domingo, 15 de febrero de 2009

Preliminares

Como tema adecuado a la festividad que ayer se celebraba, en el telediario de alguna cadena nacional me informaron de que, según una más de las enésimas encuestas que al respecto se hacen, más de la mitad de los españoles consideran muy importantes los preliminares en sus relaciones sexuales. Busco luego en internet y logro identificar la encuesta: una realizada ya hace unos meses por la empresa Ciao para Philips a "más" de 2000 personas entre 18 y 50 años. Si bien encuentro muchas webs donde se hacen eco de los resultados, no logro dar con la encuesta en sí (me interesaba leer las preguntas y los datos técnicos de la misma); de otra parte, en casi todas las páginas que se refieren a este asunto el texto es más o menos el mismo, proveniente de una agencia (Europa Press) a la que probablemente se lo "dictó" la propia Philips.

Lo anterior ya basta para poner en duda la seriedad estadística de los resultados. Si además nos enteramos de que la encuesta fue dada a conocer por Philips en la presentación de un nuevo producto de la marca holandesa, masajeadores íntimos, un juguete "utilísimo" para los preliminares, esos que más de la mitad de los españoles consideramos muy importantes en nuestras relaciones sexuales, pues ... Ya advertidos sobre la fiabilidad científica, podemos divertirnos un poco con las distribuciones percentuales de la encuesta y las variaciones geográficas (entre éstas, no me resisto a reseñar que donde la frecuencia de relaciones sexuales es mayor es en el País Vasco; nos ha jodido, seguro que le han preguntado a bilbaínos).

En todo caso, lo que me llamó la atención cuando oí la "noticia" no fue tanto el presunto dato sino la concepción implícita sobre lo que es y de lo que se constituye una relación sexual. Preliminar es lo que antecede a algo y, por tanto, no es parte del algo o, al menos, no lo sustantivo de ese algo. Así, los preliminares pueden ser muy importantes para el desarrollo de una acción (como es la actividad sexual) pero no forman parte de la acción propiamente dicha. Dos conclusiones se imponen ineludiblemente desde la semántica del término. Primera, si los preliminares no pasan el liminaris (umbral), si solo hacemos los actos que los definen, no habremos tenido una verdadera relación sexual; de más está añadirlo: todo acto preliminar sólo tiene sentido en la medida en que se llegue a ejercer la acción sustantiva (en este caso, la relación sexual propiamente dicha). Y segunda conclusión, hay relación sexual plena sin preliminares; ergo, éstos, por muy importantes que sean, no dejan de ser accesorios.

Naturalmente, lo sustantivo de una relación sexual, lo que en esta concepción (que es la "oficial") la define es, sin lugar a dudas, la penetración. De hecho, "preliminares" son cualesquiera actos que realicemos antes del acto sustantivo. Es revelador que a los "preliminares" se les suela llamar también "juegos eróticos"; es decir, jueguecitos antes de llevar a cabo lo que de verdad es serio: el "mete-saca". Lo cual no es restar importancia a los preliminares; los españoles, que en estos últimos años hemos alcanzado un grado de madurez sexual extraordinario (máxime si consideramos la profunda represión a que nos sometió el nacional-catolicismo) sabemos que el éxito de una relación sexual (del mete-saca) es tanto más probable cuanto más excitación hayamos acumulado. Pues para eso, para acumular excitación y propiciar un mejor mete-saca es para lo que sirven los preliminares (y por eso les damos tanta importancia; y más las mujeres que los hombres, menudas guarrillas que están hechas).

Por cierto, no creo necesario aclarar que si la penetración es el requisito imprescindible para que haya relación sexual (mejor todavía: la penetración es en sí misma el acto sexual), lo que antes he llamado "éxito" de una relación sexual es la eyaculación. Supongo que, si fuéramos justos, podríamos tener que requerir que hubiese orgasmo de la mujer para hablar de éxito, pero me temo que no es así. Puede deberse a que no parece (salvo en las pelis porno) que el orgasmo femenino esté muy vinculado a la penetración o quizá a que su advenimiento no sea tan evidente como el masculino (no olvidemos que fingen mucho; véase la famosa escena de Meg Ryan). Como fuere, lo cierto es que carecemos del equivalente femenino a nuestro gatillazo (que casi nunca nos ocurre, ya sé).

