Sería gravemente anacrónico hablar de derechos individuales en la cultura clásica; tanto en Grecia como luego en Roma, el hombre (en sentido amplio pero sobre todo en el específico referido al varón) no era más que una pieza de la sociedad, a cuyas normas quedaba supeditado. O también podría entenderse que los anhelos individuales sólo tenían sentido en el marco social, en gran medida construido desde presupuestos de origen religioso comunitario, evolucionados con toda probabilidad desde mitos tribales. Por ejemplo, el bienestar del individuo después de la muerte mucho tenía que ver con las ceremonias fúnebres y para que éstas estuvieran garantizadas era imprescindible la continuidad de su estirpe. La preocupación por una larga, eterna a ser posible, descendencia pareciera algo común a nuestra especie, al menos desde el neolítico. También entre los judíos, y así en Génesis 22:17 Jehová, satisfecho de que Abraham estuviera dispuesto a sacrificarle a su hijo, le dice que "te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y la arena que está a la orilla del mar". Si a ello sumamos, sobre todo en Roma, la importancia que adquirió el patrimonio con el consiguiente desarrollo jurídico de la propiedad, no es de extrañar que "lo bueno" (me paso al terreno de la ética) fuera tener hijos y que, consiguientemente, no estuviera muy bien vista cualquier práctica contraria, ya fuera el celibato, la contracepción o el aborto. De otra parte, es natural que al Estado (fuera la polis o el Imperio) le interesara –dentro de un orden– el crecimiento demográfico de sus "ciudadanos".
Ahora bien, conviene precisar que estas motivaciones "sociales" de la paternidad se desvincularon –al menos en Grecia y Roma– de la filiación biológica. Es realmente curioso que la "llamada de la sangre", que damos a veces por obvia, tuviera tan poca fuerza. No diré que no existiera el llamado "instinto paterno" o "materno", pero ni mucho menos tal como fue articulándose bastante más adelante. Aún admitiéndolo, tiendo a pensar que estaba inducido hasta sus límites socialmente convenientes por los propios condicionantes culturales; digamos que era correcto "amar" a los hijos, porque de forma natural ellos iban a ser los que perpetuaran la estirpe, no tanto porque provinieran de los genes propios. Por eso no rechina comprobar que les suponía ningún cargo de conciencia desembarazarse de vástagos inadecuados ni amar, con mayor intensidad incluso, a los que adoptaban para cumplir los deberes filiales. Quizá, barrunto, algo menos de desapego mostrarían las mujeres a tal respecto, ya que al fin y al cabo los habían gestado durante nueve largos meses, pero aún así participaban de la misma forma de pensar y de sentir. Esto me recuerda lo que leí hace ya bastantes años sobre que el amor a los hijos, por mucha base biológica con que pretenda sustentarse, es un sentimiento "inducido" culturalmente que en Occidente no cuaja hasta que el progreso sanitario redujo hasta cuotas "aceptables" la mortalidad de los neonatos (o durante la primera infancia). El autor de cuyo nombre no me acuerdo (probablemente Duby o alguno de su escuela) sostenía que el desolador coste emocional que habría supuesto la habitual muerte de la mayoría de los hijos impedía a las madres (y más a los padres) medievales sentir, tal como ahora lo entendemos, "amor" por esas criaturas, al menos hasta que superaban la pubertad.
Pero volviendo a la antigüedad clásica previa al progresivo dominio ideológico del cristianismo (precedido en muchos aspectos morales por los estoicos), lo que está bastante verificado es que el aborto y la contracepción eran prácticas frecuentes y éticamente indiferentes. Parece que en Roma carecía de cualquier relevancia el momento en que la madre –porque casi siempre era ella– se desembarazaba del futuro hijo, o incluso del neonato (abandonándolo en la calle para que muriera o, si tenía suerte, fuese rescatado por algún transeunte). Aún así, por motivos obvios, eran preferibles los métodos contraceptivos tempranos, desde lavados postcoitales, drogas espermaticidas, aplicaciones intravaginales de ungüentos antes que llegar a intervenciones quirúrgicas. Éstas, por cierto, en el caso de matrimonios, pasaban al ámbito decisorio del pater familias (no de la mujer como en la mayoría de los otras prácticas contraceptivas), consecuencia lógica del sistema patriarcal dominante. Es por ahí justamente donde se encuentran las principales derivadas "éticas" sobre el aborto, que ocasionalmente llevaron a algunos moralistas severos a sostener que la madre estaba obligada a salvaguardar hasta el parto el fruto de su vientre, pero de ninguna manera se les ocurrió pensar que el nasciturus fuera sujeto de nada remotamente asimilable al "derecho a la vida".
Desde esta concepción vinculada a las instituciones sociales y a los intereses del Estado hay que encuadrar las regulaciones antiabortistas (habría que decir anticontraceptistas) que eventualmente se promulgaron el la Antigua Roma, tales como una Ley de Sila u otra de Augusto. Normas, por otra parte, que no parece que fueran demasiado observadas ya que sus efectos apenas se hicieron notar en la frecuencia de unas practicas cotidianas que, en el fondo, la mayoría de los ciudadanos consideraban asuntos privados ajenos a cualquier valoración ética. Repitiéndolo con más contundencia: ni a un griego ni a un romano les resultaría concebible comparar un aborto con un asesinato porque, desde luego, no se les pasaba por la cabeza que el feto tuviera ninguna consideración de ser humano. Si el aborto era "malo", lo era sólo en función de las circunstancias en que se producía, siempre supeditadas a otro tipo de cuestiones. Por lo mismo, podemos encontrar que los filósofos griegos incluso que lo recomendaran y hasta pretendieran imponerlo (no tuvieron nunca éxito) cuando así convenía a la República (Platón) o a la "Ciudad Perfecta" (Aristóteles). Transcribo a continuación el texto del padre pagano de la escolástica cristiana del capítulo 14 del Libro IV de su Política:
"Para distinguir los hijos que es preciso abandonar de los que hay que educar, convendrá que la ley prohíba que se cuide en manera alguna a los que nazcan deformes; y en cuanto al número de hijos, si las costumbres resisten el abandono completo, y si algunos matrimonios se hacen fecundos traspasando los límites formalmente impuestos a la población, será preciso provocar el aborto antes de que el embrión haya recibido la sensibilidad y la vida. El carácter criminal o inocente de este hecho depende absolutamente sólo de esta circunstancia relativa a la vida y a la sensibilidad". Apunto, como muestra más de la infinita deshonestidad humana, que he encontrado en internet un abundante número de textos de opositores al aborto (contrarios a que no se penalicen los abortos porque imagino que ninguno estamos "a favor" del aborto) que argumentan sus posturas e incluso el "derecho a la vida" del nasciturus en peregrinas conclusiones personales a partir de textos de Aristóteles, sin mencionar –claro está– éste tan explícito que acabo de citar.
