Retomo mi serie sobre las "relaciones" vividas en los primeros meses tras mi ruptura (véanse Natalia y Adela). Procuraré mantener un tono objetivo; se trata de exponer los hechos y ver si logro entenderlos.
Con Maricarmen contacté a través de un portal de encuentros de Internet hacia finales del pasado septiembre. Ella me agregó al msn y en esa primera semana nos intercambiamos varios mails cortos (los míos no tanto, siempre me enrollo) y empezamos a chatear. Enseguida nos pusimos el uno/a al tanto de la vida y milagro del otro/a, nos intercambiamos bastantes fotos, hablamos de nuestros planes a corto plazo ... Ella es canaria pero vivía (¿sigue viviendo?) en Caracas desde muy jovencita. Separada y con una hija ya mayor (que vivía en Madrid) entendía que había culminado su etapa venezolana y quería liquidar sus asuntos allí y volver a su Isla.
En esos días yo estaba en la etapa de salida del "estupor tras la crisis" y, supongo que tanto por mi predisposición (y necesidad) como por su carácter (dulce, alegre, abierto, franco), encontré en ella una maravillosa receptora (y estimuladora) de mis confidencias. Así que, en muy poco tiempo me descubrí desnudándole mi intimidad, mostrándole mis desconciertos ... Y el hablar con ella se convirtió no sólo en un bálsamo maravilloso, sino también en una ayuda impagable para acelerar ese proceso que estaba iniciando de dejar salir mis emociones, de expresarlas y, sobre todo, expresármelas.
Con Maricarmen contacté a través de un portal de encuentros de Internet hacia finales del pasado septiembre. Ella me agregó al msn y en esa primera semana nos intercambiamos varios mails cortos (los míos no tanto, siempre me enrollo) y empezamos a chatear. Enseguida nos pusimos el uno/a al tanto de la vida y milagro del otro/a, nos intercambiamos bastantes fotos, hablamos de nuestros planes a corto plazo ... Ella es canaria pero vivía (¿sigue viviendo?) en Caracas desde muy jovencita. Separada y con una hija ya mayor (que vivía en Madrid) entendía que había culminado su etapa venezolana y quería liquidar sus asuntos allí y volver a su Isla.
En esos días yo estaba en la etapa de salida del "estupor tras la crisis" y, supongo que tanto por mi predisposición (y necesidad) como por su carácter (dulce, alegre, abierto, franco), encontré en ella una maravillosa receptora (y estimuladora) de mis confidencias. Así que, en muy poco tiempo me descubrí desnudándole mi intimidad, mostrándole mis desconciertos ... Y el hablar con ella se convirtió no sólo en un bálsamo maravilloso, sino también en una ayuda impagable para acelerar ese proceso que estaba iniciando de dejar salir mis emociones, de expresarlas y, sobre todo, expresármelas.
Durante el primer mes nuestra relación fue siempre por escrito (mails y chat). En esa época R estaba fuera de casa y yo todavía estaba digiriendo su abandono, descubriendo poco a poco la verdad (y las verdades) de lo que nos había pasado. Ciertamente, quizás por la inercia que seguía pese al desconcierto, confiaba en que lo nuestro podría arreglarse y de mi relación y sus posibles futuros era de lo que más tratábamos en nuestras conversaciones virtuales. A finales de octubre ocurrió de golpe (nunca olvidaré la llamada nocturna de mi hermano) la gravísima enfermedad de mi hermana, mi viaje a Madrid, la angustia y el pánico de que muriera. Esa terrible noche, R vino a casa y me mostró su cariño y su amor a mi familia. Y fue entonces, en ese momento, cuando descubrí que no deseaba estar con ella, que aunque la seguía queriendo no sentía deseos de volver; noté por primera vez que asumía la brecha que nos separaba y que eso, aunque me entristecía, ya no me parecía mal. Comprendí que me había puesto a andar un nuevo camino y que quería andarlo.
A mi vuelta de Madrid, hacia mediados de noviembre, la relación con Maricarmen se enriqueció mediante el teléfono (descubrimiento de las tarjetas telefónicas mediante las cuales llamar a Venezuela sale baratísimo). Empezamos a mantener largas conversaciones con bastante frecuencia y la intimidad entre nosotros fue aumentando. El asunto de mi pareja ya no era el monotema, y empezamos a hacer planes de vernos, comentábamos nuestras historias cotidianas, nos reíamos mucho ... En fin, que todo muy bonito y muy bien. Seguíamos, por supuesto, recurriendo a los mails, acompañados de regalos virtuales además de muchas fotos. Llegaron las navidades y nos hablamos y contamos lo que hacíamos. Llegó Enero y conocí a una hermana suya que iba a viajar a Caracas y a través de la cual le hice llegar algunos detalles.