En fin, que pierdo el hilo. A lo mejor alguien está pensando que exagero; pues le aseguro que no es esa mi intención, para nada. Creo de verdad que hay una especie de forma oficial de entender lo que es (y lo que no es) una relación sexual, y es la que acabo de describir. Proviene, claro está, de concepciones masculinas (no me atrevo a decir machistas por miedo a simplificar en exceso), pero se impone sobre ambos sexos. No obstante, quizá las mujeres sean más capaces que nosotros de poner en crisis ese modelo reduccionista (y que lleva implícitas muchas cargas castradoras); pero los hombres, me temo, lo tenemos asumido muy en el fondo de nuestros estereotipos mentales. Díganme los hombres, si no, si consideran que hay relación sexual cuando no se llega a mojar. Si, acordémonos, tal fue justamente el argumento que empleó Clinton para mantener que no había habido sexo con la Lewinski.

En el fondo, tampoco debería importar mucho cómo nos quieran contar lo que es o no es una relación sexual y, a partir de ese modelo canónico, las diversas mediciones de los más diversos parámetros. Lo malo es que esta "versión oficial", junto con sus datos consiguientes para que llevemos una vida sexual sana y satisfactoria, muchas veces aporta confusiones y angustias innecesarias. ¡Pero ayuda a vender vibradores!


La canción con la que "sonorizo" este post, si bien escogida porque su título encaja con lo tratado, es una concesión excepcional a los tiempos carnavaleros que ya vivimos en esta Isla; no creo que vuelva a repetirse (no me gusta nada esa música). El video corresponde a los carnavales de Santa Cruz de 1993.

CATEGORÍA: Sexo, erotismo y etcéteras

25 comentarios:

  1. Querido, he leído tu entrada con una amplia e inevitable sonrisa.

    Estoy convencida que la satisfacción sexual tal como nos la venden (el mete y saca) no es más que una argucia para someternos al modelo de familia y de sociedad que nos han impuesto desde hace siglos. El impulso sexual es lo primero y lo que más se reprime... ¿porqué? La respuesta no es muy difícil de hallar. Se subvertiría el Orden.

    La erótica humana y sus apetencias, es de una riqueza extraordinaria. Tanto en hombres como en mujeres. Propongo rebelarnos. El "mete y saca" para los rebaños de ovejas.

    Qué bien escribes. Un placer leerte.

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  2. Sí, más razón que un santo tiene usted. Aunque disiento de la comunicante de arriba: para mí, la penetración es muy importante y gratificante y no un modelo impuesto para...¿jodernos, mantener el status quo, etc.?

    Ahora bien. Creo que hay dos tipos de varones: los que saben y los que no saben (ellos se lo pierden); y los que saben son los que se han dejado enseñar por las mujeres, y los segundos, no. Así de fácil.

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  3. Siempre me pregunto por qué hay explicaciones mitológicas del mundo que no cuelan ni un poquito y cuya falsedad todos advertimos enseguida, mientras que otras no menos míticas pasan para mucha gente poco menos que por verdades científicas e incontrovertibles, sagazmente descubiertas por profundos pensadores. Ejemplo de estas últimas -lo siento, mi querida Madame X- toda esa psicosociología barata: el modelo de satisfacción sexual que nos "venden" es el medio por el que nos "imponen" un modelo de familia y de sociedad... Nos "reprimen" el impulso sexual para evitar que subvirtamos el "Orden"...

    Nótese la pieza fundamental del mito: esa tercera persona plural -"venden", "han impuesto"- maligna, ubicua e intemporal -"desde hace siglos"- a cuyos maquiavélicos designios obedece todo lo que pasa y contra la que se nos invita a rebelarnos heroicamente. Cuando alguien utiliza una retórica parecida para explicar el 11 S, todos tenemos clara la evidente paranoia. Pero si lo que explica es por qué nos gusta meterla, entonces se trata poco menos que de la Revelación de las Verdades Ocultas...