En todo caso, repárese en que ya el filósofo griego admitía que el aborto podía caer dentro del ámbito de lo que hoy llamaríamos derecho penal, pero dejando claro que ello dependería exclusivamente de la "finalidad social" que hubiera motivado cada acto concreto. Este supuesto, aunque poco defendible en la actualidad, ha sido esgrimido en tiempos nada lejanos para justificar la intervención coercitiva de los poderes sociales sobre la facultad individual de la procreación, tanto para impedirla como para imponerla. Y me atrevo a decir que sería ingenuo descartar que, en esta materia de la procreación, no se vuelva en un futuro a supeditar los que creemos derechos individuales a las necesidades del "interés público". Si así fuera, es más que probable, que los actuales argumentos que se esgrimen, en uno y otro sentido, en el debate sobre la despenalización del aborto caigan en la más absoluta obsolescencia. ¿Acaso sostengo que los valores éticos son relativos, que se construyen los condicionantes de cada época, que no hay un Derecho Natural inmutable? Pues me temo que, en la mayoría de los asuntos (el aborto, entre ellos), sí.
When in Rome - Phil Ochs (Tape from California, 1968)
Sobrel aborto hay en la actualidad una inmensa hipocresía por parte de los que defienden a toda costa su prohibición y, por tanto, su penalización. Una hipocresía que consiste en defender un "proyecto" en tanto olvidamos y nos despreocupamos de una "realidad". Resulta inverosimil (por no decir algo fuerte) legislar en contra del aborto y a la vez suspender las ayudas a personas discapacitadas, por ejemplo. Un ejemplo que podríamos multiplicar hasta la saciedad viendo la situación del mundo, la cantidad de niños, 17.000, que mueren diariamente de inanición, es decir, de hambre, de falta de alimentos que llevarse a la boca,etc. etc. Sin llegar a contar que los prohibicionistas están al mismo tiempo a favor de la pena de muerte, entre ellos la Iglesia Católica, en lo que ya es el colmo de la hipocresía, si es que no de la desfachatez. Por otra parte, pienso, y no creo que exagere, que si en nuestra sociedad patriarcal el hombre pariera el aborto no soólo sería legal, sino que contaría con todas las bendiciones desde hace siglos. Lo que sitúa el problema en el terreno que le corresponde, el de la mujer, a quien la sociedad debe reconocer de una vez y plenamente su derecho a decidir y facilitarle los medios para llevar a la práctica su decisión, sea ésta cual sea.
ResponderEliminarMolón: Claro que hay mucha hipocresía sobre el aborto, pero no es una excepción. Tengo la impresión de que el terreno más abonado para que florezca la hipocresía es justamente la moral: basta que se esgriman argumentos morales para que me asalte la sospecha de que estoy ante hipócritas.
ResponderEliminarY es que los "valores morales" suelen convertirse en recursos para justificar intereses y motivaciones que poco tienen que ver con ellos. De ahí que me parezca interesante bucear en la historia de su evolución, como en este post (que pretendo continuar) en relación al aborto. Comprobar cómo históricamente han ido cambiando los valores morales.
Lo cual no quita que en cada época tales valores dominantes sean honestamente asumidos, en conciencia, por muchos de los contemporáneos. Así, en el caso del aborto, ciertamente hay mucha hipocresía pero también muchas personas que en conciencia piensan que es un crimen atroz.
Ciertamente me parece absolutamente incompatible defender la pena de muerte al tiempo que se condena el aborto.
ResponderEliminarAhora bien, la afirmación de Molón de que " los prohibicionistas están al mismo tiempo a favor de la pena de muerte" no es en absoluto exacta. Hay prohibicionistas que están a favor de la pena de muerte -no entre ellos, contra lo que afirma, la Iglesia Católica, que en la última edición de su Catecismo ha suprimido la única matizada y tímida admisión de la pena de muerte para casos extremos que hacía en las anteriores, y que actualmente está clara y abiertamente en contra de la pena de muerte, tanto en la teoría como en la práctica- y hay prohibicionistas que están claramente en contra de la pena de muerte; creo, que de hecho, son muchos más estos últimos que los otros. La afirmación de Molón da por supuesto que ambas posturas van necesaria e invariablemente juntas lo cual, insisto, es absolutamente falso.
A mí, desde luego, me sorprende y me escandaliza que se puedan defender al tiempo dos posturas tan absolutamente opuestas como son la favorable a la pena de muerte y la contraria al aborto.
Me sorprende y me escandaliza exactamente igual la postura simétrica, que creo igualmente contradictoria e insostenible y mucho más frecuente: la de quienes se oponen a la pena de muerte, pero a la vez admiten que sea legal abortar en determinados supuestos.
Y, la verdad, también me sorprende bastante que a Molón la primera de ambas contradicciones le resulte tan hiriente como a mí, pero la segunda ni la mencione.
ResponderEliminarSolo las mujeres ricas deberían tener derecho a abortar en condiciones seguras e higiénicas, si no todo el mundo sería rico y pijo y habría una gran confusión entre clase sociales.
