jueves, 29 de marzo de 2012

Jesucristo Superstar y Godspell

Sería hacia finales del segundo trimestre de sexto, poco antes de las vacaciones de semana santa de 1975, que mi hermana y yo, a cargo de mis abuelos maternos desde principios de ese año, pasamos en San Sebastián. Así que tenía quince añitos y desde luego estaba lejos de aparentar los dieciocho requeridos para entrar a ver el reciente estreno madrileño de Jesucristo Superstar. No obstante, cuando mi amigo José y yo, casi sin asomo de bozo ambos y con el nerviosismo reflejado en nuestras inequívocas caras de críos, presentamos las entradas al portero del Palafox (el mejor cine de Europa, según se publicitaba presuntuosamente desde su inauguración, pocos meses atrás), éste no nos puso ninguna pega. Bastante debía llevar ya soportado el buen hombre con las manifestaciones de protesta de curas y beatas en la acera de Luchana, a pocos metros del Comercial, uno de nuestros habituales lugares de encuentro en la prehistoria de los móviles.


Heaven on their minds - Murray Head (Jesus Christ Superstar, 1970)

La película había tardado casi dos años en llegar a España. Pese a sus estertores agónicos, en el Régimen todavía tenían peso los representantes del catolicismo más montaraz, quienes no dudaban en calificar la cinta de blasfema y diabólica. Norman Jewison, el director, declaró años después que previamente al estreno la había proyectado a altos jerarcas del vaticano y que incluso una copia le había llegado a Pablo VI, obteniendo el visto bueno implícito de la Iglesia. Pero el nihil obstat de la Iglesia (suponiendo que así ocurriera) no bastaba a los cerriles católicos patrios que sólo a regañadientes aceptaban el desvaído aggionarmento posconciliar que imagino que se ocuparon de presionar lo más posible para que se prohibiera la exhibición en nuestro país y, cuando finalmente se estrenó, se esforzaron en montar patéticas algaradas que pretendían disuadir a los espectadores y sólo contribuyeron a aumentar taquilla. Por cierto, creo que fueron esas broncas (las más desagradables, como la de arrojar botellas de zotal desde el anfiteatro al patio de butacas) la presentación en sociedad de unos agresivos chavales que se dieron en llamar Guerrilleros de Cristo Rey y que adquirían nefasta fama pocos años después.

Yo había sido reiteradamente prevenido contra la peli, antes incluso de su estreno, tanto por mi familia como por mis profesores, casi todos éstos miembros del Opus Dei. Pero, desde luego, me traían al fresco esas prohibiciones y no tanto por espíritu rebelde o anticlerical, sino simplemente porque me encantaba la banda sonora y me fascinaba ver una versión rock de la pasión de Cristo. El disco, un álbum doble, lo teníamos escuchado hasta la saciedad el grupito del barrio que nos reuníamos en la casa de José, para disfrutar de la bien nutrida discoteca de sus varios hermanos mayores. Hasta habíamos traducido las letras, pese a nuestro lamentable nivel de inglés, el mismo imagino de todos los que hacían el bachillerato por aquellos años. De la lectura de esos textos sacábamos una visión algo distinta de la aburrida y meliflua que nos contaban durante las semanas santas, pero no recuerdo que a ninguno nos pareciera que se cuestionara nada fundamental ni tampoco que pecaran de blasfemos o irrespetuosos.


I don't know how to love him - Yvonne Elliman (Jesus Christ Superstar, 1970)

La controversia, en todo caso, venía ya desde el estreno en Broadway (1971) del musical de Andrew Lloyd-Weber y Tim Rice. Parece que este último, en alguna entrevista, comentó que no habían querido ver a Cristo como Dios sino sólo como un hombre (he's a man; he's just a man, canta María Magdalena) y eso encorajinó a los cristianos yanquis. Eso y las insinuaciones cuasi-sexuales de la Magdalena (aunque Jesús en la peli las soporta impávido), sus debilidades y dudas ante la inminencia del final y, sobre todo (creo yo), que Judas resultara un personaje bastante más atractivo–incluso siendo negro–. En fin, han pasado cuarenta años y ahora nos asombramos que tamañas tonterías pudieran escandalizar, cuando, ya desde hace tiempo, no es raro que las televisiones incluyas el Jesucristo Superstar en sus programaciones de Semana Santa.

Me han venido estos recuerdos de mi adolescencia porque hace poco me reencontré con otro musical de la época, también sobre la figura de Jesús y también en la estética del rock-hippy de esos años. Me refiero, claro, a Godspell que, al igual que el Jesucristo, se representó primero en teatros neoyorkinos (pero en el circuito off-Broadway) y luego se convirtió en una película. Esta la vi en video hacia finales de los setenta en Perú y, la verdad, me acuerdo muy poco (a ver si me la consigo) pero sí de que me gustó bastante menos que el Superstar. El grupo de amigos limeños de entonces coincidimos en que se trataba de un plagio barato de la de Jewison, salvo uno, Carlos, que nos aseguró que era al revés, que Lloyd-Weber y Rice se habían inspirado en Godspell, que era anterior. El asunto dio para un rato de discusión alrededor de unas cervezas, sin llegar a ninguna conclusión.


Day by day - Julie Covington (Godspell, 1971)

Mientras escuchaba estos días pasados el disco de la versión londinense de Godspell (que no está tan mal; será que me he vuelto más tolerante con la edad) evocaba aquella noche barranquina, de la prehistoria de internet. No me ha costado ningún esfuerzo enterarme de que la composición de Godspell, obra de un estudiante de la Carnegie Mellon University de Pittsburgh, Stephen Schwartz, es de 1970, mientras que Lloyd-Weber y Rice escribieron su opera-rock en 1969. Así que parece que mi amigo Carlos, a quien no veo desde hace un cuarto de siglo, estaba equivocado, pero no creo que merezca la pena decírselo. Porque lo cierto es que es más que probable, dada la casi exacta contemporaneidad de los dos musicales y la lejanía geográfica de sus respectivos autores en los momentos de la composición, que no haya habido influencias mutuas. Simplemente, ante un caldo de cultivo común entre cuyos ingredientes se contaban el rock, el movimiento hippy, un interés juvenil hacia la figura de Jesucristo, distintas personas elaboraron productos con razonables similitudes. Nada más.


By my side - Jacquie-Ann Carr & Verity-Anne Meldrum (Godspell, 1971)

martes, 27 de marzo de 2012

Mentiras neoliberales (1)

La crisis económica ha puesto en evidencia la insostenibilidad del modelo laboral español. Los problemas del mercado de trabajo lejos de ser coyunturales son estructurales, afectan a los fundamentos mismos de nuestro modelo sociolaboral ... La gravedad de la situación económica y del empleo descrita exige adoptar una reforma inmediata que proporcione a los operadores económicos y laborales un horizonte de seguridad jurídica y confianza en el que desenvolverse con certeza para conseguir recuperar el empleo ... El Gobierno encarna y sirve a los intereses generales y tiene la obligación de garantizar y satisfacer los intereses de todos aquellos que estén buscando un empleo. La reforma propuesta trata de garantizar tanto la flexibilidad de los empresarios en la gestión de los recursos humanos de la empresa como la seguridad de los trabajadores en el empleo y adecuados niveles de protección social. Esta es una reforma en la que todos ganan, empresarios y trabajadores, y que pretende satisfacer más y mejor los legítimos intereses de todos.

