- Pero Rodri, ¿por qué me dices eso? Paripé y su gente son buenas personas.
- Esther, tú siempre crees que todos son buenas personas. No tengo ahora ganas de discutir pero créeme: en política nadie que lleve un tiempo va de buena fe. Si Facundo Paripé te ha propuesto para que encabeces su grupo, apuesta lo que quieras a que algo hay en estas elecciones que no te dicen.
- Cariño, a veces me da la impresión de que estás celoso. Simplemente necesitan gente dispuesta a dar el callo, empeñada en arrimar el hombro para desmontar este sistema corrupto del PICHi. Fíjate en lo que el Colectivo está logrando en los municipios vecinos. La denuncia de la reventa especulativa de la playa ha puesto contra las cuerdas al alcalde de San Trifón del Río. No dudes que las actuales intenciones del nuevo alcalde de Laurisilva del Estanque pretenden, entre otras cosas, desviar la atención de esa y otras chorizadas del PICHi. Por eso es importante entrar en el ayuntamiento; quién sabe si incluso, como sueña Facundo en su exagerado optimismo, nos hacemos con la alcaldía.
Amando Kalinas detuvo la grabadora y esbozó una sonrisa irónica ante el gesto ceñudo de su socio y amigo Ubaldo Pachulero, el presidente del PICHi. Tenía yo razón, afirmó, Paripé quiere tomar sus propias decisiones. Pachulero no contestó; la frente fruncida y la mirada baja eran pistas de sobra para cualquiera que lo conociese mínimamente: el presidente estaba cabreado y se esforzaba por serenar su ánimo. Pasado un rato inició, en su acostumbrado estilo seco y directo, un interrogatorio a su socio.
- ¿ Quién es esa Esther?
- Una ecologista que trabaja en el departamento de urbanismo del Ayuntamiento de Laurisilva. Esther Ronchamp Colorado; el padre, un francés irrelevante, pero la madre una Colorado ... ¿Qué te parece?
- ¿De los Colorado de Garbanzuela?
- Por supuesto, ¿de cuáles, si no? La madre es la menor de la prole de Pancracio. Dicen en Garbanzuela que cuando nació, al patriarca hacía tiempo que no se le levantaba; rumores hubo para todos los gustos, pero, claro, siempre en voz baja. Era hacia mediados de los cincuenta, imagínate. Pancracio estaba casado por entonces con su segunda mujer, un bellezón de la época. Seguro que a más de uno le habría gustado hacerle una barriga, pero mucha tenía que ser la lujuria para superar el terror que imponía el viejo. Las murmuraciones, en cambio, son más audaces y a media voz siempre han acompañado a la familia.
- Para ser lituano te gusta el chismorreo tanto como a la más chipuna de mis comadres. ¿Que coño nos interesa que hace medio siglo le hayan puesto los cuernos al cacique de Garbanzuela?
- Pues que por culpa de esos rumores, la madre de la pibita cuya voz acabas de oír fue criada entre los Colorado pero no como una más sino digamos que "bajo sospecha". Dicen que el viejo no la besó nunca y ni su propia madre la trató cariñosamente, temerosa de las iras de su marido. No es de extrañar que la chica saliera rebelde y que con apenas diecisiete años, a principios de los setenta, se escapara de casa. Fue a parar a Francia, sin duda para alejarse lo suficiente de las influencias de su poderosa familia. Casi no se sabe nada de lo que hizo allí para sobrevivir, aunque no es difícil de imaginar sabiendo cómo acabó. Murió en el 81, con sólo veinticinco años, en La Rochelle; de sobredosis. Vivía con un francés, bastante mayor que ella, el tal Ronchamp. Un individuo de mala calaña, un marino normando reconvertido a camello; sin duda era él quien, al menos en los últimos años, le facilitaba la heroína. El caso es que este Ronchamp se presentó en el verano del 82 en la casa de los Colorado a comunicar a la familia que la hija de la que hacía años no tenían noticias había fallecido en Francia dejando dos huerfanitos, un niño de dos años y una mocosilla de uno, esta Esther que Paripé quiere presentar como cabeza de lista en las municipales para Garbanzuela.