Es bueno para el feto nacer en una familia que no desea tenerlo; de esa forma se forja el carácter del recién nacido en las dificultades desde la cuna
Son mucha mejor solución —avalada por muchas sociedades como pueden indicar los antropólogos— los infanticidios de recién nacidos.
Es mejor para la salud mental de las mujeres parir un hijo y darlo en adopción, seguro que mejora el status social del recién nacido.
El derecho al aborto se debe regir por la moral de una fe concreta, da igual, la que toque, o por las tradiciones de cada lugar y momento histórico
Hay que tratar como criminales a las mujeres que abortan. Así aprenderán a no ser tan alegremente promiscuas
Los abortos no deberían ser gratuitos, como no lo son las operaciones de cirugía estética
La información libre sobre el aborto, sus métodos y sus consecuencias y el tratar el tema sin falsas morales, facilitando supuestamente que se pueda tomar una decisión adecuada considerando todos los factores, es propaganda subversiva
El aborto en el presente se practica exactamente igual pero bajo condiciones no adecuadas, lo que ayuda a valorar el hacerlo sin frivolidades
Viajar a otros países donde el aborto es legal y libre ayuda a aumentar la cultura.
Cerrar todas esas clínicas ilegales que surgen al amparo de prohibiciones provocaría pérdidas de puestos de trabajo
Los métodos caseros (como meterse pastillas de tal o cual, hacerse lavados de no sé qué, etc.) y, aunque pongan en peligro sus vidas, estimula la creatividad y la defensa de tradiciones.
Y la fundamental a mi juicio: ¡Qué es eso de que la mujer pueda decidir, adonde vamos a parar!
Como ninguna de estos argumentos ni otros parecidos, pese a estar rebosando lógica, me convence, estoy a favor de que las mujeres tomen la decisión sobre este asunto en cada caso, teniendo en cuenta que no es un método anticonceptivo más ni una frivolidad, sino que implica una decisión tremenda. También estoy a favor de que se regule bajo determinados supuestos y me confieso incoherente en el sentido de que estoy en contra de la pena de muerte en TODOS los supuestos y a favor del aborto (de la decisión femenina ) en ALGUNOS supuestos.
No creo que sea necesario ningún post para explicar que la moral ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.
ResponderEliminarDe hecho, en Grecia y Roma, por ceñirme a los dos ejemplos que has puesto, la esclavitud, o crucificar al personal, no era considerado algo moralmente reprochable.
Pero iría más lejos. Nuestros propios códigos éticos y morales evolucionan con el paso de los años. No creo ser el único de nuestra generación que conoce mujeres que se empeñaron en llegar vírgenes al matrimonio, porque el sexo fuera de él era pecado, y después, si se han divorciado (y algunas hasta sin divorciarse), se han encamado con todo lo que se meneaba.
Volviendo al aborto, me temo que es más un asunto de corazón que de razón y, en consecuencia, poco propicio a las discusiones razonadas.
Por ejemplo, citando a Molón, defender el aborto es una hipocresía porque consiste en defender un "proyecto". Es cierto que un feto/embrión es un "proyecto" de ser humano. No más proyecto que un huevo de quebrantahuesos es un "proyecto" de quebrantahuesos. No obstante la ley castiga el comercio de huevos de especies protegidas, lo que, en mi opinión, nos lleva al absurdo de proteger más a un "proyecto" de animal que a un "proyecto" de ser humano.
Hoy, quizás por ser lunes, me he levantado con ganas de incordiar.
ResponderEliminar¿Por qué el aborto, en una sociedad igualitaria (al menos sobre el papel) como la nuestra es solo una cuestión de las mujeres?
Seguimos. Vanbrugh ¿Cuál sería, en su opinión, la pena apropiada para los criminales de guerra nazi, que asesinaron a millones de seres humanos?
ResponderEliminarLanksy ¿A favor del aborto en algunos supuestos? ¿Y a quienes dejamos que fijen esos supuestos? Si el aborto es una decisión exclusivamente de la mujer, ¿por qué tiene que haber supuestos? ¿Por qué tiene que haber límites?
ResponderEliminarEn India y China han prohibido las pruebas de determinación de sexo porque cuando una mujer se enteraba de que estaba embarazada de una niña, entonces abortaba. Por visto, Molón algunos "proyectos" son más "proyectos" que otros.
Pues, en principio, ninguna distinta a la apropiada para quien haya asesinado a miles de seres humanos, o a centenares de ellos, o a decenas, o a uno. Modular las penas de modo que resultaran proporcionales a cifras tan dispares de asesinados me parece más bien complicado y, sobre todo innecesario, desde mi punto de vista, para el cual la pena apropiada es la que impide eficazmente que el criminal siga suponiendo un peligro para sus semejantes. No soy un experto ni he dedicado mucho a tiempo a reflexionar sobre el asunto -no mucho más del necesario para descartar la pena de muerte por contraria a mis principios más básicos- pero así, a bote pronto, me inclinaría por la reclusión a perpetuidad -revisable, tras un tiempo mínimo, en función de posibles arrepentimientos y rehabilitaciones constatables-. Ni que decir tiene que que se produzcan de modo constatable el arrepentimiento y la rehabilitación de quien ha asesinado a millones, o a centenas, o hasta a decenas, parece en principio bastante menos probable, y proporcionalmente más arduo de constatar, que que se dé el caso con el asesino de uno solo, pero vamos, eso ya es casuística...
ResponderEliminar"el terreno más abonado para que florezca la hipocresía es justamente la moral" este comentario tuyo, Miros, me parece absolutamente esclarecedor.
ResponderEliminarPor cierto, Miroslav, atraído por el ‘polémico fondo’ de la cuestión que planteas, el aborto, no he entrado en tu enfoque: la perspectiva histórica como forma de entender lo relativo de tantas cuestiones éticas que nos parecen eternas e inamovibles. De hecho las normas morales cambian, nos parece incluso que progresan, pero no en todos los aspectos considerados. Sobre el de la vida humana —sobre la de los embriones ahora no entro, ya lo he hecho en el comentario mío anterior— parece que sí, aunque no suficientemente. En cualquier caso, me parece muy acertado ese enfoque que has aportado, con la salvedad de que siempre es muy difícil ser contemporáneo de nuestro presente, como dijo alguien lúcidamente.
