Todos los días hay que aprender algo nuevo, sí señor. Hoy, por ejemplo, me he enterado de que existe un término inglés, hoax, para referirse a los bulos maliciosos y, específicamente, a los que se difunden por internet. Por cierto, es curioso que los significados de bulo (noticia falsa propalada con algún fin) y bula (documento pontificio) sean tan ajenos entre sí, salvo que nos pongamos anticlericales y afirmemos que las bulas tienen mucho de bulos. Consulto mi Corominas y compruebo que, como cabía esperar, ambos comparten el mismo origen etimológico, que no es otro que la palabra latina bulla (bola) que nos llegó al a través del occitano ya hacia finales de la Edad Media (antes a las bolas las llamaban pellas en Castilla, que todavía se usa pero sólo en su acepción referida a las masas compactadas en forma redonda). Los documentos pontificios se bautizarón por la esferita de plomo que pendía de los mismos, claro caso de metonimia. Que el término bola adquiriera el significado coloquial de mentira parece que se explica por ser una "metáfora natural" de ésta (Corominas dixit), en tanto cosa hinchada y por ende falsa, con probable origen en el francés y adoptada relativamente tarde por el castellano (hacia el XVIII). Pero no cree mi etimólogo de cabecera que se pasara a la más precisa acepción de bulo a partir de bola, sino del término gitano bul, que significa porquería; hipótesis ésta que sugiere que ya desde su inicio se habrían asignado los bulos a la categoría de las cosas hediondas.
Decía, para no seguir por las ramas nada más empezar, que hoy me he enterado de que internet, entre tantas otras cosas, alberga multitud de bulos maliciosos, anzuelos a la espera de que piquen los muchísimos incautos que nadamos en este inmenso mar virtual. Según una encuesta de la Asociación de Internautas de 2009 (no he encontrado otra más reciente) el 70% de los usuarios españoles de internet se traga los hoax o, al menos, duda sobre su veracidad. Supongo que se debe a que suelen ser "noticias" que impactan, muchas veces alarmantes, y pareciera que tenemos la tendencia a tragarnos lo que nos alarma ("si el río suena, agua lleva", "piensa mal y acertarás", etc). De otra parte, como bien sabía Goebbels, una mentira, si se repite suficientemente, acaba siendo verdad, y con frecuencia damos más credibilidad a los bulos reenviando los correspondientes correos electrónicos que luego, gracias al enmarañamiento inagotable de bucles de internet, nos vuelven reforzando nuestra confianza en su veracidad: me ha llegado por varias fuentes (no, para nada, sólo de una). La clave es que, en realidad, uno no tiene ni idea de cuál es la fuente (indicio primordial para sospechar que se trata de un bulo) pero eso no parece importarnos demasiado. El fenómeno no es nuevo, pero internet contribuye enormemente a amplificarlo. Normalmente no genera efectos demasiado graves, simplemente un paso más en la estupidización generalizada de la ciudadanía que, como a veces pienso, es de lo que se trata. Porque no termina de sorprenderme (es que no aprendo) lo poco que le gusta a la gente hacer el más mínimo esfuerzo para saber la fuente de cualquier noticia. Yo tengo la manía, cuando alguien me cuenta algo que no termina de cuadrarme, de preguntarle quién se lo ha dicho o de dónde proviene la información. En el 97,34% de las ocasiones no obtengo respuesta o ésta es irrelevante y, además, casi siempre mi interlocutor se siente ofendido.
Claro que el hoax es también un útil instrumento de estafadores, lo cual ya no es tan inocuo. En noviembre pasado, K se decidió a hacerse con un perrito, algo que deseaba desde hacía muchos años. Como vive en un piso quería uno pequeño y, en concreto, le atraían los yorkshires. A través de páginas de anuncios de internet, localizó a una argentina que había tenido crías y le faltaba por colocar un machito que vendía muy barato (cien euros, cuando el precio normal está por encima de los quinientos). Así que quedamos con la chica esa misma tarde y el cachorrito pasó a su propiedad. Durante estos cuatro meses escasos, Keko se ha convertido en el bebé de K y, aunque ha procurado ser rigurosa en su educación, el perrillo, tremendamente gracioso, es también un poco caprichoso y, sobre todo, muy exigente en sus requerimientos de atención (normal en esa raza, por lo visto). Como a K se le parte el corazón por tener que dejarlo solo en casa durante largas horas del día, este fin de semana se le ocurrió adoptar otro más, de modo que se convirtieran en compañeros de juegos y las horas de ausencia humana se les hicieran llevaderas. Así que se puso a mirar en la web del más importante centro público de recogida de perros abandonados pero no hay en estos momentos ningún bichejo de las dimensiones adecuadas. Y como K es impaciente cuando se le mete una idea en la cabeza, volvió a los anuncios de particulares y encuentra dos en los que ofrecen regalar cachorros de pocas semanas: en un caso yorkshires y en otro bichones malteses. En ambos casos, las fotos mostraban unas monadas de perritos y K, claro, se ilusionó. El primer indicio que debió mosquearle(nos) fue que ninguno de los anuncios daba número de teléfono, sino que había que utilizar el casillero de la web para indicarle al anunciante el interés. Escribió un breve texto, dando su dirección de correo y su número de móvil.
