Las páginas centrales de El País de hoy albergan un largo reportaje (lo largo no es sinónimo de riguroso) dedicado a los efectos de la crisis sobre los jóvenes, entendiendo como tales los comprendidos entre 18 y 34 años. El paro juvenil en España es prácticamente del 50%, poco más del doble de la media nacional, mientras que en Europa está en el 22,4%. Esta comparación, sin embargo (y a pesar de lo que insinúa el reportaje), refleja el mismo comportamiento del desempleo juvenil en España y Europa, ya que allí también la tasa es poco más del doble que la media general (el 10,1%). O sea, que pareciera que la intensidad relativa con que se ceba la crisis en los jóvenes es más o menos igual en España que en el resto del continente. Naturalmente, los jóvenes españoles lo de encontrar trabajo lo tienen dos veces peor que sus coetáneos europeos, pero es que un español de cualquier edad también lo tiene dos veces peor que cualquier europeo. Por tanto, atendiendo sólo a las cifras estadísticas aportadas por El País, no cabe deducir que la mayor incidencia del paro entre la juventud sea una especificidad española, sino común a toda la zona Euro (habría que fijarse en la distribución de las tasas relativas por países). Como en España la tasa de paro es muchísimo mayor que la media europea, también lo es el problema entre los jóvenes.
Pero que no sea algo específico de nuestro país no quita para que sea preocupante. El reportaje ni siquiera se atreve a dar ninguna conjetura explicativa. Supongo que parte del motivo radica en que una gran proporción de los jóvenes en paro están en busca de su primer empleo, mientras que ese porcentaje ha de ser muchísimo menor entre los mayores de 34. Como la entrada neta de personas en el mercado laboral (muy mayoritariamente jóvenes a los que hay que restar quienes se jubilan) es muchísimo mayor que el incremento de la oferta (que en la actualidad es descaradamente negativo), parece lógica la mayor incidencia del paro en la juventud. Sería interesante, a estos efectos, conocer el porcentaje de paro de ambos grupos de edad (jóvenes y no jóvenes) entre los que ya han trabajado; probablemente, las diferencias no serán tan llamativas, e incluso puede que resulte que un despedido mayor de 34 lo tenga peor por término medio que uno menor (pero no tengo datos).
Sin embargo, dado que los jóvenes con poca o ninguna experiencia laboral son, como se dice, mano de obra barata, a los que se puede contratar por muy poco dinero y en condiciones precarias, no deja de extrañarme que los empresarios en estos tiempos de crisis y de despido fácil no opten masivamente por "amortizar" a sus empleados carrozas y sustituirlos por chavalillos. Máxime cuando, como se repite hasta la saciedad, se trata de la generación mejor preparada de la historia de España, con altísimos porcentajes de titulaciones universitarias, masters, dominio de idiomas y qué sé yo cuantas ventajas más. Diré, de entrada, que la empresa de la que formo parte (y yo mismo) está convencida de que nos interesa fichar gente joven, y no precisamente por que nos supongan menores costes laborales. De hecho, para llevar a cabo el proyecto en el que andamos agobiados hemos incorporado a unos veinte chicos (bueno, mayoritariamente chicas), todos con muy poca experiencia laboral y casi todos en la primera parte de sus treintenas. Pues bien, de lo que llevo viendo durante al menos los últimos diez años, tengo la impresión, aunque no sea políticamente correcta y desde luego no pretendo darle valor general, que esta generación no sólo no es la mejor preparada de la historia sino que lo está peor que las precedentes, la mía sin ir más lejos.
