% de la población masculina ha tenido alguna vez sexo homosexual (sumo un 5% al 10% de predominantemente gays); si así fuera, de cada cuatro de ellos, tres habrían mentido en la encuesta del INE. Lo cual parece poner de manifiesto que pese a las reivindicaciones de los homosexuales a favor de la “visibilidad” el miedo a “significarse” sigue siendo fortísimo, incluso en entrevistas en las que se les garantiza el anonimato. Pero también podría ser justamente todo lo contrario: que las cifras del INE sean, en términos de magnitud, correctas y lo que pase es que los homosexuales sean tan “llamativos” que uno tienda a considerar que su número es significativamente mayor de ese 4% máximo.
Por supuesto, el número de gays que haya en España (o en el mundo) es absolutamente irrelevante como argumento en cualquier debate sobre sus derechos civiles. Digo esto porque he encontrado algunas webs que, a partir justamente de los datos del INE, montan un discurso homófobo y demagogo sobre “cómo unos pocos nos imponen a otros muchos”. No van por ahí mis tiros. De otra parte, es obvio que la tendencia sexual es cosa de cada uno y hay quien dice que tampoco hace falta cuantificarnos respecto a este rasgo. No individualmente, desde luego, pero sí me parece interesante como caracterizador de los grupos sociales. Y en tal sentido me llama la atención que no se hagan estudios serios y extensos al respecto, investigando, por ejemplo, los “grados” que señalaba Kinsey en la orientación sexual, las correlaciones entre orientación sexual y condicionamientos culturales (dudo, por ejemplo, que la homosexualidad/ heterosexualidad se deba sólo a factores biológicos), las interrelaciones entre conductas sexuales y fantasías sexuales en la escala homosexualidad/ heterosexualidad. Al fin y al cabo, indagar sobre la sexualidad (incluyendo la orientación sexual), tanto individual como colectivamente, es bucear en uno de los estratos más profundos y oscuros de nuestras personalidades.
Y paro aquí, pero seguiré porque la encuesta del INE tiene otros resultados que también me han parecido poco creíbles. ¿Será que somos unos mentirosos o que yo estoy bastante equivocado en mis apreciaciones sobre estos temas?
Y ya que el post va de homosexualidad, una canción no demasiado conocida en la voz de un grandísimo cantante homosexual fallecido por el SIDA en 1991. Este tema fue compuesto por Brian May y esta versión cantada por Freddy Mercury se publicó después de su muerte, en el disco Made in Heaven.
CATEGORÍA: Sexo, erotismo y etcéteras
Por mucho que garanticen el anonimato de las encuestas y te dejen un ordenador portatil en la calle tal número cual, la gente no se fia ni le apetece hablar de sus orientaciones y menos sexuales. O ¿creeis que el Sr, de la calle tal y número cual casado con 3 hijos va a decir en la encuesta de ordenador portatil que si, que tiene un amigo al que ve una vez al mes...?
ResponderEliminarPor eso los políticos están tan nerviosos a estas alturas porqu eno se fian de las encuestas porque los que depositan los votos son las personas.
Ya te contesto: Sin lugar a
ResponderEliminardudas ¡somos unos mentirosos!
Yo sin ir más lejos me considero básicamente sincera y si me preguntara un desconocido según qué...mentiría como una bellaca.
Claro que hasta el momento no se ha dado el caso...
besos
(me encanta esta canción , yo sí la conocía...too much love will kill you every time..en fins)
Penetración peneana! Qué bien! Y qué gran abanico de posibilidades! Así que el binomio pene-ana triunfa! le voy a preguntar mañana a mi amiga Ana... a ver si es verdad.
ResponderEliminarSe me quemó la pizza de tanto número, reconozco que soy lentita pero le voy a tener que dar la razón a Marguis y la próxima estadística la afrontaré con lápiz y papel al lado.
En fin, se me ocurre que en una clase de 25-30 niños suele haber un promedio de 2-3 con "presuntos" indicios de lo que va ser su sexualidad en un futuro, y alguno que otro no predecible. Siendo así la estadística también se acerca al 10% del que hablas, naturalmente mi estudio es bastante menos profundo y contrastado que el tuyo, pero yo lo entiendo mejor.
