Acertijo con dos pistas
Pista cinematográfica
Pista literaria
Un tacto muy suave, el de los autobuses, sobre todo si se abrazan entre los muslos y se les acaricia con ambas manos, del morro a la cola, del motor a la plataforma. Luego, subido en la plataforma, se nota la barra para sostenerse que es basta, pero también otra cosa mullida, que es una nalga. A veces incluso hay dos y habremos de construir la oración en plural. Puede también que agarremos un cachivache tubular y vibrante que regurgita ruidos absurdos o acaso un bártulo de espirales trenzadas más suaves que un rosario, más sedosas que un alambre de púas, más aterciopeladas que una soga y más sutiles que una maroma. Hasta cabe tocarse con el dedo la estupidez humana, algo viscosa debido al calor.
Más tarde, si uno espera con paciencia una hora, frente a una estación áspera, podrá sumergir la mano tibia en el delicioso frescor de un botón de hueso que no está en su sitio.
Estoy completamente despistado. Pero no me rindo, de momento.
ResponderEliminar¡Santo Cristo de Limpias, qué cantidad de surrealismo junto!
ResponderEliminarSólo he reconocido a Philippe Noiret en la mecedora, pero el resto del asunto, como que me resulta algo difuso. Buscaré, buscaré.
Buen ojo, Cigarra. Ya Vanbrugh tiene una pista para empezar a buscar.
ResponderEliminarY añado otra: el texto original lo he modificado ligeramente, porque si no el maldito Google chafaba toda la gracia.
Puesto que has sacado nuevo post y nadie más parece querer intentarlo, me animo a dar mi respuesta. Me consta que Cigarra la ha casi conseguido -tiene un error en la pista literaria- y me apresuro a hacer constar que, efectivamente, el primer hilo del que tirar me lo dió ella, Cigarra, identificando a Philippe Noiret, al que yo no habría reconocido sin ella y gracias al cual descubrí todo lo demás. Qué desastre, ser tan mal fisonomista... (Fíjate lo malo que soy que, al principio, me pareció que el gendarme era Jack Lemmon. Tiene un cierto aire... Pero estaba claro que la película no era Irma la Dulce, única en la que JL se viste de gendarme.)
ResponderEliminarLes autobus sont doux au toucher surtout si on les prend entre les cuisses et qu’on les caresse avec les deux mains, de la tête vers la queue, du moteur vers la plate-forme. Mais quand on se trouve sur cette plate-forme alors on perçoit quelque chose de plus âpre et de plus rêche qui est la tôle ou la barre d’appui, tantôt quelque chose de plus rebondi et de plus élastique qui est une fesse. Quelques fois il y en a deux, alors on met la phrase au pluriel. On peut aussi saisir un objet tubulaire et palpitant qui dégurgite des sons idiots, ou bien un ustensile aux spirales tressées plus douces qu’un chapelet, plus soyeuses qu’un fil de fer barbelé, plus veloutées qu’une corde et plus menues qu’un câble. Ou bien encore on peut toucher du doigt la connerie humaine, légèrement visqueuse et gluante, à cause de la chaleur.
Puis, si l’on patiente une heure ou deux, alors devant une gare raboteuse, on peut tremper sa main tiède dans l’exquise fraîcheur d’un bouton de corozo qui n’est pas à sa place. Este es el texto original francés en cuya traducción, excelente, no me parece que hayas cambiado nada sustancial, ni decisivo para que Google lo encontrara... ¿O sí? No se me ocurre qué.
En fin el caso es que es un "ejercicio de estilo" de Raymond Queneau. Contra lo que cree Cigarra, no pertenece a su novela Zazie dans le Métro, cuya traducción (por Sánchez Dragó, y debo decir que bastante mala, a mi uicio) me acabo de recorrer íntegra, sin resultado, buscando caricias de autobuses, hasta que he resuelto recurrir a google, meterle una traducción mía al francés y ver qué salía. Mi traducción no se parecía gran cosa al original, pero sí lo suficiente - dos o tres palabras clave- como para encontrar el párrafo que transcribo.
¿Por qué buscaba a Queneau y a Zazie dans le Métro? Porque gracias a Cigarra y a su identificación de Noiret, que me ha permitido rebuscar en la filmografía de este último, sabía ya que la película sí es "Zazie dans le Métro", de Louis Malle, (1960), basada en la novela de Queneau de igual título.
En fin, muchas gracias. Como siempre, he pasado un buen rato.
Bravo, Vanbrugh. Voy a tener que prohibirte participar en mis acertijos, no vaya a ser que desanimes a los demás "concursantes". La respuesta es, efectivamente, Queneau, autor tanto del cuento (que no he leído) en el que se basa la estupenda película de Malle (de la que he disfrutado como un enano este pasado fin de semana), como del texto de sus ejercicios de estilo.
ResponderEliminarAprovecho para corregirte porque no he traducido nada (mi francés es casi nulo). Simplemente tomé el texto del que disponía y, tras elegir la "versión" que más me gustaba de las muchas que nos ofrece Queneau, me dediqué a cambiar palabras y alguna que otra ordenación sintáctica para, como dije, evitar que Google diera la solución sin esfuerzo ninguno. Me alegra que mi "traducción" te parezca excelente, aunque no lo sea; la verdad es que quedé razonablemente satisfecho con el resultado, aunque si mejoro algo no es el original sino la traducción de la Editorial Cátedra.
Conste que Queneau no me entusiasma demasiado ni tampoco las tonterías experimentales de Oulipo, lo que no quita para que en su torno haya habido algunos elementos que sí cuento entre mis favoritos. Por ejemplo, el texto que escogí me deja unas ciertas reminiscencias cortazianas de lo más simpáticas. En todo caso, me gustó tanto la peli de Zazie que me han entrado ganas de leer el cuento que dio pie a Malle a hacer una obra tan surrealista y vitalista.
En fin, que felicidades de nuevo. Ahora tendré que pensar el premio que has ganado.
La verdad es que tampoco a mí me entusiasma Queneau, del que lo único que he leído, hace veintiocho años (me lo regalaron en 1982, pone en la primera página) es el Zazie este. Reconozco que traducir a Queneau es muy difícil, pero el ejercicio de contorsionismo idiomático que hizo Dragó para inventarse un supuesto español "coloquial" equivalente al francés de Queneau y que nadie nunca ha hablado ni escuchado antes ni después de su traducción me pone bastante nervioso. De modo que quizás sea culpa suya y no del autor. Un día que tenga más ganas lo intentaré en francés, a ver qué tal.
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