España ya está en semifinales del mundial. Ha llegado con muchísimas más dificultades de las previstas y, lo que es peor, sin terminar de jugar bien, de hacer ese juego fluido que en las últimas temporadas tanto me estaba gustando. Por supuesto que desearía que fuese campeona, pero más todavía que me convenciese, que lo lograse imponiendo el "juego bonito" que ha demostrado (no todavía) que sabe hacer. Aunque sea una blasfemia en esta religión futbolera-patriótica que nos embarga, declaro que prefiero que sea eliminada a que gane de mala manera.
Después de estos cinco agridulces partidos, uno se pregunta por qué no se siente contento, por qué se ve un equipo que no juega con la velocidad y precisión de hace unos meses, por qué tantos fallos, tantas inseguridades, incluso tanto cansancio físico. ¿El denostado jabulani? Pienso que sí, que tiene que ser un factor que influye en el empeoramiento del juego español, porque no hay más que ver cuanto peores son en este mundial los controles al recibir los pases por futbolistas que parecían capaces hasta ahora de dejar muerto un balón largo o de regatear con él como si lo llevaran pegado a sus pies. Desde luego, en ningún otro campeonato (y los sigo desde el 74) se ha cuestionado tanto la influencia de la pelota y, si efectivamente es cierto que tanto cambia su comportamiento respecto a las anteriores, muy mala decisión me parece que ha tenido la FIFA en estrenarlo en un mundial (si bien Alemania, por ejemplo, llevaba toda la temporada usándolo).
Aunque, claro está, la sensación de que España no termina de jugar como sabe no puede achacarse sólo, ni siquiera predominantemente, a los extraños de la dinámica del jabulani. Creo que mucho más peso tiene la forma en que han jugado los rivales, el cómo han planteado los partidos para anular el tipo de juego de la selección, para hacer que se sintiera muy incómoda y poder aprovechar sus oportunidades. Así lo hizo Suiza nada más empezar y tuvo la extraordinaria suerte de llevarse los tres puntos, con un gol de chiripa y tras un abrumador dominio español: un fútbol feo y aburrido logró frustrar cualquier intento de juego bonito. Chile y ayer Paraguay, con mucha más calidad tanto colectiva como individual, demostraron que habían planteado los partidos totalmente en función del rival, para inutilizarlo y maximizar sus sobre el papel menores bazas. Anoche dijo Del Bosque que sabía que así iban a jugar los paraguayos: pues peor me lo pone, porque no supo cómo contrarrestar esa contratáctica y estamos en semifinales porque la suerte terminó cayendo de nuestro lado, que no habría sido nada raro que hubiese ocurrido al revés. En mi opinión, los paraguayos hicieron un magnífico partido y creo que no se los valoró a priori como merecían (por cierto, su derrota no impedirá que Larissa Riquelme se desnude como premio a sus esfuerzos).
En página de la FIFA pueden consultarse multitud de indicadores estadísticos sobre el juego que se va haciendo en este Mundial. Ciertamente, lo que digan las estadísticas no vale para nada antes de jugar un partido (igual que el que la bolita de la ruleta lleve cayendo varias vueltas en casillas rojas no aumenta la probabilidad de que la próxima vaya a ser negra), pero sí es útil para analizar en conjunto los estilos y comportamientos de los equipos participantes. El caso es que, matizando mis impresiones de disgusto ante el juego español, verifico que le selección está jugando fiel a su estilo y no lo hace del todo mal o, al menos, es la que mejor lo hace. Repasemos algunos de estos indicadores antes de pontificar conclusiones.
De entrada, España es con diferencia el equipo con más alto porcentaje de posesión del balón del torneo, con algo más del 60%, frente al 54, 51 y 46 de Holanda, Alemania y Uruguay, los otros tres semifinalistas. Argentina y Brasil (con el 58 y el 56%) son las dos selecciones que le siguen. Naturalmente, tener más tiempo el balón no significa ser mejor y mucho menos ganar el partido (que se lo digan a Argentina que encajó cuatro goles alemanes a pesar de su dominio en la posesión), pero si se maneja correctamente cuanto más tiempo se tenga la pelota más ocasiones se crearán y menos hará el contrario. Es curioso, además, que el porcentaje de posesión de España en este mundial sea claramente superior al que tuvo en la Eurocopa (56%), aunque por momentos no nos lo parezca. España pues sale a hacer y hace lo que quiere, tener el mayor tiempo posible la pelota, e incluso me atrevería a decir que sus rivales no le discuten (no tanto como en la Eurocopa) tal pretensión sino que la asumen y se dedican a que ese dominio no les valga para mucho y en cambio les permita a ellos aprovechar sus menores ratos de juego (por ejemplo, con contraataques fulminantes cogiendo a la defensa descolocada). Esta conclusión se refuerza con otro indicador estadístico: España es el país que más faltas ha recibido (97) y, por contra, el que menos comete de los cuatro semifinalistas.