    Atribuir a las conjuras de unos malvados "ellos" los resultados de nuestra propia conducta es más fácil y vistoso que analizar los mecanismos reales, bastante complejos, por los que funciona el mundo -por los que funcionamos-. Pero no es un modo adulto de razonar.

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  4. Por supuesto, estoy completamente de acuerdo con el comentario de Vanbrugh. Punto por punto, pero...

    Pero me hubiera gustado más que lo hubiera escrito una Madame Z, una mujer, y que dijera: "me gusta que me la metan", como es el caso de algunas afortunadas mujeres, ignoro cuantas dada la escasa fiabilidad encuestante, como señala Miroslav. Porque, y es aquí donde completo, creo, modestamente a Vanbrugh, una proposición tan lamentable como la de Madame X no surge de la nada, o de simplemente no reflexionar (ideas recibidas: tópicos), sino probablemente de unas experiencias sexuales propias lamentables. ¡Qué pena! Puede que el mundo te apriete, pero no por eso es más estrecho

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  5. No veo por qué el que le guste a una mujer el tema del coito va a dar más legitimidad el gusto por el varón de ese "preeliminar" en particular. A cada cual le gusta lo que le gusta, más concretamente a las personas nos encanta disfrutar y el placer del orgasmo y de la eyaculación llega por diferentes vías según la persona que tengamos a nuestro lado. Lo que sí que es cierto es que ni el coito, ni ningún otro preeliminar es algo que tengamos el placer de haber inventado nosotros. Igualmente como tampoco creo que ningún ente institucional tenga el poder de reprimir lo que las personas realizamos en nuestra intimidad. Más que nada porque lo que no se le ocurre a uno, se le ocurre al otro.

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  6. Y bueno rectificaré, porque está claro que hay entes con capacidad de reprimir en determinados momentos históricos la conducta sexual de las personas, pero dichos periodos no han durado "mucho" desde el punto de vista temporal y evidentemente tampoco han tenido la capacidad de afectar a todas las personas que vivieron ese momento en particular. Y es que los temas que dependen de los instintos no hay sociedad que los controlen, es algo tan absurdo como que pretendiesen controlar lo que comemos (de hecho el anuncio del chico vegetariano que quiere probar la carne es genial), o cuando se ha pretendido controlar lo que bebemos. Pues igual de absurdo pretender pasar a un segundo lugar el coito en sí, no se puede, porque hay mucha gente que disfruta con eso en particular.

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  7. Pero Amy, si ningún gusto necesita ser legitimado. Lo que yo no consiento es que se "deslegitime" ninguno, tampoco, y menos aún con bobadas mitológico-paranoicas, según las cuales "ellos" nos hacen creer que la penetración es el único acto sexual verdadero para afianzar el imperio eterno del Capitalismo Machista.

    Más que por otra cosa -al fin y al cabo nadie puede impedir que mi mujer y yo hagamos lo que nos dé la gana, y nunca mejor dicho- porque las tonterías manifiestas me aburren y me acaban irritando un poco...

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  8. Pues yo creo Vanbrugh que he querido expresar eso mismo que dices, pero se ve que lo he hecho fatal no¿? (lo digo porque me replicas).

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  9. Lo que yo decía de la legitimidad es porque Lansky quería que una mujer viniese a defender el coito de la misma forma que lo habéis hecho vosotros como vía de llegar al placer. A mi particularmente el coito me excita mucho, viene a ser en mi vida como un preeliminar...jajaja.

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  10. No, Amy, no lo has hecho fatal y estaba muy claro que tu intervención iba en la misma línea que la mía, a favor del coito y en contra de las teorías de la conspiración fálico-imperialista. Solo es que me chocó que hablaras de "dar legitimidad" a los gustos, y quise recalcar que ningún gusto necesita que le den tal cosa, porque nadie es quién para quitársela, tampoco. Pero tu comentario fue la ocasión, más que el objetivo.

