viernes, 6 de junio de 2008

Negatividad

La negatividad es la actitud de quienes tienden a ver el lado desfavorable de las cosas. Los pensamientos y los sentimientos están muy interrelacionados, no en vano están hechos de la misma "materia". No es ningún descubrimiento que cuando en uno predominan emociones "negativas" tiende a ver la realidad con pesimismo; encuentra defectos por doquier a casi todo, piensa que las cosas van a salir mal, etc. Tampoco es una novedad que esa negatividad refuerza el decaimiento emocional.

Creo que la mayoría de las personas, cuando admiten (que no es frecuente) que en ellos predominan pensamientos negativos lo justifican por su "bajo estado emocional". Es que no te puedes imaginar los problemas que estoy sufriendo, pueden decir, ¿cómo no he de ver las cosas con pesimismo? También es normal que digan que hasta que no mejore su estado de ánimo no pueden abandonar su negatividad. Parecieran asumir que su actitud mental deriva necesariamente de su situación emocional, y que no pueden hacer nada para cambiar ésta ni tampoco, consecuentemente, sus pensamientos. Así, resulta que seríamos esclavos de nuestras emociones, que nos poseen o liberan al margen de nuestra voluntad.

Sin embargo, también compruebo que hay mucha gente que tiene la tendencia, casi al margen del estado emocional coyuntural, a pensar negativamente. Me pregunto si, en esos que han hecho de la negatividad casi un hábito, el motivo se encuentra en el estado de ánimo. Sea así o no, estoy convencido de que el pensamiento negativo no conduce precisamente a la felicidad. Digo más: también estoy convencido de que esforzarse en pensar positivamente contribuye a dificultar la aparición o permanencia de sentimientos negativos. Y por último: es posible, aunque difícil, pensar y actuar en positivo incluso en estados emocionales bajos (por supuesto, antes de que lleguemos a situaciones cercanas a lo patológico, tales como depresiones).

En esta semana, la primera en la que estoy plenamente volcado en mis nuevas tareas, me he encontrado con al menos tres personas con fuertes actitudes negativas hacia el trabajo que hemos de desarrollar. A las tres ya las conocía bien, así que no me han sorprendido. Pero no ha dejado de llamarme la atención cuánto sus actitudes estaba limitándoles su capacidad para ser efectivos en los objetivos que pretendemos. Con el efecto añadido de generar un clima de "mal rollo" hacia los demás, a modo de un virus insidioso que se filtra sutilmente y va minando las ilusiones y creatividad. Para ser más explícito: me estoy refiriendo a esas personas que insisten continuamente en los problemas, los fallos, las dificultades de cualquier empresa y apenas en lo que hay que hacer para llegar a donde se quiere.

A raíz de ello, se me ha ocurrido pensar en otras personas y he comprobado cuánto abundan las actitudes negativas, no sólo referidas al ámbito laboral. Debe producir un cierto morbo el regodearse en ver el lado malo de las cosas, dada la complacencia con que tantos insisten en esa actitud. Incluso los que se dan cuenta (por sí mismos o porque alguien se lo hace notar) de que con la negatividad lo único que propician es su infelicidad y la de quienes los quieren, son incapaces, no ya de cambiar de actitud, sino ni siquiera de interiorizar de verdad que merece la pena esforzarse en hacerlo.

Pondré un ejemplo que parece tonto. Hace ya tiempo me dijeron que hay que tratar de sonreír, habituarse a esbozar una leve sonrisa (no una mueca pánfila) en la cara, de modo que logremos que esa sea la expresión normal, relajada, de nuestro rostro. El hábito sí hace al monje y en este caso, además, es perfectamente explicable por las conexiones entre los rasgos faciales y la actividad neuronal. Si uno consigue, mediante el esfuerzo consciente al principio, convertir la sonrisa en la expresión "por defecto", reducirá muy significativamente la aparición de los estados de bajón emocional. Y si uno está en uno de esos estados y se fuerza a sonreír, contribuirá a atenuarlo. Alguien muy querido me dijo que es muy difícil sonreír cuando se está de mal humor (o triste, o ...). Es muy difícil, ya lo sé, pero no imposible; en todo caso, más difícil es estar triste cuando se sonríe. Lo gracioso es que aunque esa persona admite que esforzarse para convertir la sonrisa en su expresión habitual sería bueno para su estado de ánimo, no lo hace. Y cuando, viéndola con cara seria, le digo que sonría, puede contestarme de malos modos que la deje en paz.