También la selección ocupa los primeros puestos de las clasificaciones de juego de ataque y entre las mejores en cuanto a los indicadores defensivos. Si, por ejemplo, observamos la relación entre disparos a puerta efectuados y recibidos, España es la líder absoluta del mundial con un sorprendente 90/44 (más del doble de disparos en ataque que sufridos), frente a los 79/75 de Alemania, 69/62 de Holanda o 74/84 de Uruguay, que ha llegado a semis sufriendo más ataques que generándolos. Sólo Ghana y Argentina, con 101 y 95 disparos a puerta, han superado a España en este indicador de ataque, pero ambos han sufrido muchos más disparos en contra que nuestra selección (73 y 65). Así pues, en teoría (simplona), cabría esperar que por término medio España marcara el doble de goles que recibe (y, de hecho, lleva el triple), pero según esa proporción Alemania apenas debería haber hecho tres goles (y han sido 13), Holanda cuatro (y han sido 9) y Uruguay dos o uno (y han sido 7).
Así que España es la selección que hasta ahora más ha dominado el balón y mejor balance ataque / defensa presenta entre todas las del Mundial. Sin embargo, si nos atenemos a los goles (que es lo único que cuenta) las cifras no son tan halagüeñas. Llevamos 6 tantos (y 5 de Villa lo que, pichichi al margen, es preocupante), a una pobre media de 1,2 por partido. Muy por debajo de Alemania (2,6 por partido), Argentina (2), Holanda y Brasil (1,8), Portugal (1,75) y Uruguay (1,4); pero también por debajo de Corea, Estados Unidos y Eslovaquia (1,25), así como de más equipos ya eliminados. Nada que ver con la producción goleadora de España durante la fase de clasificación (2,8 goles por partido, sólo superado por Inglaterra con 3,4 y por encima de Alemania con 2,6 y de Holanda con 1,7) ni con la de la Eurocopa (2 goles por partido). O sea, que la efectividad española ha caído dramáticamente en este Mundial. Nunca ha sido muy grande, eso es cierto, ya que siempre, incluso en estos últimos años de buen juego, parece que tenemos que crear muchas más oportunidades que los demás para lograr marcar (en el extremo opuesto estarían los italianos, por ejemplo), pero mientras en la última Eurocopa con 48 remates metimos doce goles (25% de efectividad) ahora llevamos 6 de 31 disparos entre los tres palos, un 19% que preocupa si lo comparamos con los porcentajes análogos de nuestros acompañantes en las semifinales: 50% de Alemania, 40% de Holanda y 27% de Uruguay.
Si no se mejora la efectividad y Alemania y España mantienen en su enfrentamiento los indicadores medios de posesión y disparos a puerta que llevan acumulados, el partido del próximo miércoles debería acabar 3-1 a favor de los germanos, aunque, eso sí, nosotros tendríamos más tiempo el balón e incluso chutaríamos más veces a puerta. Sin embargo, acabados los cuartos, las casas de apuestas siguen dando a España como favorita para ganar el Mundial (bien es verdad que por poco margen respecto a Alemania), lo cual me hace pensar en que los apostadores confían en que, de una vez, la selección juegue como lo ha hecho en los últimos años. Si así ocurre, también yo creo que es probable que España gane, pero ... ¿ocurrirá? Pienso que el que viene es, a priori, el partido en el que la selección tiene más posibilidades de desarrollar su juego. Alemania, que en este mundial no parece Alemania y está jugando de maravilla (con muchos rasgos del estilo de España), dudo que se plantee el partido como lo hicieron Chile y Paraguay (y no digamos la horripilante Suiza). Espero que asistamos a un encuentro en el que predomine el juego de creación, con pases rápidos y aperturas de espacios (en esos indicadores, a los que no me he referido porque ya el post se volvería un tostón estadístico, España también es líder del torneo, aunque Alemania le sigue de cerca). Si así es, confiemos en que España haga un partido que, por primera vez en el campeonato, nos deje buen sabor de boca. Y entonces, si Alemania juega mejor, no me importará demasiado que nos eliminen; casi lo prefiero, de verdad, a que pasemos sin merecerlo y con esta desagradable sensación de lograrlo con potra y por los pelos.
