Qué pena que esté creciendo, los niños son diferentes en estos tiempos. Necesito algo para tranquilizarme, no, no es que esté enferma, pero necesito esa pequeña píldora amarilla, es mi pequeño ayudante, la que me permite superar el ajetreo diario. Las cosas han cambiado en estos tiempos, cocinar, qué lata, mejor comida preparada, pero ahora se me ha quemado el pastel de carne congelado, qué agobio, dos pastillitas. Deme otra receta, doctor, uff, pensé que se negaba, se está convirtiendo en un viejo insoportable, cuatro pastillitas, venga. Ya los hombres no son como antes, ni se dan cuenta de tu agotamiento y en cambio siempre exigiendo, tan difíciles de satisfacer. Cuatro pastillas más que me dejarán pasar una noche tranquila. Lo que pasa es que la vida se ha vuelto demasiado dura, buscar la felicidad es un aburrimiento. Pero no debo tomar demasiadas píldoras amarillas, me dicen que puedo sufrir una sobredosis. ¿Qué haré sin mi pequeño ayudante?
Mother's little helper - The Rolling Stones (Aftermath, 1966)
A mí lo que me ha apasionado desde siempre ha sido la química orgánica. En los tristes años de la Gran Guerra, tendría ocho o nueve años, tuve que ponerme a ayudar a mi padre en la farmacia, el negocio iba mal. Inventaba y elaboraba sus propios remedios; para mí sería como un juego, disfrutaba muchísimo. Pero la guerra torció las cosas y el armisticio no las mejoró. Abbazia se la anexionaron los italianos (eran los tiempos exaltados de D'Annunzio) y las nuevas autoridades decidieron italianizar la ciudad, prohibidos los colegios en alemán o en croata. Los judíos del viejo imperio austrohúngaro éramos extranjeros por partida doble. Sí, claro que había antisemitismo, ¿cuándo no lo ha habido?
Me mandaron por delante, para que hiciera mis últimos cursos escolares en polaco y aprendiera la lengua. Era la de mi padre, sí, pero nunca la usamos en casa, mi madre era húngara y ése fue mi idioma infantil (y el alemán, claro). De todas maneras, mi padre necesitaba tiempo para traspasar la farmacia, para salvar lo más posible de una situación económica que había sido buena y ya no lo era (por ejemplo, perdió lo mucho que patrióticamente invirtió en bonos de guerra). En fin, nos hicimos polacos, una país a estrenar, como quien dice. Llegaron mis padres a Cracovia justo cuando acababa la secundaria y entonces murió mi hermano Gyuszi, con solo quince años. Era 1926.
En mi tesis de doctorado en química intentaba encontrar nuevos colorantes ensayando con unos compuestos tricíclicos que yo mismo sinteticé (las heptoxidiazinas). Fue un fiasco y, aunque publiqué mi trabajo en una revista polaca, esas primeras investigaciones de un joven químico no interesaron a nadie; sin embargo, la estructura de esas moléculas se me quedó grabada. Un cuarto de siglo después, cuando los directivos de Roche me pidieron que buscara una sustancia que permitiera a la compañía competir ventajosamente en el mercado de los tranquilizantes, me acordé de las benzodiazepinas y decidí probar: si como colorantes no valían, a lo mejor tenían propiedades ansiolíticas.
Diez gotas de valium para dormir mejor, para dormir de verdad. Veinte gotas de valium para dormir toda la noche. Quiero dormir. Cien gotas de valium para dormir del todo, para no sentir nada más, para borrar la mente. Y mañana por la mañana, mañana por la mañana, mañana por la mañana ... tampoco despertar.
Valium - Vasco Rossi (Siamo Solo Noi, 1981)
¿Casualidad? Bueno, pero es que, al cabo, la historia no es más que azares encadenados. De hecho no fue bingo a la primera; estuvimos durante más de un año probando muchos derivados y ninguno tenía efectos tranquilizantes. En el 56 se hartaron de mis ensayos, que lo dejara y me dedicara a otra cosa, me ordenaron. Desobedecí y continué, casi a escondidas, con mis pruebas, pero para nada, otro año desalentador. Ya me resignaba a tener que barrer el laboratorio, tirar mi basura, como irónicamente decían algunos. Entonces Reeder me llamó la atención sobre un par de muestras que aún no habíamos ensayado: una base cristalizada y su sal clorhidrato. Los sometimos a las pruebas farmacológicas, solo para acabar el trabajo, pues estábamos convencidos de que también resultarían negativas. Ahora sí: mucho mejor como ansiolítico y relajante muscular que el meprobamato y sin efectos adversos significativos.
Pero si quieres hablar del azar, basta hacerse algunas preguntas. Por ejemplo, ¿por qué Roche quiso desarrollar un ansiolítico? Sí, claro, por el éxito del Miltown, de la Carter-Wallace, la primera alternativa a los terribles barbitúricos, aclamada universalmente. Pero, ¿quién sintetizó el meprobamato? Fred Berger, un médico judío checoslovaco que también escapó de los nazis. Si los proyectos antisemitas de Hitler hubieran tenido éxito, no existiría el valium. O quizá pueda pensarse que el valium existe como consecuencia del antisemitismo nazi ...