De la Exposición de Motivos del Real Decreto-Ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral

Tesis
Quienes crean la riqueza son los empresarios. Las empresas son las que producen los bienes y servicios que se ponen en el mercado y que son consumidos en base al equilibrio entre la oferta y la demanda en cada momento. Para sobrevivir, obteniendo los beneficios legítimos que motivan la actividad empresarial, cada empresa debe ajustar sus costes, sean de insumos como de mano de obra, a las coyunturas del mercado. El mercado de trabajo (en el que la "mercancía" es la actividad productiva realizada por el trabajador) ha de ser, en consecuencia, lo más "flexible" posible. Si se suprimen (o reducen significativamente) las rigideces laborales se estará fomentando que los empresarios creen puestos de trabajo, al disminuir su "miedo razonable" a asumir costes desproporcionados y perder capacidad de maniobra ante las coyunturas de la economía, máxime en situaciones de crisis como la presente. Ergo, las medidas de "flexibilización" del mercado laboral contribuyen positivamente a la creación de empleo. Esta conclusión viene avalada por el Pacto del Euro, que nos advierte de la necesidad de que las empresas europeas deben ser más competitivas, lo que exige salarios más bajos y condiciones laborales más flexibles, única manera de crear empleo.

Antítesis
La creación de empleo depende en muchísima menor medida de las condiciones laborales que de la demanda que exista de bienes y servicios; si no hay demanda (o es muy escasa) simplemente no hay trabajo (ni empresas). La demanda, por su parte, depende principalmente de la capacidad adquisitiva de la población y ésta, obviamente, depende de que tengan trabajo (con seguridad y salarios suficientes). En consecuencia, la "flexibilización" laboral contribuye inexorablemente al decaimiento de la demanda y, por ende, al agravamiento de la crisis económica. En la disminución del paro poco influyen las reformas del mercado laboral; lo que hay que reformar es el sistema económico y, sobre todo, el criminal, absurdo e improductivo predominio desproporcionadísimo de la economía financiera. Justo lo que no sólo no se toca, sino que se defiende y se socorre a costa de los recursos públicos.

Si no estuviera más que demostrado desde Keynes que este dogma neoliberal (que quizá he caricaturizado un poquillo con fines didácticos) es una falacia teórica, la tozuda realidad histórica se ha encargado repetidamente de demostrar lo mismo. Resulta que hay una correlación positiva entre nivel de salarios y empleo (a salarios más altos más empleo, a salarios más bajos más paro), que los países en los que más "desregulado" está el mercado de trabajo (Estados Unidos) más ha aumentado el desempleo con la crisis y viceversa (Alemania), que las políticas de "endurecimiento" de las condiciones laborales en épocas de depresión han agravado las crisis.

Conclusión
Como hace el más novato de los detectives en una novela policiaca, hay que preguntarse a quién beneficia la desregulación laboral. ¿De verdad, como asegura el reciente Real Decreto-Ley, con esta reforma todos ganamos? Puede que haya motivos justificados para sospechar que no se trata tanto de crear empleo como de avanzar un pasito más en la estrategia del capital, ésa que nos va a llevar (también a ellos) irremediablemente a la catástrofe.


Lies - The Rolling Stones (Some Girls, 1978)

domingo, 25 de marzo de 2012

Un terrorista menos

El lunes 19, poco después de las ocho de la mañana, un individuo montado en una moto Yamaha llega a un colegio judío en una zona residencial de Toulouse y dispara desde corta distancia contra alumnos, padres y profesores con una pistola de 9 mm y una colt 45. Caen muertos un padre y sus dos hijos (4 y 5 años) y la hija de siete del director del colegio. Enseguida se sospecha que el asesino es el mismo que mató el domingo 11 a un paracaidista con el que se había citado para comprarle la moto y cuatro días después a otros dos también paracaidistas en la cercana Montauban. Las investigaciones iniciales se centran en tres neonazis que fueron expulsados recientemente del regimiento de Montauban.

El trabajo de más de trescientos policías analizando la multitud de direcciones IP de quienes habían visto el anuncio de internet que puso el primer militar asesinado para vender su moto y cruzando millones de datos a toda velocidad permite identificar a Mohamed Merah, francés de origen argelino. Hacia la una de la madrugada del miércoles, una redactora de France24 recibe una llamada de un hombre que reivindica los siete asesinatos por motivos islamistas. Dos horas después, agentes de la RAID cercan un pequeño piso en la primera planta de un edificio del barrio de Cote Pavée, donde está atrincherado el presunto asesino. Según la policía, durante la noche el chico de 24 años proclama orgullosamente ser el autor de los crímenes y les asegura que resistirá para morir “como un muyahidín, con las armas en la mano para llegar al paraíso con una sonrisa”.


La manzana en la que se sitúa el edificio donde se ha escondido Mohamed, un típico complejo de viviendas sociales (calculo que construido en la posguerra) en un entorno de viviendas unifamiliares de estilo "rural". Los agentes especiales, fuertemente armados y acorazados, la cercan completamente (imagino que evacuan a todos los vecinos) y comienzan a negociar con el asesino para que se entregue. Parece que hacia la tarde noche del miércoles Merah interrumpe las comunicaciones, lo que hace pensar a la policía que pudiera estar muerto. Hacia las nueve de la noche del miércoles se apagan todas las luces del barrio; dos horas y media después se hacen detonar explosivos. En un principio se dice (por varias autoridades) que ha empezado el asalto pero luego se desmiente: se trata sólo de intimidar al terrorista para que se entregue. También se dice que la puerta de acceso a la vivienda ha sido reventada. Sin embargo los agentes no hacen nada (por ejemplo, ahumar el apartamento de con gases); se limitan a esperar.

Durante toda la noche no pasa nada. Hacia las ocho de la mañana del jueves, la radio les dice a los franceses que Merah sigue vivo, atrincherado tras la puerta del cuarto de baño (más tarde la cadena Europe 1 facilitará un plano del piso –38 m2– en el se ve que dicha puerta abre al vestíbulo, apenas a dos metros de la principal). Hacia las nueve y media de la mañana, Guéant, el ministro del Interior, se reúne a escasos metros del edificio con los jefes policiales y judiciales de la operación; probablemente es entonces cuando deciden el asalto: ¿siguen manteniendo el "objetivo prioritario" de cogerlo vivo? A las once se han escuchado explosiones, aparece una ambulancia y un coche de bomberos y los RAID entran en el apartamento. Poco antes de las once y media se escucha una gran explosión, seguidas de varias más y de muchos disparos; unos minutos después la agencia AFP, citando fuentes policiales, afirma que el terrorista ha muerto y que tres agentes han sido heridos de gravedad.