Antes de acabar quiero añadir algo sobre Uruguay. Es, de los cuatro finalistas, el que menos posibilidades tiene y las casas de apuestas pagan hasta 14 a 1 a quien se juegue los cuartos a su favor (una oportunidad para hacerse con una pasta). Prácticamente todos sus indicadores estadísticos son negativos; con el frío e inútil análisis de las cifras habría que concluir que no tendría que estar aquí. Tampoco está jugando nada bien, pero ... Pero me apasiona que sea semifinalista y me daría una tremenda alegría que eliminase a Holanda y jugara la final (con España, por supuesto). Primero porque hace un mes estuve en ese país y pude conocer lo encantadores y amables que son. Y luego porque me quedé impactado por el espectacular partido contra Ghana: la fe de los celestes para remontar con el golazo de Forlán, el penalti en contra con tarjeta roja a Luís Suárez en el último segundo, el increíble último penalti del loco Abreu ... Parece que Dios se ha pasado al otro lado del río de la Plata.
Después de estos cinco agridulces partidos, uno se pregunta por qué no se siente contento, por qué se ve un equipo que no juega con la velocidad y precisión de hace unos meses, por qué tantos fallos, tantas inseguridades, incluso tanto cansancio físico. ¿El denostado jabulani? Pienso que sí, que tiene que ser un factor que influye en el empeoramiento del juego español, porque no hay más que ver cuanto peores son en este mundial los controles al recibir los pases por futbolistas que parecían capaces hasta ahora de dejar muerto un balón largo o de regatear con él como si lo llevaran pegado a sus pies. Desde luego, en ningún otro campeonato (y los sigo desde el 74) se ha cuestionado tanto la influencia de la pelota y, si efectivamente es cierto que tanto cambia su comportamiento respecto a las anteriores, muy mala decisión me parece que ha tenido la FIFA en estrenarlo en un mundial (si bien Alemania, por ejemplo, llevaba toda la temporada usándolo).
Aunque, claro está, la sensación de que España no termina de jugar como sabe no puede achacarse sólo, ni siquiera predominantemente, a los extraños de la dinámica del jabulani. Creo que mucho más peso tiene la forma en que han jugado los rivales, el cómo han planteado los partidos para anular el tipo de juego de la selección, para hacer que se sintiera muy incómoda y poder aprovechar sus oportunidades. Así lo hizo Suiza nada más empezar y tuvo la extraordinaria suerte de llevarse los tres puntos, con un gol de chiripa y tras un abrumador dominio español: un fútbol feo y aburrido logró frustrar cualquier intento de juego bonito. Chile y ayer Paraguay, con mucha más calidad tanto colectiva como individual, demostraron que habían planteado los partidos totalmente en función del rival, para inutilizarlo y maximizar sus sobre el papel menores bazas. Anoche dijo Del Bosque que sabía que así iban a jugar los paraguayos: pues peor me lo pone, porque no supo cómo contrarrestar esa contratáctica y estamos en semifinales porque la suerte terminó cayendo de nuestro lado, que no habría sido nada raro que hubiese ocurrido al revés. En mi opinión, los paraguayos hicieron un magnífico partido y creo que no se los valoró a priori como merecían (por cierto, su derrota no impedirá que Larissa Riquelme se desnude como premio a sus esfuerzos).
En página de la FIFA pueden consultarse multitud de indicadores estadísticos sobre el juego que se va haciendo en este Mundial. Ciertamente, lo que digan las estadísticas no vale para nada antes de jugar un partido (igual que el que la bolita de la ruleta lleve cayendo varias vueltas en casillas rojas no aumenta la probabilidad de que la próxima vaya a ser negra), pero sí es útil para analizar en conjunto los estilos y comportamientos de los equipos participantes. El caso es que, matizando mis impresiones de disgusto ante el juego español, verifico que le selección está jugando fiel a su estilo y no lo hace del todo mal o, al menos, es la que mejor lo hace. Repasemos algunos de estos indicadores antes de pontificar conclusiones.
