It's alright, ma (I'm only bleeding) (Está bien, mamá (sólo estoy sangrando) apareció en el álbum Bringin it all back home, grabado en tres días de enero de 1965 en el estudio A de Columbia en Nueva York. La canción –como varias otras– fue escrita por Dylan durante el verano anterior en Woodstock, probablemente en casa de Albert Grossmann, su manager. Si bien, el Bringin ... es considerado el primer disco rock del cantautor de Minnesota, lo cierto es que la cara B es fundamentalmente folk (sólo en Mr. Tambourine Man aparece la guitarra eléctrica de Bruce Langhorne acompañando discretamente la acústica de Dylan), aunque lo sea tan sólo en apariencia. Así, el tema que nos ocupa es interpretado –tal como se aprecia en el video de un concierto en Birmingham de mayo del 65–con rasgueos discretos de guitarra y mínimos fraseos de armónica y sin embargo, como señala Paul Williams, la composición se basa en técnicas básicas del rock: penetrar con el ritmo y el sonido, y dejar que las palabras se oigan después de quedar atrapado en el sentimiento de la canción. Pero, desde luego, no es la música lo que hace excepcional este tema sino el texto, tanto su tremenda calidad literaria (aparecen aquí algunas de las imágenes más logradas del surrealismo dylaniano) como la brillantísima estructura rítimico-fonética, que engancha al oyente incluso aunque no entienda el inglés (salvando las distancias, emparenta con la mucho más "espectacular" Subterranean Homesick Blues que abre la cara A). En cuanto al fondo –el "mensaje" que tanto cabreaba a Bobby– se ha escrito mucho y no voy yo ahora a glosarlo; baste decir que implica una radical denuncia contra el mundo, las reglas aceptadas, una reclamación de la libertad personal aunque no quede claro si dicha opción tiene esperanzas. En todo caso, resulta impresionante que un chaval de veintitrés años fuera capaz de escribir esos versos.
Pese a que indudablemente esta canción tuvo un gran impacto en esos convulsos años sesenta, lo cierto es que no fue un tema muy interpretado por otros cantantes. Dije en el post anterior que acabando los setenta sólo conocíamos las tres versiones del propio Dylan: la original (en ese post), la del mítico concierto del doble vinilo Before the Flood con The Band (en el post anterior), y la también en directo grabada en Budokan (en el primer post de esta serie). Sin embargo había ya para entonces algunas grabaciones ajenas –no muchas– que he ido conociendo y consiguiendo con los años. La primera –que tenía que haber escuchado porque ya había visto la peli– es la de Roger McGuinn, grabada para Easy Rider después de que Peter Fonda no pudiera conseguir que Bob participara en la banda sonora. McGuinn, con su grupo The Byrds era, al fin y al cabo, experto en popularizar los temas dylanianos sin aportar –a mi juicio– demasiado valor añadido. Basta escuchar este tema (en el segundo post de esta serie) para comprobar que, aunque suena más "lleno" (y también, creo yo, pierde algo de su intensidad), no deja de seguir con relativa fidelidad al original.
De mayor interés, en cambio, es la versión que en 1971 hizo en su primer disco en solitario una mujer sueca, Nannie Porres, vocalista de uno de los más importantes grupos de jazz de ese país. A esta cantante, que a sus actuales setenta y cinco años parece que es una institución en Suecia, la descubrí hace pocos meses, justamente rastreando intérpretes de Dylan (aunque me gusta el jazz, no es mi "música habitual"). Es de resaltar que en fecha tan temprana, a apenas dos años de la publicación del Bringing ..., dos canciones "rockeras" de ese álbum (la otra es la mucho más versionada Maggie's farm) fueran adaptadas en el otro lado del mundo al lenguaje del jazz. Me pregunto qué pensaría Bobby al escucharla (porque imagino que le informarían de que unos músicos de Estocolmo habían hecho sus particulares versiones). En cualquier caso, los arreglos muy de jazz (sobre todo el piano y el saxo) le dan al tema un aire de urgencia que le va muy bien; ciertamente atractivo, merece la pena.