Al mediodía Géant hace unas declaraciones en las que cuenta que los policías entraron lanzando granadas sin que hubiera respuesta por parte del asesino, que pasaron unas cámaras especiales por la vivienda para descubrir dónde estaba sin éxito, que repentinamente Merah salió del cuarto de baño disparando con una violencia como jamás habían visto los agentes (el cuerpo de elite), y que tras un breve tiroteo saltó por la ventana mientras seguía disparando (un primer piso). Algo después, Sarkozy justifica la actuación policial (además de añadir sus perlas sobre penalizar a quienes visiten webs que inciten a la violencia y al terrorismo). El fiscal jefe de París, François Molins, contó más o menos la misma versión, añadiendo que el asesino había recibido, "en legítima defensa", un tiro en la cabeza cuando saltaba por la ventana. Posteriormente, la autopsia reveló que Merah recibió veinte balazos, dos de ellos mortales de necesidad, y la mayoría por la espalda. Los GEO franceses dispararon 300 cartuchos contra 30 de la colt 45 del islamista.


Como ya se ha dicho en varios medios de comunicación, la operación policial no fue nada eficiente. A mí, desde luego, me resulta inconcebible que, como declaran los responsables políticos, no hayan podido capturarle vivo. Estoy convencido de que, al menos desde la reunión previa al asalto con el ministro del Interior, se había decidido ejecutarlo. Que hablen de legítima defensa o sigan manteniendo que el objetivo era detenerlo me parece una gravísima tomadura de pelo, proclamada desde la seguridad de que lo que la mayoría de los franceses (o cualesquiera) quieren ante crímenes de este tipo es la más pronta y radical venganza. Sospecho que los cálculos electoralistas pudieron influir en la decisión y habrá que ver si este asunto pasa factura a Sarkozy o, por el contrario, le favorece. Me temo que es más probable la última hipótesis, pues se va asentando cada vez más la legitimación del Estado de liquidar directamente a los criminales sin necesidad de capturarlos para llevarlos a juicio (doctrina Obama). Esto no sólo significa un descarado desprecio de los fundamentos elementales en que basamos la justicia, sino una confianza ciega y estúpida de los ciudadanos en los gobernantes: haced lo que creáis que haya que hacer para acabar con esos asesinos monstruosos y contadnos las milongas que primero se os ocurran, no os molestéis en que sean verosímiles, que nos las vamos a tragar encantados.

Porque son ellos quienes nos cuentan la historia, hurtándonos casi toda posibilidad de verificar su veracidad. Y es que, si estoy convencido de que quisieron matar a Merah y de que, por lo tanto, nos han mentido, me surgen necesariamente dudas sobre todo lo demás. ¿Qué fiabilidad puedo darle a que el chico fuera el asesino del colegio? ¿Lo que me cuenta la policía? ¿Es absurdo pensar que había algún motivo sórdido para no llevarle a juicio? Sí, ya sé, así nos deslizamos hacia la conspiranoia delirante, pero es que abundan los indicios (éste es sólo un caso más) que inducen a pensar que hay demasiadas relaciones entre terrorismo y antiterrorismo, que hay demasiados intereses , que tienen que ver con el poder y el dinero, en esta guerra sucia, en este fomento del miedo y de los más bajos instintos colectivos para legitimar, en nombre de la seguridad ciudadana, la actividad arbitraria e impune del Estado.


Corale cantico - Antonella Ruggiero (Luna Crescente, 2001)

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Publicidad engañosa?

El jueves, de vuelta a casa, me percaté de que en la parada terminal del tranvía había un anuncio nuevo, éste cuya fotografía adjunto. Se trata de metapublicidad porque publicita la propia publicidad. O, si se prefiere, un auto-anuncio porque se vende a sí mismo como soporte para vender lo que le dé la gana a quien lo alquile. El reclamo es esa cifra, 13.973.000, que en letras pequeñas al pie del cartel (no se puede leer debido a que la foto la tomé de noche y con el móvil) se dice que corresponde al número de personas que en un año ven ese anuncio. Imagínese, vendedor de lo que sea, cuántos podrán ver la imagen de su producto si tiene el buen criterio de arrendarle a la compañía pública Metropolitano de Tenerife este privilegiado soporte.

¡Casi catorce millones de personas! Realmente increíble, tanto que desde luego no me lo creí. Según datos de la propia empresa, esa parada recibe un total de 5.000 pasajeros al día que equivalen aproximadamente a 1,8 anuales, que estoy dispuesto a subir a dos millones porque el dato es de hace dos años. La primera mentira es que los casi catorce millones son el total de usuarios anuales del tranvía, no los que se bajan o suben en esa parada. Pero es que, además, se me antoja imposible que en una isla que ronda el millón de residentes (y cinco millones de turistas anuales) haya catorce millones de usuarios del tranvía. Naturalmente, como es costumbre en las estadísticas de transporte y movilidad, cada vez que un pasajero usa el tranvía cuenta como persona; es decir que yo, por ejemplo, contribuyo a esa mentirosa estadística con 400 personas. Supongo que la media de viajes al año por persona será inferior, porque, si no, apenas un 3,5% de los tinerfeños (sin contar a los guiris despistados) usaría nuestro transporte público más fashion. Haciendo algunos tanteos, calculo que el número de personas "distintas" que un año pueden subir/bajar al/del tranvía en la parada de La Trinidad (que es en donde luce el anuncio) quizá llegue, tirando hacia arriba, a 25.000. O sea, que el dato está inflado en más de 50 veces. ¿Debería denunciarse como publicidad engañosa?

Esa era mi primera idea, pero luego me di cuenta de que en realidad los publicistas del tranvía nos estaban haciendo que reparáramos en una verdad evidente que, no obstante, solemos pasar por alto. Una verdad profunda, además, de ésas que te hacen reflexionar e incluso cambiar tus estereotipados planteamientos vitales. Y no es otra que, en efecto, cada vez que me bajo o subo en La Trinidad soy una persona distinta, soy otro yo, capaz de reinventarme desligándome de cualquier atadura previa, de descubrirme diverso, si no en mi miserable corporeidad, sí en todos los pensamientos (por llamarlos de alguna manera) que conforman mi sistema operativo. Y, claro está, cada uno de los cuatrocientos yoes que en un año pasa delante de ese soporte publicitario de la estación terminal de La Laguna cuenta en buena lógica como un potencial comprador de lo que allí se anuncie. No es muy descabellado pues prever que al menos uno de tantos Miroslavs picará en el anzuelo consumista y, digo yo que de publicidad no sé casi nada, que no está nada mal una tasa de éxito de uno cada cuatrocientos.


Sell sell - Alan Price (O Lucky Man!, 1973)

viernes, 16 de marzo de 2012

Autocompasión morbosa

La botella de ginebra acabada y yo, aquí, mirando como un gilipollas el vacío, asumiendo poco a poco el fracaso. Qué mierda me importa la vida, mi vida de mierda; no, no me importa nada.

Suena una y otra vez la misma canción machacona, melodía que me horada el cerebro, me revuelve los sesos. Duele sí, y más a ese volumen, duele pero me gusta y no quiero que deje de sonar, que no cese de arañarme los pensamientos hasta que sangren.

Tarde dominguera de agosto en la ciudad deshabitada. Ropa esparcida bañada en sudor, platos sucios, restos pringosos de pasta. Pesa el calor, calor húmedo que convierte en gelatina las imágenes, los recuerdos. Morbo y una cucaracha que salta del auricular del teléfono zumbante. No contesto, que el mundo se vaya al carajo.

