Pues me he tragado en directo la fumata blanca, la hora de espera y el show de la loggia, incluyendo la indulgencia plenaria que, creo, es la primera vez en mi vida que la recibo (me considero, sin falsa modestia, un hombre de buena voluntad). Sorpresa absoluta: no ha sido el arzobispo de Milán, ni el brasileño de Sao Paulo ni el canadiense francófono; supongo que con el tiempo se irán conociendo los azarosos vericuetos de las votaciones, las intrigas y cálculos de los cardenales electores y las demás circunstancias de que se ha valido el Espíritu Santo para designar al nuevo sucesor de Pedro.
En fin, se trata de un argentino hijo de italianos, nacido en Buenos Aires en diciembre del 36, así que tiene ya 76 años, no precisamente joven como apostaban muchos de los expertos vaticanistas. Además es jesuita y, para mi asombro, el primero de la orden de Iñigo de Loyola, que ahora ya tienen, además del negro, Papa blanco. También es el primer sumo pontífice hispanoamericano, que ya era hora, máxime cuando allí habita el cuarenta y pico por ciento de los católicos. Será agradable oír la voz del Papa en nuestro idioma sin los ásperos acentos polacos y alemanes.
Se llamará Francisco y será también el primero con ese nombre. Sabido es que la elección del nombre encierra una declaración de intenciones, que en este caso hay que buscar en la advocación al santo correspondiente. Pero ¿cuál? ¿il poverello d'Assisi o el misionero navarro? Su pertenencia a los jesuitas hace pensar que alude al de Xavier, hombre enérgico, de intensa acción evangelizadora bajo el espíritu intolerante de la Contrarreforma. Pero quizá haya pensado en el santo de la Umbría, uno de mis favoritos y muy querido por los italianos, quien tanto incomodó al Papado en vida y mucho más cuando ya muerto su ejemplo dio origen a varias herejías. Más requiere la Iglesia, en mi opinión, al de Asís que al de Javier, aunque dificílmente sobreviviría el primero en el Vaticano. Mientras escribo, con la tele de fondo, escucho algunos comentaristas que dan por sentado que el nombre del nuevo Papa es en homenaje al santo italiano; habrá que esperar que él mismo lo confirme. Cabe también que haya querido conjugar las dos figuras, si bien son tan distintas que parece difícil.
Lo cierto es que me ha gustado durante los breves minutos en que se ha mostrado en el balcón de la plaza de San Pedro. Ha hablado con dulzura y sencillez, sin asomo de arrogancia ni acartonamiento. Vaya usted a saber qué tanto de esa imagen será fingimiento aprendido durante los ya muchos años de ser una figura pública, pero a mí al menos me ha convencido. Incluso me ha traído el recuerdo del bondadoso y bienintencionado Albino Luciani, quien en su brevísimo pontificado se hizo popular por su calidez y capacidad comunicativa. El tono y contenido de las palabras del nuevo Papa han sido también ejemplo de cercanía. Confiemos que esas cualidades no le deparen el mismo destino que a Juan Pablo I.
Imagino que esta breve aparición ante los fieles de su diócesis (es lo que se dice, ya que es obispo de Roma, pero la verdad es que apuesto a que la mayoría de quienes integraban esa multitud no eran romanos) habrá encendido ilusiones entre tantos católicos que creen que la Iglesia debe ser reformada en profundidad. Yo, pese a mi buena impresión inicial, soy más cauto y hasta algo escéptico. En todo caso, nada sé de este hombre salvo las notas superficiales que he consultado sobre la marcha y que, la verdad, tampoco es que me den base para el entusiasmo. Calló durante la dictadura argentina y parece que es bastante conservador en cuanto a la doctrina (en especial en relación con temas polémicos como el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, etc). Pero, de otra parte, se le atribuye una gran preocupación por la justicia social y una probada humildad (por ejemplo, los rumores sobre el cónclave anterior dicen que podría haber sido elegido entonces si no fuera porque él mismo, visiblemente emocionado, pidió a los cardenales que no lo votaran).
Por cierto, este nuevo Papa hace el ordinal 112 en la relación del Lignum vitae, las famosas y apócrifas profecías de San Malaquías y, por tanto, debería haberse llamado Pedro (el Romano), que habrá de ser quien en la última persecución de la Santa Iglesia hará pacer a sus ovejas entre muchas tribulaciones, tras las cuales la ciudad de las siete colinas será derruida y el juez tremendo juzgará al pueblo. O sea, el último Papa antes del Fin.
Sorprendentemente no puedo añadir nada a lo que tan bien dices, ni quitaría nada tampoco. Y te felicito por la elección de la música, francamente oportuna, aunque yo me habría inclinado más por la versión original, la de Violeta Parra. Pero los Quilapayún suenan muy bien también. (Aunque ¿por qué seré yo tan alérgico a las actuaciones en directo? Todo eso del ambiente y los aplausos, que tan buena prensa tiene, a mí me estorba más que otra cosa. Las emociones colectivas... Y en cambio la calidad del sonido y de la interpretación es peor en directo casi invariablemente).
