Me he operado de las cuerdas vocales. (Gangoso, silabeo la frase; apenas un leve aire vocalizado, casi mudo). Son dos las cuerdas vocales, eso dicen. Dos, dos, dos ... Dicen que las cuerdas vocales son dos, dos como las manos, dos como los pies. ¿Dos como ella y yo?
A veces es mejor no saber. También eso lo dicen, que dos son las cuerdas vocales y que a veces, casi siempre, mejor no saber. Yo no sabía nada, ni siquiera sospechaba nada ... ¿mejor así? A veces uno sabe lo que debe saber, dicen, hablan y hablan, de todo dicen, con las cuerdas vocales. Sí, dos ... ¿o tres?
Dice, dicen, dicen ... Tantas cosas. Parloteo vano (las cuerdas vocales vibrando incesantes). Dicen cosas que no son verdad, ¿para qué? Hasta ella, quizá porque no sabe que sé, porque no sabe que he sabido. A veces es mejor no saber, a veces es mejor perder que encontrar.
Toda mujer tiene un diario, un diario secreto. Secreta su existencia, no sólo su contenido. Tal vez no sean dos las cuerdas vocales, cómo estar seguro, ¿y si son tres? El diario ella lo escondía en el fondo del cajón de la mesilla de noche. Yo lo encontré al azar, de casualidad (sí, ya, al azar). Sí, sí, sí, claro que sí; yo no sabía nada, ni siquiera sospechaba nada.
Lástima que con las cuerdas vocales, tan útiles, tengamos dificultad para explicar algunas ideas, algunos pensamientos, algunas emociones. ¿De ahí esta necesidad desesperada de escribir, de sacar de dentro lo que nos duele, lo que nos quema, lo que nos sangra las vísceras? Ella, su diario secreto, sus cuerdas vocales; dicen que son dos: ¿mienten?
Dice, dicen, dicen ... También hacen. Hacen cosas que no deberían hacer y dicen cosas que no deberían decir. Deberían decirlas antes de hacerlas (no sé) o al menos después de haberlas hecho deberían decirlas (no sé). Dice, dicen, dicen ... y cuando no dicen te dan por culo.
A veces es mejor no saber. También eso lo dicen, que dos son las cuerdas vocales y que a veces, casi siempre, mejor no saber. Yo no sabía nada, ni siquiera sospechaba nada ... ¿mejor así? A veces uno sabe lo que debe saber, dicen, hablan y hablan, de todo dicen, con las cuerdas vocales. Sí, dos ... ¿o tres?
Dice, dicen, dicen ... Tantas cosas. Parloteo vano (las cuerdas vocales vibrando incesantes). Dicen cosas que no son verdad, ¿para qué? Hasta ella, quizá porque no sabe que sé, porque no sabe que he sabido. A veces es mejor no saber, a veces es mejor perder que encontrar.
Toda mujer tiene un diario, un diario secreto. Secreta su existencia, no sólo su contenido. Tal vez no sean dos las cuerdas vocales, cómo estar seguro, ¿y si son tres? El diario ella lo escondía en el fondo del cajón de la mesilla de noche. Yo lo encontré al azar, de casualidad (sí, ya, al azar). Sí, sí, sí, claro que sí; yo no sabía nada, ni siquiera sospechaba nada.
Lástima que con las cuerdas vocales, tan útiles, tengamos dificultad para explicar algunas ideas, algunos pensamientos, algunas emociones. ¿De ahí esta necesidad desesperada de escribir, de sacar de dentro lo que nos duele, lo que nos quema, lo que nos sangra las vísceras? Ella, su diario secreto, sus cuerdas vocales; dicen que son dos: ¿mienten?
Dice, dicen, dicen ... También hacen. Hacen cosas que no deberían hacer y dicen cosas que no deberían decir. Deberían decirlas antes de hacerlas (no sé) o al menos después de haberlas hecho deberían decirlas (no sé). Dice, dicen, dicen ... y cuando no dicen te dan por culo.