De mayor interés, en cambio, es la versión que en 1971 hizo en su primer disco en solitario una mujer sueca, Nannie Porres, vocalista de uno de los más importantes grupos de jazz de ese país. A esta cantante, que a sus actuales setenta y cinco años parece que es una institución en Suecia, la descubrí hace pocos meses, justamente rastreando intérpretes de Dylan (aunque me gusta el jazz, no es mi "música habitual"). Es de resaltar que en fecha tan temprana, a apenas dos años de la publicación del Bringing ..., dos canciones "rockeras" de ese álbum (la otra es la mucho más versionada Maggie's farm) fueran adaptadas en el otro lado del mundo al lenguaje del jazz. Me pregunto qué pensaría Bobby al escucharla (porque imagino que le informarían de que unos músicos de Estocolmo habían hecho sus particulares versiones). En cualquier caso, los arreglos muy de jazz (sobre todo el piano y el saxo) le dan al tema un aire de urgencia que le va muy bien; ciertamente atractivo, merece la pena.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Nannie Porres (I Thought about You, 1971)
La siguiente versión en orden cronológico de que dispongo es la que hizo Billy Preston en 1973. Por entonces, quien exageradamente fue llamado "quinto Beatle", vivía su etapa dorada, tocando los teclados con unos cuantos grandes (entre ellos, nada menos que los Rolling). Preston había ya grabado She belongs to me el año anterior y –que yo sepa– no incorporó ninguna otra canción más de Dylan en su carrera (murió en 2006). En su versión le da un aire soul-funk al tema, pero sin pasarse, con un resultado bastante potente, digna de ser escuchada.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Billy Preston (Everybody Likes Some Kind of Music, 1973)
En 1975, una californiana de origen croata establecida en Europa, Bettina Jonic grabó un doble disco singular denominado The Bitter Mirror, en el cual interpretaba canciones de Bertolt Brecht (13) y de Bob Dylan (9), entre éstas la que nos ocupa. Esta mujer pertenece al mundo de la "alta cultura": estudió ballet con maestros rusos, música y canto en la Academia de Viena y en el Conservatorio parisino, colaboró con el célebre director teatral Peter Brook en Londres y se vinculó a la Royal Opera House; en fin, un currículo apabullante, al que ha de sumarse ser una reconocida experta en Brecht y Beckett (estuvo casada con John Calder, editor que fue muy amigo del escritor irlandés). Desde luego la versión que hace de la canción de Dylan es la más extraña de todas las que conozco: a medias entre una declamación casi amenazadora y aires operísticos, con un acompañamiento solemne en exceso. Personalmente, no me termina de convencer y por eso no la tengo en mi colección; no obstante, quien tenga curiosidad, puede escucharla en spotify.
Terence Trent D'Arby irrumpió hacia finales de los ochenta como un nuevo Prince y fue encumbrado al olimpo del funk, género que por aquel entonces yo detestaba. Así que durante el auge de este neoyorkino –hasta mediados de los noventa– no estuve atento a sus canciones, salvo escuchar indefenso las que sonaban con bastante frecuencia en las radios. Sería unos años después, a principios de este nuevo siglo, cuando, ya más tolerante en mis gustos, le regalaron a mi ex un recopilatorio de sus éxitos y pude apreciar en conjunto la música de este hombre. De los diez y nueve temas de ese álbum sólo tres no habían sido compuestos por él y uno de ellos era justamente el It's alright ma, en una versión muy en el estilo de Terence y que, para mi sorpresa, me resultó muy interesante: un Dylan funky que no estaba pero que nada mal.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Terence Trent D'Arby (Greatest Hits, 2002)
Hugo Race es un australiano de origen irlandés que desde muy jovencito, con su guitarra eléctrica, se metió en el mundillo rockero de Melbourne. Formó sus propias bandas, se integró en la famosa The Bad Seeds de Nick Cave durante los dos primeros años, en 1985 creó un grupo –The Wreckery– de blues al estilo del Delta, y finalmente, con unos veinticinco añitos, se vino para Europa y montó The True Spirit, banda con la que trabajó hasta 2010. El tipo es un buen ejemplo de trotamundos inquieto; se asentó en Londres, luego en Berlín, de ahí a Italia, luego Suiza ... Sus distintos proyectos musicales (cuenta con unos veinticinco discos) traslucen también esa inquietud, que le ha llevado además a participar en algunas películas. En fin, un tío interesante que conozco poco. En su tercer álbum con los True Spirit grabó su propia versión de la canción que nos ocupa.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Hugo Race & The True Spirit (Second Revelator, 1991)