De entrada, España es con diferencia el equipo con más alto porcentaje de posesión del balón del torneo, con algo más del 60%, frente al 54, 51 y 46 de Holanda, Alemania y Uruguay, los otros tres semifinalistas. Argentina y Brasil (con el 58 y el 56%) son las dos selecciones que le siguen. Naturalmente, tener más tiempo el balón no significa ser mejor y mucho menos ganar el partido (que se lo digan a Argentina que encajó cuatro goles alemanes a pesar de su dominio en la posesión), pero si se maneja correctamente cuanto más tiempo se tenga la pelota más ocasiones se crearán y menos hará el contrario. Es curioso, además, que el porcentaje de posesión de España en este mundial sea claramente superior al que tuvo en la Eurocopa (56%), aunque por momentos no nos lo parezca. España pues sale a hacer y hace lo que quiere, tener el mayor tiempo posible la pelota, e incluso me atrevería a decir que sus rivales no le discuten (no tanto como en la Eurocopa) tal pretensión sino que la asumen y se dedican a que ese dominio no les valga para mucho y en cambio les permita a ellos aprovechar sus menores ratos de juego (por ejemplo, con contraataques fulminantes cogiendo a la defensa descolocada). Esta conclusión se refuerza con otro indicador estadístico: España es el país que más faltas ha recibido (97) y, por contra, el que menos comete de los cuatro semifinalistas.
También la selección ocupa los primeros puestos de las clasificaciones de juego de ataque y entre las mejores en cuanto a los indicadores defensivos. Si, por ejemplo, observamos la relación entre disparos a puerta efectuados y recibidos, España es la líder absoluta del mundial con un sorprendente 90/44 (más del doble de disparos en ataque que sufridos), frente a los 79/75 de Alemania, 69/62 de Holanda o 74/84 de Uruguay, que ha llegado a semis sufriendo más ataques que generándolos. Sólo Ghana y Argentina, con 101 y 95 disparos a puerta, han superado a España en este indicador de ataque, pero ambos han sufrido muchos más disparos en contra que nuestra selección (73 y 65). Así pues, en teoría (simplona), cabría esperar que por término medio España marcara el doble de goles que recibe (y, de hecho, lleva el triple), pero según esa proporción Alemania apenas debería haber hecho tres goles (y han sido 13), Holanda cuatro (y han sido 9) y Uruguay dos o uno (y han sido 7).
Así que España es la selección que hasta ahora más ha dominado el balón y mejor balance ataque / defensa presenta entre todas las del Mundial. Sin embargo, si nos atenemos a los goles (que es lo único que cuenta) las cifras no son tan halagüeñas. Llevamos 6 tantos (y 5 de Villa lo que, pichichi al margen, es preocupante), a una pobre media de 1,2 por partido. Muy por debajo de Alemania (2,6 por partido), Argentina (2), Holanda y Brasil (1,8), Portugal (1,75) y Uruguay (1,4); pero también por debajo de Corea, Estados Unidos y Eslovaquia (1,25), así como de más equipos ya eliminados. Nada que ver con la producción goleadora de España durante la fase de clasificación (2,8 goles por partido, sólo superado por Inglaterra con 3,4 y por encima de Alemania con 2,6 y de Holanda con 1,7) ni con la de la Eurocopa (2 goles por partido). O sea, que la efectividad española ha caído dramáticamente en este Mundial. Nunca ha sido muy grande, eso es cierto, ya que siempre, incluso en estos últimos años de buen juego, parece que tenemos que crear muchas más oportunidades que los demás para lograr marcar (en el extremo opuesto estarían los italianos, por ejemplo), pero mientras en la última Eurocopa con 48 remates metimos doce goles (25% de efectividad) ahora llevamos 6 de 31 disparos entre los tres palos, un 19% que preocupa si lo comparamos con los porcentajes análogos de nuestros acompañantes en las semifinales: 50% de Alemania, 40% de Holanda y 27% de Uruguay.
Si no se mejora la efectividad y Alemania y España mantienen en su enfrentamiento los indicadores medios de posesión y disparos a puerta que llevan acumulados, el partido del próximo miércoles debería acabar 3-1 a favor de los germanos, aunque, eso sí, nosotros tendríamos más tiempo el balón e incluso chutaríamos más veces a puerta. Sin embargo, acabados los cuartos, las casas de apuestas siguen dando a España como favorita para ganar el Mundial (bien es verdad que por poco margen respecto a Alemania), lo cual me hace pensar en que los apostadores confían en que, de una vez, la selección juegue como lo ha hecho en los últimos años. Si así ocurre, también yo creo que es probable que España gane, pero ... ¿ocurrirá? Pienso que el que viene es, a priori, el partido en el que la selección tiene más posibilidades de desarrollar su juego. Alemania, que en este mundial no parece Alemania y está jugando de maravilla (con muchos rasgos del estilo de España), dudo que se plantee el partido como lo hicieron Chile y Paraguay (y no digamos la horripilante Suiza). Espero que asistamos a un encuentro en el que predomine el juego de creación, con pases rápidos y aperturas de espacios (en esos indicadores, a los que no me he referido porque ya el post se volvería un tostón estadístico, España también es líder del torneo, aunque Alemania le sigue de cerca). Si así es, confiemos en que España haga un partido que, por primera vez en el campeonato, nos deje buen sabor de boca. Y entonces, si Alemania juega mejor, no me importará demasiado que nos eliminen; casi lo prefiero, de verdad, a que pasemos sin merecerlo y con esta desagradable sensación de lograrlo con potra y por los pelos.