El ejemplo tonto de la sonrisa puede extrapolarse a mil pequeños detalles parecidos y, por supuesto, a la forma de pensar. No basta con saber que el pensamiento negativo es un obstáculo para nuestra felicidad; hay que creérselo o, como a veces digo, saberlo no con la cabeza sino con las tripas. E, inmediatamente, ponerse manos a la obra, esforzarse conscientemente en actuar contra nuestras tendencias, sean de carácter o aprendidas, para cambiar esos hábitos mentales. Pero, como ya he dicho, paradójicamente la mayoría de la gente no lo hace; pareciera que se empeñan en sufrir.

No deja de ser también gracioso que la misma persona a la que antes me refería me dijera hace poco que le encanta mi buen humor. Porque ese buen humor no es, en mi caso, espontáneo o, al menos, no lo ha sido siempre; es resultado de esos esfuerzos pasados para desterrar actitudes propias de la negatividad. Gracias a ellos, mi actitud mental "por defecto" es bastante positiva, lo cual no obsta para que pase por alguno que otro bache, ya que la vida se encarga de darnos a todos motivos para ello.

Lo cierto es que cada vez valoro más rodearme de personas que vean las cosas de modo favorable, constructivo. Por lo mismo, cada vez noto una cierta tendencia, quizá sea una forma de autoprotección, a alejarme de quienes se empeñan en perseverar en la negatividad. Si se trata de personas a quienes quiero, procuro animarles a que den pasos en la dirección que he descrito, pero la verdad es que mis éxitos son escasos. Sin duda debido a mis pobres capacidades para llegar a sus tripas (me es mucho más fácil en el plano racional). Pero también, válgame como excusa, debido a que casi nadie cambia (o se esfuerza en cambiar) si no sale de él mismo, le digan lo que le digan.

Constatados mis fracasos (y tardo en rendirme) lo que siento es pena. Pena por la persona que quiero, porque compruebo impotente que podría ser mucho más feliz, pasárselo mucho mejor, y eso no ocurre porque "no quiere". Y también algo de pena por mí, porque constato que yo también podría ser mucho más feliz con esa persona si se empeñara en ir despojándose de la negatividad. Pero, como trato de ser positivo, procuro no regodearme en ese sentimiento y confiar (¿seré un iluso?) en que esas personas irán poco a poco cambiando sus actitudes. También procuro no dejar que me afecten los efectos erosivos de la negatividad.


CATEGORÍA: Reflexiones sobre emociones

18 comentarios:

  1. Esa sonrisa por defecto de la que hablas, además, te abre puertas y te facilita la vida una barbaridad.

    A veces, como los bostezos que se contagian facilmente, la sonrisa tiene un efecto similar.

    Yo además he descubierto que igual que uno puede encontrar motivos para quejarse y malhumorarse con todo lo que le ocurre, puede encontrarle la parte positiva a todo. Y la diferencia entre sobrellevar un palo positivamente y hacerlo negativamente es abismal.

    Un beso.