En Febrero asistí un fin de semana a un curso de Reiki. Durante la "sintonización" logré un estado de relajación bastante alto (especialmente para mí) y viví unas sensaciones muy fuertes y desconocidas hasta entonces. No me apetece ahora describir lo que me pasó (es otro de mis desconciertos aun pendientes de entender); lo pertinente es sólo que esa especie de incipiente "viaje mental" apareció Maricarmen. La verdad es que me emocionó y la llamé al ratito (recuerdo que iba a salir hacia el aeropuerto a recoger a su hermana) y, al contárselo, ella también se emocionó.
Poco tiempo después, tras descubrir los blogs, inicié titubeante el mío. Maricarmen fue la única a quien se lo dije y por tanto la única lectora de los posts de febrero y marzo. En esos meses estaba con su hermana, de modo que su vida cotidiana era más divertida. Aun así, hablábamos y nos escribíamos con frecuencia, en un tono muy cariñoso por ambas partes.
El siete de marzo recibí un correo suyo en el que, tras decirme que era muy especial, que me quería mucho y que me deseaba que fuese feliz, añadía que iba a replantearse "esto" que vivía conmigo porque pensaba que yo había todavía de resolver mis conflictos y que ella podía ofuscarme. Me quedé un poco planchado, sin entender qué había pasado. Pensé que podía deberse al post de unos días antes que no era sino trascripción de lo escrito en el agosto pasado sobre mis sentimientos hacia R (así lo decía en el post). Le envié un mail diciéndole que no entendía nada y que lo único que sacaba en claro era que, por lo que fuera, no le estaba gustando el rumbo que tomaba nuestra relación. Le dije que le dejaba a ella cualquier iniciativa, quedando yo a la espera de que quisiera retomar el contacto.
Durante las tres siguientes semanas, todos los días le envié una flor virtual por mail (era algo que había empezado ya antes), sin recibir ninguna respuesta. De pronto, hacia finales de marzo, recibí un mensaje del servidor de hotmail diciéndome que la cuenta a la que remitía mis mensajes estaba llena. Por esas mismas fechas, me llega un correo del portal de encuentros de internet "sugiriéndome" personas que encajaban con mi perfil y, entre ellas, estaba Maricarmen, con otro apodo y una descripción algo distinta. Me apunté de nuevo al susodicho portal (pagando) y le envié un mensaje en el cual, tras contarle las cosas que habían pasado (no las he dicho todas), le decía que me había convencido de que no quería saber nada más de mí y que habría preferido que, en vez del silencio, me hubiera explicado lo que pasaba. Pero que, en fin, tampoco tenía yo ningún derecho a pedirle nada, así que me despedía con los mejores deseos, que ella ya sabía donde estaba y que cuando quisiese.
Días después dejó un comentario en el blog (lo borré, era demasiado personal) en el que insistía en que la razón de su "ruptura" inicial fue que pensaba que seguía enamorado de R y que para compartir las emociones que estábamos compartiendo ella necesitaba que fuera yo solo (y pensaba que necesitaba más tiempo para "llorar la pérdida y renacer limpio"). Por lo visto, a los pocos días se encontró con que su cuenta en hotmail había sido bloqueada y pensó que el culpable había sido yo, lo que le molestó muchísimo y le llevó a no querer contactar conmigo; ahora pensaba que estaba equivocada y me pedía disculpas. Aluciné bastante con ese mensaje; lo curioso es que en el blog dejó, como dirección de mail, la misma que supuestamente le habían bloqueado.
Le contesté (a la dirección vieja de mail y a través del portal de internet) y le volví a explicar los aparentes malentendidos, si bien ya no me sentía con muchas ganas de hacerlo. Le dije que la relación que había mantenido con ella era sobre todo ilusión, que había sentido la magia necesaria para que mi intimidad fluyera; que estaba muy contento de lo que había vivido con ella (desnudarse nunca es malo aunque uno luego se sienta a veces un poco ridículo) y que le agradecía haberme ayudado a abrirme, a emocionarme. También le decía que esa confianza mágica que le tenía se me había quebrado, pero que seguía aquí, siempre que ella tomase alguna iniciativa.
A ese último mensaje mío no hubo ninguna respuesta. No he vuelto a saber nada de ella y, la verdad (lo he comprobado mientras escribía este post), me da pena. En todo caso, otra historia de las vividas (seguramente la más bonita) cuyos mecanismos no termino de entender.
A mi vuelta de Madrid, hacia mediados de noviembre, la relación con Maricarmen se enriqueció mediante el teléfono (descubrimiento de las tarjetas telefónicas mediante las cuales llamar a Venezuela sale baratísimo). Empezamos a mantener largas conversaciones con bastante frecuencia y la intimidad entre nosotros fue aumentando. El asunto de mi pareja ya no era el monotema, y empezamos a hacer planes de vernos, comentábamos nuestras historias cotidianas, nos reíamos mucho ... En fin, que todo muy bonito y muy bien. Seguíamos, por supuesto, recurriendo a los mails, acompañados de regalos virtuales además de muchas fotos. Llegaron las navidades y nos hablamos y contamos lo que hacíamos. Llegó Enero y conocí a una hermana suya que iba a viajar a Caracas y a través de la cual le hice llegar algunos detalles.