Otro tipo curioso fue Mick Farren, periodista y cantante, figura significativa de la contracultura británica de finales de los sesenta y primeros setenta, vinculado al nacimiento del punk. El tipo formó su propia banda a la que llamó The Deviants (Los Desviados o quizá, actualizándolo, Los Frikis) que hacía un rock psicodélico y ruidoso. En 1999 –ya bastantes años después de su época de gloria– publican The Deviants have Left the Planet, LP que incluye una versión de esta canción de Dylan. Esta gente no tiene ningún otro tema de Bob en su discografía y, vistos sus planteamientos musicales e ideológicos, no es casual que eligieran precisamente éste. Alguien describió a Farren y su grupo como el caleidoscopio enloquecido de una fiesta friki a propulsión galáctica; como si Syd Barrett, Frank Zappa , los Doors, Jimi Hendrix y el sonido de Detroit se mezclaran en un universo paralelo empapado en ácido donde reinara el rock'n'roll amplificado hasta el paroxismo. Un poco loca sí que es la versión que hacen, pero he de confesar que no me disgusta.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - The Deviants (The Deviants have left the Planet, 1999)
Julie Félix es –inmerecidamente– poco conocida (al menos por estos lares). Nació en Santa Bárbara, California, en 1938 y en bastantes cosas me recuerda a la mucho más popular Joan Báez, ésta, como Dylan, tres años menor. Hijas ambas de padre mexicano y madre estadounidense, cantantes de folk ambas, las dos intensamente activistas y hasta físicamente con un cierto parecido, más guapa la Félix (en el terreno del chismorreo diré que también ambas tuvieron rollos amorosos con grandes de la música: Joan –como es harto sabido– con el propio Bobby y Julie con Paul McCartney, nada menos). Por cualidades y edad, esta mujer habría debido ser una protagonista, siquiera secundaria, de la revolución musical juvenil de los sesenta (por ejemplo, tuvo cierta relación con David Crosby). Sin embargo, en 1962, influida como tantos por el famoso En el Camino de Kerouac, decidió irse tres meses de aventura vital a Grecia; de ahí pasó a Italia, Francia, Ibiza, Alemania ... para finalmente instalarse definitivamente en Londres en el 64. Allí ficho por la Decca y grabó enseguida un primer LP con dos temas de Dylan que le dieron popularidad, convirtiéndose en una de las primeras figuras "británicas" del folk (téngase en cuenta que por aquellos años lo que más gancho tenía de los USA en Inglaterra eran los blues que electrificaban chavales que iban a dar mucho que hablar). Ha mantenido una carrera firme durante cuatro décadas (su último disco con temas originales es de 2008) y a lo largo de la veintena de discos publicados es frecuente encontrar versiones de canciones de Dylan. Con It's alright ma se atrevió en 2002, en un disco dedicado enteramente a Dylan y en el que versiona veintiún temas; aquí va.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Julie Felix (Starry Eyed and Laughing, 2002)
Caetano Veloso, en cambio, es sobrada y merecidamente conocido entre nosotros. Personalidad indiscutible cuya influencia trasciende a su mera actividad de compositor e intérprete, de modo en cierto sentido análogo, en el ámbito brasileño e hispanoamericano, a lo que pudo significar Dylan entre los anglosajones. Ya más que consagrado, con una cincuentena de discos publicados, graba en 2004 una selección de veintidós canciones del repertorio norteamericano del pasado siglo, un personal american songbook que contiene desde clásicos de Cole Porter, Irving Berlin o los Gershwin a temas de Stevie Wonder y Kurt Cobain. El resultado es, en su conjunto, magnífico y, puestos a poner alguna pega, quizá haya de ser precisamente a la versión del It's alright, ma. No es que esté mal, entendámonos, pero los arreglos rítmicos, un poco a lo jazz brasilero, así como la "exacta" homogeneidad en la entonación del cantante, le dan a la interpretación un aire algo mecánico que, a mi juicio, le resta fuerza.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Caetano Veloso (A Foreign Sound, 2004)
Al bajo, Lindsay Horner (Nueva York, 1960); Michael Vatcher, californiano (1954) residente en Amsterdam, en la percusión; saxos y clarinetes a cargo de Michael Moore, también californiano y también del 54. Tres reconocidas figuras del jazz contemporáneo. Cada uno va a su bola, pero desde los noventa se juntan ocasionalmente para versionar instrumentalmente temas de Dylan. Las canciones de Bob son en muy significativa medida sus letras; pues ahora escúchese la música sin voz humana y –además– sin guitarra ni armónica. Pero no se piense que estos jazzmen buscan "reproducir" las melodías; apoyándose en las frases de éstas que más les atraen se dedican a elaborar piezas envolventes de exquisita factura que, a los que llevamos tantos años escuchando esas canciones de las que nacen, no dejan de sorprendernos. La versión que subo procede del disco de 2007 del trío –cuyo nombre, por cierto, está tomado de un verso de la genial Visions of Johanna– el tercero y último de los que han grabado.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Jewels & Binoculars (Ships with Tattoed Sailors, 2007)
