Nada Malanima (en su carrera artística, simplemente Nada) nació, en 1953, en la provincia toscana de Livorno. La verdad es que, aunque la conocía desde hace tiempo y tenía unos cuantos discos suyos (y algunos más que me he conseguido recientemente), no la catalogaba como cantautrici sino más bien entre las excelentes intérpretes de temas de otros, mayoritariamente de musica leggera, como se la daba en llamar, allá por los sesenta. De hecho, su "descubridor" fue el ya por entonces reconocido paroliere Franco Migliacci, autor entre otras de la famosísima Nel blu dipinto di blu para Domenico Modugno. Cuando empezó, Nada era una chiquilla que a juicio (acertadísimo) de sus familiares y amigos tenía una gran voz y debía dedicarse a cantar, aunque a ella, según contó en una entrevista en la RAI, no es que le interesara demasiado. Me imagino que sería su padre, clarinetista, quien la llevó a un pueblo costero de Lucca para participar en un concurso de voces nuevas. Tuvo éxito, la fichó la RCA, sacó un primer sencillo (Les bicyclettes de Belsize) y a principios del 69, con 15 añitos apenas, la presentan en Sanremo donde canta Ma che freddo fa (de Migliacci) y obtiene un excelente quinto puesto. El video que subo es de esa actuación: el estilo de la ropa es totalmente años 60 y el musical el habitual de los estándares italianos que se difundían desde el Festival de la Liguria. En cuanto a ella, una niña preciosa con una voz espectacular y que, pese a su corta edad, apunta maneras muy desenvueltas en el escenario. Hoy habría sido una velina, menos mal que por entonces en Italia ni se podían imaginar a Berlusconi.
Me acuerdo de que cuando yo tenía doce o trece años (principios de los setenta) y empezaba a fisgonear casi a escondidas entre los discos que había en el despacho de mi padre (en un armarito de la biblioteca en cuya balda superior se disponía el pick-up Phillips, que permitía superponer vinilos, verdadera atrocidad que estaba de moda por aquellos años), había un LP de Nada, creo que el primero suyo, colocado al lado de otros italianos "similares" (el ya mentado Modugno, la diva Mina, Rita Pavone, Iva Zanicchi, Gigliola Cinquetti, Nicola di Bari y algún otro). No me interesaban entonces demasiado esos italianos melódicos (mi pasión por Italia data de mi veintena) pero se me quedaron sus nombres, ya que además alcanzaron bastante difusión en España, y el de Nada asociado a ellos. Y tampoco andaba muy equivocado porque hasta el 73 puede perfectamente encuadrarse a esta chica dentro del género: dos LPs y varios sencillos, habitual de los festivales de la canción, éxitos comerciales con temas muy del gusto de esos tiempos, excesivamente orquestados la mayoría, para mi gusto. Pero aun manteniéndose dentro de la ortodoxia del "song-system" italiano, escuchando (o viendo) sus interpretaciones algo nos apunta que esa muchacha no termina de encajar en el molde. Y conste que no pretendo minusvalorar el impresionante aparato musical que se montó en Italia durante los años de mi niñez y adolescencia, con magníficos letristas, arreglistas, instrumentistas y orquestas y, por supuesto, cantantes; calidad que, con grandísima habilidad supieron hacer muy rentable a través de la televisión e incluso exportarla a toda Europa (el festival de Eurovisión nace emulando al de Sanremo). Así pues, quede claro que Nada ya era buena en esta primera época, con canciones excelentes, que podríamos convenir que culmina con su triunfo en el Sanremo de 1971 con la fantástica Il cuore è uno zingaro, probablemente más conocida entre nosotros cantada por Nicola di Bari (quien también ganó esa edición del festival ligur).
