Apuntes post-electorales inmediatos
Domingo 21:15
¿Cuántas elecciones ha habido en España desde la muerte de Franco? Voy a la wikipedia y obtengo la respuesta: cuatro referenda nacionales (los autonómicos no me han tocado), seis al parlamento europeo, diez generales, ocho autonómicas y nueve municipales (incluyendo éstas). En los dos primeros referenda (el de la Ley para la Reforma Política y el de ratificación de la Constitución), así como en las primeras municipales (las del 79) no estaba en España y por tanto no voté. Así que, con esta últimas (y teniendo en cuenta que las autonómicas y las municipales han coincidido desde el 83), he vivido 26 elecciones y en todas había votado … ¡Menos en la de hoy! La verdad es que me ha costado no acercarme a la Casa de la Cultura, en el otro extremo de mi calle, apenas a trescientos metros. El domingo ha ido pasando, minuto a minuto, y cada poco una vocecilla me alertaba de que el tiempo corría, me incitaba a desperezarme y darme un salto a votar. Pero, al mismo tiempo, una resistencia interna me mantenía en casa, la que provenía del hastío que todos hemos ido acumulando en estos últimos tiempos. Y eso que estas elecciones son, de todas las que he vivido, las que, desde un punto de vista egoísta (laboral, para más señas), más importantes me son, más me pueden influir sus resultados en mi inminente vida cotidiana. Aún así, no he ido a votar y cuando he salido de casa a dar mi caminata diaria ya era demasiado tarde. Sin embargo, no he podido evitar una sensación de culpa, de mal cuerpo, que se me ha agravado cuando, de regreso, he pasado por delante de la Casa de la Cultura y he visto tras las cerradas puertas de cristal a los encargados de las dos mesas haciendo los correspondientes recuentos. En fin, siempre hay una primera vez, incluso para dejar de hacer algo. Ahora me pondré a ver qué resultados salen (incluyendo la medida de la abstención).
Lunes 00:35
Descalabro del PSOE y subidón del PP; tales son los resultados para el conjunto nacional. La interpretación más repetida en las distintas televisiones es que estas elecciones se han planteado como una primera vuelta de las generales. Puede ser, pero en mi opinión sería algo erróneo: tanto el ámbito local como el autonómico tienen muchísimo valor y no se termina de aceptar. Con el sistema constitucional y europeo de reparto de competencias, el gobierno de la Nación es mucho menos importante de lo que suele creerse y, desde luego, por muy mal que lo haya hecho Zapatero (que lo ha hecho) no es él ni sus ministros los culpables de la crisis. En todo caso, gran mayoría de los comentaristas coinciden en que estos resultados "obligan" al presidente del gobierno español a dimitir y adelantar las generales. Por supuesto que no es así, ni jurídica ni políticamente. Cuando digo políticamente para nada pienso en términos éticos: lo político, nos guste o no, poco tiene que ver con lo ético. El objetivo de cualquier político es el poder (llegar o mantenerse); ésta es la única y suprema regla, a la que se supedita cualquier comportamiento. Por tanto, argumentos de mucho peso tendría que haber (y no el haber sufrido un descalabro electoral) para que Zapatero dimita, y lo mismo haría cualquier otro en su lugar.
Aquí, en Canarias, alguna que otra sorpresa. La más llamativa y que más me afecta es que, en el Ayuntamiento para el cual trabajo, el actual alcalde, en contra de todas las expectativas, no sólo no mejora los resultados de su antecesora sino que pierde por un concejal la mayoría absoluta. Veremos qué pasa a partir de ahora, pero no descarto que esto influya en nuestro trabajo (estoy convencido, y así muchos me lo han comentado, de que parte de la explicación del mal resultado se debe a la nefasta foto electoral con la que ha llenado las calles de La Laguna). De otra parte, aunque el PP ha ganado claramente a Coalición Canaria en número de votos en el conjunto del archipiélago (más de un 30% por encima), gracias al injustísimo sistema electoral obsesionado por el equilibrio interprovincial e interinsular en vez del demográfico, ambos partidos se reparten en principio igual número de escaños en el Parlamento. ¿Cómo serán los pactos? La respuesta es obvia (y ya desde las primeras comparecencias se han lanzado los pertinentes guiños): CC y PSOE, por dos motivos de la máxima solidez. Primero, Coalición es el quinta esencia de una organización diseñada para el poder, con unos dirigentes tremendamente hábiles en estos fines. Tal es la finalidad de todo partido político, sí, pero en el caso de CC ese objetivo está destilado y concentrado al máximo, entre otras razones porque, a diferencia del PSOE y del PP, es este poder, el que se dilucidaba en estas elecciones, el que de verdad les interesa y sin el cual no subsistirían. La segunda razón es que el PSOE, con su espectacular descalabro, deja muy fáciles los pactos, apenas sin coste. ¿Un pacto entre el PP y CC en el que los populares renunciaran a la presidencia de gobierno y a la alcaldía de Santa Cruz en donde han sido los más votados? ¿Un pacto entre el PP y el PSOE por el que los socialistas contribuirían a que también esta comunidad se pintara de azul en el mapa de los gobiernos autonómicos? En fin, que todo pinta bastante claro, lo cual no impide que durante los próximos días asistamos a la eterna cháchara de los analistas y a las maniobras de despiste de los negociadores, como si se sintieran obligados a darle al pobre espectáculo una mínima dosis de suspense cuando todos sabemos que el asesino es el mayordomo.