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  2. No te imaginas cuanto me agrada leerte... mientras lo hago voy asintiendo con cara de boba al descubrir escrito y con coherencia, aquello que hace tiempo pienso y medito.
    Estoy totalmente de acuerdo en que las emociones negativas no generan más que mal rollo; en que es difícil superar esa visión, pero no imposible y del mismo modo coincido en pensar que la sonrisa es el inicio de esa visión positiva de las cosas.
    Por negativas que nos parezcan las circunstancias, siempre tendrán una enseñanza positiva, si más no, para saber distinguir aquello que no nos hace bien, y por lo tanto nos aleja como tu dices de ser un poco más felices.
    Las cosas no son tanto por sí mismas, como la manera en que nos las tomamos.
    Un beso... y no dejes nunca de sonreír porfaaaa

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  3. Estoy de acuerdo contigo.
    Admiro el esfuerzo personal que has hecho para aumentar tu inteligencia emocional.
    Tengo una compañera que mucha gente evita relacionarse con ella porque en cuanto abre la boca es para quejarse de cualquier cosa.
    La negatividad en una persona afecta a las relaciones personales como muy bien dices tú y también, en el aspecto físico general.

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  4. Leyéndote he recordado algo breve que escribí en mi blog, titulado : "Cuestión de entereza", del mes de abril. Si quieres pásate a leerlo. Cuánta razón tienes.
    Un abrazo

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  5. Absolutamente de acuerdo contigo. En todo, hasta en lo de que es difícl, muy difícil convencer a personas con tendencia a la negatividad de las bondades e infinitas posibilidades de la alegría.

    A veces hay que tocar fondo que sirva como revulsivo para cambiar actitudes.

    Siempre he estado convencida de que la sonrisa es salud. Por eso he llegado a mayor más sana que una pera.

    Besitos

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  6. Como dice un proverbio "si tiene solución ¿para que preocuarse? y si no la tiene ¿para que preocuparse?

    Es algo ue me planteo todos los días, buscar el lado bueno aún de lo que parece lo peor. A veces hay que pararse hablar con uno mismo y buscar el lado positivo. Pero efectivamente, es algo complicado de trasladar, hay gente que se regocija en sus penas.

    A veces me he dicho que la proxima vida (sin creer más alla de esta...) quiero ser de esas personas, desanimadas, con todo el mundo intentando tirar de ellas, comprendiendo lo duro que lo tienen, sin embargo cuando te enfrentas a la vida con una sonrisa, si alguna vez has sentido ese no puedo mas, que necesitas decir, sabiendo que al dia siguiente seguiras pudiendo, siempre te dicen, tu eres fuerte tu puedes con todo, ¡¡ala!! a sonreir otra vez y si tenias alguna duda, te queda claro que tienes que ponerte la sonrisa que ese dia no te sale y seguir adelante.

    Es realmente incomodo trabajar con gente negativa, me pasa todos los dias, precisamente la semana pasada, les decia ¿sabeis lo que es que cada vez que digo que hay que hacer una cosa u otra todo sean pegas? me decian: pero al final lo hacemos. No entienden que seria mejor que algo no lo hicieran pero que al menos siempre su actitud fuera de ilusion y de intento y despues dijeran pues mira esto no.

    La negatividad de los demas, te come, sin darte cuenta es como una losa más a levantar y lo haces cada dia, pero realmente cansa...

    Si pudieramos medirlo creo que hay mas gente con actitud negativa que positiva, y esa negatividad es tanto para el trabajo como para su vida en genral, eso si los tienen más en palmitas que a los que decimos que podemos con todo y nos vendria bien a veces una manita y una palamadita en el hombro, pero ya nos la damos nosotros...

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  7. Las personas tenemos tendencia a quejarnos de los problemas e incluso a obviar las soluciones porque lo que queremos es seguir quejándonos y encontrar un culpable a quien martirizar por los efectos que dicho problema está causando en nosotros. Si se soluciona el problema es obvio que esa posición de víctima desaparece y ya no nos queda motivos para la queja. A mi realmente no me afecta demasiado la actitud de los demás mientras que no quieran hacer objeto de sus quejas mi persona. Porque como bien has dicho de nada sirve contarles que hay maneras de positivizar la vida, de afrontar las dificultades, de no convertir la tristeza en un cuadro patológico de depresión, de sufrir una desgracia lo justo e imprescindible sin dejar que nuble todas las "gracias" que además estamos disfrutando. De ser agradecidos en definitiva con todo lo bueno y de minimizar hasta el máximo todo lo que no nos gusta de esta vida. Y cuando esto se descubre la vida no es que sea más fácil, pero sí que te hace mucho más feliz.