Espero haber esclarecido sus dudas y no quiero terminar mi aportación sin decir que yo también mentiría.
Un beso enorme!
Se me acaba de ocurrir que estoy hablando de una clase mixta, así que los números suben. De unos 15, 2 ö 3.
ResponderEliminarBuenos días.
La fobia a la homosexualidad no está superado y si no recordemos a tu amigo Zenon, cuyo único problema era la vergüenza que le producía sentir esas inclinaciones sexuales. Por lo cual en una encuesta nunca se llegaría a reconocer aquello con lo no estamos agusto. Otra cosa es que se haya llegado a un punto donde es políticamente incorrecto decir en voz alta lo que se piensa realmente sobre la homosexualidad. Como siempre empezamos la casa por el tejado, con el peligro de que nos aplaste. Empezar por los cimientos hubiese sido intentar eliminar esos sentimientos de culpa que tienen una gran parte de las personas sobre su sexualidad.
ResponderEliminarAmy.
Sólo las personas que tienen muy asumida su orientación sexual no mentirán. Si uno siente que "está haciendo algo malo" por tener inclinación hacia lo socialmente "incorrecto", no lo confesará jamás.
ResponderEliminarY no sólo con esas cosas. Prueba a cambiar la pregunta, e imagina que la respuesta fuera sí; ¿lo admitirías?:
-¿Alguna vez ha pegado a sus padres?
-¿Alguna vez ha atropellado a alguien y se ha dado a la fuga?
-¿Pega palizas a su mujer?
-¿Pasa usted fondos de la cuentas de los clientes del banco donde trabaja a una cuenta a su nombre abierta en Suiza?
-¿Se come los mocos?
Todo lo anterios es reprobable, unas cosas incluso son castigadas penalmente (sobre todo el último caso, como todos sabemos). La homosexualidad no lo es, pero aún socialmente tenemos muy metido en el subconsciente que estamos cometiendo una falta ante los ojos de los demás. Así que habría que analizar cuántos homosexuales habrían contestado antes y después de salir del armario, para ganar fiabilidad en las respuestas.
De todas formas, pienso que en toda encuesta hay un margen de error que proviene precisamente de la voluntad de los encuestados a responder verazmente o no. Por eso a mí las encuestas... no me dan información de nada en realidad, no confío en ellas. Para mí, la única encuesta con valor sería la que le hubieran pasado al 100% de la población. Y si no, hablaremos de esto mismo el 9 de marzo (no vota el 100% de la población, pero el 100% de los que sí han votado determinan el resultado hasta sus últimas consecuencias).
Besazos.
Estadísticas en mano, sin necesidad de falsificar los datos, sólo manipulándolos, se puede demostrar casi cualquier cosa, es sabido, pero en el caso que comentas es obvio que, "además", los datos son falsos. El dato del 10% de homosexualidad en la población general masculina está muy constatado, incluso a lo largo de series temporales, como lo está, para los que predican lo "antinatural" de esa opción, la existencia de "prácticas", más que indivíduos,de homosexualidad en todas las especies de mamíferos.
ResponderEliminarA mi me gustan mucho las mujeres, pero supongo que a las lesbianas también, y todavía me gusta más que dejen en paz a los demás y sus opciones, siempre que no choque con la libertad del resto. De todas formas, para mí tengo que los más intolerantes y homófobos son "homos" vergonzantes; el odio a uno mismo sólo escapa odiando a los que son como tú, pero mejores.
Tu interés por el suicidio lo comparto, pero, ¿de verdad tiene algún interés saber cuál es el número de homosexuales? A mí me trae sin cuidado.
ResponderEliminarQue las estadísticas son mentirosas lo sabemos todos, entre otras cosas por lo complicado de darles fiabilidad. Por ponerte un ejemplo tonto, los índices de audiencia se hacen con sólo 5.000 aparatos de medición en 5.000 hogares, que luego se han de inferir a unos 20 millones de hogares (seguramente menos, me he pasado.)
En las muestras bastan 3.000 sujetos para hacer conclusiones fiables.
