Pero Antonio Miguel, alma de cántaro, querubín sonrosado, ¿qué modos son esos de responder a la propuesta, meditada y responsable, que te hace la candidata más votada por tus conciudadanos? ¿No te enseñaron de pequeñín que hay que pensar las cosas antes de soltar lo primero que te pide el cuerpo y más si estás llamado a ejercer labores de gobierno? Deberías aprender de Begoña, mucho más joven que tú y sin embargo bastante más prudente: en vez de precipitarse a teclear en su twitter, estará meditando, discutiendo con sus compañero y preparando su reunión de mañana con la señora Aguirre.
¿No eres acaso demócrata, Antonio Miguel? Entonces, ¿cómo puedes siquiera plantearte colaborar –sea votando a favor o absteniéndote– a que llegue a la alcaldía de Madrid una formación cuya voluntad inequívoca es acabar con la democracia? Dice la jueza retirada que sólo ha estado fuera del sistema democrático cuando aún no lo había y estaba luchando por él. Y añade: seamos serios, por favor, Madrid lo necesita. A Dios gracias el sistema democrático que vino no fue el que quería traernos esta señora y sus compañeros comunistas de los setenta, aquellos de Atocha. Ahora, a sus años, con la ayuda del Coletas y sus secuaces, cree que podrá lograrlo. ¿Es que no lo ves?
¿No eres acaso español, Antonio Miguel? Entonces, ¿cómo puedes contemplar sin estremecerte de indignación que la capital de la Nación vaya a ser gobernada por los que quieren romper España y poner sus intereses al servicio de repúblicas extranjeras? Esos que apoyan a ETA y persiguen los mismos fines son los que tú puedes meter en la Villa y Corte. ¿Has olvidado el acuerdo de tu partido y el PP en 2009 para salvar Euskadi? Pues la situación es ahora análoga en Madrid y la oferta de Esperanza es todavía más generosa que la de los populares vascos: sé alcalde, pero impide que la izquierda radical, atea y antiespañola gobierne la ciudad.
No seas ingenuo, Antonio Miguel. El diagnóstico que ha hecho Esperanza es la Verdad con mayúsculas, sin tapujos. No se trata de distinguir entre progresistas y conservadores sino entre demócratas y radicales antisistema. Y los primeros, entre los que tu partido se cuenta con todos los merecimientos históricos pese a errores pasados ya perdonados y devaneos irresponsables más recientes, han obtenido 37 concejales mientras los segundos sólo 20; dos de cada tres madrileños quiere la democracia y de ese tercio que ha votado a Podemos la gran mayoría ha sido engañada por esos lobos con piel de cordero, seducida –como con todo desparpajo reconoce Carmena– sí, pero con malas artes.
Esperanza Aguirre ha declarado que su objetivo fundamental es luchar contra la más grave amenaza que se cierne sobre nuestra convivencia, sobre nuestro futuro. Dotada de una clarividencia excelsa, asume la tarea como deber moral ineludible, renunciando con generosidad a una vida fácil alejada de la política y también a la alcaldía que le corresponde ocupar. Es obligación de todo español demócrata bien nacido sumarse a esta cruzada, pero mucho mayor es la de quienes tenéis la capacidad real de impedir que, introduciéndose en el Ayuntamiento de Madrid como caballo de Troya, usándolo como trampolín, los de Podemos culminen su diabólico plan de alcanzar el gobierno del Estado a finales de año para acabar con nuestra democracia occidental y cristiana. Entonces, cuando sea el llanto y crujir de dientes, te lamentarás de no haberlo impedido. Así que reflexiona, Carmona.
Confío en que este comentario sea totalmente superfluo pero, por si acaso, advierto de que el post es enteramente irónico. En todo caso, el asunto da para reflexionar (no Carmona, sino todos) y, desde luego, hay que reconocerle a la señora Aguirre sus dotes de estrella mediática.
ResponderEliminarPues yo diría que anda desesperada. En el vídeo sí que parece más concentrada, pero sus acusaciones cada vez son más absurdas.
Eliminar¿Cómo no va a estar desesperada? Prácticamente este es el fin de su carrera aunque ... quién sabe. También puedes interpretarla como la desesperación de una convencida demócrata ante la llegada del totalitarismo comunista ...
EliminarEntendido desde el mismo título. Y tienes razón, el señor profesor ¿de economía? en la Universidad (qué cosas, cómo está la Universidad) no sólo debe reflexionar, sino que debe actuar con urgencia: No se puede permitir que unos miserables perroflautas acaben entrando en el Ayuntamiento, para empezar. ¿Que quiere el tal Camona este (¡pim, pam, pum, propuesta!), que, usando el Ayuntamiento como trampolín, acaben entrando también en el gobierno de la nación. ¡Santiago y cierra España, coño!, uy, con perdón, que estoy en casa ajena.
ResponderEliminarComo si estuvieras en tu casa, Molón.
EliminarIronías a mi...:
ResponderEliminarhttp://www.lansky-al-habla.com/2015/05/politica-interdisciplinar.html
Ahora voy a tu nuevo post.
EliminarPor cierto, no me fio totalmente de Carmona. No me agradaba en exceso cuando le veía en las tertulias de Al rojo vivo de la Sexta; luego le oí debatir su programa para el ayuntamiento, sobre todo sus razones económicas, y me reconcilié más con él, me parecieron bien argumentadas y sólidas, aunque me sigue repeliendo un pelín su forma de estar instalado en el mundo; a continuación examine los nombres de sus compañeros de lista y mis dudas se disiparon: mucho funcionata de partido y paniaguando del poder.
ResponderEliminarA Manuela en cambio, la conozco personalmente y la valoro (la aprecio) como ciudadno. De hecho, por una vez, creo que la candidata está por encima de la ciudadanía, vamos que los madrileños casi ni la merecemos, ¡bravo por ella y afortunados nosotros!
El estilo de Carmona es, en efecto, un pelín repulsivo. A Manuela no la conozco personalmente, peor desde luego da una imagen que ya la quisieran todos los demás. De lo que me enteré durante esta pasada campaña gracias a las malediciencias de la Aguirre es de que está casada con Leira, el que fue redactor del PGOU de Madrid de 1982 (durante el contubernio comunista-socialista en el Ayuntamiento); a ese sí lo conocí a principios de los ochenta.
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