Vicente es un viejo y buen amigo. Vicente es, creo yo, un hombre afortunado. Podría enumerar varios motivos para que así lo considere –quizá me referiría a sus tres maravillosas hijas o al cariño que tantos le guardamos– pero diré solamente que tiene la suerte de habitar un fantástico apartamento que él mismo diseñó al borde del acantilado del distrito limeño de Barranco, frente al Pacífico. Y ese Mar del Sur, como lo llamó Núñez de Balboa, ofrece unos paisajes espectaculares, capaces de inmovilizarte en la terraza de Vicente en estupor alucinado.
La bahía de Lima o Costa Verde es el tramo del litoral limeño comprendido entre el Cerro Morro Solar, al Sur, en el distrito de Chorrillos, y la península de La Punta, al Norte, perteneciente a la vecina Provincia Constitucional de El Callao. Los veinte kilómetros de línea ribereña –bastante abierta– están mayoritariamente orientados hacia el Suroeste, pero justamente a partir de la frontera entre Miraflores y Barranco el litoral gira en sentido Sur, de modo que la casa de Vicente mira casi directamente al Oeste, lo que la convierte en auditorio privilegiado de hermosísimos ocasos. Pero es que además, al estar prácticamente colgada sobre el acantilado, desde la terraza se alcanza una vista completa de toda la bahía, desde la Isla de San Lorenzo enfrente de La Punta hasta el Morro Solar con sus antenas emergiendo entre las brumas.
Sin embargo, no basta con disponer de un espléndido escenario. Hay que saber ver y Vicente sabe. Tiene también la aún mayor suerte de estar dotado de una aguda sensibilidad artística (le vino en los genes), de una delicada percepción cromática. Porque no cualquiera, aunque viva en una casa con vistas al Pacífico es capaz de atrapar en fotografías las cambiantes y múltiples maravillas del mar y el cielo. Desde su terraza, Vicente mira, siente y dispara. Y los resultados los viene subiendo desde diciembre de 2012 al facebook para deleite y asombro de quienes por ahí nos pasamos. En estos dos años y poco ha colgado más de medio millar de imágenes, una elocuente crónica visual que lo es casi íntima, como si ese paisaje primigenio, telúrico (sólo a veces tintado con signos humanos), fuera espejo de su alma, pero también de las nuestras. Pero además, repasar esas excelentes fotos equivale a recorrer los últimos siglos de la historia de la pintura. Cuando en momentos de pausa (las tengo como salvapantallas del ordenador) saltan a mis ojos esas mágicas explosiones de lilas, naranjas, amarillos, rojos, morados, azules, verdes, grises, rosados ... me evocan nombres y cuadros ilustres, al menos desde Turner, pasando por todo el impresionismo y llegando hasta el expresionismo abstracto de mediados del siglo pasado (Rothko desearía haber firmado más de una de sus instantáneas). Este fin de semana, me fue casi imposible seleccionar unas cuantas con las que componer un slide-show de dimensiones asequibles para internet. Aquí va el resultado (recomiendo que se espere hasta que se cargue el video y se vea en pantalla completa a 1080p).
Fotos: Vicente de S. / Música: Bourée (Jethro Tull-2003)
Mi amigo Tulio, limeño, y mi prima que vivió allí dos años no paran de decirme que tengo que ir allí a pillar olas, que es increíble, un viaje que tengo pendiente.
ResponderEliminarPreciosa foto, una vista inmejorable de las olas, de sus secuencias, de sus series...
Puf...¡qué mono de mar!
Saludos marinos, :)
A pillar olas y a conocer el Perú, que es una maravilla. Lima no es gran cosa (aunque el centro histórico, sí); de hecho hubo un famoso literato que escribió un libro bajo el título "Lima, la horrible".
EliminarY la foto no es una foto, sino 60 con musiquita. Dale al play y ponlo en pantalla completa.
Jajaja, dí al play, hasta ahí llego, jajaja, aún así la foto que más me gusta es la del ventanal y en ella se ven muy bien las olas, es una visión muy surfera, levantarse por la mañana y desde lo alto mirar hasta lo que la vista te permite y ver las olas, cómo se elevan y como van acercándose a la orilla, el espacio entre y otra, su fuerza...el viento.
EliminarUn saludo,:)
un privilegio ese ventanal
ResponderEliminarY tanto ... ¿Viste la presentación? ¿Qué opinas de las fotos?
EliminarLas fotos están bien, pero el tema se impone al fotógrafo.
EliminarNo tengo perfil en Facebook, pero me apunto la página para ver esas fotos con calma y tiempo.
ResponderEliminarLa página del facebook no la he dicho. Pero puedes ver tranquilamente las fotos dándole al video que he incrustado en el post.
EliminarBonito nombre, Mar del Sur, y bonito montaje fotografico.
ResponderEliminar(Celebro tambien tu falta de integrismo musical al acompanarlo con una cancion de Jethro Tull: en los viejos tiempos del Ruta 66, a quien confesara escuchar a JT -o a Pink Floyd- Ignacio Julia y Jaime Gonzalo podian excomulgarlo u ostiarlo directamente y sin mas contemplaciones
Me alegro que te gustaran las fotos. La música es un homenaje a mi amigo, rendido admirador de Ian Anderson desde la adolescencia (aunque la versión que he puesto no es la original de 1969). En cuanto a las opiniones de los gurús del Ruta 66, te diré que no he sido lector habitual de esa revista; para cuando salió yo ya tenía bastante formadas mis preferencias rockeras y entre ellas estaba Jethro Tull, peor mucho más los Pink Floyd, opinen ellos lo que quieran. E integrista (con mi propio integrismo, claro) pude serlo en mis primeros años, pero confieso que cuanto más viejo más ecléctico.
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