martes, 15 de marzo de 2016

Dylan en romance (6)

La Francia de esos primeros años sesenta se debatía entre sentimientos contradictorios y simultáneos hacia los Estados Unidos. Por un lado, de desconfianza y rechazo hacia un país poderoso en exceso, que amenazaba con controlar e imponerse sobre Francia y Europa en su conjunto (recuérdese el antiamericanismo de De Gaulle). De otra parte, los franceses, especialmente los más jóvenes, sentían una intensa fascinación hacia la sociedad estadounidense, y muy en particular hacia el mundo de la cultura alternativa. La pujante música popular americana fue el ejemplo más claro, y aunque no sea más que una anécdota banal, la fascinación que ésta generaba puede comprobarse en el gran número de jóvenes e irreverentes cantantes franceses que adoptaban nombres anglófonos (Richard Anthony, Eddy Mitchell, Johnny Halliday, Dick Rivers). Este equilibrio inestable fascinación-rechazo explica también algo completamente opuesto: la incorporación como propias de canciones de los precursores rockeros (Paul Anka, Buddy Holly, Bobby Darin, Elvis Presley ...) pero traduciéndolas al francés. Hay que decir que, sobre todo para la por entonces prestigiosa izquierda francesa, ciertos sectores de la cultura norteamericana "redimían" los graves pecados del satánico núcleo del capitalismo. Era esa idea de la "otra América" la que permitió el consolidar pacífico de la influencia yanqui en Francia. Y, desde luego, Bob Dylan era uno de los iconos representativos de esos Estados Unidos "buenos".

 
La fille du nord - Hugues Aufray (Aufray Chante Dylan, 1965)

A principios de los sesenta, Hugues Aufray no era uno de los jovencitos rockeros que hacían furor en la naciente Quinta República Francesa. Nacido en 1929 (y, por tanto, ya entrado en la treintena), había vivido en Madrid con su padre al acabar la 2GM; frustrados sus deseos de ingresar en Bellas Artes y casado muy joven, había empezado a ganarse la vida cantando temas folk por los cabarets de Saint-Germain-des-Près. En 1959 se presenta a un concurso radiofónico de la emisora Europa 1 cantando Le Poinçonneur des Lilas, el tema que el año anterior había compuesto un todavía poco conocido Serge Gainsbourg. Queda finalista, lo que le abre el acceso al business de la música ligera francesa: graba su primer 45 y se suma como telonero en una gira de Charles Aznavour; su nombre empieza a sonar. En el 61 es invitado, nada menos que por Maurice Chevalier, a actuar en Nueva York y, según cuenta el propio Aufray en su web, quedó epatado por los USA y decidió que tenía que pasar una buena temporada. Hacia finales de ese 1961 graba Santiano, una adaptación al francés de una canción marinera inglesa, y obtiene un gran éxito; parece que el destino lo va orientando hacia las adaptaciones de temas anglosajones. Vuelve a Nueva York contratado en el club Blue Angel de Nueva York, un cabaret del Midtown de renombre en el que actuaban con frecuencia estrellas de Broadway (debió coincidir, por ejemplo, con una jovencita Barbra Streisand). Pasa unos cuantos meses en la Gran Manzana y traba relación con muchos de los folkies del Greenwich, entre ellos con Bob Dylan, de quien dice que, pese a ser todavía un completo desconocido, enseguida se dio cuenta de que llegaría a ser una gran estrella. Hacia inicios del 62 Bobby no era tan desconocido: ya había sido la célebre actuación del Gerde's Folk City (septiembre del 61) reseñada por Robert Shelton en el New York Times y a consecuencia de la cual John Hammond le contrataría en Columbia. Ya habría grabado su primer disco, que estuvo en las tiendas antes de que Aufray regresara a Francia; incluso cabe la posibilidad de que Hugues asistiera a la actuación de Dylan en el Gerde's del 16 de abril en la que primera vez cantó en público Blowin' in the wind.