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  8. Vaya, esta manana me desperte con la idea de escribir un post parecido ... , yo creo que la tendencia a la negatividad es casi innata en todos nosotros, (y se debe a cuestiones culturales y de crianza mas que nada), pero tenemos que luchar por ser positivos, por revertir de la forma que sea esa negatividad. Sonreir aunque las cosas no pinten del todo bien, es un muy buen metodo.
    Un beso grande y gracias por la musica!

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  9. No es que sienta romper tanta unanimidad, pero...:

    1.-No hay cosa más injusta que a alguien le acusen de ser "negativo", es tan cruel como acusarle de gafe

    2.-La "inteligencia emocional" estuvo bien como expresión metafórica para hablar de ciertos desajustes o ajustes en las emociones normales; lo malo es que el personal se lo ha tomado al pie de la letra y la ha convertido en una coletilla idiota

    3.-No hay cosa más falsa que una sonrisa falsa.

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  10. Ni que decir tiene, amigo miroslav, que ese comentario anterior mío está más motivado por las entusiastas adhesiones de tus comentaristas que por el caso en concreto que ha provocado tu post: esa actitud hostil o renuente ante el nuevo trabajo de ese par de personas, nuevo trabajo en el que, por cierto, te deseo lo mejor: a ver hasta cuanto te dura la "positividad", porque en fin, ya sabemos que se cuece en el llamado urbanismo

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  11. Si no crees que las cosas pueden cambiar, ni lo intentas. Aunque las cosas parezcan complicadas es necesario tener ilusiones y esperanzas, supongo que si fueramos todos conformistas y negativos el mundo no avanzaría, claro que a veces las cosas empeoran pero merece la pena trabajar para cambiar.
    Una cosa son las sonrisas falsas y otra el intentar sonreir incluso cuando las cosas nos vienen mal dadas.

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  12. Bueno claro completamente de acuerdo contigo Lansky no hay nada que fastidie más que un ser negativo vea a alguien que tiene muchísimos más problemas que él y que ve y afronta el mundo con una sonrisa y una simpatía envidiables. Esto debe sentar fatal más que nada porque el que se pasa el día quejándose de su desgraciada vida ¿de qué se va a quejar ante una persona que tiene muchísimos más problemas que él? Evidentemente tiene que sentir una impotencia enorme.

    Y supongo, que no soy experta, que toda aquella teoría de la inteligencia emocional, como cualquier otra teoría está sacada de la observación de la realidad. Digo yo que a alguien se le ocurriría observar por qué individios diferentes afrontaban con diferente nivel y diferentes consecuencias para su vida problemas similares. Supongo (en un alarde de imaginación) que aquellos que utilizaban la positividad le valió al observador para enunciar la teoría de la inteligencia emocional. Cada cual es libre de sonreir o no y cada cual es libre de considerar falsa o no una sonrisa, como cada cual es libre de hartarse ante quien sólo tiene mala gana ante su vida.

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  13. marta, amy, ¡qué positivas y majas sois! así da gusto, libando buenos sentimientos de flor en flor y barriendo la puerta de csa, todos seremos más felices y el planeta Tierra se salvara. gracias, bonitas

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  14. Jajajaja hay veces que la gente confunde la positividad con la sumisión y la incapacidad de defender tus ideas, menudo error. De todas formas ninguna intención de salvar el planeta, mi única intención es la de sonreir cuando éste se hunda, nos ha jodido el maestrillo.