- ¡Muchacho! Si parece un argumento de telenovela venezolana. Tus servicios de información no dejan de sorprenderme, Amando. Y entonces, esta chica ¿cuenta con el apoyo de la familia Colorado a su candidatura?
- En principio sí, pero las cosas no son tan sencillas. Para una parte de la familia, la de los hijos de la primera mujer de Pancracio, Esther, como su madre, está bajo sospecha, por decirlo suavemente. Te acordarás de que a la muerte del viejo, en el 76, hubo una especie de secesión familiar. Los hijos mayores se quedaron con casi todas las tierras y exiliaron a la madrastra con sus dos hijos a la que había sido la cabaña de caza del viejo. Tampoco vayas a creer que era poca cosa; la llaman cabaña pero es un verdadero palacete en el que el cacique alojaba suntuosamente a los figurones del Régimen invitados a sus famosas partidas de caza. Pero sin ser una miseria, lo que les tocó a los segundones fue moco de pavo comparado con las propiedades de los mayores; una ladera boscosa al otro lado del barranco que limita Garbanzuela contra fincas agrarias en tentadora continuidad con el pueblo.
- Y las diferencias se agudizaron cuando, hace veinte años, la mayor parte de esa ladera boscosa a que te refieres la declaramos Espacio Natural Protegido. Fue a petición de Lucas Colorado, en pago por entregarnos la alcaldía de Garbanzuela.
- En efecto; la cosa es que los Colorado mayores no quisieron a los hijos de su hermana menor, de la bastarda, como la llamaban. No obstante, tampoco podían permitir que fuesen abandonados, ni que su historia se airease demasiado. Así que los niños fueron llevados a la cabaña con su abuela y tíos y al francés le compraron su silencio y lealtad poniéndolo como encargado de una explotación cebollera en el municipio de Valleñocos (la finca, dicho sea de paso, que nuestro viejo amigo Alexis Cachango recalificó el año pasado). Esther, pues, se ha criado al margen de la rama principal de los Colorado. De hecho, según me cuenta su novio, no se siente parte de esa familia y, cuando alguien le pregunta su parentesco con ellos, se desmarca diciendo que es de otros Colorado.
- Entonces, es la chica quien no quiere apoyarse en las influencias de su familia ...
- Esther es una buena chica y cree sinceramente en esas monsergas del desarrollo sostenible y pamplinas similares. Aunque desconoce mucho de los negocios de los Colorado, no ignora las más evidentes operaciones inmobiliarias de la familia, ejemplos claros de aquello contra lo que lucha. Si además le sumas el inevitable rencor que ha de sentir contra sus parientes poderosos, resulta evidente que ahora más que nunca les mostrará su repudio. Sin embargo ...
- Sin embargo, ¿qué?
- Que, como bien sabes, los Colorado son frontalmente opuestos a nuestro plan de fusión de Garbanzuela y Laurisilva y, según sus maquiavélicos cálculos, han decidido que les conviene tener a su sobrina como alcaldesa. Es decir, que quieren apoyar al Colectivo Voltereta pero, naturalmente, sin que se sepa que los apoyan. Sé que hace una semana Lucas Colorado y Facundo Paripé almorzaron juntos fuera de Chipunia. Conociendo a Paripé, no me cabe ninguna duda de que aceptará la ayuda de los Colorado. Es más, no descartes que les facilite información sobre nuestros planes que sólo los más cercanos deberíamos conocer.
- ¿Qué información?
- Tiene que ver con la fusión, aunque todavía no la conozco con exactitud. Sí sé que proviene directamente del alcalde de Laurisilva del Estanque.
- ¿Ricardo? Estás loco, Ricardo Palmero es de nuestros hombres mas leales, nunca nos traicionaría.
- No he dicho que nos haya traicionado, Ubaldo; simplemente me temo que ha pecado de exceso de confianza y, si me apuras, de encoñamiento propio de su juventud.
- ¿De qué leches me hablas?