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  11. Bueno yo más bien en contra de las teorías de la conspiración fálico imperialista, porque el coito no nos lo impone más que el instinto. En el aspecto sexual estoy más cerca de lo que expresa Miros en su post que del hecho de estar a favor o en contra del coito. Creo que todos tenemos esa concepción de que si no hay coito no hay relación sexual y es algo equivocado porque una relación sexual en sí es mucho más que eso. Mi primera experiencia sexual con un chico fue con la masturbación si he de seguir las líneas que marca miros en su post, cuando tenía sobre veinte años, luego el sexo oral y por último el coito. En las dos primeras llegué al orgasmo y sin embargo en la primera vez con el coito no, pero para mi la primera vez fue esa la del coito. De todas formas tampoco soy de las que piensan que el fin de una relación sexual (eso genera demasiada presión y a mi me gusta relajarme con el sexo) sea llegar al orgasmo, la experiencia me vale como relación entre dos personas que se aman, que como consecuencia colateral suele traer orgasmos.

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  12. Y sin embargo, la bien aliada y deshinbida Amy introduce un grave error en su primera intervención. Confunde las instituciones (por bien del lenguaje, me resisto a utilizar ese "ente institucional" que emplea y nada aporta) con la policía o los jueces, pero precisamente las dos instituciones que, con bastante éxito han conseguido controlar y reprimir estas cosas, más frecuentemente juntas o por separado, las educativas y las eclesiales lo han hecho y lo siguen haciendo, influyendo lamentablemente en muchas gentes.

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  13. ...¿orquesta caracas...?....¿..mete-saca..?....

    ..debo haberme equivocado de blog..¡¡

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  14. Leyendo ahora, antes de irme a almorzar, los comentarios a este post me quedo un poco perplejo. Tengo la impresión que más que a mi texto, las discusiones se refieren a las palabras de Madame X (a quien, dicho sea de paso, doy la bienvenida a este blog); parece que tanto Lansky como a Vanbrugh no comparten la tesis de que se nos esté imponiendo un determinado modelo de sexo. El tema creo que es para hablarlo despacito y no tergiversarlo; en todo caso, aunque apuntaba en una dirección similar a la que alude Madame X, no pretendía con este post ir tan lejos.

    Yo sí creo que, en estos tiempos de aparente liberalismo sexual y desvelamientos de antiguos oscurantismos, se nos cuenta una especie de versión oficial, algo así como lo que es el sexo "políticamente correcto". Y ese sexo "políticamente correcto" se centra en la penetración/eyaculación; por eso no es inocente que a ciertos actos se les llame preliminares. En mi opinión, eso no tiene nada que ver con que a Lansky (y a mí, por cierto) la penetración le resulte muy importante y gratificante o que Vanbrugh haga con su mujer lo que les de la gana. Tampoco tiene mucha relación con que haya mujeres a quienes les guste que se la metan aunque quizá sí algo con pensar (no digo que Lansky piense eso, pero sí aprovecho su comentario) que las mujeres que no se corren mediante la penetración (inmaduras para Freud) tengan una vida sexual lamentable.

    De otra parte, por más que Madame X haya sido muy escueta y, obviamente, carente del rigor que se le exigiría para sostener su tesis en un entorno académico (en el que no estamos), tampoco diría yo que haya soltado ninguna boutade. Desde hace muchos siglos, el sexo, la forma en que mantenemos relaciones sexuales los humanos, ha sido una de las materias favoritas para los moralistas, ha sido una de las fuentes más pródigas de "ideología" (entendido este término en su sentido más amplio y a la vez más preciso). Y las ideologías se construyen con finalidades prácticas relacionadas con el ordenamiento social. No hace falta ninguna conspiración. Pero el tema daría para una discusión larga.

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  15. Lansky hijo tú en tu línea, de todas formas no sé si mi deshinibición la ves en mi falta de pudor al hablar de mis comienzos en mi vida sexual (no hace más de dieciseis años) o porque comencé mi vida sexual con referencias distintas al coito, como la mayoría de la gente en todo caso, no creo que nadie empiece a conocer el sexo y se pongan a realizar la penetración. Pero bueno tú disfrutas encontrando errores, para qué privarte de ello.