Sí, Números, estoy a favor del aborto en algunos supuestos, establecidos por legisladores elegidos por todos que actúen en favor de todas o al menos la mayoría de las mujeres sin prejuicios ideológicos o religiosos. Bastante utópico, lo reconozco.
ResponderEliminarEntonces Lanksky, es consciente que las mujeres que no entren dentro de esos supuestos y deseen abortar, se verán obligadas a viajar a otros países donde el aborto sea legal y libre aunque, es sí les ayudará a aumentar su cultura o a utilizar métodos caseros (como meterse pastillas de tal o cual, hacerse lavados de no sé qué, etc.) que pongan en peligro sus vidas, pero bueno les estimulará su creatividad y la defenderá las tradiciones.
ResponderEliminarY la fundamental a mi juicio: ¡Qué es eso de que esa mujer pueda decidir, adonde vamos a parar!
El derecho y la moral tratan de salvaguardar la vida de los seres humanos, algunas leyes intentan salvaguardar las especies de animales y plantas en peligro de extinción, y otras lo hacen sobre los animales de compañía o sobre la técnica de cría y sacrificio de los animales de granja. En definitiva: la vida nos importa y es bueno regular sobre ello. Decir que cuando exista un proyecto de vida humana ya existe motivo para prohibir que alguien detenga su desarrollo, me parece excesivo; un óvulo maduro y un espermatozoide despabilado ya son en sí mismos un proyecto, y tampoco sería cuestión de prohibir los anticonceptivos. Abortar cuando el zigoto se parece más a un protozoo que a un ser humano me parece irrelevante, abortar cuando ya han transcurrido muchos meses de embarazo me parece una aberración. Desde mi punto de vista solo queda la cuestión de delimitar “aproximadamente” cuando ese proyecto “ya” es un ser humano y cuando “todavía” no. Y qué duda cabe que la que tiene, si no la última palabra, mucho que decir al respecto, es la mujer.
ResponderEliminarVolviendo al post y a su aportación historicista para entender mejor la ética: como apunta Numeros, que la moral es cambiante es un lugar común bastante evidente, pero no me parece especialmente útil para ayudarnos a formar la nuestra. La humanidad ha visto con buenos ojos el canibalismo, la venganza privada, la pena de muerte, la esclavitud y la tortura, y ha practicado con el beneplácito general durante siglos y siglos estas y otras muchas cosas que hoy juzgamos indefendibles. Saber que es así y que, en consecuencia, pretender que exista un supuesto Derecho Natural e inmutable es más bien tonto e infundado, no nos impide tener ahora nuestro propio juicio sobre los asuntos que lo requieren. Que los romanos y los griegos consideraran natural y saludable el aborto afecta tanto a mi opinión sobre él como afecta a mi opinión sobre el potro de tortura saber que a todo el mundo le parecía una máquina utilísima hasta hace apenas doscientos años.
ResponderEliminarĀtman: Y qué duda cabe que la que tiene, si no la última palabra, mucho que decir al respecto, es la mujer
ResponderEliminarInsisto ¿y por qué la mujer? Un embarazo son nueves meses, un hijo toda la vida (a veces hasta después de muerto). Y la responsabilidad de criar a un hijo incumbe tanto al padre como a la madre.
Quizás, Números, porque cuando se trata de delimitar cosas tan complicadas es bueno acudir a los sentimientos y las emociones, y nadie mejor para expresar en qué consiste ese nuevo ser que se está formando que la que lo lleva en la barriga.
ResponderEliminarAsí, leyendo los últimos comentarios, se me ocurren sobre la marcha varias cosas:
ResponderEliminar- Que, muy en contra de lo que dice Atman, cuando se trata de delimitar cosas tan complicadas lo peor que se puede hacer es acudir a los sentimientos y las emociones.
- Que el hecho de llevarlo en la barriga facultará especialmente a la mujer, quizás, para opinar sobre lo que debe hacerse con dicha barriga, que para algo es suya; pero no, desde luego, para saber 'en qué consiste ese nuevo ser que se está formando'. Del mismo modo que ser el propietario de mi apéndice me faculta para decidir en ultima instancia sobre si debo o no extirpármelo, paro no para saber cómo funciona ni cuáles son sus funciones, ni siquiera si es o no conveniente o necesario extirpármelo.
- Que admitiendo que la cuestión sea establecer cuándo 'ese proyecto' es ya un ser humano y cuándo todavía no, no se me ocurre absolutamente ningún motivo por el que la opinión de las mujeres sobre esa concreta cuestión deba tener más peso que la de los hombres; y que la mera sugerencia de que sea así me resulta, como poco, chocante.
Lo chocante, opino, sería que te quedarás embarazado tú, Vanbrugh, aunque la ciencia avanza que es una barbaridad
ResponderEliminarTú no lo entiendes, Vanbrugh, porque tú no eres mujer, ni madre, ni te pones en su lugar. ¿Cómo era aquella decisión salomónica que dirimió las dudas que había sobre a cual de las dos madres pertenecía el niño? Creo que sabe más una madre por su corazón que todo lo que podamos decir los demás. Además, se debería suponer que durante una etapa prolongadísima, que en muchos casos se extiende indefinidamente en la vida del hijo, madre e hijo apenas se diferencian, es como si fueran la misma persona.
ResponderEliminarHablando del aborto me permito recomendaros leer esta carta que publicó El País, escrita por mi cuñado, jefe de neurocirijía infantil en el 12 de Octubre, Jose Javier Esparza Rguez.
ResponderEliminar(Espero haber transcrito bien el link.)