Champán y valium, besos desganados ¿Señor, qué desayuno es éste? Para qué quejarme, tengo más de lo que merezco, ya lo sé. Mejor cerrar el pico y volver a casa: el viejo billete, el mismo viejo tren. No hay destino, o sí, justo donde se está ... ¿a dónde van todos? Le pregunté al médico si podía sentir mi dolor. Otra vez este mierda, pensó, pero cuántas veces he de explicarte que no hay medicina que valga, que vuelvas a ser lo que eras, me dice. Deja el vino, no bebas, no pienses. Claro que no sabes cómo, claro que no sabes por qué; eres como el resto y, chaval, lo único que puedes hacer es intentar aferrarte a tus sueños.
Champagne and valium - Kevin Ayers (Deià ... Vu, 1984)
Claro que tenía miedo en esos años, acuérdate que iban ganando la guerra. Ignoraba las atrocidades que luego hemos sabido, pero los conocía a ellos. En el 37 estuve con una beca en Viena, en los momentos álgidos del terrorismo nazi, de la conspiración que unos meses después traería el Anschluss; ¿crees que era bien recibido? Otro golpe de fortuna entonces: conocí a Leopold Ruzicka, uno de los químicos más eminentes (dos años después le darían el Nobel) y le caí bien; no creo que por mis conocimientos, sino justamente porque era judío y también, supongo, porque como él había nacido en Croacia. Me dio trabajo en su laboratorio de Zurich.
Sí, Suiza era neutral, pero a principios de 1941 corrían persistentes rumores de que Hitler pensaba invadirla y, como se ha sabido luego, fueron rumores con fundamento. Recién casado con Herta, apenas veinte años tenía, acababa de empezar a trabajar en Hoffmann-La Roche, en Basilea. Para entonces, la sede de Nueva Jersey de Roche era ya más importante que la casa matriz y Emil Barell (el que unos años antes había desarrollado el proceso para la síntesis de la vitamina C y propulsado la compañía), con los alemanes amenazando a dos pasos, decidió que había que aligerar la sede de Basilea de personal judío, por si acaso. Y por eso, gracias de nuevo a Hitler, estoy aquí, en Nutley, donde nació el valium.
Sí, Suiza era neutral, pero a principios de 1941 corrían persistentes rumores de que Hitler pensaba invadirla y, como se ha sabido luego, fueron rumores con fundamento. Recién casado con Herta, apenas veinte años tenía, acababa de empezar a trabajar en Hoffmann-La Roche, en Basilea. Para entonces, la sede de Nueva Jersey de Roche era ya más importante que la casa matriz y Emil Barell (el que unos años antes había desarrollado el proceso para la síntesis de la vitamina C y propulsado la compañía), con los alemanes amenazando a dos pasos, decidió que había que aligerar la sede de Basilea de personal judío, por si acaso. Y por eso, gracias de nuevo a Hitler, estoy aquí, en Nutley, donde nació el valium.
Fuentes:
– Drugged: The Science and Culture Behind Psychotropic Drugs (Richard J. Miller; Oxford University Press, 2014).
– Laughing Gas, Viagra, and Lipitor: The Human Stories behind the Drugs We Use (Jie Jack Li; 2006)
– Leo Sternbach y el descubrimiento de las benzodiazepinas (Francisco López Muñoz y Cecilio Álamo; Revista JANO, Noviembre 2006)
– Dr. Leo Henryk Sternbach's childhood in Opatija (Sanja Simper; Acta med-hist Adriat 2007)
– Traducciones libres de las tres canciones que acompañan este post
Brillante, gracias por el argumento contra los tarados morales que señalan a extranjeros como causantes de males
ResponderEliminarChofer Fantasma
Ay, qué tío...
ResponderEliminarTus conciertos y desconciertos son interesantísimos y siempre trufados de humor.
Servidor se toma a veces un Valium 5 y me sirve de relajamiento y de inductor al sueño.
También la Melatonina sirve hoy como inductor al sueño. No tiene nada de química, es todo natural. Es lo que dan a los pilotos transoceánicos para evitar el jetlag.
Me he salido del tema? Estaré 'desconcertado'?
Es que los judíos destacan en casi cualquier campo. Recordemos a Haber, que revolocionó tanto la agricultura como la guerra.
ResponderEliminar"También la Melatonina sirve hoy como inductor al sueño. No tiene nada de química, es todo natural."
¡Qué guasa tienes, Grillo!
Chofer: De nada, aunque no acierto a ver cuál es el argumento que he aportado al respecto.
ResponderEliminarGrillo: Yo en cambio, valium creo que no he tomado nunca, aunque sí (según he descubierto escribiendo este post) otras pastillas de la misma familia química.
Ozanu: Sí, es sorprendente que el índice de "destacados" entre los judíos sea bastante más alto que entre los gentiles. La principal causa está justamente en el antisemitismo.