Leo mucho; desde siempre, desde muy pequeñito he leído mucho. Leo mucho, obviamente, porque me lo paso muy bien leyendo. Por eso, tengo la mala tendencia a leer con avidez, a veces en diagonal, saltándome partes del texto. Será también que sé que disponemos de tan poco tiempo y tenemos tantas cosas que leer ...
Quizás como consecuencia de mi glotonería lectora, resulte que me cuesta mucho recordar los detalles (y no tan detalles) de los libros leídos. Acabado un libro, y una vez leídos los cinco o seis siguientes (lo que suele equivaler a un mes después), se me queda tan sólo el argumento general (de qué va) y una valoración sintética del mismo (me gustó o no, mucho o poco).
Cuando ocasionalmente (no es demasiado frecuente) me encuentro con personas que gustan de la literatura y además son aficionadas a hablar de libros, descubro que la mayoría de los que comentan los he leído, pero que me cuesta hablar sobre ellos con un cierto detalle, sobre todo si están algunos años lejanos en el tiempo. Después de esas charlas, de vuelta en mi casa, busco el libro en mi biblioteca (cuando lo tengo) y lo hojeo, Esa relectura a picoteos va despertando recuerdos almacenados que se convierten con frecuencia en ganas de volver a leerlo; al menos, algunos párrafos.
Desde hace mucho tiempo he pensado que, al acabar un libro, debía obligarme a escribir un breve resumen, que se pudiera consultar rápidamente para convocar los recuerdos. Incluso algunas veces hice esta tarea. Ahora resulta que existen páginas de internet en las que lectores han ido haciendo esto. Pues nada, me dedicaré a buscar los resúmenes de mis lecturas hechos por otros ... a ver si sirven para convocar recuerdos.
Este post tiene que ver (me doy cuenta al terminar de escribirlo) con una de mis ansiedades viejas: cómo se disuelve nuestra memoria, cómo cuesta convocar los recuerdos. Y al fin y al cabo, nuestra identidad es nuestra memoria. Por eso siempre ando buscando magdalenas de Proust.
CATEGORÍA: Literaturas
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
Gracias por darme a conocer tu blog desde el mío: me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Comentado el Viernes, 30 Junio 2006 00:20 (Web)
Siempre que empiezo un nuevo libro lo hago con el propósito de leerlo más despacio, de detenerme en los renglones o en los párrafos... pero soy incapaz, sobre todo si me engancha, lo leo con avidez, con fruición y claro, pasado un tiempo sólo consigo recordar de qué va o cómo terminaba y eso sí, cuánto me gustó.
ResponderEliminarNuestra memoria es como una película, llena de fotogramas, capaz con un simple resorte de dispararse y traernos al presente gran parte de nuestra vida.
Besos
Comentado el Viernes, 30 Junio 2006 19:31
aunque esta entrada es antigua, llego a ella buscando eso: libros, lectores, "desconciertos". No sé si llegarás a leer este comentario, pero va para allá. Yo soy ávida lectora desde que empecé a leer libros interesantes. Leo despacio, repasando los hechos una vez y otra, contrastando sucesos, repitiendo frases para oírlas y desentrañarlas. Aún así, los detalles se me olvidan en cuanto pasan unos meses. Yo sí hago reseñas, que son resúmenes y comentarios particulares a la vez. También tengo un cuaderno con los títulos de los libros que he leído, la fecha de lectura y la valoración que les doy. Porque alguna vez he iniciado una novela y a la tercera página me ha "sonado" el texto. Y es que la había leído ya.
ResponderEliminarLo que veo difícil es comentar libros con otras personas porque no hay mucha gente que lea a mi alrededor y los que leen se inclinan más por libros tipo Pilares o Dantes que por Auster o Rybeiro o Mankell que son los que yo prefiero.
He optado, como veo que haces tú, por abrir un blog y apuntar las frases que me conmueven, los argumentos de los libros que me gustan.
De todos modos, si no nos acordamos de los libros que nos han gustado, podemos hacer algo estupendo: releerlos.
Un cordial saludo
Comentado el Lunes, 25 Febrero 2008 14:04 (Web)