Por supuesto, si el nivel de preparación se mide por los títulos universitarios, mi opinión es insostenible, ya que está fuera de toda duda que el número de licenciados es el mayor que nunca ha habido. Habría no obstante que preguntarse si la calidad de la educación ha ido a mejor durante las últimas décadas y eso, yo al menos, no me atrevería a afirmarlo. Hace unos días, en su interesante blog Juan de Juan publicó un post sobre los contenidos curriculares del antiguo bachillerato (el que me tocó a mí) e ironizaba sobre la diferencia con lo que aprenden hoy los chavales en los Institutos (y eso que se ha alargado la duración de la enseñanza secundaria desde mi época). No sé si será para tanto, pero de lo que doy fe es de que lo que le tocó empollar a mi hijo (que ahora está a punto de cumplir veintisiete) entre los catorce y los dieciocho era bastante más light que lo que di desde tercero a sexto de bachiller, muy en especial en las asignaturas que antes se etiquetaban como humanidades. Pero el indicador que más me hace sospechar que el nivel educativo español ha ido hacia abajo es lo mal que, por regla general, redactan los universitarios, mucho peor de lo que por término medio redactábamos a su edad los de mi generación. Puede que algo tenga que ver, digo yo, que durante la enseñanza reglada no se "obligue" a leer tanto como a nosotros nos obligaban pero, se deba a lo que se deba, de lo que estoy convencido es de que hay una alta correlación entre la calidad redactora y la capacidad para razonar, para pensar ordenada y "eficazmente".
Sin embargo, que no comparta lo de que ésta es la generación más preparada de la historia no obedece a las presuntas carencias educativas pues, al fin y al cabo, nadie sabe nada (o apenas) útil para el mundo laboral al acabar la carrera y todos empezamos a aprender a partir de ahí. No, en lo que yo he notado más deficiencias en muchos chavales entre veinte y treinta años menores que yo es en lo que, a falta de ocurrírseme ahora un término mejor, llamaría "actitud". ¿A qué me refiero? Pues a una mezcla de ganas de aprender y de trabajar, de fortaleza de carácter, de conocimiento de sus inevitables limitaciones (al que no contribuye ese continuo ensalzamiento de su alto nivel formativo) y voluntad de superarlas. Necesitaría escribir otro post para explicar esta impresión mía pero baste ahora un ejemplo, referido a un asunto concreto: una chica de treinta y dos años que trabaja en nuestra empresa desde hará unos seis años y que hace unos meses me comentó que el sueldo que cobraba le era insuficiente para cubrir sus "necesidades". Ese fin de semana se lo comenté a K, quien lleva casi treinta años, desde que acabó la universidad, trabajando de profesora de primaria y ganando en la actualidad más o menos la misma cantidad. Las diferencias objetivas entre ambas son clamorosas: veinte años de edad, una soltera y otra divorciada con una hija a la que ha mantenido (y sigue manteniendo) sin ninguna ayuda económica del padre, K. con una hipoteca que ha terminado de pagar hace unos meses ...
Me doy cuenta de que con este post parecerá que guardo algún tipo de resentimiento hacia los jóvenes o que muestro una inaceptable insensibilidad hacia los oscuros nubarrones de su presente y futuro. En absoluto. Deseo mucho y por muchos motivos (algunos bastante egoístas) que esta generación mejore sus perspectivas laborales. Pienso que lo tienen bastante más jodido de lo que lo tuvimos nosotros, hacia principios de los ochenta, cuando empezamos a trabajar. Pero también pienso honestamente que están, en términos generales, peor preparados de lo que estábamos entonces. Ahora bien, es muy posible que yerre.
Pero que no sea algo específico de nuestro país no quita para que sea preocupante. El reportaje ni siquiera se atreve a dar ninguna conjetura explicativa. Supongo que parte del motivo radica en que una gran proporción de los jóvenes en paro están en busca de su primer empleo, mientras que ese porcentaje ha de ser muchísimo menor entre los mayores de 34. Como la entrada neta de personas en el mercado laboral (muy mayoritariamente jóvenes a los que hay que restar quienes se jubilan) es muchísimo mayor que el incremento de la oferta (que en la actualidad es descaradamente negativo), parece lógica la mayor incidencia del paro en la juventud. Sería interesante, a estos efectos, conocer el porcentaje de paro de ambos grupos de edad (jóvenes y no jóvenes) entre los que ya han trabajado; probablemente, las diferencias no serán tan llamativas, e incluso puede que resulte que un despedido mayor de 34 lo tenga peor por término medio que uno menor (pero no tengo datos).