ResponderEliminarDigo sorprendentemente porque en principio, con puntos de vista tan divergentes sobre la religión y la Iglesia como suelen manifestarse los nuestros, uno esperaría que nuestras reacciones ante el nombramiento de un nuevo Papa fueran también muy distintas. Tengo la impresión de que si no es así es, sobre todo, gracias a un esfuerzo de moderación y tolerancia por tu parte muy de agradecer.
Me gustaría que tu actitud fuera la más extendida entre los no creyentes. Claro, que también me gustaría que la mía fuera la más extendida entre los creyentes, lo que me parece bastante más improbable (aún).
En fin, lo que en realidad me gustaría es que Dios, o sus propias entendederas, o ambas instancias, iluminen a Francisco I para ver si empieza a meter en vereda a sus colegas electores, y de ahí para abajo. La esperanza es lo último que se pierde.
Seamos o no creyentes, Vanbrugh, pienso que un cónclave es un hecho importante y que la Iglesia Católica lo es más (todavía), dada su influencia sobre tantas personas (creyentes y no creyentes). Y en una institución tan intrínsecamente autocrática, importa mucho la personalidad del autócrata.
ResponderEliminarProcuro siempre poner un tema alusivo o de algún modo relacionado con el post (a veces mediante claves recónditas y personales). Este tema de Violeta lo tengo en digital pero la verdad es que escuchándolo hace un rato me pareció que desafinaba. Me acordé de la versión de los Quilapayún, a través de los cuales conocí la canción en un viejo vinilo de 1975 (El pueblo unido jamás será vencido) que ya no conservo. La versión que he encontrado en Youtube corresponde a un concierto de 2003, treinta años después de la primera vez que la grabaron. Es en vivo, sí (es lo que se suele encontrar en Youtube) pero suena bastante bien y no molesta demasiado el público. En todo caso, según que músicas, a mí no me disgustan las grabaciones en vivo; y a este tema, creo yo, le queda bien el escenario y el público.
Si de ser moderados se trata, vamos a serlo. Pero para empezar, aparte de su obsesión por el sexo, como la mayoría de los cardenales y obispos, las preocupaciones sociales de este pollo deben ser importantes, pues no en vano no sólo guardó silencio durante la dictadura argentina, sino que le prestó su apoyo, por temor a que en el país se instaurase el marxismo. Ya iremos viendo cómo actúa en su nuevo cargo. Aunque lo tiene crudo. Como intente meterse con las finanzas va a durar lo que duró Juan Pablo I.
ResponderEliminar¿Desafinar Violeta Parra? Blasfemo, irreverente...
ResponderEliminarMolón Suave: Supongo que en breve iremos enterándonos de cómo se comportó el nuevo Papa durante el régimen militar argentino. En efecto, se dice que hizo algo más que callar, pero de momento no parece que sean datos probados. En todo caso, sí creo que es mejor "ser moderado", esperar a "ir viendo" cómo actua en su nuevo cargo. Como digo en el post, mantengo mi escepticismo, pero a lo mejor nos equivocamos. En todo caso, la Iglesia es lo que es, pero aún así, dentro de ciertos límites que sería absurdo esperar que se rompieran, podría reformarse a mejor y contribuir a mejorar la situación de la humanidad en su conjunto.
ResponderEliminarVanbrugh: Como te comento en tu último post, tengo un oído pésimo, así que a lo mejor lo que llamo desafinar no lo es. No obstante, en la versión que tengo Violeta suelta unos chillidos agudos en el estribillo que no me gustan demasiado.
Yo, sin embargo, disiento algo. Comprendo que los papólogos y la papolatría le den vueltas al nombre elegido, al lugar de nacimiento, a la lengua materna y a que estudiara en Alcalá de Henares y sea, también, Ingeniero químico, pero yo en su curriculum valoro más su actitud condescendiente con la Junta militar argentina de Videla o la más dura, en cambio, con los Kirchner, sus opiniones sobre los homosexuales, el celibato y los medios anticonceptivos, porque, lamentablemente, a mi juicio lo importante de este señor que de entrada me hace bien pese a su profesión y jerarquía, es cómo afectará a esos millones de creyentes que en lugar de tener una relación personal e íntima con Su Dios se ven en la obligación de seguir consignas papistas hasta en el sentido de su voto en elecciones laicas o el tratamiento de sus hijos gais o en su actitud con el sexo...El Borbón lo dijo inapropiadamente, yo espero no tener que hacerlo con Francisco: "¿Por qué no te callas? Y un alivio que no haya salido Rouco, eh.