    Miros no creo que ninguna institución, la iglesia católica quizás, necesite hacer marketing del coito para fomentar el modelo de familia que hasta ahora ha sido normal. Creo que quizás con el aborto sí que se manipula más a la gente, con el tema de los anticonceptivos, con el tema de la virginidad. Estos sí que son temas que llevan a la constitución de un modelo determinado familiar y no otro. Pero las relaciones que se dan en la intimidad, de las que a nadie tienes que dar cuenta no creo que se vean tan afectadas, posiblemente todavía no he llegado al grado de deshinibición necesaria para poseer una muestra lo suficientemente representativa de hombres en mi vida que avalasen lo que digo (jajajaj). O posiblemente mis amigas sean tan deshinibidas como yo en cuestión de sexo y no he visto en ellas remilgo alguno ocasionado por la represión, también es verdad que entre el señor lansky y yo hay una gran diferencia de edad y como consecuencia grandes diferencias en cuanto a lo que cada cual considera deshinibición.

    Las personas que más afectadas se van a ver siempre son los que menos acceso tienen al conocimiento, los que menos curiosidad sienten por cuestionar lo que viene dado, pero esto no sólo pasa en el sexo, sino en todo los demás ámbitos de la vida. Y quizás por eso pienso que la sexualidad es donde menos mella hacen este tipo de censura porque esos preeliminares no tienen nada de nuevos y ahí siguen formando parte de nuestra sexualidad y siguen sin estar en vías de extinción, tampoco necesitan de marketing alguno para que su grado de aceptación sea mayor. Las hormonas son su mejor aliado y en cada generación éstas hacen de difusor.

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  16. Sin querer pecar de simplista ante tanto comentario meditado, yo considero los preliminares algo totalmente imprescindible sin los cuales, al menos conmigo, no hay relación sexual posible.

    Claro que, para mí, los dichosos preliminares no tienen necesariamente que ir ligados a un contacto físico directo, aunque normalmente se recurra a eso por comodidad o falta de recursos, sino que están más ligado a estimular la mente que a otra cosa.

    Luego está el coito o la forma en la que se decida finalizar el acto y llegar al orgasmo, algo que a diferencia de los preliminares es mucho más físico y cuanto menos ligado esté a la mente, mejor.

    Si prescindimos de la última fase no hay relación sexual, vale, pero si prescindimos de la primera yo creo que tampoco.

    Ceñir el término preliminar al manoseo y besuqueo me parece limitarlo un exceso, yo alargaría la definición a cualquier estímulo sensorial que despierte nuestra libido y nos caliente, es decir, que nos predisponga a practicar sexo (sea este políticamente correcto, o incorrecto).

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  17. Amy, los juicios de intenciones ("tú, lansky en tu linea", "te gusta criticar", etc.) no valen, porque son prejuicios, no juicios. Más bien tú tomas cualquier disensión (que las intituciones influyen o no influyen) como un ataque contra tí. Es un problema tuyo, yo no tengo nada contra tí, sino simplemente que tus opiniones me parecen tópicas y simplonas, en este caso.

    Miroslav, sorprendentemente no has entendido lo que decía (ni lo que decía V.): más bien estamos todos de acuerdo en que lo políticamente correcto en sexo hay que denunciarlo.

    Tampoco yo decía -ni de lejos- que el que una mujer no se corra con la penetración (memeces del "brujo de Viena" al margen) sea lamentable (lo es, pobre), puesto que puede deberse a una simple configuración de sus órganos sexuales (clítoris, etc.), sino que de ahí se deduzca que la penetración es un intrumento de opresión machista o político

    Y sí, todos estos comentarios son pretextos que rozan sólo tu post. Pasa mucho.