Ayer lunes recibió un correo de la presunta dueña de los yorkshire, en un castellano ininteligible, por lo que deducimos que el texto original lo habría pasado a nuestro idioma mediante un traductor automático (que debe ser malísimo, porque las traducciones que me devuelve Google no son tan espantosas). Léase el primer texto porque nunca había visto tan atroz destrozo del español: "Gracias por el puesto y la recepción. Actualmente tengo un sólo 2 cachorros machos y hembras MAX es el macho y la hembra es Suzy. Estos cachorros están bien socializados con muchas horas de tiempo de reproducción y mucho amor. Estos cachorros les encanta jugar con los niños y otros animales domésticos han veterinario adecuado. Ellos son orinal capacitado, entrenado, casa roto y que estaban en mi casa en Londres con mis hijos y otras mascotas. Los cachorros son AKC registrados. Amor a mis hijos los cachorros muy bien, pero ¿por qué estamos a punto de dar en adopción a los amantes de la casa, como lo es .. Yo y mi familia, una familia de 4. cuando por un viaje a Irlanda y han llegado a descubrir que el tiempo y el clima no permite disfrutar de los cachorros el viaje con nosotros y no tengo más remedio que encontrar un hogar amoroso que pueden cuidar de ellos los cachorros serán transportados de vuelta a todos los artículos que vienen con ellos. Un cachorro paquete con alimentos, cupones, juguetes, y la casa con el olor de su madre y compañeros de basura y un bloc de notas de sus primeras semanas de vida con usted! Consejos de salud y archivos actualizados. Gaélico, y trae todo lo necesario para pagar sólo los costos de transporte porque no están a la venta, sino sólo un ser querido necesita okey. así que por favor antes de adoptar nuestros cachorros a su casa tendrá que saber lo siguiente a usted primero.."
La firmante, con el sugerente nombre de Vanessa Amanda Thorpe (el apellido le viene que ni pintado), le hacía a K unas cuantas preguntas referidas a sus condiciones de vida, justificadas por su interés en asegurarse de que entregaba sus amadísimos cachorros a alguien que también los iba a cuidar amorosamente: una táctica, obviamente, para que el incauto confiara en el timador asumiendo su buena voluntad. De hecho, ambos caímos en la trampa y nos imaginamos una señora irlandesa residente en Tenerife, tonta pero bien intencionada, y sin papa de español. Así que K le contestó insistiendo en lo mucho que le gustaban los perros y lo bien que trataba al que ya tenía, pretendiendo "hacerse digna" de ser elegida como madre adoptiva de esos cachorros tan adorados y tranquilizar el corazón destrozado de su apenada dueña. Hoy por la mañana, la tal Vanessa responde con otro atroz texto (que ya no transcribo para evitar más daños a la sensibilidad de mis lectores) del cual entendemos que ha dado el visto bueno a K como futura dueña de sus perritos y luego suelta la información que nos dispara las alarmas: que ella está en Irlanda con los cachorros y que para mandárselos K ha de pagar los costes de transporte que ascienden a 100 euros por perro, por lo que tiene que decirle cuál es el aeropuerto más cercano. Ya la cosa ha dejado de parecer trigo limpio, pero las posibles dudas se nos aclaran definitivamente cuando al mediodía llega el primer correo de la dueña de los cachorros de bichón maltés. Ésta dice ser una española residente en Londres (firma como María García) pero manda un mensaje en el mismo castellano infame y con casi exactamente el mismo contenido, aunque en este caso, el precio del "transporte" sube a 150 € por perrito.
Y ahí se acabó la historia. Una rápida búsqueda en internet me lleva a una página donde advierten de las estafas en las adopciones de perros, que describe casi al pie de la letra nuestra reciente comedia bufa. Lo bueno es que he aprendido lo que significa el término hoax.