Marilyn Scott es una vocalista de jazz californiana ya de larga y consolidada carrera (está a punto de cumplir los 65 años) y tampoco muy conocida entre nosotros, pese a que su música, sin perder ese aire jazzístico que la caracteriza, transita elegantemente por los ámbitos del pop. En 2006 también ella –como bastante antes la sueca Nannie Porres ya mencionada– se decide a ofrecer una versión "jazzeada" del It's alright, ma, cuyo resultado no decepciona.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Marilyn Scott (Innocent of Nothing, 2006)
Me quedan cuatro versiones para completar las quince que tengo localizadas de esta canción de Dylan. Dos de ellas, sin embargo, no me gustan nada y ni me he molestado en conseguirlas. La primera proviene del álbum de presentación (2007) de un grupo de Cornwall llamado Rairbirds. Hacen música Dance plagada de efectitos electrónicos que me repatean; el tema de Dylan lo banalizan. Aún así, he de reconocer que quien aprecie esta música a lo mejor encuentra interesante esta versión (que vaya a spotify a escucharla). La otra que tampoco he adquirido es una versión Hip Hop que hizo en 2008 un grupo neoyorkino, los C Phineas, cuyos miembros gozan de buena reputación entre los entendidos. Me ocurre un poco lo mismo que con la anterior: no me gusta nada el género y, probablemente por ello, escucho lo que han hecho con el tema de Bobby y casi me parece un sacrilegio. Quizá en algunos años mis gustos musicales evolucionen y le encuentre el puntito a estas reinterpretaciones deconstructivistas de la canción original, pero de momento ...
Y acabo ya este largo post con dos chicas, ambas europeas y jóvenes, tanto como para que la música de Dylan no haya podido ser una referencia durante sus adolescencias. La primera es nada menos que una noruega de Lillehammer llamada Ingrid Olava, quien después de darse a conocer con composiciones propias –canciones "tranquilas" (dice que una de sus primeras influencias fue Billy Joel)– que interpretaba al piano en locales de su entorno comenzó a adquirir cierta notoriedad y en 2008 la EMI noruega le publicó su primer álbum, en el cual el único tema ajeno es precisamente el It's alright, ma. Lo canta muy bien, de forma "creíble", envolviendo la canción en un potente acompañamiento de piano. Más que aceptable para mi gusto.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Ingrid Olava (Juliet's Wishes, 2008)
El último cover que presento es de una suiza cuya existencia desconocía hasta hace unas semanas cuando encontré mis viejos escritos a partir de It's alright ma y me puse a buscar nuevas versiones del tema para mi colección. Se llama Sophie Hunger y en la actualidad tiene 31 añitos y reside en Zurich. Desde muy jovencita le llamó la música y por lo visto fue absorbiendo de todos los géneros, curiosamente en un proceso inverso al mío (en eso se nota el "salto generacional"): primero el jazz, luego el hip hop, luego el rock y por último el country y el folk. De otra parte, la muchacha debe hablar unos cuantos idiomas, tanto por su nacionalidad como por ser hija de diplomático y haberse pasado la infancia por media Europa. Además, toca la guitarra, armónica y piano. En fin, que tenía todas las condiciones para hacerse con un estilo de composición propio, ecléctico en lo musical y políglota en las letras. Empezó veinteañera en el mundillo más o menos profesional de las bandas y los conciertos y en 2006 graba su primer álbum solista. Su último proyecto (2012) ha sido una película documental sobre sus actuaciones en vivo; el doble CD con los 23 temas que contiene es lo único que he escuchado de esta chica, suficiente para que considere que merece mucho la pena seguirla. Entre esas canciones se cuenta la versión de la de Dylan, interpretada muy a la manera original de Bobby: sólo voz y guitarra y ésta muy discreta mientras canta para rasguearse enérgica en las pausas de la voz. Pero no debe confundirse esa fidelidad con mera mímesis; en mi opinión demuestra que Sophie se ha imbuido del alma de la canción original para, desde esa profunda interiorización, ser capaz de actualizarla en su propio lenguaje casi cincuenta años después. Me gusta mucho.