Lunes 21:50
Como era de esperar, la concejala de urbanismo no ha aparecido hoy por la Gerencia. Muchos cotilleos a media voz: nadie quiere "significarse", que era como se decía antes (¿será que sigue habiendo algo de mieditis? No, llámalo prudencia). En los escasos comentarios de políticos y de "sabios" que he oído a lo largo del día se apunta cada vez con mayor claridad mi impresión nada más ver los resultados (o sea: pacto generalizado, con excepciones, CC-PSOE). Tan sólo los del PP siguen empeñados en declaraciones de que van a gobernar Canarias (y también Santa Cruz, angelitos). Incluso he leído a alguno que dice que lo lógico sería un intercambio cruzado de municipios basado en ese utópico pacto CC-PP: Te apoyo en La Laguna y me dejas gobernar en Santa Cruz. Supongo que no se lo creen ni ellos (los del PP, me refiero). Mientras el preclaro Blanco anuncia "pactos de progreso" y cita a Canarias. Ya se va preparando el falso lenguaje ideológico con fines justificativos. Si sólo tratas de pillar cargos, hombre, di la verdad. Pero de lo mío, nada nuevo, así que sigo a la espera de ver qué pasa en los próximos días. Confío que en mi primer encuentro con los políticos tras su pírrica victoria ya hayan digerido con buen humor el resultado. Entre tanto, como decía un buen amigo, ¿con quién hemos ganado esta vez? Pues no, esta vez no hemos ganado, pero es que no se podía con ninguno.
¿Cuántas elecciones ha habido en España desde la muerte de Franco? Voy a la wikipedia y obtengo la respuesta: cuatro referenda nacionales (los autonómicos no me han tocado), seis al parlamento europeo, diez generales, ocho autonómicas y nueve municipales (incluyendo éstas). En los dos primeros referenda (el de la Ley para la Reforma Política y el de ratificación de la Constitución), así como en las primeras municipales (las del 79) no estaba en España y por tanto no voté. Así que, con esta últimas (y teniendo en cuenta que las autonómicas y las municipales han coincidido desde el 83), he vivido 26 elecciones y en todas había votado … ¡Menos en la de hoy! La verdad es que me ha costado no acercarme a la Casa de la Cultura, en el otro extremo de mi calle, apenas a trescientos metros. El domingo ha ido pasando, minuto a minuto, y cada poco una vocecilla me alertaba de que el tiempo corría, me incitaba a desperezarme y darme un salto a votar. Pero, al mismo tiempo, una resistencia interna me mantenía en casa, la que provenía del hastío que todos hemos ido acumulando en estos últimos tiempos. Y eso que estas elecciones son, de todas las que he vivido, las que, desde un punto de vista egoísta (laboral, para más señas), más importantes me son, más me pueden influir sus resultados en mi inminente vida cotidiana. Aún así, no he ido a votar y cuando he salido de casa a dar mi caminata diaria ya era demasiado tarde. Sin embargo, no he podido evitar una sensación de culpa, de mal cuerpo, que se me ha agravado cuando, de regreso, he pasado por delante de la Casa de la Cultura y he visto tras las cerradas puertas de cristal a los encargados de las dos mesas haciendo los correspondientes recuentos. En fin, siempre hay una primera vez, incluso para dejar de hacer algo. Ahora me pondré a ver qué resultados salen (incluyendo la medida de la abstención).