 
Ce n'était pas moi - Hugues Aufray (Aufray Chante Dylan, 1965)

La verdad es que esta narración del encuentro y temprana amistad con Dylan del francés (bastante mayor que el de Minnesota) proveniente de la web de Aufray la leí con cierto escepticismo, sospechando que exageraba un poquillo a toro pasado. Sin embargo, he encontrado un breve texto de Bob que acompaña a una foto de ambos cantautores juntos y sonrientes que parece que acompañaba al primer disco dedicado por entero a versiones de Dylan en francés que Aufray publicó en 1965. El primer párrafo dice literalmente: "Recuerdo cuando estaba con Hugues en la oficina de mi manager. Hugues había grabado Céline que había sido un éxito en Francia, y la estaba tocando para Peter, Paul & Mary. Cuando éstos salieron, empezamos a hablar. Le pregunté quién era y qué le interesaba. Parecía que teníamos muchas cosas en común, incluyendo nuestro interés en la pintura, así que estrechamos una amistad que ha durado hasta hoy". Bien, el manager al que Bob se refiere es Albert Grossman que también lo era del trío Peter, Paul & Mary (de hecho, él los había "inventado"). El fallo es que Grossman no fue manager de Dylan hasta agosto del 62 tres meses después de que Aufray volviera a Francia. Pero no sólo eso; resulta que Celine fue efectivamente un éxito de Aufray, pero de 1966, posterior incluso a la grabación del álbum de versiones de Dylan. Conclusión: este texto firmado por Dylan no pudo aparecer en el vinilo original (probablemente sea de la reedición en CD) ya que hubo de escribirse años después; de hecho, el último párrafo reza: "Hugo ha traducido y grabado varias de mis canciones en el pasado y a veces me parece que hubieran sido compuestas en francés y yo quien las hubiese traducido al inglés. Es un querido amigo". Y, en segundo lugar, aunque me crea que para cuando escribiera esas líneas Dylan y Aufray fueran amigos, no parece verosímil que lo fueran desde esa primera estancia del francés en Nueva York. Hay que recordar que Dylan no es precisamente un modelo de fiabilidad en lo que cuenta.

 
Les temps changent - Hugues Aufray (Aufray Chante Dylan, 1965)

La historia probablemente haya sido distinta. Sabemos que a principios de mayo de 1964 Dylan, ya un héroe reconocido del folk, vuela a Inglaterra donde actúa el día 17 en el Royal Festival Hall y, tras algunas apariciones en la tele británica, decide tomarse unos días de vacaciones por Europa con sus amigos Víctor Maymudes y Ben Carruthers. La primera parada, el 21 de mayo, fue en París, y en esta su primera estancia en la capital francesa sí nos consta que estuvo con Aufray. Howard Sounes, uno de los biógrafos de Bob, sostiene que fue entonces cuando se conocieron y a mí me parece lo más verosímil. Quizá, como asegura Hugues, se habían conocido tres años antes en Nueva York, pero dudo que Dylan se acordase y, a lo mejor, apelar a ese breve encuentro fuera la excusa a que recurriera Aufray para, ahora sí, estrechar la amistad con el que probablemente ya era su ídolo. Lo cierto es que pasaron unos días juntos y Hugues le hizo de guía, enseñándole la ciudad y epatándole con historias de muchos de los mitos de Bobby (empezando, desde luego, por Rimbaud). Luego, Dylan y sus amigos alquilaron un coche para acercarse hasta Berlín –querían ver el muro– y acabaron sus vacaciones visitando Grecia. Si consideramos que el 9 de junio ya estaba grabando en Nueva York el Another Side (su cuarto LP), hay que concluir que ese que fue realmente el primer encuentro con Aufray no debió durar muchos días. Pero yo imagino que los suficientes para que el francés le contara su idea de grabar un disco de versiones de sus canciones en francés y que el de Minnesota le diera el visto bueno.