En Febrero asistí un fin de semana a un curso de Reiki. Durante la "sintonización" logré un estado de relajación bastante alto (especialmente para mí) y viví unas sensaciones muy fuertes y desconocidas hasta entonces. No me apetece ahora describir lo que me pasó (es otro de mis desconciertos aun pendientes de entender); lo pertinente es sólo que esa especie de incipiente "viaje mental" apareció Maricarmen. La verdad es que me emocionó y la llamé al ratito (recuerdo que iba a salir hacia el aeropuerto a recoger a su hermana) y, al contárselo, ella también se emocionó.
Poco tiempo después, tras descubrir los blogs, inicié titubeante el mío. Maricarmen fue la única a quien se lo dije y por tanto la única lectora de los posts de febrero y marzo. En esos meses estaba con su hermana, de modo que su vida cotidiana era más divertida. Aun así, hablábamos y nos escribíamos con frecuencia, en un tono muy cariñoso por ambas partes.
El siete de marzo recibí un correo suyo en el que, tras decirme que era muy especial, que me quería mucho y que me deseaba que fuese feliz, añadía que iba a replantearse "esto" que vivía conmigo porque pensaba que yo había todavía de resolver mis conflictos y que ella podía ofuscarme. Me quedé un poco planchado, sin entender qué había pasado. Pensé que podía deberse al post de unos días antes que no era sino trascripción de lo escrito en el agosto pasado sobre mis sentimientos hacia R (así lo decía en el post). Le envié un mail diciéndole que no entendía nada y que lo único que sacaba en claro era que, por lo que fuera, no le estaba gustando el rumbo que tomaba nuestra relación. Le dije que le dejaba a ella cualquier iniciativa, quedando yo a la espera de que quisiera retomar el contacto.
Durante las tres siguientes semanas, todos los días le envié una flor virtual por mail (era algo que había empezado ya antes), sin recibir ninguna respuesta. De pronto, hacia finales de marzo, recibí un mensaje del servidor de hotmail diciéndome que la cuenta a la que remitía mis mensajes estaba llena. Por esas mismas fechas, me llega un correo del portal de encuentros de internet "sugiriéndome" personas que encajaban con mi perfil y, entre ellas, estaba Maricarmen, con otro apodo y una descripción algo distinta. Me apunté de nuevo al susodicho portal (pagando) y le envié un mensaje en el cual, tras contarle las cosas que habían pasado (no las he dicho todas), le decía que me había convencido de que no quería saber nada más de mí y que habría preferido que, en vez del silencio, me hubiera explicado lo que pasaba. Pero que, en fin, tampoco tenía yo ningún derecho a pedirle nada, así que me despedía con los mejores deseos, que ella ya sabía donde estaba y que cuando quisiese.
Días después dejó un comentario en el blog (lo borré, era demasiado personal) en el que insistía en que la razón de su "ruptura" inicial fue que pensaba que seguía enamorado de R y que para compartir las emociones que estábamos compartiendo ella necesitaba que fuera yo solo (y pensaba que necesitaba más tiempo para "llorar la pérdida y renacer limpio"). Por lo visto, a los pocos días se encontró con que su cuenta en hotmail había sido bloqueada y pensó que el culpable había sido yo, lo que le molestó muchísimo y le llevó a no querer contactar conmigo; ahora pensaba que estaba equivocada y me pedía disculpas. Aluciné bastante con ese mensaje; lo curioso es que en el blog dejó, como dirección de mail, la misma que supuestamente le habían bloqueado.
Le contesté (a la dirección vieja de mail y a través del portal de internet) y le volví a explicar los aparentes malentendidos, si bien ya no me sentía con muchas ganas de hacerlo. Le dije que la relación que había mantenido con ella era sobre todo ilusión, que había sentido la magia necesaria para que mi intimidad fluyera; que estaba muy contento de lo que había vivido con ella (desnudarse nunca es malo aunque uno luego se sienta a veces un poco ridículo) y que le agradecía haberme ayudado a abrirme, a emocionarme. También le decía que esa confianza mágica que le tenía se me había quebrado, pero que seguía aquí, siempre que ella tomase alguna iniciativa.
A ese último mensaje mío no hubo ninguna respuesta. No he vuelto a saber nada de ella y, la verdad (lo he comprobado mientras escribía este post), me da pena. En todo caso, otra historia de las vividas (seguramente la más bonita) cuyos mecanismos no termino de entender.
CATEGORÍA: Personas y personajes
POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM
"En todo caso, otra historia de las vividas (seguramente la más bonita) cuyos mecanismos no termino de entender"
ResponderEliminarToca pasar página, y no intentar darle más vueltas a una respuestas, que será satisfactoria, sólo si así lo deseas. Quizás sintió vulnerada su intimidad? ...no sé.
Un beso
Comentado el Domingo, 20 Agosto 2006 20:12
O pudo ver que a situación se le salía de las manos, y se estaba enganchando....demasiado.
ResponderEliminarComentado el Martes, 22 Agosto 2006 13:18
hola
ResponderEliminarComentado el Martes, 7 Octubre 2008 15:24