Decía, para no seguir por las ramas nada más empezar, que hoy me he enterado de que internet, entre tantas otras cosas, alberga multitud de bulos maliciosos, anzuelos a la espera de que piquen los muchísimos incautos que nadamos en este inmenso mar virtual. Según una encuesta de la Asociación de Internautas de 2009 (no he encontrado otra más reciente) el 70% de los usuarios españoles de internet se traga los hoax o, al menos, duda sobre su veracidad. Supongo que se debe a que suelen ser "noticias" que impactan, muchas veces alarmantes, y pareciera que tenemos la tendencia a tragarnos lo que nos alarma ("si el río suena, agua lleva", "piensa mal y acertarás", etc). De otra parte, como bien sabía Goebbels, una mentira, si se repite suficientemente, acaba siendo verdad, y con frecuencia damos más credibilidad a los bulos reenviando los correspondientes correos electrónicos que luego, gracias al enmarañamiento inagotable de bucles de internet, nos vuelven reforzando nuestra confianza en su veracidad: me ha llegado por varias fuentes (no, para nada, sólo de una). La clave es que, en realidad, uno no tiene ni idea de cuál es la fuente (indicio primordial para sospechar que se trata de un bulo) pero eso no parece importarnos demasiado. El fenómeno no es nuevo, pero internet contribuye enormemente a amplificarlo. Normalmente no genera efectos demasiado graves, simplemente un paso más en la estupidización generalizada de la ciudadanía que, como a veces pienso, es de lo que se trata. Porque no termina de sorprenderme (es que no aprendo) lo poco que le gusta a la gente hacer el más mínimo esfuerzo para saber la fuente de cualquier noticia. Yo tengo la manía, cuando alguien me cuenta algo que no termina de cuadrarme, de preguntarle quién se lo ha dicho o de dónde proviene la información. En el 97,34% de las ocasiones no obtengo respuesta o ésta es irrelevante y, además, casi siempre mi interlocutor se siente ofendido.
Claro que el hoax es también un útil instrumento de estafadores, lo cual ya no es tan inocuo. En noviembre pasado, K se decidió a hacerse con un perrito, algo que deseaba desde hacía muchos años. Como vive en un piso quería uno pequeño y, en concreto, le atraían los yorkshires. A través de páginas de anuncios de internet, localizó a una argentina que había tenido crías y le faltaba por colocar un machito que vendía muy barato (cien euros, cuando el precio normal está por encima de los quinientos). Así que quedamos con la chica esa misma tarde y el cachorrito pasó a su propiedad. Durante estos cuatro meses escasos, Keko se ha convertido en el bebé de K y, aunque ha procurado ser rigurosa en su educación, el perrillo, tremendamente gracioso, es también un poco caprichoso y, sobre todo, muy exigente en sus requerimientos de atención (normal en esa raza, por lo visto). Como a K se le parte el corazón por tener que dejarlo solo en casa durante largas horas del día, este fin de semana se le ocurrió adoptar otro más, de modo que se convirtieran en compañeros de juegos y las horas de ausencia humana se les hicieran llevaderas. Así que se puso a mirar en la web del más importante centro público de recogida de perros abandonados pero no hay en estos momentos ningún bichejo de las dimensiones adecuadas. Y como K es impaciente cuando se le mete una idea en la cabeza, volvió a los anuncios de particulares y encuentra dos en los que ofrecen regalar cachorros de pocas semanas: en un caso yorkshires y en otro bichones malteses. En ambos casos, las fotos mostraban unas monadas de perritos y K, claro, se ilusionó. El primer indicio que debió mosquearle(nos) fue que ninguno de los anuncios daba número de teléfono, sino que había que utilizar el casillero de la web para indicarle al anunciante el interés. Escribió un breve texto, dando su dirección de correo y su número de móvil.
Ayer lunes recibió un correo de la presunta dueña de los yorkshire, en un castellano ininteligible, por lo que deducimos que el texto original lo habría pasado a nuestro idioma mediante un traductor automático (que debe ser malísimo, porque las traducciones que me devuelve Google no son tan espantosas). Léase el primer texto porque nunca había visto tan atroz destrozo del español: "Gracias por el puesto y la recepción. Actualmente tengo un sólo 2 cachorros machos y hembras MAX es el macho y la hembra es Suzy. Estos cachorros están bien socializados con muchas horas de tiempo de reproducción y mucho amor. Estos cachorros les encanta jugar con los niños y otros animales domésticos han veterinario adecuado. Ellos son orinal capacitado, entrenado, casa roto y que estaban en mi casa en Londres con mis hijos y otras mascotas. Los cachorros son AKC registrados. Amor a mis hijos los cachorros muy bien, pero ¿por qué estamos a punto de dar en adopción a los amantes de la casa, como lo es .. Yo y mi familia, una familia de 4. cuando por un viaje a Irlanda y han llegado a descubrir que el tiempo y el clima no permite disfrutar de los cachorros el viaje con nosotros y no tengo más remedio que encontrar un hogar amoroso que pueden cuidar de ellos los cachorros serán transportados de vuelta a todos los artículos que vienen con ellos. Un cachorro paquete con alimentos, cupones, juguetes, y la casa con el olor de su madre y compañeros de basura y un bloc de notas de sus primeras semanas de vida con usted! Consejos de salud y archivos actualizados. Gaélico, y trae todo lo necesario para pagar sólo los costos de transporte porque no están a la venta, sino sólo un ser querido necesita okey. así que por favor antes de adoptar nuestros cachorros a su casa tendrá que saber lo siguiente a usted primero.."