Hay que decir que en febrero de ese 1964, uno de los ídolos del pop francés del momento que ya he citado, Richard Anthony, había grabado un sencillo con la versión francesa de Blowin' in the wind (Écoute dans le vent), la primera traducción al francés –que yo sepa- de un tema de Dylan. Imagino que para Hugues sería como recibir una puñalada: que ese oportunista populachero incluyera el sacrosanto himno folk en su repertorio de versiones del pop americano, una más entre tantas que hacía ... Para colmo, él había pasado al francés el Don't think twice antes de la publicación del sencillo de Anthony, pero no había conseguido que se lo grabaran. Sin embargo, los meses previos a la llegada de Dylan a París la carrera de Aufray recibe importantes impulsos: actúa en febrero en el Olympia, participa en marzo en Eurovisión en representación de Luxemburgo (quedó 4º con Des que le printemps revient , en la edición que se llevó con Non ho l'età Gigliola Cinquetti, little sweet sixteen por entonces), graba un álbum en directo ... En fin, que se siente más seguro y más avalado –mucho más cuando obtiene el placet de Bob– para aventurarse en un proyecto bastante ambicioso: grabar un larga duración completo de canciones de Dylan en francés. Para ello, llama a Pierre Delanoë, uno de los más importantes letristas franceses, y al músico Jean-Pierre Sabard para que lo ayudara con los arreglos. El resultado es una lista de once canciones, un álbum –Aufray Chante Dylan– que supondría un notable impacto en el panorama musical francés y marcaría una referencia fundamental para la difusión de Dylan en el país vecino pero también en los de alrededor, en especial en Italia, e incluso en España. Obviamente, por la fecha en que se publica el disco (1965) todas las canciones provienen de los álbumes segundo, tercero y cuarto de Dylan. Curiosamente no incluye ni el Don't think twice que fue su primer ensayo, ni tampoco el Blowin' in the wind que le había pisado Richard Anthony; ambas canciones las interpretaría en varias ocasiones con posterioridad. He subido a este post unas cuantas de estas versiones.

 
Corrina, Corrina - Hugues Aufray (Aufray Chante Dylan, 1965)

Aunque siempre hay que desconfiar de la sinceridad de las alabanzas que se piden para vender un disco (o un libro o cualquier otro producto), lo cierto es que lo que Dylan dice de estas versiones de sus canciones no me parece demasiado exagerado. En efecto, Aufray logra que parezcan compuestas originalmente en francés. Supongo que además del mérito de los "transponedores" también algo hay que reconocerle a la lengua de destino; o sea, que me parece que el francés funciona mejor que el italiano o el español (y no digamos que el rumano) con los temas de Bob. Como sea, este disco marca el canon del "Dylan francés", al que volverá el propio Aufray pero también otros nombres ilustres. Pero de ello seguiré hablando en próximos posts.

5 comentarios:

  1. Pues me ha gustado este Hugues, del que a pesar de francofilia no tenía ni noticia. Canta muy bien y sus traducciones, a las que he estado echando un vistazo, me parecen excelentes (en sí mismas, como texto; no las he comparado con el original inglés, que no conozco). Es cierto lo que dices del francés, que es mucho más "dúctil" que sus colegas latinos. Pero no cabe duda de que, además de buen cantante, era un estupendo letrista.

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    1. ¡Bien! Me das una alegría, Vanbrugh. ¿Me concederás que musicalmente tampoco están mal? Y eso que, para mí, la calidad musical de las composiciones dylanianas mejora significativamente a partir del Bringin' it all back home, justamente el álbum siguiente al último que había publicado cuando Aufray hizo su LP de versiones.

      De otra parte, este Hugues es un tipo interesante, aún hoy a sus 86 tacos; todo un personaje.

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    2. Te lo concedo gustosísimo. Nunca he dicho que Dylan, musicalmente, estuviera "mal", sería una tontería. Sí digo, lo siento, que las musicales me parecen las menos relevantes de sus indudables virtudes, y, además, que incluso las virtudes musicales que tiene no están entre las que a mí me "llegan" especialmente. Son dos cuestiones distintas, que convergen en un mismo caso concreto. Por un lado que, en mi opinión, Dylan dista mucho de ser un gran talento musical, se limita a usar muy correctamente desde el punto de vista musical, y con una gran eficacia desde el punto de vista de la conexión emocional con sus oyentes, recursos musicales muy básicos. Y por el otro que mi gusto personal está muy, muy alejado del género de música que él hace.

      Con todo lo cual reconozco que las versiones de Hugues, que tiene un estilo muy adecuado a ese género de canciones y que, además, me hacen la letra más comprensible y cercana, me han impresionado. Especialmente "ls temps changent" y, solo un poco menos, "Ce n'était pas moi".

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  2. Curiosas versiones e historia, aunque tengo que confesar que creo que tengo muchos prejuicios con la música francesa y aunque lo intento no me acaba de llegar al corazón.
    Vienen los Who al Mad Cool, ay qué me da algo,ahahahah, he pillado entradas porque no les he visto nunca y estaban en mi lista de grupos que ver antes de morir.

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