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  18. Lansky, casi ninguno estamos libres de prejuicios (neanche tu, caro amico); por ejemplo, creo que sí he entendido lo que decía V (y tú). Por supuesto que todos coincidimos en que lo políticamente correcto, en sexo o en cualquier otro ámbito, hay que denunciarlo; en lo que V puede que no esté tan de acuerdo es en que se nos "imponga" (con todas las comillas del caso) un determinado modelo de sexo.

    Y, en efecto, tú no decías que fuera lamentable que las mujeres no se corriesen con la penetración, como quise aclarar cuando, a propósito y con fines ilustrativos, aproveché tu comentario dándole una intención que sé que no era la tuya. Trataba sólo de dar mi opinión sobre que cosas podían tener relación y cuales no con el asunto al que yo me refería.

    Y claro que los comentarios son pretextos que rozan el tema del post, y claro que pasa mucho. Sólo pretendía aclararlo para posibles despistados.

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  19. Querido Miroslav, mis disculpas en primer lugar. Efectivamente, por culpa de mi primer comentario la discusión se ha desviado más hacia lo que dijo Madame X que hacia lo que exponías tú en el post. Como bien te dice Lansky, es algo que suele pasar. No creo que pueda evitarse y ni siquiera estoy seguro de que deba hacerse. Pero en tu blog, evidentemente, mandas tú; si no deseas discusiones adventicias, házmelo saber y me abstendré, en cuanto esté a mi alcance, de provocarlas.

    La intención de tu post era clara y es difícil no estar de acuerdo con ella: una relación sexual no tiene por qué limitarse, ni siquiera centrarse -ni siquiera incluirlo necesariamente- en el coito. El hecho mismo de llamar "preliminares" a las actividades sexuales distintas de la penetración parece relegarlas a un lugar secundario y otorgar en cambio a esta un papel sustantivo y central que no tiene por qué tener. Hasta ahí yo creo que no habrá muchos lectores tuyos que no estén de acuerdo.

    Lo que personalmente provoca mi belicosidad no es tanto pensar que nadie esté tratando de proscribir el coito como ese tono, en mi opinión tontamente panfletario, que utiliza Madame X y en el que, en parte, incurres también tú, al "denunciar" este reduccionismo coital como arma de una "campaña" por la que "alguien" trata de imponer un modelo específico no solo de relación sexual sino, a través de él, de "familia y de sociedad", para preservación del Orden establecido.

    A cualquiera que piense le es fácil llegar a la conclusión de que la tendencia a reducir cualquier actividad sexual al tradicional mete-saca es consecuencia del machismo. Sería tonto negarlo, y ni yo ni Lansky, creo, tratamos de hacerlo. Tan es así que Lansky llega a decir una cosa muy cierta y que comparto plenamente: los hombres que más disfrutan y hacen disfrutar del sexo; los que mejor hacen el amor, son los que se han dejado enseñar por las mujeres. Porque de ese modo han superado su tendencia rudimentariamente machista a centrarse en la penetración y la eyaculación y han aprendido a tener en cuenta muchas otras posibilidades a las que la sensibilidad femenina está más abierta y más cercana. No tengo el menor problema en admitir eso, cuando se dice así.

    Pero cuando empiezo a escuchar que "nos venden" una "versión oficial" "políticamente correcta" del sexo; y que ello es "una argucia para someternos al modelo de familia y de sociedad que nos han impuesto desde hace siglos", la verdad, querido Miroslav, no puedo evitar que me dé la risa ni que se me despierte el gusanillo de la polémica. Las bobadas me lo despiertan siempre, irremisiblemente. Me despiertan, también cierta ternura, lo confieso: me conmueve ver cómo adultos pensantes siguen recontando el mundo en términos de comic de buenos y malos, buscando un bando nítido en el que militar y una causa noble evidente por la que batirse brillante y heroicamente. Reconozco, incluso, la íntima satisfacción que produce ser uno el autor de frases tan redondas, tan valientes, tan tajantes y tan correctamente alineadas con el lado indiscutiblemente "de los buenos": yo también la experimenté a los dieciocho años. Pero luego me dan, inevitablemente, muchas ganas de tomar un poco el pelo a sus autores. Confieso haber cedido a esas ganas y, si realmente te ha molestado, prometo no volverlo a hacer.