It's alright, ma (I'm only bleeding) - Sophie Hunger (The Rules of Fire, 2012)
¡Madre mía! es increíble lo que da de sí una buena canción.
ResponderEliminarDejo en tareas pendientes la inmersión en el mundo Dylan, lo juro. Muy interesante todo lo que escribes la verdad.
La semana que viene me voy de vacaciones a Nueva York y hoy un amigo mío que tiene un grupo de rock, para mi gusto, de lo mejor de España,y que ha sido telonero de Status Quo e incluso ha hecho canciones con el fallecido Greg Ridley (Humble Pie) me ha dicho que no me pierda visitar el Cafe Wha? porque ahí actuó Bob Dylan y Hendrix y me ha parecido curioso que me lo haya mandado hoy que estoy leyendo tus post de Dylan, iré, por supuesto que iré, como buena mitómana.
Un abrazo,
Tambien es muy buena la version que toco el propio Dylan en el concierto del 30 aniversario.
ResponderEliminarBabe.En el Wha?, efectivamente, actuó un jovencísimo Dylan, incluso antes de sacar su primer álbum. Guardo algunas grabaciones de esa primera época, pero no en ese café (sí, en cambio, en el Gaslihgt).
ResponderEliminarAntonio: Me había olvidado de la versión que interpretó en ese famoso concierto homenaje en el Garden. No está mal pero, para mi gusto, es inferior a las otras tres que menciono del propio Bobby.
Dylan es magnífico, ya sabes que comparto tu admiración por este absoluto genio. De hecho es el que quizás mejor representa el espíritu de esa ápoca, aunque como bien sabes, él siempre se negó a ser portavoz de nada y se reivindacaba como un simple cantante de folk.
ResponderEliminarAún no he decidido qué versión de las que nos presentas me gusta más
El siguiente enlace es para Babe, pero que sepa, que seguro que sí, que su amigo le ha hecho una recomendación excelente:
http://cafewha.com/index.cfm
Para que no me reproches que la perplejidad me impide comentar, te comento. Pero estoy perplejo. Aunque esta vez mi perplejidad no es culpa tuya, sino de mi particular sensibilidad musical, o falta de ella, en este caso.
ResponderEliminarComo ya te he dicho en otras ocasiones, lo que me importa fundamentalmente en una canción es la música. Por buena que sea la letra puede llegar a interesarme como texto, o como poema, pero jamás es lo que me lleva a interesarme por la canción, si no lo hace la propia música.
Y aquí entran mis particulares sensibilidades musicales. Supongo que soy excesivamente cerebral, o frío, o analítico, o algo, pero lo que me llega de la música es fundamentalmente la melodía, y su base y consecuencia inseparable, la armonía. Es decir, sus aspectos más "estructurales" y permanentes, los menos fortuitos y más independientes de una concreta interpretación. Comprendo que las cualidades del intérprete, su virtuosismo instrumental o vocal, su "inspiración" del momento... todo lo que se refiere a la "ejecución" concreta de una pieza musical, son valores importantísimos, pero a mí nunca logran interesarme ni impresionarme por sí mismos, solo como el vehículo a través del cual me llega, mejor o peor -eso me importa muy secundariamente- lo que verdaderamente me importa: la pieza musical "en abstracto". Por resumirlo, Beethoven me gusta siempre, aún tocado por la banda municipal de Orejilla del Sordete. Y en cambio el mejor intérprete del mundo me deja frío tocando una obra que no me "llegue" en sí misma.
Por todo lo cual es fácil comprender que Dylan en general, y esta canción en particular, me resultan bastante ajenos e indiferentes. Lo siento, pero es así. Me gusta cómo canta Dylan, pero una melodía compuesta básicamente de dos notas alternadas sobre una invariable y previsible secuencia armónica me deja absolutamente frío, la cante quien la cante, como la cante y con la letra que la cante. Puede tener para mí un gran valor literario, poético, emocional, afectivo, social... lo que tú quieras, no lo discuto; pero apenas ninguno específicamente musical.
Con todo, me he oído todas tus versiones. Algunas me han resultado absolutamente detestables, la de The Deviants, por ejemplo. Otras en cambio, las más jazzísticas, me han gustado de hecho más que la escueta del propio Dylan, a pesar de lo mucho que me gusta la voz de este. Todas las que le "añaden" valores musicales, y la enriquecen así de algún modo. El piano de la de Ingrid Olava es excelente, y las "variaciones" de los Jewells&binoculars, más aún. Billy Prston y la Porres tampoco lo hacen mal. Y hay un par de chicas, Marilyn Scott y la Olava, que cantan realmente bien y se las arreglan para que la elemental melodía de Dylan parezca a ratos algo.