Grillo
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/24/actualidad/1343153808_906956.html
Vanbrugh: En mi modesta aplicación de la lógica creo que no son igual de contradictorias las dos posturas “simétricas” a que te refieres en tu primer comentario respondiendo a Molón. La contradicción en que incurren quienes se muestran contrarios al aborto y favorables a la pena de muerte, radica en que entienden que toda persona tiene derecho a la vida y, por supuesto, que el feto es una persona sujeto de tal derecho. Quienes están en la que tú llamas postura simétrica también reconocen el derecho de toda persona a la vida, pero no consideran el feto como tal y, por lo tanto, no incurren en ninguna contradicción interna. Dicho esto, añado que tampoco creo que haya contradicción interna en los primeros, porque aunque reconozcan el derecho a la vida de toda persona (incluyendo los fetos como tales), ese derecho no implica necesariamente la anulación del “derecho” de la colectividad a quitar la vida a quienes han cometido determinados crímenes, sea con el argumento de la “legítima defensa” o el que proceda. Justamente, en ningún caso puede sostenerse que el feto, si se admite que es una persona y como tal sujeto del “derecho a la vida”, pueda ser merecedor de que la colectividad ejerza su presunto derecho a quitársela ya que ningún crimen puede haber cometido. Tal es, a la postre, el argumento de los anti-abortistas que, como digo, no me parece contradictorio en términos lógicos con la defensa de la pena de muerte. Como, por si no ha quedado claro, tampoco me parece contradictorio en los mismos términos, estar a favor del “derecho” a abortar y en contra de la pena de muerte. Lo que sí creo es que las “contradicciones” aparentes se mueven en distintos planos y distan mucho de ser “simétricas”. En todo caso, como verás, no estoy de acuerdo ni con Molón ni contigo.
ResponderEliminarNúmeros: Por supuesto que no es necesario ningún post para explicar que la moral ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Si me apuras, no es necesario casi nada. Esta frase tuya me trae a la mente una expresión muy usada en Canarias para denegar cualquier acto “¿Qué necesidad?” y –ya supongo que no era tal tu intención al escribirla- me hace inevitablemente leerla como si me estuvieras diciendo: “menuda pérdida de tiempo escribir (y hacernos leer) este post tan superfluo”. De todas maneras, ya ha salido este asunto en comentarios a viejos posts y ya he mantenido que no escribo este blog porque sea necesario sino justamente porque no lo es y –añado ahora- no para explicar (a mis lectores) nada sino, en todo caso, para explicármelo a mi mismo. Es decir, cuando algo me llama la atención, trato de indagar en sus aspectos que no termino de entender plenamente. Aún así, en este asunto concreto, el del aborto, sí me parece al menos conveniente reflexionar (y para ello hay primero que conocer) cómo ha evolucionado la moral a lo largo del tiempo. Porque no es lo mismo saber “genéricamente” que los juicios éticos evolucionan que en qué consiste en cada asunto esa evolución y, sobre todo, cuáles son los factores que subyacen en las cambiantes valoraciones morales. Porque, y en esto disiento de lo que dices, el aborto no es sólo un asunto de corazón y/o de razón; como cualquier asunto “sensible” (empapado de cuestiones éticas) requiere de una justificación moral que se construye en el marco de una ideología (en nuestro caso la cristiana) la cual, a su vez, obedece a unos determinados factores e intereses. Por ahí iban los tiros del post; no en cambio para alimentar el debate moral contemporáneo sobre el aborto.
Lansky: Te respondo a tu segundo comentario (el de las 10:04). De entrada, leyendo entre comillas la frase que le escribí a Molón hasta me parece brillante; me has halagado la vanidad (háztelo ver no sea que hayas pillado un virus). Ya en serio, me alegra que te percates (me temo que has sido el único) que el asunto de este post no era el polémico debate contemporáneo, sino –como bien dices- “la perspectiva histórica como forma de entender lo relativo de tantas cuestiones éticas que nos parecen eternas e inamovibles”. Como ya le he dicho a Números creo que, si no necesario, sí es conveniente tenerlo en cuenta (y no sólo en el caso del aborto), siendo conscientes además de que no necesariamente nuestros “valores morales” suponen un progreso respecto de tiempos pasados y que sería tonto extrañarse (si lo pudiéramos ver, que no podremos) de que nuestros descendientes tengan otros que hoy nos atreveríamos a juzgar de “retrógrados”. La historia no significa necesariamente avanzar a mejor en términos morales y, de otro lado, tendemos a considerar a los griegos, romanos y sucesivos como poco menos que retrasados mentales, a los que damos cien vueltas (¡ja!).
ResponderEliminarAtman: Qué duda cabe (por repetir tu expresión) que quien tiene mucho que decir sobre el aborto es la mujer que “sustenta” el feto. Es más, si no hubiera “intromisiones” externas, la mujer no sería quien tiene mucho que decir, sino TODO que hacer. Imagínate que la hembra humana tuviera la capacidad biológica de expulsar el feto de la misma forma en que levanta un brazo ... Seguramente muy distinta habría sido la historia y, desde luego, las consideraciones morales al respecto. Para no plantear hipótesis imposibles, pongamos una más que probable en un futuro no lejano: que la mayoría de las personas (el sexo empieza a carecer de relevancia) decida ser padre mediante fecundación (de su óvulo o espermatozoides) in vitro y gestación en recipientes artificiales. Se construirá una moral al respecto completamente distinta. En resumen que sí, que la vida nos importa (sobre todo la propia, la de los demás ya es más discutible) aunque no creas que tengo nada claro que el derecho y la moral tratan de salvaguardarla.
Vanbrugh: Contesto muy brevemente a tu comentario de las 10:40. Yo creo justo lo contrario que tú (hoy parece que no coincidimos): que saber cómo y por qué ha cambiado la valoración ética (y consecuentemente comprender que la nuestra es en gran medida resultado de los condicionantes culturales que nos han tocado) sí es útil para ayudarnos a formar la nuestra. Desde luego, saber lo que digo “no nos impide tener ahora nuestro propio juicio”, pero sí puede hacernos reflexionar sobre cuánto de “propio” es.
