Resulta que existe un juego, hasta hace pocas horas desconocido para mí, llamado beer-pong o beirut. Con ese nombre es fácil deducir que proviene de países anglosajones, en concreto de los Estados Unidos y Canada, donde por lo visto goza de mucha popularidad entre los chavales (salvando las distancias, correspondería a los grupos que, entre nosotros, ejercitan el botellón).
Si bien las reglas varían y carecen de la oficialidad que aportaría la institucionalización del juego (o sea, no existe una federación o algo similar), la idea básica del beer-pong sería la siguiente: dos equipos a ambos extremos de una mesa alargada en los que se disponen triangularmente seis o diez vasos mediados de cerveza; alternándose, cada equipo lanza una pelotita de ping-pong intentando meterla en alguno de los vasos y, cuando lo logra, el contrario ha de beberse la cerveza que contiene; obviamente, gana el equipo que logra que sus contrincantes se beban todos los vasos.
Como en cualquier otro ejercicio, jugar bien al beer-pong exige un dominio de las técnicas básicas así como desarrollar estrategias adecuadas al oponente. Descubro así, por ejemplo, que se han definido tres tipos de lanzamiento, llamados el tiro con arco, el de pelota rápida y el bote; el dibujo anexo es lo suficientemente ilustrativo como para ahorrar aclaraciones, salvo la de que no parece que el tipo de tiro condicione el desarrollo de una partida. De otra parte, como no podía ser de otra forma tratándose de los gringos, resulta que abundan los equipos estables y existen diversas ligas y torneos a lo largo de los USA, que culminarían en las World Series of Beer Pong, que se celebran en Las Vegas y en enero de este año han vivido su cuarta edición.
Naturalmente, la popularidad del juego ha aparejado que se oigan las habituales quejas de los protestones de siempre, el establishment que frunce el ceño en cuanto ve chavales divirtiéndose. La puritana sociedad yanqui se escandaliza porque implica consumo de cerveza (seguro que la versión con cocacola no tuvo el mismo éxito). Incluso se ha solicitado su prohibición con la excusa de que el beer-pong propicia el contagio de herpes. Pero estos agoreros no han impedido que los practicantes y fanáticos de este juego sigan creciendo ¿cuándo podremos verlo entre nosotros?
Hasta que llegue tan ansiado momento, lo que debemos hacer es practicar. Afortunadamente, se necesita bien poco: vasos y pelotas de pingpong. Provistos del material, en vez de perder el tiempo en otras actividades que difícilmente nos aportaran tantas satisfacciones como el beer-pong. Se trata de un ejercicio muy agradecido que, a la vez que nos permite desarrollar habilidades fundamentales (la paciencia, la puntería, la concentración, la imaginación, la estrategia, la visión espacial, y muchas más) contribuye, a medida que lenta pero inexorablemente mejoran nuestras habilidades, a reforzar la autoestima. Evidentemente, hay que dedicarle tiempo; ojalá que dispusiera de tanto (demasiado, como reconoce él mismo en su web) como este chaval, cuyo dominio del juego es extraordinario: una especie de globe-trotter del beer-pong, tan bueno que perfectamente podría ganar el torneo de Las Vegas manteniéndose abstemio.
Si bien las reglas varían y carecen de la oficialidad que aportaría la institucionalización del juego (o sea, no existe una federación o algo similar), la idea básica del beer-pong sería la siguiente: dos equipos a ambos extremos de una mesa alargada en los que se disponen triangularmente seis o diez vasos mediados de cerveza; alternándose, cada equipo lanza una pelotita de ping-pong intentando meterla en alguno de los vasos y, cuando lo logra, el contrario ha de beberse la cerveza que contiene; obviamente, gana el equipo que logra que sus contrincantes se beban todos los vasos.
Como en cualquier otro ejercicio, jugar bien al beer-pong exige un dominio de las técnicas básicas así como desarrollar estrategias adecuadas al oponente. Descubro así, por ejemplo, que se han definido tres tipos de lanzamiento, llamados el tiro con arco, el de pelota rápida y el bote; el dibujo anexo es lo suficientemente ilustrativo como para ahorrar aclaraciones, salvo la de que no parece que el tipo de tiro condicione el desarrollo de una partida. De otra parte, como no podía ser de otra forma tratándose de los gringos, resulta que abundan los equipos estables y existen diversas ligas y torneos a lo largo de los USA, que culminarían en las World Series of Beer Pong, que se celebran en Las Vegas y en enero de este año han vivido su cuarta edición.