Sé que no era ella. ¿Y si era? Grito, aúllo, rabio de indignación contra mi insufrible debilidad. No era ella, no era ella, no era ella ... Abrirme la cabeza, partirla en dos como un melón, y arrancarla, pero no puedo. Grito de nuevo y mis puños golpean el cráneo frenéticamente. Lloro con patéticos hipidos. Asco.

Brindo por ella, la que no volvió, la que no volverá. Un último vaso de vodka con hielo. Ya no me quedan botellas, se me ha acabado el tabaco, algo tengo que hacer. En el suelo los añicos de la tele, los libros rasgados, miles de cristales de copas y vasos, nada falta por destrozar. ¿Salir a la noche abierta?

Sólo puedo seguir aquí, vomitar en el váter, arrojar al desagüe bilis empapada de ira. Sólo puedo revolverme en mi dolor y descubro que me alegro de sentirme tan mal, tan triste. La infelicidad me abraza, me ama como nunca me han amado y yo la deseo como nunca lo he hecho, como a la más voluptuosa de las mujeres. Río, carcajada ancestral, y entiendo.

Basta con abandonarse. Doy una patada al estéreo y, al cesar la música, oigo las sordas palpitaciones de mis vísceras, ruidosas, apremiantes. Ansío los besos acariciadores de esta única amante fiel. Las lágrimas me mojan la cara. Pienso en mi funeral y por un rato me emociono.

Una última idea me asalta y sonrío alegre. Os lego los remordimientos. Mientras camino hacia la ventana os imagino cuando me encontréis, cuando os enteréis. El pobre diablo que a nadie importaba habrá puesto vuestro mundo boca abajo. Ahí os quedáis, amigos, lo que está hecho, está hecho.


Pernod - Enrico Ruggeri, Dente (Le Canzoni ai Testimoni, 2012)

Enrico Ruggeri es un cantautor italiano, de músicas densas (rock tirando hacia el punk o el progresivo) y textos sugerentes. Hacia finales de los setenta, cuando rondaba los veinte años y era miembro del grupo milanés Decibel, compone el tema que he subido a este post. La historia que cuenta es, con algunas variaciones, la que he escrito (o, dicho de otra forma: lo que he escrito viene a ser una reinterpretación poco imaginativa del más escueto texto italiano). Un estado de ánimo y unos pensamientos morbosos propios sólo de esas edades tempranas, pienso yo. En fin, una excusa para recomendar (en mi afán divulgativo de la música italiana tan poco conocida por estos lares) que escuchen esta canción, interpretada a duo con Dente (también cantautor, pero veinte años más joven), en una versión que mejora la original.

martes, 13 de marzo de 2012

Mi "amigo" el banquero

A Amaranta

Hasta llegar al tee del 4, Francisco González –Paco, como me había pedido que lo llamara– no entró en materia. Me elegiste a mí, Miroslav, como ejemplo, casi caricatura, de la injusticia del capitalismo, como paradigma sangrante de la desmesura salarial de los banqueros. Hace cinco años de aquel post tuyo, pero lo leí con retraso y luego, ya sabes, la agenda demasiado apretada, las ansiedades de esta crisis necesaria. Sin embargo, llevo tiempo buscándote un hueco para este encuentro, me interesaba mucho hablar contigo, señalarte algunas consideraciones que omites en tu artículo y que, como hombre ponderado que me consta que eres, sé que valorarás en su justa medida. Antes de nada, te reitero mi agradecimiento por acudir a esta cita; confío en que no te esté causando demasiados trastornos y que el viaje te haya resultado agradable. Sí, desde luego, contesté a la última pregunta (¿para qué detallarle mis miserables quehaceres?), el avión del banco era comodísimo y hasta hoy no había probado nunca el caviar auténtico.

Mira, continuó, me gustaría que vieras la cuestión menor de nuestros altos sueldos en su marco global y, sobre todo, con perspectiva histórica. El capitalismo, es cierto, se basa en la desigualdad e incluso he de admitirte que la exacerba; cuanto más diferencias haya más potencia adquiere la economía, del mismo modo que la cantidad de energía hidroeléctrica que genera una presa es proporcional a la altura de la presa. El progreso económico (y con él el social), como todo movimiento, requiere el desequilibrio. Pero, de otra parte, hay otros movimientos de mayor espectro a los que llamo envolventes históricas que, contrariamente, tienden a una mayor igualación entre los hombres, a una creciente generalización del bienestar, que fomentan los valores de la espiritualidad frente a la materialidad, la cooperación frente a la competitividad, el amor frente al egoísmo. Por paradójico que te parezca, el capitalismo, con su aparente (e innegable a corto plazo) efecto desigualador, se enmarca en esa tendencia igualadora histórica y, es más, es el motor que impide que se detenga.

Conoces de sobra la historia, cómo nace el capitalismo, tan ligado desde sus inicios a los bancos (o embriones de bancos, si hemos de ser precisos), allá por el XVI. Las distintas rupturas revolucionarias de toda índole del proceso que, no lo olvides, se enfrentaba a una sociedad feudal (de la cual, por cierto, aún hoy día quedan residuos) muchísimo más injusta. Fue por tanto un movimiento en el sentido de la envolvente histórica que te mencionaba. Con crueles desgarros, desde luego, no hace falta más que repasar las condiciones de vida de los trabajadores de las primeras industrias, los obreros de Manchester en la primera mitad del XIX, por ejemplo. Pero los detalles de las vidas individuales, por más que sean tantísimos, no deben impedirte ver el conjunto, la dirección, lenta en términos de una vida humana pero continua, en que evoluciona nuestra especie. Y ésta, insisto, es la adecuada.

Me acabo de referir a los desharrapados, poco más que parias, de las ciudades inglesas al principio de la era victoriana. Sólo medio siglo más tarde, las condiciones de sus vidas habían cambiado a mejor de modo muy significativo. Dirige la vista ahora hacia los estratos menos favorecidos de nuestra sociedad; apenas ha pasado un siglo desde la que se llamó entonces la Gran Guerra, fractura brutal en la psique colectiva, y nada tienen que ver con las clases trabajadoras hacia el final del reinado de Victoria, y no digamos con nuestros paisanos de entonces. Pero, en el otro extremo de la escala social, ¿crees acaso que los ricos actuales lo son (o somos si me incluyes entre ellos) más que los poderosos de hace cien años? ¿Crees que yo podría, como era norma entre quienes ocupaban posiciones similares a la mía en la Inglaterra de principios del XX, vivir en una mansión de más de doscientas habitaciones, con una biblioteca atestada de incunables, colecciones de cuadros y esculturas de los más preciados artistas, jardines de varias hectáreas estilo Renacimiento italiano, cuadras de caballos de pura sangre y tantas más cosas? Es verdad que mi sueldo puede ser mil veces superior a un sueldo medio, e incluso más si lo comparamos con los de esos jóvenes que ahora han dado en llamar nimileuristas. Sin embargo, para los equivalentes individuales medios en la sociedad europea hacia 1900 esa proporción podía ser fácilmente de uno a diez mil. ¿No demuestra este simple dato que el mismo capitalismo, el que genera el desequilibrio que tan grande te parece, evoluciona hacia una mayor igualación?