Sin embargo, dado que los jóvenes con poca o ninguna experiencia laboral son, como se dice, mano de obra barata, a los que se puede contratar por muy poco dinero y en condiciones precarias, no deja de extrañarme que los empresarios en estos tiempos de crisis y de despido fácil no opten masivamente por "amortizar" a sus empleados carrozas y sustituirlos por chavalillos. Máxime cuando, como se repite hasta la saciedad, se trata de la generación mejor preparada de la historia de España, con altísimos porcentajes de titulaciones universitarias, masters, dominio de idiomas y qué sé yo cuantas ventajas más. Diré, de entrada, que la empresa de la que formo parte (y yo mismo) está convencida de que nos interesa fichar gente joven, y no precisamente por que nos supongan menores costes laborales. De hecho, para llevar a cabo el proyecto en el que andamos agobiados hemos incorporado a unos veinte chicos (bueno, mayoritariamente chicas), todos con muy poca experiencia laboral y casi todos en la primera parte de sus treintenas. Pues bien, de lo que llevo viendo durante al menos los últimos diez años, tengo la impresión, aunque no sea políticamente correcta y desde luego no pretendo darle valor general, que esta generación no sólo no es la mejor preparada de la historia sino que lo está peor que las precedentes, la mía sin ir más lejos.
Por supuesto, si el nivel de preparación se mide por los títulos universitarios, mi opinión es insostenible, ya que está fuera de toda duda que el número de licenciados es el mayor que nunca ha habido. Habría no obstante que preguntarse si la calidad de la educación ha ido a mejor durante las últimas décadas y eso, yo al menos, no me atrevería a afirmarlo. Hace unos días, en su interesante blog Juan de Juan publicó un post sobre los contenidos curriculares del antiguo bachillerato (el que me tocó a mí) e ironizaba sobre la diferencia con lo que aprenden hoy los chavales en los Institutos (y eso que se ha alargado la duración de la enseñanza secundaria desde mi época). No sé si será para tanto, pero de lo que doy fe es de que lo que le tocó empollar a mi hijo (que ahora está a punto de cumplir veintisiete) entre los catorce y los dieciocho era bastante más light que lo que di desde tercero a sexto de bachiller, muy en especial en las asignaturas que antes se etiquetaban como humanidades. Pero el indicador que más me hace sospechar que el nivel educativo español ha ido hacia abajo es lo mal que, por regla general, redactan los universitarios, mucho peor de lo que por término medio redactábamos a su edad los de mi generación. Puede que algo tenga que ver, digo yo, que durante la enseñanza reglada no se "obligue" a leer tanto como a nosotros nos obligaban pero, se deba a lo que se deba, de lo que estoy convencido es de que hay una alta correlación entre la calidad redactora y la capacidad para razonar, para pensar ordenada y "eficazmente".
Sin embargo, que no comparta lo de que ésta es la generación más preparada de la historia no obedece a las presuntas carencias educativas pues, al fin y al cabo, nadie sabe nada (o apenas) útil para el mundo laboral al acabar la carrera y todos empezamos a aprender a partir de ahí. No, en lo que yo he notado más deficiencias en muchos chavales entre veinte y treinta años menores que yo es en lo que, a falta de ocurrírseme ahora un término mejor, llamaría "actitud". ¿A qué me refiero? Pues a una mezcla de ganas de aprender y de trabajar, de fortaleza de carácter, de conocimiento de sus inevitables limitaciones (al que no contribuye ese continuo ensalzamiento de su alto nivel formativo) y voluntad de superarlas. Necesitaría escribir otro post para explicar esta impresión mía pero baste ahora un ejemplo, referido a un asunto concreto: una chica de treinta y dos años que trabaja en nuestra empresa desde hará unos seis años y que hace unos meses me comentó que el sueldo que cobraba le era insuficiente para cubrir sus "necesidades". Ese fin de semana se lo comenté a K, quien lleva casi treinta años, desde que acabó la universidad, trabajando de profesora de primaria y ganando en la actualidad más o menos la misma cantidad. Las diferencias objetivas entre ambas son clamorosas: veinte años de edad, una soltera y otra divorciada con una hija a la que ha mantenido (y sigue manteniendo) sin ninguna ayuda económica del padre, K. con una hipoteca que ha terminado de pagar hace unos meses ...