Hacia el 72, más o menos, llega el primer punto de inflexión, de ruptura si se quiere. La chica, todavía jovencísima, quiere ya dejar de ser il pulcino de Gabbro (el pollito de Gabbro, su pueblecito natal), acaba su colaboración con Franco Migliacci, se empareja con el bajista de un grupo pop (con el cual sigue casada) y se abre a nuevas formas de expresividad artística. Su siguiente LP (el tercero) lleva el significativo título Ho scoperto che esisto anch'io (he descubierto que también yo existo) y casi todas las canciones son de Piero Ciampi, livornese como ella, un cantautor de espléndidas letras y atormentada personalidad, lo que Nada refleja con una sentida interpretación de desgarrada tristeza. Nada todavía no compone, pero ya deja ver que le atrae ese género tan difuso de la canción de autor, que busca interpretar otro tipo de textos. Sin embargo, como suele ocurrir cuando un cantante se sale del molde en el que lo han encasillado, el disco no tiene éxito y muchos de sus seguidores se sienten defraudados. No se arredra y sigue experimentando, además de relacionarse con tipos como Paolo Conte. El cuarto disco, Il domatore delle scimmie (el domador de monos), lo graba con la banda de rock progresivo Reale Accademia di Musica (por cierto, Italia es seguramente el país no anglosajón donde más proliferaron los grupos de rock progresivo y no tengo ni idea por qué). Tampoco este intento consigue seducir al público y, sin embargo, no es nada malo, al contrario. Este LP será el último de la cantante con la RCA porque hacia el 78, tras la pausa de su maternidad, firma con Polydor y da otro cambio a su estilo (quizá por exigencias comerciales) orientándolo más al pop. A ésta que podríamos denominar su tercera etapa y que continua cuando en el 83 se pasa a EMI corresponden varios discos (seis LPs, de los cuales solo tengo dos) que consiguen buena aceptación. El estilo se vuelve un poquillo discotequero (o pop) para mi gusto, pero también hay canciones muy rescatables. Lo que me importa resaltar es que, entrando ya en la treintena, Nada se atreve por fin a componer. Su primer tema es Ti stringerò, de 1982, en el que colabora con los textos con Gerry Manzoli (su marido) y Mauro Lusini (el compositor de cabecera de estos años). Al año siguiente obtiene un rotundo éxito con la simpática Amore Disperato. Estamos en los 80 y Nada se aviene a los sonidos electrónicos del pop, qué se le va a hacer. El punto final a esta etapa puede simbolizarlo el festival de Sanremo del 87, en el que Nada queda vigésimocuarta y última (un palo). Como muestra del look ochentero (y del pop discotequero de estos años) van a continuación dos videos de las canciones que acabo de citar (sus versiones de estudio me parecen mejores).
Vienen entonces unos cuantos años de silencio musical hasta que en el 92 publica un el album L'anime nere (las almas negras), de vuelta en la RCA (la portada nos muestra una mujer bellísima que rondaba entonces la cuarentena y ha abandonado los excesivos maquillajes ochenteros). Es un nuevo cambio de estilo, con una sonoridad acústica envolvente, tendencia rockera en lo musical, una voz más matizada, con ese engañosa ronquera tan característica (voce ombrosa, le dicen en Italia) que no sólo no limita su expresividad sino que la enriquece, temas más intimistas. Pero, sobre todo, este disco significa el desembarco definitivo de Nada en la composición: firma todos los temas (aunque en colaboración) y parece que, además, se empeñó supervisar muy estrechamente todo el proceso de grabación. El resultado es para mí magnífico, aunque el trabajo pasó bastante inadvertido, en parte por la pésima promoción de la discográfica y probablemente también por el descoloque que otra vez debió dar a sus seguidores. Viene luego la publicación de un recopilatorio (Malanima: Successi ed inediti 1969-1994) en el cual se recogen colaboraciones de los primeros setenta de Nada con cantautores que entonces empezaban, como Riccardo Cocciante, Claudio Baglioni o Antonello Venditti. Y por fin, en 1997, se publica el que para mí es uno de los mejores discos en italiano, el maravilloso Trio. En este disco, Nada canta acompañada solo de dos excelentes músicos, Ferruccio Spinetti al contrabajo y Fausto Mesolella a la guitarra, logrando una atmósfera acústica sobrecogedora en la que la voz de Nada, nunca tan asombrosa, se desenvuelve como una acróbata. Son trece canciones, todas versiones de temas ya viejos del repertorio de Nada, pero ahora se se aparecen impactantemente nuevas (brillantes los arreglos), y suenan de maravilla, con la belleza absoluta de la desnudez minimalista del disco. Fue este album el que me hizo redescubrir a Nada y quedar enamorado de su voz. Sin duda una obra de madurez, de dominio del arte, de saber lo que se es y lo que se quiere. Aunque ninguna de las canciones sea de su cosecha, con la fuerza y calidad de la interpretación las hace definitivamente suyas. Escuchen una de ellas como prueba de que no exagero.