Yo, amigo Miroslav, cumplo mi papel en el sistema, contribuyo conscientemente a impulsar la evolución de la humanidad hacia una sociedad más justa, hacia un mundo mejor. Cobro lo que cobro porque así ha de ser necesariamente, porque ése es el sueldo que me corresponde en el nivel de desequilibrio en que se encuentra el sistema económico en estos momentos. Cumpliendo mi función (entre la que está cobrar el sueldo que a tantos escandaliza) contribuyo al imprescindible movimiento del capitalismo y, consecuentemente, a insuflar la única gasolina posible, al menos de momento, para el progreso del bienestar humano. No sé si sabes, y me parece otro síntoma relevante de que el modelo económico avanza en la dirección acertada, que yo no provengo de ninguna familia poderosa, de esas vinculadas a la posesión de bienes inmuebles o al gran capital (como mi colega Botín, por ejemplo); soy para muchos un advenedizo. Nací en una pequeña ciudad, poco más que un pueblo, del centro de Galicia, estudié económicas, trabajé en los ordenadores cuando la informática estaba todavía en pañales, allá por los setenta, me metí a trabajar en bolsa, formé mi propia empresa, me hice valer por mis propios méritos y por mi capacidad de trabajo ... ¿Crees que tengo algo que ver con los capitalistas de hace un siglo?

Hay que ver las cosas con perspectiva histórica, te repito. Hay que ser consciente de que cada uno de nosotros cumplimos un mínimo papel en la asombrosa y apasionante historia de la humanidad y que ésta, no lo dudes, va a mejor. La justicia se va acrecentando a través de lo que a muchos, aquejados de miopía, les parecen flagrantes injusticia. Como bien dicen los curas (en el Vaticano es donde mejor lo saben), Dios escribe derecho en renglones torcidos. No conduce a nada bueno tratar e enderezar los renglones, como demagógicamente claman algunos insensatos, por más que entienda sus indignaciones. Dejemos que Dios (no hace falta que te aclare la metáfora) siga escribiendo e iremos comprobando como los renglones van estando menos torcidos.

Un par de horas más estuvimos hablando Paco y yo. Luego (las apreturas de su agenda) tuvo que irse. Le prometí que reflexionaría sobre la necesidad de una mayor perspectiva histórica antes de opinar precipitadamente. Y también que haría constar sus palabras en este blog. A lo mejor, hasta deja un comentario.


Bankrobber - The Clash (Black Market Clash, 1980)

PS: Francisco González, para quien no lo sepa, es el presidente del BBVA, una de las mayores entidades bancarias españolas, con 107.000 empleados y unos 47 millones de clientes (yo no estoy entre ellos).

domingo, 11 de marzo de 2012

La generación mejor preparada de la historia

Las páginas centrales de El País de hoy albergan un largo reportaje (lo largo no es sinónimo de riguroso) dedicado a los efectos de la crisis sobre los jóvenes, entendiendo como tales los comprendidos entre 18 y 34 años. El paro juvenil en España es prácticamente del 50%, poco más del doble de la media nacional, mientras que en Europa está en el 22,4%. Esta comparación, sin embargo (y a pesar de lo que insinúa el reportaje), refleja el mismo comportamiento del desempleo juvenil en España y Europa, ya que allí también la tasa es poco más del doble que la media general (el 10,1%). O sea, que pareciera que la intensidad relativa con que se ceba la crisis en los jóvenes es más o menos igual en España que en el resto del continente. Naturalmente, los jóvenes españoles lo de encontrar trabajo lo tienen dos veces peor que sus coetáneos europeos, pero es que un español de cualquier edad también lo tiene dos veces peor que cualquier europeo. Por tanto, atendiendo sólo a las cifras estadísticas aportadas por El País, no cabe deducir que la mayor incidencia del paro entre la juventud sea una especificidad española, sino común a toda la zona Euro (habría que fijarse en la distribución de las tasas relativas por países). Como en España la tasa de paro es muchísimo mayor que la media europea, también lo es el problema entre los jóvenes.

Pero que no sea algo específico de nuestro país no quita para que sea preocupante. El reportaje ni siquiera se atreve a dar ninguna conjetura explicativa. Supongo que parte del motivo radica en que una gran proporción de los jóvenes en paro están en busca de su primer empleo, mientras que ese porcentaje ha de ser muchísimo menor entre los mayores de 34. Como la entrada neta de personas en el mercado laboral (muy mayoritariamente jóvenes a los que hay que restar quienes se jubilan) es muchísimo mayor que el incremento de la oferta (que en la actualidad es descaradamente negativo), parece lógica la mayor incidencia del paro en la juventud. Sería interesante, a estos efectos, conocer el porcentaje de paro de ambos grupos de edad (jóvenes y no jóvenes) entre los que ya han trabajado; probablemente, las diferencias no serán tan llamativas, e incluso puede que resulte que un despedido mayor de 34 lo tenga peor por término medio que uno menor (pero no tengo datos).

Sin embargo, dado que los jóvenes con poca o ninguna experiencia laboral son, como se dice, mano de obra barata, a los que se puede contratar por muy poco dinero y en condiciones precarias, no deja de extrañarme que los empresarios en estos tiempos de crisis y de despido fácil no opten masivamente por "amortizar" a sus empleados carrozas y sustituirlos por chavalillos. Máxime cuando, como se repite hasta la saciedad, se trata de la generación mejor preparada de la historia de España, con altísimos porcentajes de titulaciones universitarias, masters, dominio de idiomas y qué sé yo cuantas ventajas más. Diré, de entrada, que la empresa de la que formo parte (y yo mismo) está convencida de que nos interesa fichar gente joven, y no precisamente por que nos supongan menores costes laborales. De hecho, para llevar a cabo el proyecto en el que andamos agobiados hemos incorporado a unos veinte chicos (bueno, mayoritariamente chicas), todos con muy poca experiencia laboral y casi todos en la primera parte de sus treintenas. Pues bien, de lo que llevo viendo durante al menos los últimos diez años, tengo la impresión, aunque no sea políticamente correcta y desde luego no pretendo darle valor general, que esta generación no sólo no es la mejor preparada de la historia sino que lo está peor que las precedentes, la mía sin ir más lejos.

Por supuesto, si el nivel de preparación se mide por los títulos universitarios, mi opinión es insostenible, ya que está fuera de toda duda que el número de licenciados es el mayor que nunca ha habido. Habría no obstante que preguntarse si la calidad de la educación ha ido a mejor durante las últimas décadas y eso, yo al menos, no me atrevería a afirmarlo. Hace unos días, en su interesante blog Juan de Juan publicó un post sobre los contenidos curriculares del antiguo bachillerato (el que me tocó a mí) e ironizaba sobre la diferencia con lo que aprenden hoy los chavales en los Institutos (y eso que se ha alargado la duración de la enseñanza secundaria desde mi época). No sé si será para tanto, pero de lo que doy fe es de que lo que le tocó empollar a mi hijo (que ahora está a punto de cumplir veintisiete) entre los catorce y los dieciocho era bastante más light que lo que di desde tercero a sexto de bachiller, muy en especial en las asignaturas que antes se etiquetaban como humanidades. Pero el indicador que más me hace sospechar que el nivel educativo español ha ido hacia abajo es lo mal que, por regla general, redactan los universitarios, mucho peor de lo que por término medio redactábamos a su edad los de mi generación. Puede que algo tenga que ver, digo yo, que durante la enseñanza reglada no se "obligue" a leer tanto como a nosotros nos obligaban pero, se deba a lo que se deba, de lo que estoy convencido es de que hay una alta correlación entre la calidad redactora y la capacidad para razonar, para pensar ordenada y "eficazmente".