Antes de acabar quiero añadir algo sobre Uruguay. Es, de los cuatro finalistas, el que menos posibilidades tiene y las casas de apuestas pagan hasta 14 a 1 a quien se juegue los cuartos a su favor (una oportunidad para hacerse con una pasta). Prácticamente todos sus indicadores estadísticos son negativos; con el frío e inútil análisis de las cifras habría que concluir que no tendría que estar aquí. Tampoco está jugando nada bien, pero ... Pero me apasiona que sea semifinalista y me daría una tremenda alegría que eliminase a Holanda y jugara la final (con España, por supuesto). Primero porque hace un mes estuve en ese país y pude conocer lo encantadores y amables que son. Y luego porque me quedé impactado por el espectacular partido contra Ghana: la fe de los celestes para remontar con el golazo de Forlán, el penalti en contra con tarjeta roja a Luís Suárez en el último segundo, el increíble último penalti del loco Abreu ... Parece que Dios se ha pasado al otro lado del río de la Plata.
Este tema, aunque en su origen es una marcha funeraria tradicional de Lousiana, se ha convertido en una de las canciones futboleras de varios clubs ingleses. Así que viene a cuento con este post y siempre es una buena excusa para disfrutar del gran Satchmo.
CATEGORÍA: Curiosidades dispersas
Los uruguayos son simpáticos! Y el Paraguay aportó a la señorita esa, ojalá que siga yendo a ver los partidos.
ResponderEliminarA ver si la Roja no venga de los teutones...
Lo bueno de todo esto es la cara que se le ha quedado a Maradona. es lo que tiene ser el "enviado de Dios", que de vez en cuando, viene un puñado de hombres y te la lía.
ResponderEliminarHola Miroslav, tanta estadistica y parece mentira que sea exacta. Y lo sera si tú y la FIFA lo decis. Sin embargo, el futbol es en primer lugar un espectáculo, y, hasta ahora, España nos ha aburrido (menos contra Honduras) mientras que el EQUIPO (insisto en la palabra equipo) Alemán (menos contra Serbia con el arbitro que repartía las tarjetas como folletos de publicidad)nos ha dado un espectáculo inigualado por los demás.
ResponderEliminar¡ VIVA ESPAÑA !
ES LEBE DEUTSCHLAND !
Yo también creo que con Alemania España podrá hacer un buen partido; por lo visto hasta ahora, esta Alemania quiere jugar a fútbol, y con espacios la selección puede hacerles daño. Eso sí, tienen unos centrocampistas que corren como locos y no se cansan... Aunque no sea una estadística, otro factor que puede ser importante es la baja por sanción de Müller, que es la versión moderno del "torpedo" Múller de los setenta.
ResponderEliminar¡Ojalá lleguemos a la final!
Pormenorizado y exacto análisis de la selección española en estos mundiales. A mí, como a ti y al resto de seguidores nos defrauda un tanto este 'equipo'.
ResponderEliminarDeseamos que gane frente a Alemania, que están demostrando otra vez ser fuertes, disciplinados y muy buenos jugadores.
Permíteme un comentario jocoso y no tan al margen: la señorita Larissa Riquelme parece bastante propensa a enseñarnos los cueros en bastantes casos relacionados con el fútbol o no.
Y Sara Carbonero... Ay, mujer inteligente, buena reportera de deportes y de una belleza exótica que parece residir más en el color de sus ojos. Como Casillas, yo también me tiraría....
Recuerdo vagamente un chiste de Forges que ironizaba sobre la interpretación de las estadísticas en el sentido de que dependiendo de cada cual se puede deducir con ellas una cosa o la contraria; decía algo así como si el porcentaje de cerdos capados se incrementa en un uno por ciento disminuye igualmente los días de lluvia en otoño, y el personaje que enunciaba tal añadía: “si la estadística no miente”. El otro le replicaba, “pero miente”.