Todos podemos pensar con cierta lógica que inferir siempre tendrá errores.
A parte de que muchos no tienen ni idea de cuáles son sus orientaciones sexuales, y las preguntas suelen ser capciosas. Por ejemplo, si a mí me preguntas si me lo haría con una tía, pues diría que sí. Pero nunca lo he hecho (bueno, una vez con una puta, pero en un trío, no sé si es lo mismo) y nunca he creído tener tendencias bisexuales ni homosexuales. Así que a saber si engroso con eso la estadística o no.
La gente miente cuando se le preguntan cosas muy íntimas.
ResponderEliminarLas estadísticas mienten mas que toda la gente junta, aunque no traten de cosas muy íntimas.
En mi inmueble, de 24 viviendas, 2 con toda seguridad, y alguna más, con bastante probabilidad, están ocupadas por homosexuales, lo que confirma el dato del 10%.
Pero todo esto lo que a mi me recuerda es una frase que decía un jefe que yo tuve, bastante bruto por cierto: "Si los maricas volaran, oscurecían el sol". Qué asno.
yo creo que las estadisticas siempre mienten, o al menos no reflejan toda la verdad, y mentir mentimos todos...
ResponderEliminaren fin, gracias por el tema de Freddy, el era uno de mis cantantes predilectos, su voz es inigualable (de pronto George Michael puede acercarsele en la tonalidad, pero no se, no mucho). Me dolio mucho su muerte, aun recuerdo perfectamente lo que estaba haciendo y mi impresion, cuando escuche la noticia de su fallecimiento en la radio, aunque ya se sabia que su enfermedad estaba muy avanzada.
besos,
Las estadísticas basadas en encuestas siempre han dado resultados curiosos. Se me ocurre ahora el estudio según el cual en Dinamarca el 18% de los encuestados cobraban en negro mientras que en España sólo son el 2%. Los Daneses son más "tramposos" o simplemente más sinceros?.
ResponderEliminarOtra estadística trampa es el famoso 30% de menos que cobran las mujeres en los mismos puestos. Yo añun no he encontrado un puesto de trabajo donde la mujer gane menos ocupando el mismo cargo. En un post ya expliqué lo que, en realidad decía la estadística, pero da igual. Los políticos ya estan prometiendo igualdad en los sueldos por ley.
Y es que, hoy día, la estadistica se cocina por la empresa demoscópica, luego se pervierte en el titular llamativo para el telediario de Antena 3 y más tarde en campaña los políticos actuan en función del titular.
Si ya lo dice el Dr. House: todo el mundo miente... y las encuestas no son una excepción, sobre todo en según qué temas.
ResponderEliminarBesos
Marta, Marguerite, Illyakin, Cigarra y Eva: pues va a ser que sí, que estamos de acuerdo, que la gente miente mucho. Sin embargo, yo no me atrevería a descalificar globalmente las encuestas; al fin y al cabo son un instrumentos imprescindible para la investigación sociológica. Aun mintiendo pueden decirnos muchas verdades.
ResponderEliminarZafferano: ¿ya le preguntaste a tu amiga Ana sobre el pene? De otra perte, veo que tu estadística particular (aunque la muestra no tenga la dimensión suficiente para extraer conclusiones significativas) nos pone el porcentaje de homosexualidad masculina (o “pre-homosexualidad”) en torno al 20%. Ay, ay, ay ...
Amy e Illyakin : ciertamente una cosa es lo “políticamente correcto” y otro que seamos capaces de asumir plenamente nuestra sexualidad, con todos sus claroscuros. Mientras eso no ocurra, también yo me temo que seguiremos mintiendo.
Lansky: Viniendo de ti, me refuerzo en la idea que tenía de que los datos primigenios de Kinsey son fiables. Coincido también en que los más homófobos son los homosexuales vergonzantes; haciendo una pirueta dialéctica (sé que no admisible argumentalmente, pero me tomo la licencia), son más que sospechosas las típicas actitudes homofóbicas de tantos machitos ibéricos.
