Descubrí a Les Luthiers por el 78, hace ya treinta años. Mis padres volvieron de un viaje de Buenos Aires entusiasmados tras una actuación del grupo y con el que entonces era el último de sus discos (vinilos, of course): Mastropiero que nunca. Fue amor a primer oído y, durante unos años, me dediqué con algunos amigos a conseguir la discografía disponible, grabar sus temas en cassette y escucharlas cuando apagábamos el rock y nos apetecía reírnos. Unos años después, calculo que hacia el 82-83, los vi por primera vez; fue en Madrid, creo que en el Teatro Alcalá.
Luego he vuelto a sus espectáculos tres veces más y esta noche, en el auditorio de Tenerife, ha sido la quinta. Las entradas, caras y hube de estar atento para comprarlas apenas se pusieron a la venta porque, como ocurre siempre con ellos en esta isla, se agotaron en pocos días (y eso que están una semana). Todo el repertorio lo conformaban temas viejos (Las Obras de Ayer, se llamaba), bien conocidos por mí salvo uno. Y aun así, valió la pena. Como siempre, me desternillé hasta el dolor de pecho y las lágrimas. Pasé un rato delicioso durante el cual me olvidé de que en apenas unos días he de entregar y vamos atrasadísimos; Les Luthiers lograron lo que ni siquiera el sueño consigue.
Quería acompañar este breve post de algún video de la Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierras de Indias, de los singulares acontecimientos en que se vio envuelto y de cómo se desenvolvió, interpretada esta noche en una versión algo más corta de lo que recordaba (y me hubiera gustado) y que, además, pertenece a ese disco que para mí fue el primero de Les Luthiers. Pero las versiones que he encontrado en Internet no tienen buena calidad. Así que, a cambio, enlazo la tarantela litúrgica de San Ictícola de los Peces, justamente el único de todos los temas de esta noche que desconocía.
CATEGORÍA: Irrelevantes peripecias cotidianas
una joya estos tipos!
ResponderEliminarMiroslav, estás un poco anticuado.
ResponderEliminarSe te nota en el deje nostálgico.
Entreguen, que este examen se acaba!
Te llevo como cinco años de ventaja. Creo que fue en 1973 cuando un amigo me pasó un cassette con las canciones delirantes de unos argentinos geniales: "El polen ya se esparce por el aire", "La chacarera del ácido lisérgico", "la Epopeya de Edipo de Tebas", "El Teorema de Tales"... que provocó, en mí y en todo mi entorno, una fiebre entusiasta y ávida. Las escuchábamos sin parar, nos las aprendimos de memoria y se convirtieron para nosotros en una especie de santo y seña para iniciados. Desde entonces no he dejado de seguirlos y escucharlos, y ocupan un lugar principalísimo en mi personal panteón de genios tutelares, bastante nutrido, por cierto.
ResponderEliminarYo también empecé escuchando los temas que apunta Júbilo, pero no sé exactamente en qué año. Sólo sé que estaba en la universidad. Naturalmente me encantaron.
ResponderEliminarPues yo sí que conseguí entradas en el auditorio, y los vi! Me pasé las dos horas de espectáculo llorando de risa. Qué gozada!
Un besote y buen día.
Nunca pensé que iba a decir "en Buenos Aires los tenemos con lo último y por más tiempo" ¡pero es así! ;-)
ResponderEliminarLes Luthiers estrena un espectáculo nuevo cada 2 años y hace largas temporadas en Buenos Aires. Pero si creen que eso facilita sacar las entradas, están en un error. Para ver Lutherapia, el último espectáculo, un amigo estuvo dos horas en la fila.
En Lutherapia, el formato clásico de Munstock como locutor, pasa a una sesión psicoanalítica en la cual analiza a Rabinovich. Auque quizás sea un formato demasiado para argentinos...:-) Un beso
Cachis me han dolido esos "!hace ya treinta años! jooo.
ResponderEliminarVeo que somos muchos los seguidores de este fantástico grupo. Me permito enviarte a tu correo un video suyo que recibí hace poco. Saludos,
ResponderEliminarYo los conocí unos años más tarde, allá por el ochenta y tantos, gracias a una amiga que tenía una cinta justamente con Mastropiero que nunca. Las dos primeras veces que los oí no pillaba por qué mi amiga se desternillaba, a partir de la tercera ya me empecé a reír como una loca... aquella cinta de cassette casi la destrozamos de tanto escucharla. A partir de entonces me volví una fanática y tuve que conseguir todo lo de que ellos iba saliendo... me sabía todos sus discos de memoria, y lo digo en serio...
ResponderEliminarSólo he visto un espectáculo "Viegésimo aniversario", en Las Palmas, en el Polideportivo y nos costó un sudor conseguir entradas.
En fin, que que voy a decir yo de estos genios maravillosos... que tengo unas ganas locas de volverlos a ver :)
Besos
Aquí a México también vienen seguido, pero nunca los he visto. Creo que también se acaban bien rápido las entradas, y eso que aquí obviamente los foros son mucho más grandes. A ver si la próxima vez me entero con tiempo. Son geniales.
ResponderEliminarUn beso
Tenía yo un par de amigos hace muchos años, que nos deleitaban haciendo sketches de Les Luthiers y nos partíamos de risa.
ResponderEliminarHace unos años los fuí a ver al palacio de congresos y no me emocionaron demasiado, aunque creo que fué porque estaba muy lejos y el audio dejaba mucho que desear. Claro, así no hay manera.
un beso Miro
Probablemente coincidimos en aquel teatro Alcalá en el invierno del 83. Yo estaba embarazada de mi hija la mayor y creí que la soltaba allí mismo, en pleno patio de butacas, de tantísimo como me reí. Quizá sea por eso por lo que la chica ha sacado tanto sentido del humor. Son lo más genial que he visto nunca sobre un escenario. Pero veo que sólo están cuatro ¿Qué fue de Marcos Mundstock, el mejor comentarista de música clásica que he escuchado nunca? No puedo escuchar a un presentador de Radio Nacional hablando en serio, sin recordar a este hombre contándonos la vida de Mastropiero, y me río sin remedio.
ResponderEliminarY cuando el director del coro dice: "Cantad lo que está escrito", me acuerdo del "Ché, tocá lo que está escrito" y me da la risa. Son mis ídolos.
En mi caso fue antes del 75 porque todavía vivía "El Galápago" (ese vesánico galleguito y generalote de voz atiplada). Desde entonces, como todos los comentaristas, les adoré, reverencié y vi en directo en el teatro Alcalá, años más tarde, pero antes de que convirtiesen el cine/teatro en salón de bodas o algo así.
ResponderEliminarSu relato de la conquista de América, incluidos reviisonismos buenistas varios, es el único que me convence.
Casi con vergüenza te digo que nunca he prestado especial atención a este conjunto, y realmente no tengo ni idea de por qué.
ResponderEliminarVoy a echar un vistazo a tu vídeo, no obstante.
Un abrazo
Geniales. Simplemente.
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