Naturalmente, la popularidad del juego ha aparejado que se oigan las habituales quejas de los protestones de siempre, el establishment que frunce el ceño en cuanto ve chavales divirtiéndose. La puritana sociedad yanqui se escandaliza porque implica consumo de cerveza (seguro que la versión con cocacola no tuvo el mismo éxito). Incluso se ha solicitado su prohibición con la excusa de que el beer-pong propicia el contagio de herpes. Pero estos agoreros no han impedido que los practicantes y fanáticos de este juego sigan creciendo ¿cuándo podremos verlo entre nosotros?
Hasta que llegue tan ansiado momento, lo que debemos hacer es practicar. Afortunadamente, se necesita bien poco: vasos y pelotas de pingpong. Provistos del material, en vez de perder el tiempo en otras actividades que difícilmente nos aportaran tantas satisfacciones como el beer-pong. Se trata de un ejercicio muy agradecido que, a la vez que nos permite desarrollar habilidades fundamentales (la paciencia, la puntería, la concentración, la imaginación, la estrategia, la visión espacial, y muchas más) contribuye, a medida que lenta pero inexorablemente mejoran nuestras habilidades, a reforzar la autoestima. Evidentemente, hay que dedicarle tiempo; ojalá que dispusiera de tanto (demasiado, como reconoce él mismo en su web) como este chaval, cuyo dominio del juego es extraordinario: una especie de globe-trotter del beer-pong, tan bueno que perfectamente podría ganar el torneo de Las Vegas manteniéndose abstemio.
CATEGORÍA: Curiosidades dispersas
Este juego lo han inventado los hombres y para los hombres.
ResponderEliminarVaya rollo, con perdón, y me refiero al juego y lo que implica, no a tu entrada.
Faltaría mas.
Un beso desde los madriles
Observo que no sólo las pelotitas sino las mesas son de pin pon y, segundo, que los vasos son endebles de plástico, porque si fueran solidas y asentadas jarras de cristal sería más fácil.
ResponderEliminarNo entiendo la alusión supuestamente feminista del comentario anterior, quizá porque me he tragado la pelota con la cerveza.
Lansky: no pretendo hacer un comentario feminista de ataque inter-sexos. Digo que ese juego nunca lo inventarían las mujeres porque no nos gusta la cerveza en cantidades industriales y para nosotras no tendría aliciente alguno competir por ella.
ResponderEliminarUn abrazo
No way!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMiros, vos siempre sorprendiendome...
besos,
Jua! ¿Y se reunen en clubes para jugar, con torneos y toda la bola?? No, si ya decía yo que el coeficiente promedio yanqui es el de Homero Simpson. Lamentable.
ResponderEliminarGracias por mantenernos al tanto de las novedades en el mundo de "Entertainment", pero me quedo con nuestro "futbol de botones" ¿Se acuerda? ¿No me diga que nunca jugo un partido de futbol sobre una mesa, con botones por jugadores y un lapiz para moverlos...? Entonces no tuvo niñez, don Miroslav, que quiere que le diga.
Unpu abrapazopo
Mery, creo que no conoces a todos los múltiples tipos de mujeres que hay. A mi una me tumbo bebiendo tequila. (Un abrazo a tí también)
ResponderEliminarY Folgel, Homer Simpson es mi intelectual yanqui favorito, por delante de Noan Chomsky
Lansky: ¡nada menos que con tequila!. Olé sus narices. Ante tal hazaña me siento desarmada.
ResponderEliminarBueno, a mí la cerveza si me gusta( una pena, echa barriguita) y no sé si en cantidades industriales, pero como esté agusto con un grupo de gente, caen unas cuantas...
ResponderEliminarLo del tequila me va menos..por la jaqueca.
Buen descubrimiento tu blog. Te seguiré leyendo,
Un abrazo.
Lo confieso, he buscado en google porque pensé que era algo que te habías inventado :D La mente humana no deja de sorprenderme, en serio :D
ResponderEliminarBesos
Imagino que si la cosa va a más se retranmitiran partidas (o como se llame...) y lo que es peor saldrán expertos que comentarán las "incidencias" del juego con referencias pseudo-filosoficas (cual Valdano cualquiera) o sentencias universales como "el beer-pong es asin".
ResponderEliminarYo una vez vi jugar una especie de petanca sobre hielo, pensé lo mismo, me reí de mi ocurrencia y poco despues descubrí que era un deporte llamado Curling que en determinados paises es casi el deporte nacional.
Como dijo el otro: hay gente pá to.