- Te he dicho que Esther trabaja en el departamento de urbanismo del Ayuntamiento de Laurisilva, ¿verdad? Lo que aun no te había mencionado es que la muchacha está muy bien, que es una monada. Pues el caso es que, en las pasadas fiestas municipales, en uno de esos almuerzos de confraternización, Ricardo la conoció y quedó encoñado. Lleva tres meses acosándola; al principio eran insinuaciones educadas pero ha ido a más, tanto que Alicia, la jefa del gabinete de alcaldía, se dio cuenta. A mí Alicia me lo contó hará un mes y, la verdad, preferí no decirte nada; para qué preocuparte si podía controlarse. Así que le pedí a Ali que vigilase de cerca a Ricardo y también que procurase intimar con Esther. Esto último ha resultado muy fácil; sin duda por que la chica necesitaba desahogarse y no tenía con quién hacerlo (a Rodrigo, su novio, gracias a Dios que no le ha contado nada). Te asombrarías si supieras las patéticas escenas que ha protagonizado Ricardo; se muere por tirarse a la piba y pasa del acoso más grosero a promesas de todo tipo. Fíjate que hasta le prometió amañar los exámenes de oposición para que obtuviera la plaza de funcionaria de carrera. Sin embargo, Esther hasta ahora, se ha mantenido firme; parece, por usar tus palabras, la virtuosa heroína de una telenovela.
- ¿Me vas a decir que le contó nuestros planes de fusión para convencerla de que se acostase con él?
- No, por supuesto que no. En su encoñamiento, Ricardo la convoca continuamente y con cualquier pretexto a su despacho de alcaldía. Según me cuenta Alicia, parece que entre reunión y reunión le gusta charlar un rato con ella, insistir en su acoso, y es habitual que la retenga en su despacho mientras él está en la sala de reuniones adyacente. Lo que creo es que Esther, uno de esos días, debió oír algo que no debía sobre Garbanzuela. En el último mes, Ricardo se ha reunido con bastantes de los capitostes del municipio vecino; no es improbable que la chica viera u oyera algo que levantara sus sospechas. Quizá, avivada su curiosidad, fisgoneara entre los papeles que imprudentemente pudiera haber dejado Ricardo sobre la mesa de su despacho. No son más que hipótesis mías. Lo que no es suposición sino hecho cierto es que Esther le pasó a Facundo Paripé información confidencial sobre la fusión de los dos municipios.
- Eso es un hecho cierto, dices ...
- Sí, me lo ha dicho Rodrigo, su novio. A él no ha querido precisarle los detalles y le ha explicado que lo sabe porque le enviaron erróneamente un expediente de alcaldía. Cuando, siguiendo mis instrucciones, Rodrigo ha tratado de sonsacarle datos concretos, ella se ha violentado. Pero sí le dijo que tenía que hablar con Paripé. Por tanto, poniéndonos en lo peor, como siempre dices que hemos de hacer, demos por sentado que Paripé sabe más de lo que debería y también los Colorado.
- Es decir, que en las elecciones municipales de Garbanzuela la joven Esther va a ser, sin ella saberlo, el arma de los Colorado contra nuestros planes. Bueno, quizá sea divertido.
- Presidente, teniendo en cuenta lo que hay en juego, no me parece que divertido sea la calificación más procedente.
- Es que, querido amigo, a pesar de tus magníficos servicios de información, puede que yo sepa algo que tú todavía ignoras. No te preocupes, te lo contaré en breve; pero antes déjame que haga un par de llamadas.
- Esther, tú siempre crees que todos son buenas personas. No tengo ahora ganas de discutir pero créeme: en política nadie que lleve un tiempo va de buena fe. Si Facundo Paripé te ha propuesto para que encabeces su grupo, apuesta lo que quieras a que algo hay en estas elecciones que no te dicen.
- Cariño, a veces me da la impresión de que estás celoso. Simplemente necesitan gente dispuesta a dar el callo, empeñada en arrimar el hombro para desmontar este sistema corrupto del PICHi. Fíjate en lo que el Colectivo está logrando en los municipios vecinos. La denuncia de la reventa especulativa de la playa ha puesto contra las cuerdas al alcalde de San Trifón del Río. No dudes que las actuales intenciones del nuevo alcalde de Laurisilva del Estanque pretenden, entre otras cosas, desviar la atención de esa y otras chorizadas del PICHi. Por eso es importante entrar en el ayuntamiento; quién sabe si incluso, como sueña Facundo en su exagerado optimismo, nos hacemos con la alcaldía.