ResponderEliminarEl fútbol además de un negocio fabuloso basado en un espectáculo a menudo soporífero pero en ocasiones maravilloso es y seguirá siendo un juego, con los imponderables, no evaluables ni ‘estadisticables’ elementos que eso comporta. Es de agradecer que hayan quedado los 4 equipos que mejores propuestas de fútbol, han hecho, aunque España sigue sin destaparse y yo hubiera preferido a la cándida Ghana que a Uruguay, pero me compensa que los equipos resultadistas, antifutboleros, incluidos los históricos, hayan quedado eliminados: Argentina, Paraguay, Brasil…No digamos Francia, Chile, etc.
España puede que empiece a jugar; le quedan dos partidos si tiene suerte y gana el primero con Alemania, la selección que mejor fútbol ha hecho en este campeonato; esa es la única certeza.
Bueno, pues todos con cervezas y pipas para el miércoles. Qué emoción... A ver quién juega!
ResponderEliminarEstimado Miroslav, aquí le escribe una corresponsal destacada en el margen norte del Río de la Plata.
ResponderEliminarInteresante análisis del fútbol mundialista, y me tomo el atrevimiento de agregar mi granito de arena en la maquinaria social (ejem).
* España. La última Eurocopa me encontró en el norte de Estados Unidos, con una conexión a internet brutal con la que miré casi todos los partidos. No me gusta demasiado el fútbol y especialmente detesto el "calcio", pero me subí al coche español y alenté a esa selección con el alma porque me encantaba su propuesta futbolera. Miré la final en un pub inglés del centro de Minneapolis, entre un montón de europeos y el gol del Niño Torres me dejó afónica por varios días. No obstante mi súbito fanatismo, me da la impresión que el fútbol español se ha estancado, que desde entonces hasta ahora no ha habido mucha innovación y me parecen presa fácil (qué simple es hablar por adelantado, no?) de la escuadra alemana. Pero que mañana gane el mejor.
* Ghana. Todas las series del Mundial tenían un equipo africano, que fue eliminado por la acción combinada de los otros equipos y su propia performance. Por su lado Ghana, el último en apagar la luz, no pudo zanjar el partido de octavos, yéndose a tiempo extra con USA y en cuartos, con Uruguay. Pero Uruguay viene a quedar como el malo de la película por haber dado el golpe final. Todo mal, ché! Si los demás países africanos hubieran sido mejores y si el arquero de Ghana supiera atajar penales (y me refiero al tiro libre de Forlán), Africa tendría un representante en semifinales.
* Uruguay. El ambiente local es de incredulidad. Estamos más paparulos por este resultado que contentos (que también lo estamos, caramba). Con respecto a la mano de Suárez, se lo escuchó decir eufórico y zumbón "la mano de Dios ahora es la mía". Un periodista en estudios reflexionó, "pero si te cobran el penal, qué Dios es ése?", a lo que el otro periodista replicó "es que en Uruguay tenemos separadas la Iglesia del Estado".
* Holanda. Son muy buenos esos muchachos. Acá en el ambiente de jolgorio generalizado en realidad ya ni nos importa demasiado el resultado, con haber llegado hasta acá nos alcanza para que este año, a las niñas también se las vista de celeste. Aún así quiero agregar que, aunque quiero que gane Uruguay, la noche del domingo al lunes soñé, una y otra vez, que ganaba Holanda 1-0 con gol en el primer tiempo de Snejder.
* Alemania. Meten miedo. Menos mal que perdieron un partido, así se sabe que son de carne y hueso.
Ulschmidt: Vengados quedan.
ResponderEliminarTanhäuser: Pues hasta pena me dio Maradona pero justo es reconocer que se lo estaba buscando.
C.C.: El fútbol es (no solo) espectáculo, sí. Y el juego de España es capaz de darlo más que el de ninguna otra selección. Lo que pasa es que los equipos con los que se había enfrentado se esforzaron en no dejarle jugar. Hoy Alemania no ha hecho eso (lo cual la honra) y ya has visto el resultado. Yo preveía que así iba a ocurrir y esperaba que ganara el mejor fútbol (que España no pasara sin merecerlo) y confío en que coincidas conmigo en que el de la selección española ha sido hoy bastante mejor que el de la alemana.
Buxter: También yo había pensado en Müller. Habrá que elucrubrar cuan negativa ha sido su ausencia.
Grillo: Por fin, tras esta semifinal, uno acaba con buen sabor de boca, y no sólo porque haya ganado la selección.