Le due corde vocali - Petra Magoni & Ferruccio Spinetti (Musica Nuda 2, 2006)
Este texto es una versión muy libre de la canción que he puesto justo aquí encima, compuesta, a medias con su compañero contrabajista, por la titular de esta cuarta entrega de cantautrici italiane, una mujer que se llama Petra Magoni. Toscana de Pisa, nacida en los últimos días de julio del 72, así que joven todavía y, desde luego, bastante atractiva, con un rostro simpatiquísimo y pletórico de expresividad. Desde muy pequeñita empezó a cantar y todavía niña empezó a formarse, en principio en música antigua y sacra (ahí es nada). También ópera, improvisación vocal, canto armónico ... Iba para el mundo lírico, parece. En el 95, todavía sin haber cumplido veintidós, se une transitoriamente al grupo de rock pisano Senza Freni y con ellos participa en el Arezzo Wave, otro de los varios festivales italianos, éste para impulsar a los jóvenes rockeros. Luego participará en Sanremo (cómo no), colaborará con raperos y músicos de jazz (incluyendo al pianisto Stefano Bollani con quien se casará) y hasta publicará tres albumes propios en la segunda mitad de los noventa. O sea, que muy activa la niña, pero moviéndose en circuitos para entendidos, sin entrar claramente en el mercado (de hecho, las grabaciones de esa época son imposibles de conseguir fuera de Italia y hasta allí me imagino que debe costar mucho).
En el 203 su carrera recibe un impulso determinante. El detonante, encontrarse con Ferruccio Spinetti, un excelente contrabajista, y descubrir, ambos, que congeniaban a la perfección (Spinetti colaboraba con el grupo de jazz de su marido). Se les ocurre, un poco de coña, formar un duo al que denominan Musica Nuda, porque sólo hay dos instrumentos: el contrabajo de Ferruccio y las excepcionales cuerdas vocales de Petra. Sacan un primer disco con quince versiones de canciones en su gran mayoría bastante conocidas (Los Beatles, Sting, Lucio Battisti, Burt Bacharach ... hasta de Monteverdi) y descolocan al personal. Repiten la jugada un par de años después (2006) y el descoloque inicial adquiere ya la categoría de entusiasmo y consiguiente éxito comercial. Se trata, sin duda, de un estilo propio, original, pleno de virtuosismo. Ya sobrados se atreven a publicar un album de música sacra en el 2006 en el que incluso componen dos temas que no desentonan nada de los que interpretan de Mozart, Brahms o Bach. Habrá dos albumes más, en 2008 y 2011, en los que, aunque siguen predominando sus originalísimos covers de temas en inglés, francés o italiano, hay ya unas cuantas composiciones propias, que si no, no podría incluirla dentro de esta serie y la verdad es que me apetecía mucho.
Porque la chica es espectacular, impresionante. Diré que la he descubierto hace poco y, comparativamente con otras de las que ya he hablado o de las que hablaré, la tengo poco escuchada, aunque últimamente es una fija en el iPod durante mis caminatas. Tiene una voz increíble y, lo que es más importante, hace con ella lo que le da la real gana, y siempre le da la gana hacer maravillas. En fin, para qué decir más, salvo insistir en recomendarla encarecidamente.
Me recuerda a mi adorada Julianne Moore.
ResponderEliminarPor cierto, las cuerdas son dos, en efecto, dentro y a cada lado de la alringe, lo que NO son es cuerdas, sino unos pliegues musculares, pero ya se sabe: un viejo anatomista las llamóa así y hasta ahora...
Sí se da un aire, Lansky, no se me había ocurrido (a mí también me gusta la encantadora Julianne). Por cierto, espero que puedas escuchar la música en tu curre, que a las horas que llegas seguro que todavía no hay casi nadie.
ResponderEliminarSalvo los martes y jueves, que voy primero a nadar.
ResponderEliminarY no no puedo oirla, aquí el servidor tiene capadas youtube y algunas prestaciones más, pero cuando me intrigan tus ofertas musicales copio la referencia y las oigo en casa (y de paso me haces violar mi sagrada norma de no conectarme ni por las tardes/noches ni en fines de semana) Oiré a esta piba.
Por cierto, me ha parecido ver a un colaborador tuyo haciéndote la rosca entre los comentaristas: dile que eso está muy feo, un jefe es un jefe, aunque sea un tipo cojonudo como tú
Si te refieres a quien creo, no hay entre nosotros relación de jefatura en ninguna de las dos direcciones. Además, si te refieres al comentario que creo, tiene un motivo privado que ya te explicaré en otro momento.
ResponderEliminarMe ha encantado la voz de Petra así como el duo musical con el contrabajista.
ResponderEliminarPrecisamente ayer presenté a mi hijo pequeño a las pruebas para acceder al conservatorio y uno de los "posibles" instrumentos que elija (en el caso de que haya plaza) es el contrabajo. Precisamente hoy quería escuchar "algo" de contrabajo y mira tu por donde que me lo has proporcionado. Muy chula la versión de Los Beatles también.
Besos.
Fantástica esta Petra Magoni, y muy agraciada de voz.
ResponderEliminarEn efecto, se da un aire a Juliane Moore, valente y buena actriz que tampoco tiene demasiado inconveniente en mostrarnos a veces las dos prominecias que le quedan debajo de las cuerdas vocales, e incluso el estropajo inferior.
Grillo