Amando Kalinas detuvo la grabadora y esbozó una sonrisa irónica ante el gesto ceñudo de su socio y amigo Ubaldo Pachulero, el presidente del PICHi. Tenía yo razón, afirmó, Paripé quiere tomar sus propias decisiones. Pachulero no contestó; la frente fruncida y la mirada baja eran pistas de sobra para cualquiera que lo conociese mínimamente: el presidente estaba cabreado y se esforzaba por serenar su ánimo. Pasado un rato inició, en su acostumbrado estilo seco y directo, un interrogatorio a su socio.
- ¿ Quién es esa Esther?
- Una ecologista que trabaja en el departamento de urbanismo del Ayuntamiento de Laurisilva. Esther Ronchamp Colorado; el padre, un francés irrelevante, pero la madre una Colorado ... ¿Qué te parece?
- ¿De los Colorado de Garbanzuela?
- Por supuesto, ¿de cuáles, si no? La madre es la menor de la prole de Pancracio. Dicen en Garbanzuela que cuando nació, al patriarca hacía tiempo que no se le levantaba; rumores hubo para todos los gustos, pero, claro, siempre en voz baja. Era hacia mediados de los cincuenta, imagínate. Pancracio estaba casado por entonces con su segunda mujer, un bellezón de la época. Seguro que a más de uno le habría gustado hacerle una barriga, pero mucha tenía que ser la lujuria para superar el terror que imponía el viejo. Las murmuraciones, en cambio, son más audaces y a media voz siempre han acompañado a la familia.
- Para ser lituano te gusta el chismorreo tanto como a la más chipuna de mis comadres. ¿Que coño nos interesa que hace medio siglo le hayan puesto los cuernos al cacique de Garbanzuela?
- Pues que por culpa de esos rumores, la madre de la pibita cuya voz acabas de oír fue criada entre los Colorado pero no como una más sino digamos que "bajo sospecha". Dicen que el viejo no la besó nunca y ni su propia madre la trató cariñosamente, temerosa de las iras de su marido. No es de extrañar que la chica saliera rebelde y que con apenas diecisiete años, a principios de los setenta, se escapara de casa. Fue a parar a Francia, sin duda para alejarse lo suficiente de las influencias de su poderosa familia. Casi no se sabe nada de lo que hizo allí para sobrevivir, aunque no es difícil de imaginar sabiendo cómo acabó. Murió en el 81, con sólo veinticinco años, en La Rochelle; de sobredosis. Vivía con un francés, bastante mayor que ella, el tal Ronchamp. Un individuo de mala calaña, un marino normando reconvertido a camello; sin duda era él quien, al menos en los últimos años, le facilitaba la heroína. El caso es que este Ronchamp se presentó en el verano del 82 en la casa de los Colorado a comunicar a la familia que la hija de la que hacía años no tenían noticias había fallecido en Francia dejando dos huerfanitos, un niño de dos años y una mocosilla de uno, esta Esther que Paripé quiere presentar como cabeza de lista en las municipales para Garbanzuela.
- ¡Muchacho! Si parece un argumento de telenovela venezolana. Tus servicios de información no dejan de sorprenderme, Amando. Y entonces, esta chica ¿cuenta con el apoyo de la familia Colorado a su candidatura?
- En principio sí, pero las cosas no son tan sencillas. Para una parte de la familia, la de los hijos de la primera mujer de Pancracio, Esther, como su madre, está bajo sospecha, por decirlo suavemente. Te acordarás de que a la muerte del viejo, en el 76, hubo una especie de secesión familiar. Los hijos mayores se quedaron con casi todas las tierras y exiliaron a la madrastra con sus dos hijos a la que había sido la cabaña de caza del viejo. Tampoco vayas a creer que era poca cosa; la llaman cabaña pero es un verdadero palacete en el que el cacique alojaba suntuosamente a los figurones del Régimen invitados a sus famosas partidas de caza. Pero sin ser una miseria, lo que les tocó a los segundones fue moco de pavo comparado con las propiedades de los mayores; una ladera boscosa al otro lado del barranco que limita Garbanzuela contra fincas agrarias en tentadora continuidad con el pueblo.