En cuanto a la Hunger, a pesar de tu piadoso comentario, me da la impresión de que hace con la canción de Dylan lo que Pierre Ménard hizo con El Quijote. Solo que aquí no hay ni Quijote...
En fin, espero que puedas perdonarme mi lamentable pero irremediable escepticismo dylaniano.
Lansky: En efecto, Dylan rechazaba airado a quienes le erigían como portavoz generacional o de lo que fuese. Pero tampoco se reivindicó nunca adscrito a ningún género (y menos al folk), si acaso defendió su carácter "rockero" y, con los años, su enraizamiento en la música popular estadounidense, de la que ha llegado a ser una autoridad.
ResponderEliminarPara mí que la versión que más te va a gustar es la del trío de jazzmen.
Vanbrugh: No, hombre, no te reprocho nada, ni siquiera tu escepticismo dylaniano. Al contrario, te agradezco que hayas mostrado el suficiente interés como para escuchar todas las versiones.
ResponderEliminarEn mi opinión, quizá deberías abrir un poco tu filtro respecto a las "canciones". Tu criterio, perfectamente válido para ti pero que ya sabes que no comparto, te lleva a concebir las canciones como una breve pieza musical a la que, accesoriamente, se le añade un texto para voz humana, casi daría igual que el cantante repitiera la, la, la siguiendo la melodía. Lo curioso es que el origen de la canción es justamente el inverso, textos que, en vez de simplemente declamarse, se entonaban con musicalidad, muy elemental en sus orígenes y cada vez más compleja. Pero, en fin, a lo mejor lo que has de hacer es considerar ciertas canciones –como ésta de Dylan– como meros poemas.
En cuanto a la "estructura" musical del It's alright, ma nada que objetar a tu afirmación de que es excesivamente elemental y, por ende, de poco valor musical intrínseco. De alguna manera vienes a decirme que tu juicio sobre la canción sería el mismo si apagáramos el volumen de la pista en la que está la voz, quedando sólo el rasgueo de la guitarra; ciertamente muy pobre, en efecto. Pero este ejercicio me parece justamente una buena prueba de que la canción es mucho más que eso.
Que no te gusten los Deviants no me sorprende; a mí sí, como confieso en el post pese a su iconoclastia, pero es intuyo que en el ámbito del rock mis gustos son más "extensos" que los tuyos. Ahora bien, si quieres "horrorizarte", escucha en Spotify las versione sde los Rairbirds o de los C Phineas y me cuentas. O ya puestos, me interesaría mucho conocer tu opinión sobre la versión de la citada Bettina Jonic, sobre todo a la luz de tu criterio sobre música/letra en una canción (adquiere relevancia, entre otras razones, porque el disco de la Jonic incluye versiones de canciones de Brecht de los años treinta).
La Hunger es un descubrimiento reciente que te recomiendo, al margen de su faceta de versionadora de Dylan. Me parece una tía muy interesante, también en el plano de la composición musical. Y, desde luego, no comparto tu valoración, motivada a mi juicio por esa excesiva "sensibilidad analítica" que tú mismo te atribuyes. Te comentado sobre tus juicios diferenciados en cuanto a la letra y a la música, pero no he dicho nada sobre tu desinterés respecto de la ejecución de una pieza. Pues bien, para mí este aspecto también en muy relevante, a veces casi el más. Y lo que me llega muy positivamente de la versión que hace Sophie Hunger de este tema es justamente cómo lo interpreta.
No,Miros, eso no es exacto: inicialmente, y está en sus memorias, se reivindicaba a sí mismo como cantante folk, como un Pete Seeger o un Woody Guthrie; más tarde se electrificó y se "en-rock-eció" para gran desconsuelo de sus seguidores más propensos a etiquetarle.
ResponderEliminarBueno, Lansky, permíteme que aplace este debate, pero te adelanto que no es exactamente como cuentas (en todo caso, es difícil que el camaleónico Dylan desde us inicios se reivindicase en ningún sentido).
ResponderEliminarMe lo topé ayer por casualidad y me dije: seguro que esto le interesa Miroslav para su enciclopedia personal dylaniana:
ResponderEliminarhttp://elpais.com/elpais/2014/10/29/icon/1414582558_906599.html