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  20. Aquí Madame Z. No te preocupes Miroslav que yo te entiendo, no hay nada mejor que el mete y saca. Meter cizaña y sacar provecho es una de mis aficiones favoritas.

    Vanbrugh, es un placer leerte.

    Lansky, ¿a que la experiencia es la madre de la ciencia?

    Un beso grande a los tres

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  21. Después de tanto comentario de ída y vuelta estoy un poco perdida, a ver si me centro:
    puestos a hablar de preliminares yo pregunto ¿desde qué punto se consideran preliminares? Porque pueden empezar con una subyugadora charla durante la cena, un vino bien elegido, o un paseo de la mano.

    Creo que casi todas las mujeres que entrevisten dirán que los preliminares son fundamentales y que en sí ya forman parte del acto sexual, haya o no haya penetración.

    No quiero extenderme mas.
    Y me uno al elogio de Madame: qué bien escribes.
    Un beso

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  22. A ver, me encanta este blog porque siempre me hace pensar/aprender algo.

    Sobre el post, totalmente de acuerdo con Miroslav, con Raquel y con Mery. Los demás creo que se han enredado en una discusión sin mucho sentido... y es que el sexo es un tema que llega muy adentro (sic). Primero habría que definir preliminares y acto sexual propiamente dicho y, la verdad, dejarlo sólo en penetración puede ser muy pobre y muy aburrido.

    Todo lo demás: teorías personales y de pareja.

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  23. Querido Vanbrugh, no tienes nada de qué disculparte. Madame X y Mery halagan mi vanidad diciéndome que escribo bien, pero la verdad es que no es así, porque lo cierto es que transmito intenciones distintas a las que pretendo. Aclaro: no me molesta para nada que los comentarios se desvíen del meollo de un post escrito por mí y, por tanto, no tengo ningún deseo de evitar discusiones adventicias (interesante tu elección de adjetivo). Si, como dices, en mi blog mando yo, te mando que hagas en él lo que te dé la gana, pues me consta que no harás nada que me moleste.

    En cuanto a la intención de mi post, tu resumen es certerísimo, lo cual me agrada. En cuanto a lo que pretendías tú con tu comentario, lo que ahora dices es exactamente lo que entendí en mi primera lectura, con lo cual corroboras la opinión que le di a Lansky, que creía haberte entendido. En tercer lugar, aprovecharé para suscribir con convencimiento absoluto y entusiasta tu abundamiento en la afirmación lanskyana de que los hombres que más disfrutan y hacen disfrutar del sexo son los que se han dejado enseñar por las mujeres, y es, efectivamente, por los motivos que apuntas. O sea que, hasta aquí, creo que todos coincidimos; lo cual (añado) no creas que es una obviedad; es decir, no creas que ese todos (referido a nosotros tres) puede ampliarse alegremente a una generalidad de ejemplares machos de nuestra especie.

    Las posibles discordancias podrían aparecer respecto a nuestra opinión sobre si hay una "versión oficial", sobre si, de haberla, ésta "nos la venden", y finalmente sobre las intenciones más o menos ocultas que se persiguen con dicha "venta". Digo posibles discordancias porque ni siquiera estoy seguro si disentiríamos y respecto a cuál asunto si nos pusiéramos a detallar cada uno de estos aspectos. Porque, por supuesto, a estas alturas yo también soy muy escéptico sobre esas visiones maniqueas del mundo y sobre la validez (como no sea para ilustrar caricaturescamente la realidad) de frases tan tajantes. Pero el que las afirmaciones panfletarias sean siempre sospechosas y nunca (salvo rarísimas excepciones) verdaderas en esos términos tajantes, tampoco quiere decir que no tengan "algo" de verdad. Y a eso quería referirme diciendo que el sexo está lleno de ideología y que esas ideologías no son inocentes e inocuas. Pero, tratar estos temas, nos obligaría a ir despacito.

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  24. Resumiendo. Los verdaderos pre-liminares son las miradas, las primeras palabras, los gestos, pero sobre todo, las miradas.

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