ResponderEliminarNúmeros: Tu argumento vale para el caso en que es el hombre el que quiere que la mujer aborte y ésta no (caso, por cierto, bastante más habitual que el contrario). Sugiero que en ese supuesto se exima al “padre biológico” de las responsabilidades a que aludas, mediante documento notarial en el que ella renuncie a cualquier reclamación y él también. Si la mujer quiere abortar, el derecho del preñador a decidir que no lo haga podrá basarse en que se trata de una persona que porta la mitad de su carga genética y argumentos análogos, pero nunca en una responsabilidad de la que justamente quedaría libre.
Vanbrugh: A tu comentario de las 12:52. Estoy plenamente de acuerdo en que el llevar un feto en la barriga no faculta a la mujer para saber en qué consiste ese nuevo ser que se está formando. Tenía ganas de estar de acuerdo hoy contigo en algo, aunque sea en esta obviedad que tan incisivamente señalas. Más jugoso me resulta el gerundio con que comienzas tu última observación, ya que parece insinuar que la cuestión no es (o puede no ser relevante) cuándo “ese proyecto” es ya un ser humano. El asunto, como sabes de sobra, ha sido históricamente (y lo sigue siendo) de lo más relevante, casi la clave de la cuestión moral en el asunto del aborto. Me alegra que no lo trates porque será al asunto central del siguiente post “historicista” (por cierto, no me gustó nada ese adjetivo con el que calificas el post en un comentario anterior) que me propongo escribir. En cuanto a tu conclusión, también de acuerdo; es decir, tampoco a mí se me ocurre ningún argumento por el cual las mujeres puedan saber mejor que los hombres cuándo ese proyecto es ya un ser humano; obviamente, el sexo de cada uno no da por sí ningún conocimiento añadido a tan esotérico interrogante.
Grillo: Excelente la carta de tu cuñado. Gracias por el enlace.
Grillo:
ResponderEliminarEn su momento leí el espléndido artículo del Dr. Esparza; lo he vuelto a hacer gracias a tu enlace. Tristemente, la gentuza que usa el poder legislativo como arma de destrucción social y masiva no atiende a razones, puesto que ellos no las utilizan, les bastan con los pretextos.
Miros Una vez releído reconozco que el inicio de mi entrada es comentario. En mi defensa he decir que el último párrafo:
ResponderEliminar"¿Acaso sostengo que los valores éticos son relativos, que se construyen los condicionantes de cada época, que no hay un Derecho Natural inmutable? Pues me temo que, en la mayoría de los asuntos (el aborto, entre ellos), sí."
me cabreó, por lo obvio del mismo.
Así pues, vayan mis disculpas por delante, por no entender, además, el sentido del post (y es que los lunes por la mañana son fatales para mi neurona)
Por lo demás coincido plenamente con las apreciaciones que has realizado a Vanbrugh respecto a la disyuntiva pena de muerte vs aborto. (Gracias por haberme ahorrado el escribirlo)
Respecto a la carta del Sr. Esparza, reconozco que a mi me chirría un poco.
¿Si un niño tiene un accidente de y queda tetrapléjico le daríamos opción a los padres para que lo mataran y así no sufriera más?
Quizás sería a ellos a los que habría que preguntar su opinión acerca del aborto en casos de malformación grave del feto.
Aquí más información sobre la espina bífida
Interesante discusión.
ResponderEliminarSi de lo que se trata es de dirimir si el aborto es moralmente reprobable : Sí, lo es. Desde cualquier punto de vista.
Si de lo que se trata es de considerarlo o no un crimen : Desde mi punto de vista, no lo es.
Las mujeres embarazadas de pocas semanas que consideran librarse del embrión no se sienten unas asesinas. Es mucho mejor que, por otras razones, sobre todo por el bajón hormonal que les produce el parto, acabar directamente con la vida del recién nacido.
El aborto, siempre existirá como siempre ha existido. A menudo los animales acaban con su prole y, en este caso, no somos una excepción. Se puede prohibir el aborto, como se puede prohibir el sexo antes del matrimonio, como se puede prohibir la homosexualidad, o tener más de dos hijos, qué sé yo.
Pero el aborto nunca dejará de producirse.
Yo tengo amigas que han abortado. Afortunadamente yo nunca me he visto en esa terrible situación. Tengo una que abortó en una situación económica muy precaria, con una familia desestructurada y muchos problemas de autoestima. Era muy joven y el tipo que la dejó embarazada no la quería (aunque ella sí le quería a él, o eso creía) Vamos, un caso de lo más habitual, pues cosas así pasan todos los días.
He de decir que lo mejor que pudo hacer para su estabilidad emocional y su vida futura fue abortar. Ahora han pasado unos cuantos años de ello y ella es otra mujer, tiene una nueva pareja, un trabajillo, se lleva mejor con ella misma. Quizá ahora le vendría bien tener un bebé, o no.
Sólo sé que afortundadamente pudo abortar- aunque tuvo que pagar e ir a psicólogos y buscar ayuda para el dinero- porque si no no sé que hubiera sido de ella.
Conclusión : El aborto lo practican las mujeres abrumadas por las circunstancias. Y sí, son las mujeres, la mayoría de las veces quienes toman la decisión. Yo lo entiendo perfectamente. No todo el mundo tiene la suerte de tener una pareja amantísima, comprensiva, unas posibilidades económicas, una madurez, una familia que no va a partirte la cara cuando llegues embarazada, una vida por delante. Hay mucha gente que, simplemente, no puede permitirse tener un bebé "en ese momento de sus vidas"
Ahora bien : Que el aborto es una putada para el niño que se forma.
Sí, lo es.
Pero la vida es así.
Creo que ha de regularse como en otros países de nuestro entorno. Permitirse siempre y cuando no se superen los tres meses de embarazo y, a partir de cierta fecha, considerar su práctica sólo en casos terapeuticos. Una mujer puede saber perfectamente en los tres primeros meses que está embarazada y obrar en consecuencia.