- Y las diferencias se agudizaron cuando, hace veinte años, la mayor parte de esa ladera boscosa a que te refieres la declaramos Espacio Natural Protegido. Fue a petición de Lucas Colorado, en pago por entregarnos la alcaldía de Garbanzuela.
- En efecto; la cosa es que los Colorado mayores no quisieron a los hijos de su hermana menor, de la bastarda, como la llamaban. No obstante, tampoco podían permitir que fuesen abandonados, ni que su historia se airease demasiado. Así que los niños fueron llevados a la cabaña con su abuela y tíos y al francés le compraron su silencio y lealtad poniéndolo como encargado de una explotación cebollera en el municipio de Valleñocos (la finca, dicho sea de paso, que nuestro viejo amigo Alexis Cachango recalificó el año pasado). Esther, pues, se ha criado al margen de la rama principal de los Colorado. De hecho, según me cuenta su novio, no se siente parte de esa familia y, cuando alguien le pregunta su parentesco con ellos, se desmarca diciendo que es de otros Colorado.
- Entonces, es la chica quien no quiere apoyarse en las influencias de su familia ...
- Esther es una buena chica y cree sinceramente en esas monsergas del desarrollo sostenible y pamplinas similares. Aunque desconoce mucho de los negocios de los Colorado, no ignora las más evidentes operaciones inmobiliarias de la familia, ejemplos claros de aquello contra lo que lucha. Si además le sumas el inevitable rencor que ha de sentir contra sus parientes poderosos, resulta evidente que ahora más que nunca les mostrará su repudio. Sin embargo ...
- Sin embargo, ¿qué?
- Que, como bien sabes, los Colorado son frontalmente opuestos a nuestro plan de fusión de Garbanzuela y Laurisilva y, según sus maquiavélicos cálculos, han decidido que les conviene tener a su sobrina como alcaldesa. Es decir, que quieren apoyar al Colectivo Voltereta pero, naturalmente, sin que se sepa que los apoyan. Sé que hace una semana Lucas Colorado y Facundo Paripé almorzaron juntos fuera de Chipunia. Conociendo a Paripé, no me cabe ninguna duda de que aceptará la ayuda de los Colorado. Es más, no descartes que les facilite información sobre nuestros planes que sólo los más cercanos deberíamos conocer.
- ¿Qué información?
- Tiene que ver con la fusión, aunque todavía no la conozco con exactitud. Sí sé que proviene directamente del alcalde de Laurisilva del Estanque.
- ¿Ricardo? Estás loco, Ricardo Palmero es de nuestros hombres mas leales, nunca nos traicionaría.
- No he dicho que nos haya traicionado, Ubaldo; simplemente me temo que ha pecado de exceso de confianza y, si me apuras, de encoñamiento propio de su juventud.
- ¿De qué leches me hablas?
- Te he dicho que Esther trabaja en el departamento de urbanismo del Ayuntamiento de Laurisilva, ¿verdad? Lo que aun no te había mencionado es que la muchacha está muy bien, que es una monada. Pues el caso es que, en las pasadas fiestas municipales, en uno de esos almuerzos de confraternización, Ricardo la conoció y quedó encoñado. Lleva tres meses acosándola; al principio eran insinuaciones educadas pero ha ido a más, tanto que Alicia, la jefa del gabinete de alcaldía, se dio cuenta. A mí Alicia me lo contó hará un mes y, la verdad, preferí no decirte nada; para qué preocuparte si podía controlarse. Así que le pedí a Ali que vigilase de cerca a Ricardo y también que procurase intimar con Esther. Esto último ha resultado muy fácil; sin duda por que la chica necesitaba desahogarse y no tenía con quién hacerlo (a Rodrigo, su novio, gracias a Dios que no le ha contado nada). Te asombrarías si supieras las patéticas escenas que ha protagonizado Ricardo; se muere por tirarse a la piba y pasa del acoso más grosero a promesas de todo tipo. Fíjate que hasta le prometió amañar los exámenes de oposición para que obtuviera la plaza de funcionaria de carrera. Sin embargo, Esther hasta ahora, se ha mantenido firme; parece, por usar tus palabras, la virtuosa heroína de una telenovela.