Me doy cuenta de que con este post parecerá que guardo algún tipo de resentimiento hacia los jóvenes o que muestro una inaceptable insensibilidad hacia los oscuros nubarrones de su presente y futuro. En absoluto. Deseo mucho y por muchos motivos (algunos bastante egoístas) que esta generación mejore sus perspectivas laborales. Pienso que lo tienen bastante más jodido de lo que lo tuvimos nosotros, hacia principios de los ochenta, cuando empezamos a trabajar. Pero también pienso honestamente que están, en términos generales, peor preparados de lo que estábamos entonces. Ahora bien, es muy posible que yerre.
Room full of mirrors - Jimi Hendrix (Voodoo Soup, 1995)
PS: También por El País de hoy me entero de que ha muerto Moebius (o Jean Giraud, como primero lo conocí cuando de crío leía las aventuras del teniente Blueberry), uno de mis dibujantes favoritos. Por los buenos ratos que me ha dado, merecería que le dedicara un post y no este breve post scriptum, pero ya es tarde y estoy cansado. Tan sólo se me ocurre subir este tema del ya hace tanto malogrado Jimi Hendrix, que por su título y música bien podría acompañar la lectura de alguna de sus delirantes y "metafísicas" historias. La portada del album del que proviene –Voodoo Soup, publicado veinticinco años después de la muerte del genial guitarrista– fue elaborada justamente por Moebius, así que creo que viene ni que pintado.
En general estoy bastante de acuerdo con tus premisas y conclusiones y hasta precisiones póstumas.
ResponderEliminarPor otro lado, eso es lo que diferencia un articulillo (aunque sea extenso) en un diario (aunque sea de prestigio: en el país ds los ciegos...) de un trabajo de análisis bien hecho, para que luego vengan diciendo que la Red y los Blogs es lo no fiable por no profesional...¿Esos artículos como este que tan bien destripas demuestran profesionalidad, siendo tan tópicos y sesgados?
Soy fan del malogrado Morebius, la estupenda portada fue en sustitución, en la edición francesa de la original Electric ladyland con un montón de tías en pelotas, y es más bonita, pero fruto de censura, ya ves
ResponderEliminarEs un comentario tan típico de alguien de mi edad, y tan fácilmente atribuible a ella, que dudo en hacerlo, pero lo haré: sí, todos los datos de que dispongo constatan que desde que yo estudié hasta ahora la calidad de la enseñanza y la cantidad de lo enseñado no han hecho más que disminuir.
ResponderEliminarDigo que constatan, no que demuestran, ni nada parecido. Mis datos no son, evidentemente, ni muchos ni, probablemente, representativos. Simplemente he ido viendo, a través de unos cuantos casos de los últimos treinta y tantos años, lo que se estudiaba en unos años -de los diez a los dieciseis, más o menos- que me parecen cruciales. Y en todos los casos, sin excepción, he comprobado que la cantidad y la calidad de las cosas enseñadas eran inferiores, mucho, de año en año. Mi hijo de trece años y sus compañeros estudian por encima y sin rigor, aproximadamente un sesenta por ciento de las cosas que yo y mis compañeros estudiábamos a fondo a eso de los once.