Sin embargo, que no comparta lo de que ésta es la generación más preparada de la historia no obedece a las presuntas carencias educativas pues, al fin y al cabo, nadie sabe nada (o apenas) útil para el mundo laboral al acabar la carrera y todos empezamos a aprender a partir de ahí. No, en lo que yo he notado más deficiencias en muchos chavales entre veinte y treinta años menores que yo es en lo que, a falta de ocurrírseme ahora un término mejor, llamaría "actitud". ¿A qué me refiero? Pues a una mezcla de ganas de aprender y de trabajar, de fortaleza de carácter, de conocimiento de sus inevitables limitaciones (al que no contribuye ese continuo ensalzamiento de su alto nivel formativo) y voluntad de superarlas. Necesitaría escribir otro post para explicar esta impresión mía pero baste ahora un ejemplo, referido a un asunto concreto: una chica de treinta y dos años que trabaja en nuestra empresa desde hará unos seis años y que hace unos meses me comentó que el sueldo que cobraba le era insuficiente para cubrir sus "necesidades". Ese fin de semana se lo comenté a K, quien lleva casi treinta años, desde que acabó la universidad, trabajando de profesora de primaria y ganando en la actualidad más o menos la misma cantidad. Las diferencias objetivas entre ambas son clamorosas: veinte años de edad, una soltera y otra divorciada con una hija a la que ha mantenido (y sigue manteniendo) sin ninguna ayuda económica del padre, K. con una hipoteca que ha terminado de pagar hace unos meses ...

Me doy cuenta de que con este post parecerá que guardo algún tipo de resentimiento hacia los jóvenes o que muestro una inaceptable insensibilidad hacia los oscuros nubarrones de su presente y futuro. En absoluto. Deseo mucho y por muchos motivos (algunos bastante egoístas) que esta generación mejore sus perspectivas laborales. Pienso que lo tienen bastante más jodido de lo que lo tuvimos nosotros, hacia principios de los ochenta, cuando empezamos a trabajar. Pero también pienso honestamente que están, en términos generales, peor preparados de lo que estábamos entonces. Ahora bien, es muy posible que yerre.


Room full of mirrors - Jimi Hendrix (Voodoo Soup, 1995)

PS: También por El País de hoy me entero de que ha muerto Moebius (o Jean Giraud, como primero lo conocí cuando de crío leía las aventuras del teniente Blueberry), uno de mis dibujantes favoritos. Por los buenos ratos que me ha dado, merecería que le dedicara un post y no este breve post scriptum, pero ya es tarde y estoy cansado. Tan sólo se me ocurre subir este tema del ya hace tanto malogrado Jimi Hendrix, que por su título y música bien podría acompañar la lectura de alguna de sus delirantes y "metafísicas" historias. La portada del album del que proviene –Voodoo Soup, publicado veinticinco años después de la muerte del genial guitarrista– fue elaborada justamente por Moebius, así que creo que viene ni que pintado.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Interrupción apostólica matutina

Esta mañana, en mi casa, recluido escribiendo sobre mecanismos de gestión urbanística en suelos más o menos consolidados por edificaciones pero con tremendas deficiencias de urbanización, exprimiéndome los sesos en busca de alternativas viables que puedan justificarse en el rígido sistema legal, carente de herramientas para los problemas actuales del urbanismo (está todo basado en la urbanización de terrenos rústicos, igual que la economía: en la hipótesis absurda de un continuo crecimiento; sin embargo, ningún instrumento útil para intervenir en la ciudad existente que es justamente la asignatura pendiente). Pero no va de urbanismo el post que ya sería lo que me faltaba; al fin y al cabo este blog es una de mis vías de escape, de desconexión. De lo que va es de que suena el interfono, serían las once, y una voz femenina me espeta: Buenos días, caballero, ¿no piensa usted como yo que en estos tiempos no es frecuente creer en nuestro creador?

Me sorprendo, claro, pero reacciono sin titubeos. Deduzco de su pregunta, le digo, que usted cree que hay un creador y cree también que actualmente poca gente cree que lo haya. En efecto, señor, eso es exactamente lo que creo. Ya, me alegro de haber entendido correctamente las premisas de su pregunta y, concretando ésta, lo que quiere saber es si yo las comparto, ¿no es cierto? Pues, sí (noto una cierta duda en su voz). Permítame antes que le pida que me defina qué entiende usted por nuestro creador. Obviamente me refiero a Dios (ligerísimo tono de enfado). Bueno, es que el concepto Dios se me hace todavía más difuso, así que, para evitarnos confusiones, déjeme que me asegure de que sé de lo que habla: ¿es usted cristiana? Naturalmente, por eso estoy aquí, para predicar la palabra de Jesús. Vale (una testigo de Jehová, fijo), en tal caso creo saber cuál es su concepto de Dios, "nuestro creador". Si me dejara subir a su casa, caballero, podríamos continuar más cómodamente esta conversación; tengo además algunas publicaciones que me encantaría ofrecerle ... Discúlpeme, le interrumpo, pero primero me gustaría responder a su pregunta inicial, si no le importa. ¿Mi pregunta inicial (por un momento se ha desconcertado)? Si, claro, lo de si yo creo, como usted, que hay poca gente que crea en Dios. Ah, sí es verdad (voz algo cansina), dígame. Pues la verdad es que depende de lo que entendamos por poca gente; a usted, ¿a partir de qué porcentaje de ateos respecto de la población total considera que hay pocos creyentes? Bueno, señor, no se trata de porcentajes; lo cierto es que hoy en día muy pocas personas son verdaderos creyentes, muy pocos atienden la llamada de nuestro creador y le dejan entrar en sus vidas. Huy, la interrumpo, me está cambiando la cuestión, parece que cuando afirma que hay pocos creyentes está acotando esta categoría a un grupo específico de éstos, los creyentes activos, si le parece bien llamarlos así. Prefiero calificarlos de verdaderos creyentes. Bien, la entiendo, pero ahora déjeme que le pregunte: ¿no piensa usted como yo que en estos tiempos hay muy pocos ateos, o sea, gente que cree que no hay Dios? (Silencio que rompo temiendo que se haya asustado): Quiero decir que en mi opinión son muchísimas más las personas que creen que existe Dios que las que niegan su existencia, porque ¿no irá a decirme que quienes no son "verdaderos creyentes" son todos ateos? (Oigo unos cuchicheos y enseguida con una voz casi suplicante): Caballero, si no le molesta, preferiría que siguiéramos esta conversación en su domicilio, si usted me permitiera subir ... Un momento, le digo, no se retire.