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  15. Lansky: Las elección de las palabras connota presunciones que, con frecuencia, simplifican y adulteran las ideas. Se me ocurren muchas acusaciones más injustas que la de ser negativo (y, por supuesto, más crueles), pero lo que me llama la atención de tu primer apotegma es que asumas que hacerle notar a alguien que tiene una tendencia a la negatividad equivale a una acusación. Aunque, la experiencia lo demuestra, tienes razón en que el receptor casi siempre se lo toma como tal, de lo que habría que concluir que, no ya ser negativo, sino decir cualquier cosa de alguien que ese alguien no considere una virtud será tomado por el interfecto como una acusación y, consecuentemente, reaccionará rechazándola, sin pararse a reflexionar la mayor o menor consistencia de lo que se dice. Pero a la inutilidad de eso ya me he referido en el post.

    Cosa distinta es que cuando uno ve en alguien a quien quiere actitudes que le dificultan disfrutar de mejores estados anímicos, tienda a hacérselas notar, no con intención reprobatoria, sino para ayudarle. Normalmente, por desgracia en mi opinión, tales intentos suelen ser contraproducentes, verificándose de nuevo eso de que el infierno está lleno de buenas intenciones o, como es mi caso, dándome cuenta por enésima vez que soy un idiota o, por decirlo más suavemente, demasiado torpe en el manejo de las interacciones emocionales.

    Respecto a tu opinión sobre la inteligencia emocional, pues de acuerdo. Como todas las expresiones que tienen éxito, enseguida se ha convertido en un latiguillo vacío de contenido la mayoría de las muchísimas veces que se usa. Lo que no obsta para que pueda resultar un término útil para fijarse en aspectos como el empleo de nuestras capacidades mentales (¿inteligencia?) para gestionar nuestras emociones (y las de los demás).

    Y sí, no hay cosa más falsa que una sonrisa falsa. Pero yo no me refería a esas sonrisas, que asocio a los arribistas e hipócritas. Como estoy convencido de que lo sabes y ya me he enrollado demasiado en un comentario, pues lo dejo.

    En cuanto a la unanimidad, siempre es sospechosa.

    PS: Gracias por tus ánimos en le nuevo trabajo. Procuraré mantener la "positividad" de la que no creas que ando tan sobrado como intuyes.

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  16. Se me olvidaba una cosa, miroslav: hablando de elección de palabras, en mi opinión, claro y aclaro, "negatividad" es una palabra horrorosa: hablo de "eufonía", y ya más discutiblemente, creo que innecesaria

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  17. ¿Sabes lo que he pensado yo a veces? que la "positividad" tiene mal cartel, en este mundo. La gente te mira como diciendo: "y esta pánfila, ¿por qué anda tan contenta? ¿Es que es tonta y no se ha dado cuenta de cómo están las cosas?" Resulta más "inteligente" dar muestras de descontento, de estar de vuelta de la vida, de poner al mal tiempo peor cara...
    Pues lo siento, a mi me parece bueno poner buena cara, aunque caigan chuzos de punta. Así, si me topo con un espejo sin esperarmelo veré por lo menos una sonrisa. Ya se que a veces esa sonrisa se puede confundir con "cara de boba", y que si miro mi vida con lupa me pasa como a las hienas, que no sé de qué coño se ríen, pero así y todo, prefiero reírme.

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  18. "Lo cierto es que cada vez valoro más rodearme de personas que vean las cosas de modo favorable, constructivo. Por lo mismo, cada vez noto una cierta tendencia, quizá sea una forma de autoprotección, a alejarme de quienes se empeñan en perseverar en la negatividad." Podría haberlo escrito yo. De hecho, el aplicar esa regla a mi vida fue lo que me permitió salir del gran agujero donde me había metido.

    Mi problema está en que mi pareja tiene una gran tendencia a la negatividad, pero no quisiera alejarme de él. Siento pena porque sufra tanto tan inútilmente y me paso la vida intentando ser yo la que le contagie mi optimismo y no él el que me haga caer en su pesimismo. He llegado a pensar que una de mis misiones en esta reencarnación es conseguir que él cambie, que rompa con el pasado y con la visión de la vida de su familia y que no se la transmita a sus hijos.

    Como ves, tenemos una postura muy similar en este asunto. Me alegra. Bravo por ti y por tu buen humor.

    Besos

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