Lansky: En efecto, el fútbol está hecho de imponderables, pero las estadísticas, bien interpretadas, dicen lo que dicen: una síntesis de lo que ha ocurrido, no de lo que va a ocurrir, claro está. Y ya has visto: España ha empezado a jugar y, en cambio, Alemania parece que se ha olvidado. Ni tanto ni tan calvo, los rivales cuentan y condicionan. Y en el partido de hoy, por cierto, sin mirar las estadísticas se ha verificado una de las conclusiones de este post: España, con muy baja efectividad, ja necesitado superar a Alemania en ataques más allá de la proporción favorable que éstos tienen; y pese a esa abrumadora superioridad, sólo han podido marcar un gol. La efectividad sigue siendo la asignatura pendiente.
Zafferano: Ya cayeron las pipas y las cervezas. Seguro que te emocionaste durante el partido y hasta te enteraste de quien jugaba y quien pasó.
Julia: Estupendo comentario. Lástima lo de Uruguay; aún así, dignísima derrota que, por los breves momentos finales, pareció que podía darse el milagro de nuevo. Yo también deseaba que hoy ganara el mejor y también que el mejor fuera España. Se han cumplido los dos deseos.
¿hacemos una porra para la final?
Sigo siendo excéptico a la estadística, aunque como explicación "a posteriori" es espléndida, y los imponderables (no medibles s.s.) cuentan tanto o más. Perdonamos al final y en vez de meterles otro u otros dos goles nos pudieron empatar y pudimos perder en la tanda de penaltis que nunca llegó...Pero se jugó mejor que nunca.
ResponderEliminarEl 37% de los muertos en accidente de automóvil no llevaban puesto el cinturón de seguridad, ¿quiere eso decir que el 63% que lo llevaba murió a pesar de eso? Las estadísticas son sólo un factor más entre otros y por fortuna para la emoción, el azar, la aleatoriedad y hasta el empecinamiento cuentan
Para tu porra: España-Holanda: 1-0
Yo, como nunca he sido céptico sobre la estadística, no puedo tampoco ser ahora ex-céptico (je, je). No, en serio, lo peor de la estadística es lo mal que se la suele usar (y no lo digo por tí, Miroslav, que has hecho un trabajo magnífico). Buen ejemplo, el que pone Lansky: que el 37% de los muertos en accidente de automóvil no lleve cinturón... no quiere decir absolutamente nada, aunque los periodistas se empeñen en otra cosa. Para que quiera decir algo, falta saber qué porcentaje de conductores no lleva habitualmente puesto el cinturón. Si también fuera el 37%, por ejemplo, resultaría que llevarlo o no es perfectamente indiferente para morirse o no. Si fuera el 70%, resultaría que llevar el cinturón es notablemente dañino. Y solo si el porcentaje de conductores que habitualmente no lleva el cinturón fuera más bajo que el de los muertos sin él podríamos concluir que llevar el cinturón es más seguro que no llevarlo. Las conclusiones salen de la comparación entre ambos porcentajes, uno solo de ellos no sirve para nada. Pero la gente en cuanto ve un % detrás de un número tiende a creerse que ese número es significativo para algo, por sí mismo y sin más consideraciones.
ResponderEliminarLa estadística, como casi todos los mecanismos de manejar información, puede darnos buenas respuestas solo si sabemos hacerle las preguntas adecuadas.
(Con el partido de ayer yo, nada futbolero, disfruté como un enano. Teóricamente creía desear que perdiera España, por el aquel de las primas y todo lo demás, pero descubrí una vez más que, en realidad deseaba que ganara. Me lo pasé muy bien. Y lo acompañé con un Chardonnay del Somontano que, la verdad, estaba buenísimo.)
Vanbrugh: cabrón (dicho sea metafóricamente y con todo cariño)
ResponderEliminarGracias Sr. Miroslav por su condolencia... aunque acá no estamos tan tristes como estaría cualquier país normal. Perdimos y hubiera sido mejor ganar, pero nadie esperaba una victoria y todos temíamos una paliza. Y paliza, lo que se dice una paliza, no fue. No creo que le hayamos dado mucho miedo a Holanda, pero creo que por primera vez ví a los jugadores uruguayos efectivamente "dejar todo en la cancha".
ResponderEliminarUna reflexión mediana: es una suerte que no me gane la vida con el comentario deportivo, verdad?