Tan sencillo como eso.
Y sí, la decisión ha de atañirle a ellas. Exclusivamente.
Obviamente, como en tantas cosas, en esta ristra de comentarios, hacía falta el de una mujer, para volver a poner los pies en la tierra en tan doloroso y delicado tema.(yo reivindico, no obstante, también mi primer comentario largo, por reducción al absurdo)
ResponderEliminarEmma ¿Y por qué doce semanas y no trece? ¿Qué hacemos con la mujer que aborta con catorce semanas?
ResponderEliminarNúmeros, como hay que poner límites no debería permitirse abortar a partir de la doceava semana. De hecho han sido los tres meses siempre los delimitados por juristas y médicos.
ResponderEliminar¿Qué hacemos con la mujer que aborta en la semana trece? Nada, quien se ha saltado la legalidad es la clínica que le ha practicado el aborto fuera de plazo. Ellos han de pagar las consecuencias.
Los abortos a partir del tercer mes pueden producirse en el caso de que hay riesgo de vida para el feto y la madre, tal y como está recogido en la legislación europea.
Mira, en esto muchos países nos dan mil vueltas. En UK y en Bélgica, incluso en Francia, donde se comercializó por primera vez la píldora abortiva. Se permite el aborto en ciertos supuestos. No existe país en el mundo donde exista el aborto libre. Se ha regulado porque las mujeres lo practicaban a otras mujeres clandestinamente desde que el mundo es mundo. Siempre ha habido doctores practicantes de abortos, agujas de punto introducidas con malas puntería ( algo de medicina forense he estudiado) y cientos de chapuzas que terminaban en tragedias.
Es fundamental que el aborto esté bien regulado, atado y bien atado, y que responda a las necesidades de la sociedad para evitar dramas innecesarios.
Ya está, no darle más vueltas. Esto no va a cambiar. Si a las mujeres no se les permite abortar de ninguna de las maneras volverán a buscarse la vida para hacerlo. Lo que no van a hacer es tener un embarazo y un hijo que no desean. Si el aborto se practica es que, por encima del hijo no nacido, priman otro instinto : Y este es el de supervivencia.
Emma No te ofendas, pero no me has contestado. ¿Por qué doce semanas? ¿Qué tiene de mágico ese número?
ResponderEliminarEn el caso de un aborto de trece semanas, la culpa no es necesariamente de la clínica. La madre puede mentir. Es más ¿qué hacemos con las mujeres que decidan abortar a partir de la duodécima semana? Si no lo hacen en una clínica como muy bien señalas si no se les permite abortar de ninguna de las maneras volverán a buscarse la vida para hacerlo.
Por cierto muy bueno:
Los abortos a partir del tercer mes pueden producirse en el caso de que hay riesgo de vida para el feto y la madre, tal y como está recogido en la legislación europea.
(Entiendo que quieres decir muerte y no vida).
¿Qué sucede si se aborta, entonces el feto no se muere? ;-)
Números, he escrito rápido, sí, me refería a riesgo de malformación y riesgo de fallecimiento del feto cuando nazca ( por ejemplo falta de estómago u otros órganos vitales, que es un caso relativamente común, se sabe que el feto no vivirá fuera del seno materno aunque pueda seguir creciendo dentro de él)
ResponderEliminarPero tú sabes perfectamente a lo que me refiero.
¿Por qué las doce semanas? No es una fecha aleatoria. Puedo buscar información al respecto, pero imagino que los tres meses están delimitados por un consenso entre la ciencia y la moral (jurídica) Seguro que si te interesa tanto ese número puedes mirar en google y voilá!
Pero si quieres te paso algunos links en inglés y en francés.
La madre puede mentir, pero la clínica ha de contar con los medios para asegurarse de que no miente. Yo no soy médico.
Por otro lado, la inmensa mayoría de las mujeres que quieren abortar lo hacen en cuanto descubren que estan embarazadas, no lo demoran porque a ninguna mujer le interesa ir con un bombo por ahí a que se lo quiten. Si además, son conscientes de que sólo pueden abortar legalmente dentro de los tres meses se cuidarán mucho de hacerlo. Normalmente es así lo que sucede.
Pero lo que no entiendo son tus preguntas, ¿ a dónde quieres ir a parar?
Estás a favor de la prohibición total? Pues dílo.
Yo no lo estoy. Creo que si se regula convenientemente (y, por supuesto, sólo son leyes, no puedes pretender que cubran todas las realidades, sería muy ingenuo de tu parte. La Ley se aplica siempre a la generalidad)se pueden evitar tragedias innecesarias, y evitar abortos de riesgo.
Te guste o no, os guste o no, el aborto existe y existirá siempre. En ningún país se ha erradicado ni se erradicará.
¿Por qué no empezáis siendo realistas? Es un signo de madurez.
Nadie dijo que la vida fuera justa.
He mirado y en UK el límite son 24 semanas ( el más alto de Europa, creo)
ResponderEliminarEn Francia son 12 semanas.
En Bélgica son 12 semanas.
En Alemania son 12 semanas.
En Italia son 90 días.
Portugal son 10 semanas.
Polonia, Irlanda son los únicos países de Europa donde el aborto está prohibido totalmente (creo) y como resultado las irlandesas viajan a Irlanda del Norte y a Inglaterra para abortar y las polacas a la vecina Alemania, como cuando en Portugal era ilegal, las portuguesas venían a España.
Después de leídos todos lo comentarios, voy estando cada vez más seguros de que la hipocresía es la base de nuestra sociedad. Esta la de ahora. Voy a decir solamente una boutade: En este momento, si los hombres pariéramos, el aborto sería totalmente libre y gratuito.
ResponderEliminarNo es ninguna tontería Molón: Estoy cien por cien segura de ello. No me cabe la menor duda.