Come faceva freddo - Nada (Trio, 1992)
Desde el muy recomendable Trio hasta la actualidad, Nada ha publicado cinco discos de estudio, amén de haber dado varios conciertos y participado en un sacco de proyectos. De su producción musical de los últimos casi veinte años sólo he escuchado el último disco, publicado en abril de este mismo año. Se llama Vamp y nada tiene que ver con Trio: música de rock sucio, muy eléctrica, una forma de cantar algo espasmódica, casi rapera en algunos momentos con la participación de los Zen Circus, una banda bastante famosilla en Italia. Dispongo del album desde hace poco tiempo y la verdad es que no lo he escuchado lo suficiente como para atreverme a dar mi opinión. Suena potente, desde luego, y me resulta interesante aunque no termino de estar seguro de si me gusta o no. En todo caso, compruebo que todos los temas han sido compuestos por Nada; está claro que esta mujer, acercándose ya a los sesenta, no le hace ascos a nada y sigue siendo capaz de renovarse y sorprender. En fin, una tía muy interesante que debe estar dotada de una inquietud creativa más que notable (es también escritora, actriz ...) y que en España creo que no es lo conocida que se merece. Aquí lo dejo, que he vuelto a enrollarme demasiado, y eso que no habría escrito este post si no hubiera sido por el comentario de Varekai al primero de esta serie sobre las cantautrici.
Me piace sempre il tuo blog, Miros.
ResponderEliminarAdesso la cantautrice Nada: "... una prestazione di tristeza strappata", secondo te.
O force quello che cualcun altro ha cantatao: "Stasera scriveró una canzone per soffocare dentro un'emozione. Senza pensare troppo alle parole. Parleró di quel sorriso di chi ha giá deciso..." Etecétera. No recuerdo más lo que seguía.
En cualquier caso me gusta mucho todo lo referente a Italia, sus ciudades, su arte, comida, cantantes y mujeres. También yo coleccionaba y bailaba las canciones de todas las chicas que menciones, de cuando entonces.
El idioma se me está escapando ya por las rendijas de mi jaula de
GRILLO
Parli benissimo l'italiano, Grillo. Anch'io l'ho perduto molto. Como sea, me alegra que te gusten las músicas de la bota (y tantas otras cosas más).
ResponderEliminarPS: Con tu permiso (espero), he copiado y vuelto a poner tu comentario original para que aparezca con tu nombre y enlace (he borrado el original). Es que no me gusta que aparezcan como anónimos.
Gracias, Miroslav.
ResponderEliminarLamento comentar como 'anónimo'. Mecachis!!
Espero que pronto venga mi 'ayudante' y firmar con mi nick.
Creo que deberías dedicarte a la biografía! No había oido hablar de la tal Nada. Me ha encantado, gracias.
ResponderEliminarLa acabo de escuchar y leer su biografía es hermoso como canta y saber que es multifacética me impresiona ¡la admiro!!
ResponderEliminarLa acabo de escuchar y leer su biografía es hermoso como canta y saber que es multifacética me impresiona ¡la admiro!!
ResponderEliminarMe fascina la voz de Nada creci cantando su musica en español, mi admiracion grande para ella.
ResponderEliminarMe pregunto por qué no ha sido famosa como Gigliola Cinquetti?
ResponderEliminarAún resuena en mi alma setentera “El corazón es un gitano” en la voz de Di Bari, que fue la que recaló por estos lados del sur de America. No hace mucho supe que en su origen fue interpretada por Nada y, por suerte para mi, he descubierto tardíamente una voz auténtica, con una naturalidad sorprendente. Me pregunto si este no es otro ejemplo de invisibilización de voces femeninas. Hoy no paro de escuchar a Nada, la voz pausada de sus años mozos y esa insondable ronquera de sus años a otoñales.
ResponderEliminarNada la escucho y me deleito
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