- ¿Me vas a decir que le contó nuestros planes de fusión para convencerla de que se acostase con él?
- No, por supuesto que no. En su encoñamiento, Ricardo la convoca continuamente y con cualquier pretexto a su despacho de alcaldía. Según me cuenta Alicia, parece que entre reunión y reunión le gusta charlar un rato con ella, insistir en su acoso, y es habitual que la retenga en su despacho mientras él está en la sala de reuniones adyacente. Lo que creo es que Esther, uno de esos días, debió oír algo que no debía sobre Garbanzuela. En el último mes, Ricardo se ha reunido con bastantes de los capitostes del municipio vecino; no es improbable que la chica viera u oyera algo que levantara sus sospechas. Quizá, avivada su curiosidad, fisgoneara entre los papeles que imprudentemente pudiera haber dejado Ricardo sobre la mesa de su despacho. No son más que hipótesis mías. Lo que no es suposición sino hecho cierto es que Esther le pasó a Facundo Paripé información confidencial sobre la fusión de los dos municipios.
- Eso es un hecho cierto, dices ...
- Sí, me lo ha dicho Rodrigo, su novio. A él no ha querido precisarle los detalles y le ha explicado que lo sabe porque le enviaron erróneamente un expediente de alcaldía. Cuando, siguiendo mis instrucciones, Rodrigo ha tratado de sonsacarle datos concretos, ella se ha violentado. Pero sí le dijo que tenía que hablar con Paripé. Por tanto, poniéndonos en lo peor, como siempre dices que hemos de hacer, demos por sentado que Paripé sabe más de lo que debería y también los Colorado.
- Es decir, que en las elecciones municipales de Garbanzuela la joven Esther va a ser, sin ella saberlo, el arma de los Colorado contra nuestros planes. Bueno, quizá sea divertido.
- Presidente, teniendo en cuenta lo que hay en juego, no me parece que divertido sea la calificación más procedente.
- Es que, querido amigo, a pesar de tus magníficos servicios de información, puede que yo sepa algo que tú todavía ignoras. No te preocupes, te lo contaré en breve; pero antes déjame que haga un par de llamadas.
CATEGORÍA: Ficciones
Ayyyy, has conseguido sacarme del estado de hibernación, me has despertado del todo en plena amenaza de llegada de la Gran Ola de Frío Siberiano... ¡Serás responsable de mi congelación! Muy bonito, muy bonito... Ahora tendrás que seguir la historia para mantenerme en calor o, en su defecto, regalarme una estufa.
ResponderEliminarBesazos. Y feliz año.
Un placer leerte, como siempre.
Qué buenísimo relato, Miroslav...
ResponderEliminarMe ha encantado cómo vas urdiendo la historia y tu ironía.
Y sonrío porque en estos casos, por increíble que parezca, la realidad puede incluso superar a la ficción. Y veo que lo sabes muy bien. ;)
Bravo, bravísimo.
¡Un beso! :)
Engancha, sin más comentarios. Me gusta. Espero que continue...¿si?
ResponderEliminarHace poco me contó mi padre que allá por los años 40, cuando era niño y vivía y trabajaba en una finca en el campo con su familia, una vez por semana venía un señor en su burro vendiendo cosas, entre ellas novelas por entregas, que sus hermanos mayores compraban. Y a la luz de un candil leían el capítulo y se les hacía interminable la semana que tenía que pasar hasta que volviera con la entrega siguiente. Leer esta "entrega" me ha hecho acordarme de lo que contó mi padre. Espero que no nos tengas más de una semana esperando... Y como han dicho más arriba, es verdad que la realidad supera a la ficción.
ResponderEliminarSaludos
Eso mismo he pensado yo, que para ser ficción ¡qué gran parecido con la realidad! De mentira en esta historia sólo parecen los nombres (que son un hallazgo, dicho sea de paso). De culebrón nada, ya quisieran los culebrones describir la realidad de un modo tan fidedigno!
ResponderEliminarFeliz año 2009, aunque sea con retraso.