Me levanto y descorro discretamente la cortina. Abajo, en el portal, hay dos mujeres. La que está junto al interfono es una chica joven, vestida con muy mal gusto, pero bastante guapa. La otra una cincuentona de cara avinagrada ataviada con un vestido negro. Ambas cargan bajo los brazos un montón de revistas. Vuelvo al telefonillo. Señorita, ¿sigue ahí? Vale, no tengo inconveniente en que sigamos conversando en mi casa, ahora mismo le abro, pero suba usted sola. ¿Cómo? No señor, no puedo hacerlo, somos dos y siempre hemos de ir juntas. ¿Por qué? ¿Temen acaso que le haga algún daño? No, no es eso, pero así lo tenemos establecido. Pues me parece una tontería, perdone que se lo diga. Mientras usted habla conmigo de nuestro creador, su compañera puede hacer lo mismo con otro vecino y la predicación doblaría su efectividad. Además, yo he hablado con usted y de seguir esta charla es sólo con usted con quien estoy dispuesto a hacerlo. Lo siento, señor, pero en esas condiciones no puedo acceder; no obstante, le agradecería que me abriera el portal para dejar algunas revistas en los buzones cuya lectura puede serle útil a usted y sus vecinos para profundizar en estos asuntos. Me temo que no puedo, señorita, en esta comunidad tenemos acordado no abrir a quienes reparten publicidad. Buenos días.

No, la conversación de los dos párrafos en violeta no ha ocurrido más que en mi imaginación. Lo cierto es que a la verídica pregunta inicial de la chica mi contestación, en un tono cortante para inmediatamente colgar el interfono, fue que yo no creía en ningún creador. Pero no se piense que esta ficción es inverosímil porque hace ya unos veinte años sostuve en mitad de la calle otra de parecido tenor, aquella vez con un mormón jovencito y rubio de pelo muy corto. Si no hubiese sido porque andaba demasiado enfrascado en mis redacciones urbanísticas, hasta me habría divertido recrear la experiencia. Lo que sí hice fue levantarme y comprobar a través de la ventana cómo las tías se pasaban un buen rato llamando a los distintos pisos de mi edificio sin, presumiblemente, obtener de ninguno de mis vecinos satisfacción a sus demandas, pues el portal no se abrió y finalmente echaron a caminar calle abajo, inmunes al desaliento hacia el siguiente objetivo. En fin, voy a tener que darle la razón en que hay poca gente interesada en que le hablen de nuestro creador; algunos hasta prefieren leer libros sobre la evolución.


Credo - Mia Martini (La neve, il cielo, l'immenso, 2005)

martes, 6 de marzo de 2012

Hoax y adopción de cachorros

Todos los días hay que aprender algo nuevo, sí señor. Hoy, por ejemplo, me he enterado de que existe un término inglés, hoax, para referirse a los bulos maliciosos y, específicamente, a los que se difunden por internet. Por cierto, es curioso que los significados de bulo (noticia falsa propalada con algún fin) y bula (documento pontificio) sean tan ajenos entre sí, salvo que nos pongamos anticlericales y afirmemos que las bulas tienen mucho de bulos. Consulto mi Corominas y compruebo que, como cabía esperar, ambos comparten el mismo origen etimológico, que no es otro que la palabra latina bulla (bola) que nos llegó al a través del occitano ya hacia finales de la Edad Media (antes a las bolas las llamaban pellas en Castilla, que todavía se usa pero sólo en su acepción referida a las masas compactadas en forma redonda). Los documentos pontificios se bautizarón por la esferita de plomo que pendía de los mismos, claro caso de metonimia. Que el término bola adquiriera el significado coloquial de mentira parece que se explica por ser una "metáfora natural" de ésta (Corominas dixit), en tanto cosa hinchada y por ende falsa, con probable origen en el francés y adoptada relativamente tarde por el castellano (hacia el XVIII). Pero no cree mi etimólogo de cabecera que se pasara a la más precisa acepción de bulo a partir de bola, sino del término gitano bul, que significa porquería; hipótesis ésta que sugiere que ya desde su inicio se habrían asignado los bulos a la categoría de las cosas hediondas.

Decía, para no seguir por las ramas nada más empezar, que hoy me he enterado de que internet, entre tantas otras cosas, alberga multitud de bulos maliciosos, anzuelos a la espera de que piquen los muchísimos incautos que nadamos en este inmenso mar virtual. Según una encuesta de la Asociación de Internautas de 2009 (no he encontrado otra más reciente) el 70% de los usuarios españoles de internet se traga los hoax o, al menos, duda sobre su veracidad. Supongo que se debe a que suelen ser "noticias" que impactan, muchas veces alarmantes, y pareciera que tenemos la tendencia a tragarnos lo que nos alarma ("si el río suena, agua lleva", "piensa mal y acertarás", etc). De otra parte, como bien sabía Goebbels, una mentira, si se repite suficientemente, acaba siendo verdad, y con frecuencia damos más credibilidad a los bulos reenviando los correspondientes correos electrónicos que luego, gracias al enmarañamiento inagotable de bucles de internet, nos vuelven reforzando nuestra confianza en su veracidad: me ha llegado por varias fuentes (no, para nada, sólo de una). La clave es que, en realidad, uno no tiene ni idea de cuál es la fuente (indicio primordial para sospechar que se trata de un bulo) pero eso no parece importarnos demasiado. El fenómeno no es nuevo, pero internet contribuye enormemente a amplificarlo. Normalmente no genera efectos demasiado graves, simplemente un paso más en la estupidización generalizada de la ciudadanía que, como a veces pienso, es de lo que se trata. Porque no termina de sorprenderme (es que no aprendo) lo poco que le gusta a la gente hacer el más mínimo esfuerzo para saber la fuente de cualquier noticia. Yo tengo la manía, cuando alguien me cuenta algo que no termina de cuadrarme, de preguntarle quién se lo ha dicho o de dónde proviene la información. En el 97,34% de las ocasiones no obtengo respuesta o ésta es irrelevante y, además, casi siempre mi interlocutor se siente ofendido.

Claro que el hoax es también un útil instrumento de estafadores, lo cual ya no es tan inocuo. En noviembre pasado, K se decidió a hacerse con un perrito, algo que deseaba desde hacía muchos años. Como vive en un piso quería uno pequeño y, en concreto, le atraían los yorkshires. A través de páginas de anuncios de internet, localizó a una argentina que había tenido crías y le faltaba por colocar un machito que vendía muy barato (cien euros, cuando el precio normal está por encima de los quinientos). Así que quedamos con la chica esa misma tarde y el cachorrito pasó a su propiedad. Durante estos cuatro meses escasos, Keko se ha convertido en el bebé de K y, aunque ha procurado ser rigurosa en su educación, el perrillo, tremendamente gracioso, es también un poco caprichoso y, sobre todo, muy exigente en sus requerimientos de atención (normal en esa raza, por lo visto). Como a K se le parte el corazón por tener que dejarlo solo en casa durante largas horas del día, este fin de semana se le ocurrió adoptar otro más, de modo que se convirtieran en compañeros de juegos y las horas de ausencia humana se les hicieran llevaderas. Así que se puso a mirar en la web del más importante centro público de recogida de perros abandonados pero no hay en estos momentos ningún bichejo de las dimensiones adecuadas. Y como K es impaciente cuando se le mete una idea en la cabeza, volvió a los anuncios de particulares y encuentra dos en los que ofrecen regalar cachorros de pocas semanas: en un caso yorkshires y en otro bichones malteses. En ambos casos, las fotos mostraban unas monadas de perritos y K, claro, se ilusionó. El primer indicio que debió mosquearle(nos) fue que ninguno de los anuncios daba número de teléfono, sino que había que utilizar el casillero de la web para indicarle al anunciante el interés. Escribió un breve texto, dando su dirección de correo y su número de móvil.