Hay más gente 'con estudios' de la que ha habido nunca, probablemente. Pero creo que esos 'estudios' incluyen menos conocimientos y suponen menos preparación que nunca, también. Lo de `la generación mejor preparada de la historia de España' me parece una estupidez insostenible, un disfraz ampuloso de una realidad francamente triste.
(Y coincido con Lansky: la falta de rigor y de calidad de gran parte de lo que se publica en la prensa de papel es como para que se permitan decir que Internet es poco fiable...)
Lansky: Electric Ladyland fue el primer album que escuché de Hendrix, cuando ya el guitarrista llevaba tres o cuatro años muerto. Me alucinó cómo revolucionaba el All along the watchtower de Dylan, sacado de ese LP tan (aparentemente) light que fue John Wesley Harding. Hacia finales de los setenta, ese disco de Hendrix (también los otros dos, pero menos), junto con algunos de los más "infumables" de Zappa o los temas más "oscuros" de Led Zeppelin (esos en los que Page se desmelenaba con larguísimos solos), sonaban con frecuencia en los bajones somnolientos de las noches que un grupo de compañeros pasábamos dibujando en una casona decimonónica del barrio limeño de Barranco. Mucho más tarde, en mi primer viaje a Nueva York, hice una compra masiva de CDs, recuperando con creces mi colección de vinilos que abandoné en Perú. Entre ellos estaba (y sigue estando) el doble disco que citas, con la portada "oficial": la del primer plano desenfocado de la cara de Hendrix en tonos rojos y amarillos. Hasta bastante después no supe de la controvertida portada de las tías en bolas que, no obstante, creo recordar que no era muy del gusto de Jimi.
ResponderEliminarEn todo caso, el disco del 95 que ilustró Moebius en su inconfundible estilo no es una sustitución del Electric Ladyland, sino una recopilación (de las varias póstumas) de temas que no estaban en los tres albumes que se publicaron durante la vida de Hendrix. No está nada mal, por cierto, aunque Hendrix hay que escucharlo (yo, al menos) en pequeñas y espaciadas dosis.
No, Miros, esa portada de MOebius la tengo yo en la edición francesa del Electric...
ResponderEliminarSin ninguna acritú, Lansky: ¿estás seguro de que la portada que reproduzco al final de este post es la que tienes en tu edición francesa del Electric Ladyland? Porque en la base de datos de discogs.com (http://www.discogs.com/Jimi-Hendrix-Experience-Electric-Ladyland/master/24535), las ediciones francesas del doble disco de Hendrix que aparecen son las de 1968 (publicada por Barclay con portada de Alain Dister), de 1975 (también por Barclay con portada de Druillet), de 1984 (publicada por Polydor con la foto de David King de las mujeres desnudas), y una última de los setenta sin fecha (también de Polydor con la foto del grupo hecha por David Montgomery). He encontrado otra página (http://hendrix.guide.pagesperso-orange.fr/alternates.htm) que tiene más portadas "alternativas" de los discos de Hendrix, sin que la de Moebius corresponda a Electric Ladyland. No obstante, sí descubro que en una edición francesa de Barclay (probablemente reciente) compuesta por 4 CDs dobles de la discografía de Hendrix, el primero (que corresponde a los dos discos iniciales del guitarrista) recupera la portada de Giraud. Sin embargo, el segundo (el Electric ladyland) vuelve a ser el dibujo de Druillet de la edición de 1984. Quizá estés confundiendo a este también genial dibujante francés con Moebius (de hecho, colaboraron en varias épocas).
ResponderEliminarEn todo caso, de lo que estoy bastante seguro es que el dibujo original de Moebius que pongo en el post fue hecho expresamente para el disco recopilatorio del 95 que cito, y publicado con esa imagen en todo el mundo (no sólo en Francia). Barrunto que el interés de Moebius por Hendrix (que probablemente le vendría de antiguo) se le debió acentuar a partir de este trabajo, porque en 1999 es coautor de un libro sobre el guitarrista (Émotions électriques).