Amanda: Mujer, interés, interés ... No es que tenga mucho, pero sí, me interesa, como me interesa casi cualquier cosa. Lo cual no quiere decir que me afecte en absoluto el número de homosexuales, pero es que soy muy curioso. En cuanto a la fiabilidad de las encuestas, pues habría mucho que discutir. Ahora, como imagino que sabes, para grandes números las muestras son válidas siempre que en su determinación se cumplan requisitos más que establecidos en la estadística. Por último, tengas o no y en el grado que sea tendencias homosexuales, esa experiencia que relatas no habría engrosado la encuesta del INE ya que se exigía penetración del pene en cualquier orificio.
Un tipo raro y Nanny: Se me han cruzado vuestros comentarios con la publicación del mío. Coincidimos en las "mentiras" de las encuestas pero, como ya he dicho, tampoco las descalifiquemos completamente.
ResponderEliminarBueno, mi estudio seguramente no será significativo pero sí duradero. Vengo abservando lo mismo desde hace veinticinco años.
ResponderEliminarUn beso grande.
Lástima, hoy no vi a Ana, estaría recuperándose...
jajajajjajajjaja, ayyyyy, lo siento........ jajjajajjajajajjaa
ResponderEliminares que me he imaginado que...jajajjaja, eso de que sólo cuenta si se mete el pene en cualquier orificio... jajajjajajaja, estooooooooo........ ¿en la oreja también cuenta?????? jajajjajajajjajajjajjaja
Las estadísticas tiene el valor que tienen, pero en todo caso es necesario interpretarlas correctamente.
ResponderEliminarEn esta encuesta no se preguntó por tendencias sexuales, sino por las relaciones sexuales efectivamente mantenidas, que es algo sobre lo que probablemente se mienta menos.
La muestra de la pregunta sobre orientación sexual está referida a personas que han mantenido relaciones sexuales. Es muy aventurado deducir que la ditribución de homosexuales y bisexuales es idéntica entre quienes mantienen relaciones y quienes no. Precisamente por el hecho de que socialmente está muy arraigado el absurdo pensamiento de ser contra natura la homosexualidad, hay muchas personas de esta orientación que nunca tienen relaciones sexuales o las tienen con personas de sexo opuesto para así "contentar" a la sociedad.
Por tanto, no puede decirse que el INE subestime el número de homosexuales en España, simplemente porque en ningún momento dice que ese sea el número de gays y lesbianas. No es lo mismo haber "probado" (o dejado de probar) el sexo con hombres o mujeres que tener una orientación.
Releyendo tu siempre curioso blog en 2012 se me ocurre un comentario que tal vez no guste. (En realidad sigo buscando sin éxito la historia que contáste de la inglesa que acuchilló a un francés porque no dio en la cama la talla que esperaba.)
ResponderEliminarJamás he creído en eso de la OPCIÓN sexual ni la ORIENTACIÓN sexual ni la INCLINACIÓN sexual, etc., porque son eufemismos o directamente bobadas.
Al sexo no se opta. Se nace con una pulsión sexual determinada que aflora y se manifiesta definitivamnte en la adolescencia. Durante la infancia o niñez en mi cole todos nos enseñábamos la picha, a ver quién la tenía más larga, gorda o dura ¿es eso un 'aviso'? NO lo creo.
Tampoco se opta ni se inclina uno por tener pelo en la cabeza o ser calvo; eso se hereda con los genes, y te jodes y bailas, te compras un gorrito o una peluca o vas con la chola al aire.
Pregunta a un buen amigo gay (yo lo he hecho en confianza) si en caso de haber otra vida preferiría tener una sexualidad acorde con su genitalidad (morfología) te dirá automáticamente que SÍ.
Es la normalidad - aunque alguien me pregunte ¿qué es NORMAL? La normalidad es finalmente una cuestión numérica, cuantitativa.
Aparte de eso, todas las estadísticas son manipulables. No creo ni de lejos que el 10% de la población mundial sea homosexual abierto ni escondido.
Miros: si lees esto ¿me dirás cómo se llamaba el post que menciono más arriba? Se lo he prometido a una amiga muy cachonda que no cree que sea un suceso real.
Gracias.
Grillo