martes, 22 de mayo de 2018

El conflicto de Eurovisión (1)

Al hilo de la candente "cuestión catalana", recordemos un incidente que ya ha cumplido el medio siglo. Me refiero a cuándo TVE eligió a un joven Serrat para que la representara en Eurovisión cantando La, la, la y el cantautor, después de aceptar la designación y la canción, después de pasar unas semanas promoviéndola, pidió interpretarla en catalán. Se trataba, obviamente, de una reivindicación y una protesta por el maltrato del Régimen hacia la lengua y la cultura catalanas. Ha llovido mucho desde entonces, pero no está de mal comparar las dos épocas.

Carta abierta a la opinión pública española

En el pasado mes de enero fui designado por TVE para representarla en el Festival de Eurovisión, a celebrar en Londres el próximo mes de abril.

Esto fue para mí un orgullo y, al mismo tiempo, una responsabilidad, porque sabía que en mí iban a estar fijos los ojos y parte de las pequeñas ilusiones de millones de españoles.

Fue seleccionada, posteriormente, la canción «La, la, la», de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa (El Dúo Dinámico), que, a pesar de todas las opiniones, en su mayoría poco fundamentadas, considero muy adecuada para el tipo de festival al que se la destina.

Empezó a partir de ese día una verdadera promoción de la canción y mía, naturalmente, por toda Europa, lo que me alejó del país para llevarme de ciudad en ciudad y de plató en plató.

Este alejamiento físico, unido a mi bisoñez y al exceso de trabajo, me impedía juzgar las cosas con claridad. Me faltaba también el contacto diario con la gente, con el hombre de la calle que nos mira de lejos y nos sigue muy de cerca.

Siempre me atormentaba una preocupación, una inquietud que seguramente romperé de golpe con esta carta.

Yo soy, y sigo siendo, por encima de todo, un cantante catalán, y en esta lengua me he expresado para cantar durante cuatro años.

Cuando se me designó para representar a TVE en Londres, se me conocía solamente por mis canciones en catalán. ¿Por qué, entonces, no cantar en Londres en catalán, cuando ya estaba preparada la versión catalana de «La, la, la»?

El argumento de la «lengua oficial» no me parece lo suficientemente válido como para anular la pregunta.

Un día, no hace demasiado, volví al país. Llegué a mi casa y hablé con la gente de mi calle, y me di cuenta de que esta gente, sencilla y sin retorcimientos de ningún tipo, se preguntaba lo mismo que yo.

¿Por qué no …?

Un hombre ha de ser fiel a sí mismo y a la gente que le es fiel.

Por estas dos razones es por las que me he permitido enviar una carta al director general de Radio y TVE rogándole comprenda mis argumentos y me autorice a cantar en Londres en catalán o que en caso de que esto no fuese posible, acepte mi renuncia irrevocable.

Quisiera que en esta carta abierta se reflejase toda la buena voluntad que me guía al tomar esta decisión y que toda la gente de habla castellana –estoy seguro de ello– comprenderá mis motivos como pública y reiteradamente ya lo he expresado a través de la Prensa.

Al mismo tiempo quiero darles las gracias a todos los que, desde antes del día en que pro primera vez salí a un escenario hasta hoy, me han alentado, me han dado la mano e incluso a aquellos que me han criticado, porque todos, al fin y al cabo, me han ayudado.

Muchas gracias.
Joan Manuel SERRAT
25 de marzo de 1968


Algunas notas para contextualizar el llamado “Conflicto de Eurovisión”

Cuando firmó esta carta, Serrat tenía veinticuatro años y sólo había publicado un LP –Ara que tinc vint anys– y unos EPs previos; todas las canciones en catalán.

Durante los años sesenta, en Cataluña, se había ido arraigando la llamada Nova Cançó que, ciertamente, no era sólo un movimiento cultural sino, también, de reivindicación política catalanista. Había pues un fuerte sentimiento de “militancia en una causa común” de aquellos chavales, poco más que aficionados, que con dificultades se empeñaban en cantar en una lengua nada agradable al Régimen.

(Entre paréntesis: Serrat, en la carta, usa dos veces la palabra "país". Obviamente, en esas fechas, el único país era España. Tal vez sea sólo impresión mía, pero ¿no les parece que en ese contexto el término "país" hace referencia a Cataluña?) 

No obstante, en 1968 las cosas se habían suavizado un tanto. A principios de los sesenta el franquismo se debatía entre dos corrientes, las llamadas entonces inmovilistas y reformistas. De esta última, el principal representante fue Manuel Fraga, con sus “concesiones aperturistas” hacia los medios de comunicación.

En 1964, Fraga nombra Director General de Radio y Televisión a Jesús Aparicio-Bernal quien, dentro de los límites implícitos de la Dictadura, empezó a abrir la televisión a ámbitos hasta entonces vetados, apoyado por gente joven proveniente del SEU (el Sindicato de Estudiantes de filiación falangista), como el que ocupó la jefatura de programación y que luego le sucedería como Director General, Adolfo Suárez.

Así que la carta dirigida a Aparicio-Bernal (que sigue vivo con casi noventa años) probablemente se la daría a leer a Suárez. Supongo que estos dos hombres y alguno más discutirían qué hacer, conscientes de que negando la petición del chaval hacían el juego a no pocos pero, por otro lado, sabiendo que los inmovilistas que ya habían manifestado su descontento ante los tímidos conatos de difusión de canciones en catalán no iban a admitir que ese idioma suplantara a la “legua del Imperio” ante toda Europa.

En el siguiente post, la respuesta de RTVE (¿el 155?)


4 comentarios:

  1. Mmmm... En el primer uso de la palabra "país", no creo que podamos decantarnos ni por "España" ni por "Cataluña". Al fin y al cabo, el término está en contraste con Europa, que en cualquier caso engloba a ambas. En el segundo sí que es bastante probable, aunque más por contexto: no me convence que el típico madrileño o sevillano se interesara por que la canción se cantara en catalán.

    Ya leeremos la respuesta.

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    1. El asunto tuvo cola, como ya contaré. En todo caso, la respuesta de TVE ya la puedes leer.

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  2. Se ahorró el baldón de participar en esa horterada de concurso. Y comenzar a cantar en castellano le supuso una considerable mejora por no decir despegue

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    1. Por esos años participar en el concurso no se consideraba un baldón: bastantes nombres ilustres de la canción popular de aquellos años lo hicieron. En todo caso, comenzar a cantar en castellano sí que le supuso un despegue brutal.

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