:-)
Ahora, con respecto a LA ROJA. ¿Qué pasó ayer? ¿A dónde se fue el equipo alemán que había jugado hasta el sábado, y quiénes eran los que estaban usando sus camisetas? Tengo que sacarme el sombrero, el juego "estancado" de España los desarmó, inutilizó y no sé qué juego psicológico hubo también, que los desmoralizó. Si hasta ahora el desempeño español no había destacado, con el partido de ayer se redimieron. Fue increíble.
¡La mejor de las suertes el domingo!
Sí, Miroslav, totalmente de acuerdo. Hasta los más chovinistas en Alemania ( en general, los alemanes no lo son) reconocen que la victoria de España es merecida. El equipo Alemán sólo se despertó en los 15 últimos minutos.
ResponderEliminarJulia, C.C (y los demás, claro):
ResponderEliminarEspaña hizo el mejor partido de la fase final del mudial, sobre todo, el segundo tiempo. Don Pantuflo, al que adoro por su sabiduría y discrección elegante, volvió a acertar sacándo a Don Pedro (antes conocido como Pedrito) como líbero para incordiar entre lineas, volvimos a tener poca puntería en portería, porque les pudimos meter dos o tres más. la soberbia alemana fue pretender jugarnos en nuestros mismos términos, con el mismo estilo de 'jogo bonito' en lugar de presionarnos como Chile, el árbitro húngaro bien, en fin todo estupendo, menos la falta de gol (perdonamos en exceso y pudimos pagarlo en los ultimos minutos, aunque...más emoción) y...si me dicen antes del partido que vamos a ganar marcando de cabeza en un saque de corner a las torres alemanas...le digo: usté ni puta idea de fútbol.
Hoy igual perdemos con Holanda, porque estadísticas al margen,este es un juego con elementos bastante imponderables, como meterle un gol de cabeza a balón parado a Alemania.
matizo, Don Pantuflo es mi forma afectuosa de llamar a Vicente del Bosque
ResponderEliminarVicente del Bosque es mi héroe, reune una serie de cualidades (humanas, se dice con absoluta redundancia, no van a ser ameboides) que me hacen aplicarle aquello de Machado de ser bueno, en el buen sentido de la palabra bueno. Y además es competente; realmente, en este su caso la modestia no es la virtud (impostada) del mediocre, sino la real y verdadera del modesto. Especularmente aquel Florentino enriquecido y constructor, mediático, éticamente dudoso,que le echo del Real Madrid por antiguo; imposible encontrar opuestos más opuestos. La victoria tiene muchos artífices, o algo así dice el aforismo, y la derrota ninguno, pero perdamos o ganemos, la elegancia de don pantuflo, su actitud distante de los nuevos ricos del deporte será magistral
prueba...
ResponderEliminarUna última participación sobre la eliminación de Ghana y la Final...
ResponderEliminarEl mayor sponsor de la selección uruguaya es Ancel, la compañía estatal de telefonía móvil (y la mayor también). Por lo tanto, en la previa, el entretiempo y los minutos antes del alargue, vimos el mismo aviso ad nauseam de Ancel. El aviso en cuestión está protagonizado por Sebastián "el loco" Abreu y empieza con un tiro penal contra Brasil, durante las eliminatorias... un tiro penal exactamente igual al que le valió la clasificación a Uruguay. ¿Se imaginan estar viendo a Abreu picarla una y otra vez, y cuando llega la hora de la verdad... la vuelve a picar? La verdad es que dio toda la impresión que ni el DT ni el arquero se habían molestado en mirar un video de Abreu tirando penales, porque mirá que les avisaron!
Segundo, en la final prevaleció el fútbol de verdad sobre el muay thai con pelota y golero de Holanda. La Roja se puso a la altura de las circunstancias y el árbitro, creo yo, no estuvo mal. Creo que él y todos los árbitros tendrían que haber estado mucho más rígidos limitando el contacto físico violento, y la verdad es que no entendí por qué lo permitieron tanto. Creo que Holanda se merecía irse al entretiempo con 8 jugadores en la cancha, y al terminar el partido pensé que algunos jugadores debían irse a las duchas y el resto a una prisión de máxima seguridad por 20 años, pero evidentemente no sintonizo nada bien con las políticas de la FIFA. No entiendo, lo acepto.
¿Mi reflexión final? Fuimos testigos del surgimiento de un nuevo fútbol, que hace empalidecer al mismísimo hockey sobre hielo* en términos de violencia y peligro de la integridad física del jugador.
Ojalá que no tengan que ocurrir desgracias personales** para impedir que prospere.
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* Hablo con propiedad porque me gusta mucho y sigo la NHL, el mundial y los juegos olímpicos.
** Discúlpeme la frase hecha.