Pues sí, estoy bastante seguro, pero no puedo darte mayores garantías, como supondrás, porque el puñetero LP lo tengo con la mayor parte de la impedimenta de mi vida en el pueblo; este viernes lo compruebo (¿De qué me sonará ese sin acritú?)
ResponderEliminar¿De tu respuesta a mi comentario en tu post de hoy? Y sí me gustaría que lo comprobases este fin de semana porque, la verdad, me has picado la curiosidad.
ResponderEliminarEl grandísimo Moebius !!!
ResponderEliminarPara mí ha sido uno de los mejores, si no el mejor, ilustrador de este siglo y el anterior. Plumilla, tinta, aguadas y acuarelas.
Su vida fue discreta y prodigiosa. Sus decorados y diseños imitados (copiados) en muchas pelis.
El sexo muy presente en toda su obra; a veces con cierta tendencia a la androgenia.
Cuando estuvo en México le dio al peyote siguiendo los consejos del maestro Castaneda.
En fin: lo que ya conocéis.
GENIAL MOEBIUS.
Probablemente en nivel cultural y en ciertos conocimientos estén muy por debajo de tu generación o la mía, que es intermedia, pero lo que no cabe duda es que en idiomas y nuevas tecnologías nos dan mil vueltas. A mí me cuesta reciclarme y soy de tu cuerda, porque me parece impensable no conocer las provincias españolas (como he podido comprobar en jóvenes universitarios de ventitantos) o no saber redactar o incluso escribir cinco palabras seguidas sin faltas de ortografía, pero lo que sí creo que tenemos que aceptar es que, probablemente, el mundo haya cambiado y sus conocimientos sean más útiles para este mundo que los nuestros aunque no nos guste reconocerlo. Y te lo dice una que en su trabajo está rodeada de recién titulados de distinto corte y pelaje.
ResponderEliminarYo creo que esta chica parte de un error educacional bastante grande, independientemente de su nivel de formación, y es el hecho de que los gastos de una economía familiar (aunque ésta sea unifamiliar) dependerán siempre de los ingresos, nunca los ingresos de los gastos...jajajaja. Los ingresos dependerán de nuestra actitud y aptitudes en el trabajo y a veces ni eso, mucho más en estos tiempos.
ResponderEliminarPero en fin no en vano estamos en crisis por haber gastado más de lo ganado.
Amaranta.
A mí me parece un insulto que tu K. con 30 años de experiencia profesional cobre lo mismo que tu joven empleada (¿ arquitecta?). Sin embargo no significa que esta última cobre demasiado. Al contrario, yo de ella siempre intentaría obtener mejor sueldo. Lo encuentro legítimo.
ResponderEliminarPS : Ya funciona tu música. Gracias por Jimi, el más genial de los guitarristas en un género que mi generación llamaba "música progresiva", jaja.
Mujer CC, !!!¿un insulto profesional?!!! Un insulto profesional es que con treinta años de experiencia a K no le pagasen lo mínimo estipulado legalmente para su profesión, formación y antigüedad. Pero que otros tengan un sueldo más alto no es insulto alguno, el mundo laboral es así, se establecen mínimos pero no máximos, eso sí sería un insulto.
ResponderEliminarAmaranta.
Alice: Estoy de acuerdo en que el nivel de idiomas foráneos (inglés, básicamente) ha mejorado en este país, aunque seguimos bastante por debajo de los europeos. En cuanto a las nuevas tecnologías, es obvio que a los chicos jóvenes les son más "naturales" que a nosotros; aún así, yo al menos no me siento en inferioridad de condiciones y hasta creo que "comprendo" mejor la lógica de los programas informáticos que muchos de ellos.
ResponderEliminarEn todo caso, como digo en el post, no es el nivel cultural el indicador que me parece más relevante para opinar que esta generación está peor preparada que la nuestra. Y disiento contigo en que sus conocimientos sean más útiles para el mundo que les va a tocar vivir; pienso, al contrario, que les están privando de herramientas imprescindibles para no convertirse en carne de cañón.