ResponderEliminarUn abrazo
Molón Si los hombres paríésemos, no seríamos hombres seríamos mujeres y el problema seguiría siendo el mismo :-D :-D :-D
ResponderEliminarEmma Por supuesto que sé a que te referías por eso el emoticón ;-)
Respecto a si estoy a favor de la prohibición del aborto en todos los casos, te diré que de lo que estoy a favor es de una ley que sea lógica.
Si partimos de la base de que el aborto es una decisión única y exclusivamente de la mujer, puesto que el feto depende de ella para vivir, entonces no debería haber ni supuestos ni plazos, de manera que la madre podría abortar cuando le viniese en gana. Es más, dado que un bebe, desde el punto de vista de la dependencia apenas difiere de un feto (lo único que hace es respirar por si mismo) también el infanticidio debería despenalizarse. Al fin y al acabo, y citándote a ti, te guste o no, os guste o no, el infanticidio existe y existirá siempre. En ningún país se ha erradicado ni se erradicará. Además, como ya se ha apuntado antes, hasta no hace tanto era considerado un método más de control demográfico.
Basándonos en evitar el sufrimiento de los demás, podríamos seguir enumerando casos en los que se debería permitir la interrupción asistida de la respiración. Por ejemplo, ¿por qué tenemos que obligar a una persona a cargar con su padre enfermo de Alzeimher, que ni piensa ni padece y tiene el cerebro de una lechuga?
Y sí. Molón comparto con Ud. la idea de que la hipocresía es la base de nuestra sociedad: todos, excepto Ud. y yo naturalmente, son unos hipócritas.
Supongo que será inútil que diga que el objeto de este post no era generar un debate sobre el aborto, sino aportar, para quien le interese (parece que a casi nadie) los antecedentes históricos de una práctica que, como bien dice Emma, ha existido siempre y seguirá existiendo. Que eso sirva o no para reconsiderar la valoración ética que cada uno se haga al respecto, pues no sé; a mí al menos me sirve, como ya le apunté a Vanbrugh. Dicho lo cual, por supuesto, podéis seguir polemizando sobre la prohibición o tolerancia, aún cuando me temo que poco nuevo se puede decir que no se haya dicho hasta la saciedad. Por mi parte, prefiero no entrar por esos derroteros, al menos en este marco.
ResponderEliminarNúmeros: Me dices en tu comentario de las 11:09 que te cabreó por obvia mi frase de que en la mayoría de lo casos (aborto incluido) los asuntos éticos son relativos. Pues lo siento, pero a mí no me parece nada obvia. Es un tema éste, el del "relativismo moral" que es fuente de un debate que dista de estar zanjado y que ha generado ríos de tinta.
De otra parte, noto tus intervenciones un poquillo pasadas de revoluciones, a mi juicio quizá injustificadamente. No me apetecería que ninguno de los escasos lectores que comentan se sienta ofendido. Tu última frase, por ejemplo, no me parece nada afortunada.
Molón y Emma: Aunque estoy a favor del aborto, estoy totalmente en contra de un aborto libre (lo de gratuito o no, me da igual). Prefiero una sociedad de hipócritas a una de asesinos movidos exclusivamente por sus intereses personales.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNúmeros, cuál es tu propuesta de ley lógica. Yo creo que, la actual ley, es bastante lógica.
ResponderEliminarPor otro lado me citas mal. Donde dices "infanticidio" yo dije "aborto" No considero al feto un infante. La ley de plazos existe precisamente por eso.
Me gustaría saber cuáles son tus propuestas.No quieres ley de plazos? Quieres una ley lógica? Cuál es, según tú, esa ley lógica?
Atman : De acuerdo contigo. De hecho el aborto libre no se permite, que yo sepa, en ningún país del mundo.
Un abrazo a Miros.
Emma
ResponderEliminar"infanticidio" yo dije "aborto" Cierto Emma. Mi error está en que tendría que haber dicho parafraseándote en vez de citándote.
Si queremos hacer un ley lógica, debemos atenernos a los hechos, y los hechos nos dicen que, para algunas mujeres el embarazo es algo tan traumático, que no dudan en introducirse hasta radios de ruedas de bicicletas por la vagina para desembarazarse del feto.
¿Ahora la pregunta está en qué hacemos con esa mujer?. Quien asuma que el feto es un ser humano, no dudará en mandarla a la cárcel, por los mismos motivos que mandaría a la cárcel a una madre que asesinara a su hijo recién nacido.
Por contra quien considere que el no nacido no es un ser humano, dirá que lo que hay que hacer es darle a la mujer los medios necesarios para que pueda abortar sin poner en peligro su vida.
Lo malo de aceptar este supuesto, es que para ser coherentes tendríamos que, como ya dije antes, eliminar plazos y supuestos. En resumen, si tiene que haber una ley del aborto, en mi opinión, debería ser sin supuestos y sin plazos de ningún tipo.
Gracias Números, me queda clara tu postura.
ResponderEliminarMiros Jamás he tenido la ofender a nadie. Si alguien se ha podido sentir ofendido o molesto, lo siento.
ResponderEliminarTan solo he pretendido sacar a la luz lo incongruentes que somos cuando, ante un determinado tema, nos dejamos llevar por el corazón y no por la razón. Por otra parte, el ser incongruentes, no me parece ni tan malo ni tan grave, ya que eso es una de las características que nos hace ser humanos.
Para mi que la ética y la moral cambia con las épocas y los lugares es tan evidente como que la Tierra gira. Por eso mi comentario. Lo que no deja que encuentre muy interesante el hecho de mostrar, y su porqué, el como ha ido cambiando a lo largo de la historia y de los lugares las distintas posturas éticas acerca de un tema en concreto, en este caso el aborto (como podría haber sido la esclavitud, la homosexualidad o la pena de muerte).
Para terminar, y hablando de mi última frase del post de las 17:25, siento haberla puesto en su blog, pero no creo que deba rectificar si una sola coma.
Me carga bastante la postura de ir tratando a todo lo que se menea de hipócrita, sin dedicarse un minuto a mirarse en el espejo para ver si su problema es que no ven bien porque llevan una viga en su ojo.