ResponderEliminar'me hace bien'(sic): quiero decir me 'cae' bien
ResponderEliminarYo tuve un sueño que creí premonitorio, en él el nuevo Papa elegiría por nombre “Fritta” (il Papa Fritta) y saldría al balcón del Vaticano con una enorme narizota postiza de color rojo… Era evidente que ¿los deseos de mi inconsciente? no se iban a ver realizados, aunque quién sabe, quizás no era una premonición sino una “descripción abreviada” (como suele decir algún comentarista que anda por aquí). Qué maravilloso subterfugio es hablar de los sueños que hemos tenido. Creo que mi inconsciente me estaba indicando que la figura que tomara posesión del cargo era un simple títere, que nada debemos confiar en él y que las cosas del saber y del querer debemos cocinárnosla nosotros solitos. En otro sueño muy similar, que tuve hace muchos años ya, me pasó algo parecido, eran las vísperas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero en esta ocasión el sueño fue auténticamente premonitorio pues se trataba de la elección de Ronald Reagan (lo digo por Ronald McDonald, el famosa payaso de las hamburguesas).
ResponderEliminar"Se le atribuye una gran preocupación por la justicia social". También se le atribuye lo mismo a los islamistas radicales, y a los falangistas, verdad, y no por ello nos parecen aceptables. Mmm. Veremos (dijo un ciego).
ResponderEliminarMirad el e-mail que me hamandado un amigo argentino:
ResponderEliminarPapa Argentino: Castigo Dívino: Una vez más, como diría Rafael Alberti, "Se equivocó la paloma" y ha elegido al peor de los peores del curerío universal. Bergoglio, Paco Primero, desde la fumata blanca, cómplice de la dictadura militar, homófobo declarado (cuando se proclamó el matrimonio gay en Argentina dijo que la ley impulsada por los Kitchner era "una movida del Diablo"), siniestro personaje del período más siniestro de la historia argentina. Requerido por la Justicia francesa para que declare en el caso de las monjas francesas secuestradas y asesinadas en Buenos Aires en la época de sus amigos Videla y Massera; mudo ante la tortura y posterior desaparición en la ESMA de sus hermanos jesuitas que trabajaban en las villas miserias porteñas; mudo también ante el asesinato del obispo riojano Angelelli a mano de la milicada... Que asco más grande. Lo peor de todo: el patrioterismo imbécil que se desata en Argentina ante semejante honor. !Que verguenza!. Salud y Carpe Diem....y que Luzbel nos proteja de tamaño representante de Dios en la Tierra.
Ricardo
Desde que se asomó al balcón a 'bendecirnos', y ante tantas otras forografías que hay ya de él, no acabo de pillarle el parecido a este gachó.
ResponderEliminarSe parece a alguien y no caigo.
A veces el cabrito tiene cara de exboxeador bonachón y soplado o de antiguo mafioso yankee, templado pero temible, o maestro fresador de cualquier fábrica.
- 'Ya veremos'... - dijo otro ciego.
Me has matao con lo de que es el último ¿pero no era el penúltimo? mira que es ya mayorcito y no nos va a durar mucho, que se nos acaba la fiesta!
ResponderEliminarMe extrañaría que, con los antecedentes que trae de cooperación con Videla y sus muchachos, se vaya a meter en los berenjenales de la Banca Ambrosiana. No me da buena espina, disiento de tu discurso moderado. Aunque si hay que estar cerca de alguien, mejor de los jesuitas, que no del Opus. Aunque no se por qué, me da la impresión de que este no es de la cuerda de Ellacuría o Casaldáliga.
El comentario de Ricardo me ha erizado los pelos del espinazo.
Me está pasando un fenómeno curioso con Ratzinger, desde que se ha ido, me va pareciendo que no era tan malo. Digo como aquella señora acerca de Michael Jackson: "Antes no me gustaba mucho, pero, en muriéndose, en gustándome"
Yo también estuve siguiendo el evento en directo en la tele, y como tú me pregunté que de dónde habían sacado sin vacilación los periodistas comentaristas que la elección del nombre Francisco era precisamente por emulación al de Assisi.
ResponderEliminarGracias por este post y sobre todo por el anterior que leí con mucho interes y atención a pesar de su longitud pues apenas me hacía una que otra pregunta, pronto, al seguir leyendo, llegaba una respuesta pertinente . Uaaah, ¡vaya frase!, ¿ se entiende ?
Lansky: Solo ha pasado un día y ya abundan las noticias sobre el nuevo Papa. En cualquier caso, prefiero ser cauto todavía y más tratándose de lo que ocurrió durante la dictadura argentina. Pero, sí, aunque nos haya caído bien, da mala espina.
ResponderEliminarAtman: Toda la vida es sueño y los sueños sueños son.
Barbie: Veremos, sí. Ahora le toca dejar de preocuparse y pasar a ocuparse.
Grillo: Pues nada, en cuanto "caigas" nos dices a quién te recuerda.
Cigarra: También yo dudo que se meta con las finanzas vaticanas pero, ¿acaso no es la esperanza lo último que se pierde? A mí Ratzinger sigue sin caerme bien.
C.C: Gracias a ti. Ya que veo que te atreves con mis tostonazos, acabo de publicar otro largo.
Creo que se parece a Florentino Pérez, el presidente ese ricachón de FCC
ResponderEliminarBueno, viendo que este Francisco tiene ya su camarilla propia les llamaré 'Los hombres de Paco'...
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