Amaranta: Como bien dices, si los gastos se ajustaran a los ingresos, no nos habríamos endeudado, y ya de paso, nos cargamos uno de los motores del capitalismo.
ResponderEliminarC.C.: No digo que no sea legítimo intentar cobrar un mejor sueldo, pero no estaría de más que, a la vez, uno se pregunte si lo merece.
Amaranta: "que otros tengan un sueldo más alto no es insulto alguno, el mundo laboral es así, se establecen mínimos pero no máximos, eso sí sería un insulto". ¿De verdad piensas eso? ¿No te parece un insulto que unos cobren 500 veces más que otros?
Suscribo totalmente el último comentario de Miroslav; es muy peligroso confundir la educación con la capacitación profesional, siempre temporal y más en los tiempos acelerados que corren.
ResponderEliminarQuieren trabajadores acríticos, sumisos y no cabalmente cultos ("la cultura os hará libres", decían los ácratas españoles en la República)
Quiero decir el penúltimo, en el que le responde a Alice
ResponderEliminarVerás Miroslav yo soy de izquierdas, muy muy de izquierdas, tanto que a veces me resulto a mi misma muy fascista o muy poco democrática. Y yendo esto por delante te diré que a mi en un mundo ideal me parecería correcto que los sueldos se equipararan, que un mundo ideal aquel que es arquitecto no se creyera con el derecho de cobrar más que la pobre dependienta del carrefour o el pobre basurero de turno (aunque estos cobran más que la dependienta).
ResponderEliminarPero no era esa la cuestión que nos traía CC, lo que el argumento que CC esgrimía era clasista, y se refería a ese derecho supremo que "tenemos los universitarios" de creernos el ombligo del mundo y por el hecho de haber estudiado una carrera y desarrollarla profesionalmente en el mundo laboral creernos con el derecho de cobrar más que los que no han estudiado y más que los que acaban de empezar. Y yo con eso no comulgo, porque eso es capitalismo puro y duro. Quizás por eso entendrás que a mi plin, si el hecho de no gastar más de lo que ganamos acaba con el capitalismo...jajaja. Es normal que no acabe con mi sueño. No obstante las crisis son inherentes a los mercados y las reestructuraciones del sistema también acaban con unos cuantos por el camino. El riesgo está ahí y hemos de asumirlo creciendo con ello.
Amaranta.
Perdón, hago un inciso, más que capitalismo puro y duro, me refiero al hecho de que determinadas profesiones gocen de un prestigio que se remunera independientemente de la productividad que reporta al empresario, son vestigios de un régimen feudal donde el hecho de pertenecer a determinado estamento te reportaba una renta suculenta. El capitalismo trajo la apertura y la oportunidad de gozar de oportunidades tales como del hecho de que las rentas son algo por lo que se puede luchar y que "el prestigio" de determinados profesionales no impide que haya personas que triunfen y ganen mucho más por mucho que no cuenten más que con su trabajo. Y esta parte del capitalismo a mi me gusta mucho.
ResponderEliminarAmaranta.
Amaranta, lee bien mi comentario y veras que coincidimos totalmente.Yo no hablo de 'insulto profesional'. Lo que dije fue que a K le deberían pagar mucho más que a cualquier joven de 30 años. Pero también la joven de 30 años tiene derecho a pedir más y cuanto más le concedan más debería cobrar K. ¿ Me explico ?
ResponderEliminarMiroslav, claro, si no se lo merece, no cobrará más y punto.
Precisamente eso es lo que critico, que no tiene por qué cobrar más, a no ser que estemos hablando de dos personas que trabajan en el mismo puesto y la misma empresa. Pero si cada uno trabaja en un sitio diferente, te vuelvo a repetir que no es ningún insulto que K cobre igual que esta chica.
ResponderEliminarAmaranta.
Mileuristas y gracias. Hendrix forever!!!!
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