La firmante, con el sugerente nombre de Vanessa Amanda Thorpe (el apellido le viene que ni pintado), le hacía a K unas cuantas preguntas referidas a sus condiciones de vida, justificadas por su interés en asegurarse de que entregaba sus amadísimos cachorros a alguien que también los iba a cuidar amorosamente: una táctica, obviamente, para que el incauto confiara en el timador asumiendo su buena voluntad. De hecho, ambos caímos en la trampa y nos imaginamos una señora irlandesa residente en Tenerife, tonta pero bien intencionada, y sin papa de español. Así que K le contestó insistiendo en lo mucho que le gustaban los perros y lo bien que trataba al que ya tenía, pretendiendo "hacerse digna" de ser elegida como madre adoptiva de esos cachorros tan adorados y tranquilizar el corazón destrozado de su apenada dueña. Hoy por la mañana, la tal Vanessa responde con otro atroz texto (que ya no transcribo para evitar más daños a la sensibilidad de mis lectores) del cual entendemos que ha dado el visto bueno a K como futura dueña de sus perritos y luego suelta la información que nos dispara las alarmas: que ella está en Irlanda con los cachorros y que para mandárselos K ha de pagar los costes de transporte que ascienden a 100 euros por perro, por lo que tiene que decirle cuál es el aeropuerto más cercano. Ya la cosa ha dejado de parecer trigo limpio, pero las posibles dudas se nos aclaran definitivamente cuando al mediodía llega el primer correo de la dueña de los cachorros de bichón maltés. Ésta dice ser una española residente en Londres (firma como María García) pero manda un mensaje en el mismo castellano infame y con casi exactamente el mismo contenido, aunque en este caso, el precio del "transporte" sube a 150 € por perrito.
Y ahí se acabó la historia. Una rápida búsqueda en internet me lleva a una página donde advierten de las estafas en las adopciones de perros, que describe casi al pie de la letra nuestra reciente comedia bufa. Lo bueno es que he aprendido lo que significa el término hoax.
Attenti al lupo - Lucio Dalla (Caro Amico ti Scrivo, 2002)
El apellido Thorpe siempre me hace pensar en Richard Thorpe, cineasta que allá por los años cincuenta rodó grandes películas de aventuras como “Ivanhoe” o “Todos los hermanos eran valientes”, y en Geoffrey Thorpe, protagonista interpretado por Errol Flynn en otra gran película aventurera, “El halcón del mar”, esta de Michael Curtiz.
ResponderEliminarLo que no sabemos es si el primer Thorpe tiene algún parentesco con Vanessa Amanda.
Dile a K. que si quiere un cachorro de delfín deposite un dinerillo en la siguiente cuenta corriente, la pecera va aparte (chorrada para comprobar tu desactivación)
ResponderEliminarNo sé qué querrán decir los anglohablantes con hoax, pero la palabra bulo a mí me hace pensar antes en una historia falsa que se hace circular con el fin principal de engañar a mucha gente que en este otro tipo de operaciones que describes, cuyo objetivo parece no tanto el de extender la mentira como el de sacarle la pasta al que se deje. Vamos, que más que un bulo ni un hoax, lo que le han intentado practicar a K, creo yo, es una estafa, un timo de los de toda la vida.
ResponderEliminarNunca he tratado con yorkshires. Pero doy fe de que los bichones malteses son animales, al menos el mío lo es, absolutamente encantadores. Y además no pierden pelo y necesitan estar realmente sucios para oler mal.
Pues va a resultar que yo no soy un bichón maltés (¿no era el halcón?), porque si no me ducho a menudo huelo mal y desde eluego vengo eprdiendo pelo desde los treinta y tantos...
ResponderEliminarBueno, yo también he aprendido una palabra nueva. Y yo, que estaba pensando en un perro, ya sé que, por internet, no va a venir.
ResponderEliminarAntonio: Conocía al primer Thorpe que citas (no así al otro), pero intuyo que no debe ser familia de Vanessa Amanda, entre otras cosas, porque esta señora probablemente no exista.
ResponderEliminarLansky: Ya se lo he dicho (a K) y me contesta que la pecera no le cabe en su piso, pero que te aceptaría calamares pequeños (con su tinta, desde luego).
Vanbrugh O sea que el tuyo es un bichón maltés. Son preciosos, sí.
Alice: K contactó con la dueña de su perro a través de una página de anuncios de internet. Eso sí, vivía en nuestra misma ciudad, hablamos por teléfono con ella y luego quedamos para la entrega en persona. O sea, que internet puede valerte paara conseguir un perro; no todo son hoax.