Ayer lunes recibió un correo de la presunta dueña de los yorkshire, en un castellano ininteligible, por lo que deducimos que el texto original lo habría pasado a nuestro idioma mediante un traductor automático (que debe ser malísimo, porque las traducciones que me devuelve Google no son tan espantosas). Léase el primer texto porque nunca había visto tan atroz destrozo del español: "Gracias por el puesto y la recepción. Actualmente tengo un sólo 2 cachorros machos y hembras MAX es el macho y la hembra es Suzy. Estos cachorros están bien socializados con muchas horas de tiempo de reproducción y mucho amor. Estos cachorros les encanta jugar con los niños y otros animales domésticos han veterinario adecuado. Ellos son orinal capacitado, entrenado, casa roto y que estaban en mi casa en Londres con mis hijos y otras mascotas. Los cachorros son AKC registrados. Amor a mis hijos los cachorros muy bien, pero ¿por qué estamos a punto de dar en adopción a los amantes de la casa, como lo es .. Yo y mi familia, una familia de 4. cuando por un viaje a Irlanda y han llegado a descubrir que el tiempo y el clima no permite disfrutar de los cachorros el viaje con nosotros y no tengo más remedio que encontrar un hogar amoroso que pueden cuidar de ellos los cachorros serán transportados de vuelta a todos los artículos que vienen con ellos. Un cachorro paquete con alimentos, cupones, juguetes, y la casa con el olor de su madre y compañeros de basura y un bloc de notas de sus primeras semanas de vida con usted! Consejos de salud y archivos actualizados. Gaélico, y trae todo lo necesario para pagar sólo los costos de transporte porque no están a la venta, sino sólo un ser querido necesita okey. así que por favor antes de adoptar nuestros cachorros a su casa tendrá que saber lo siguiente a usted primero.."

La firmante, con el sugerente nombre de Vanessa Amanda Thorpe (el apellido le viene que ni pintado), le hacía a K unas cuantas preguntas referidas a sus condiciones de vida, justificadas por su interés en asegurarse de que entregaba sus amadísimos cachorros a alguien que también los iba a cuidar amorosamente: una táctica, obviamente, para que el incauto confiara en el timador asumiendo su buena voluntad. De hecho, ambos caímos en la trampa y nos imaginamos una señora irlandesa residente en Tenerife, tonta pero bien intencionada, y sin papa de español. Así que K le contestó insistiendo en lo mucho que le gustaban los perros y lo bien que trataba al que ya tenía, pretendiendo "hacerse digna" de ser elegida como madre adoptiva de esos cachorros tan adorados y tranquilizar el corazón destrozado de su apenada dueña. Hoy por la mañana, la tal Vanessa responde con otro atroz texto (que ya no transcribo para evitar más daños a la sensibilidad de mis lectores) del cual entendemos que ha dado el visto bueno a K como futura dueña de sus perritos y luego suelta la información que nos dispara las alarmas: que ella está en Irlanda con los cachorros y que para mandárselos K ha de pagar los costes de transporte que ascienden a 100 euros por perro, por lo que tiene que decirle cuál es el aeropuerto más cercano. Ya la cosa ha dejado de parecer trigo limpio, pero las posibles dudas se nos aclaran definitivamente cuando al mediodía llega el primer correo de la dueña de los cachorros de bichón maltés. Ésta dice ser una española residente en Londres (firma como María García) pero manda un mensaje en el mismo castellano infame y con casi exactamente el mismo contenido, aunque en este caso, el precio del "transporte" sube a 150 € por perrito.

Y ahí se acabó la historia. Una rápida búsqueda en internet me lleva a una página donde advierten de las estafas en las adopciones de perros, que describe casi al pie de la letra nuestra reciente comedia bufa. Lo bueno es que he aprendido lo que significa el término hoax.


Attenti al lupo - Lucio Dalla (Caro Amico ti Scrivo, 2002)

jueves, 1 de marzo de 2012

Ciao, Lucio


Caruso - Lucio Dalla (DallAmeriCaruso, 1986)

Ayer, decidí sonorizar mi post sobre Urdangarín con una canción cantada a dos voces por De Gregori y Dalla, en la gira de conciertos que ambos ofrecieron en varias ciudades italianas durante el verano del 79. La elegí por el título (contrapunto que me pareció conveniente para evitar que algún despistado tomara en serio lo que había escrito) y también porque la versión española del tema (el original es norteamericano) alcanzó relativa popularidad en la voz de la exasperante Anita Belén. Después de subirla al blog, aproveché para disfrutar un ratillo escuchando por enésima vez unas cuantas canciones de Lucio Dalla. Y ahora, hace un rato, me entero de que esta mañana ha muerto de un infarto en Montreux, la capital europea del jazz, música a la que estaba ligado desde sus orígenes. Leo en la prensa italiana que ayer había dado un concierto y que estaba muy contento, sin ningún indicio de mala salud. Se despertó después de una buena noche, desayunó, hizo un par de llamadas telefónicas y de pronto ...

Poco antes de leer esta triste noticia, había accedido al facebook de un amigo que lo es desde la universidad y me encuentro con una foto de su hermano, también queridísimo, muerto en accidente aéreo hace ahora dieciséis años. No me lo esperaba y fulminantemente sentí un apretón de angustia en el pecho y que los ojos se me aguaban. O sea, que no estaba en la mejor disposición de ánimo para conocer esta última putada de la incansable parca.


Piazza Grande - Lucio Dalla (12000 Lune, 2006)

Me habría gustado –ya no lo podré hacer– haber asistido alguna vez a un concierto del irreverente Lucio (al menos hace poco presencié uno de Gino Paoli, el amigo que lo animó a lanzarse a la piscina como solista). Creo que tengo la práctica totalidad de su discografía y he tenido temporadas en que la música y voz de Dalla era mi frecuente banda sonora. Algunos de sus temas, especialmente l'anno che verrà (que por lo menos he subido dos veces a este blog), aparte de gustarme mucho, me evocan tiernos y emotivos recuerdos. En la Semana Santa del año pasado, mientras paseaba con K por la maravillosa Piazza Maggiore de Bolonia escudriñaba disimuladamente a los paisanos sentados en las terrazas por si sonaba la flauta y veía entre ellos al cantautor; me pregunto si en tal caso me habría atrevido a saludarlo.

Me apetecería repasar aquí sus canciones (letras y músicas), contar algunas de las cosas que sé de este boloñés que es (no uso el pasado a propósito) uno de los más grandes de la música italiana de los últimos cincuenta años, aunque tanto él como muchos de sus colegas sean demasiado poco conocidos en España (no han grabado discos para el mercado hispanoparlante como otros de sus compatriotas, que me resultan bastante menos interesantes pese a sus éxitos comerciales). Me apetecería, mejor dicho, que me apeteciera, porque lo cierto es que estoy desganado, así que lo dejo para otro momento y me conformo con esta pobre nota necrológica mientras sigo escuchando sus canciones. (Caro amico ti scrivo così mi distraggo un po').


Lucio dove vai - Lucio Dalla (The Collection, 1998)