Lunes 00:35
Descalabro del PSOE y subidón del PP; tales son los resultados para el conjunto nacional. La interpretación más repetida en las distintas televisiones es que estas elecciones se han planteado como una primera vuelta de las generales. Puede ser, pero en mi opinión sería algo erróneo: tanto el ámbito local como el autonómico tienen muchísimo valor y no se termina de aceptar. Con el sistema constitucional y europeo de reparto de competencias, el gobierno de la Nación es mucho menos importante de lo que suele creerse y, desde luego, por muy mal que lo haya hecho Zapatero (que lo ha hecho) no es él ni sus ministros los culpables de la crisis. En todo caso, gran mayoría de los comentaristas coinciden en que estos resultados "obligan" al presidente del gobierno español a dimitir y adelantar las generales. Por supuesto que no es así, ni jurídica ni políticamente. Cuando digo políticamente para nada pienso en términos éticos: lo político, nos guste o no, poco tiene que ver con lo ético. El objetivo de cualquier político es el poder (llegar o mantenerse); ésta es la única y suprema regla, a la que se supedita cualquier comportamiento. Por tanto, argumentos de mucho peso tendría que haber (y no el haber sufrido un descalabro electoral) para que Zapatero dimita, y lo mismo haría cualquier otro en su lugar.
Aquí, en Canarias, alguna que otra sorpresa. La más llamativa y que más me afecta es que, en el Ayuntamiento para el cual trabajo, el actual alcalde, en contra de todas las expectativas, no sólo no mejora los resultados de su antecesora sino que pierde por un concejal la mayoría absoluta. Veremos qué pasa a partir de ahora, pero no descarto que esto influya en nuestro trabajo (estoy convencido, y así muchos me lo han comentado, de que parte de la explicación del mal resultado se debe a la nefasta foto electoral con la que ha llenado las calles de La Laguna). De otra parte, aunque el PP ha ganado claramente a Coalición Canaria en número de votos en el conjunto del archipiélago (más de un 30% por encima), gracias al injustísimo sistema electoral obsesionado por el equilibrio interprovincial e interinsular en vez del demográfico, ambos partidos se reparten en principio igual número de escaños en el Parlamento. ¿Cómo serán los pactos? La respuesta es obvia (y ya desde las primeras comparecencias se han lanzado los pertinentes guiños): CC y PSOE, por dos motivos de la máxima solidez. Primero, Coalición es el quinta esencia de una organización diseñada para el poder, con unos dirigentes tremendamente hábiles en estos fines. Tal es la finalidad de todo partido político, sí, pero en el caso de CC ese objetivo está destilado y concentrado al máximo, entre otras razones porque, a diferencia del PSOE y del PP, es este poder, el que se dilucidaba en estas elecciones, el que de verdad les interesa y sin el cual no subsistirían. La segunda razón es que el PSOE, con su espectacular descalabro, deja muy fáciles los pactos, apenas sin coste. ¿Un pacto entre el PP y CC en el que los populares renunciaran a la presidencia de gobierno y a la alcaldía de Santa Cruz en donde han sido los más votados? ¿Un pacto entre el PP y el PSOE por el que los socialistas contribuirían a que también esta comunidad se pintara de azul en el mapa de los gobiernos autonómicos? En fin, que todo pinta bastante claro, lo cual no impide que durante los próximos días asistamos a la eterna cháchara de los analistas y a las maniobras de despiste de los negociadores, como si se sintieran obligados a darle al pobre espectáculo una mínima dosis de suspense cuando todos sabemos que el asesino es el mayordomo.
Lunes 21:50
Como era de esperar, la concejala de urbanismo no ha aparecido hoy por la Gerencia. Muchos cotilleos a media voz: nadie quiere "significarse", que era como se decía antes (¿será que sigue habiendo algo de mieditis? No, llámalo prudencia). En los escasos comentarios de políticos y de "sabios" que he oído a lo largo del día se apunta cada vez con mayor claridad mi impresión nada más ver los resultados (o sea: pacto generalizado, con excepciones, CC-PSOE). Tan sólo los del PP siguen empeñados en declaraciones de que van a gobernar Canarias (y también Santa Cruz, angelitos). Incluso he leído a alguno que dice que lo lógico sería un intercambio cruzado de municipios basado en ese utópico pacto CC-PP: Te apoyo en La Laguna y me dejas gobernar en Santa Cruz. Supongo que no se lo creen ni ellos (los del PP, me refiero). Mientras el preclaro Blanco anuncia "pactos de progreso" y cita a Canarias. Ya se va preparando el falso lenguaje ideológico con fines justificativos. Si sólo tratas de pillar cargos, hombre, di la verdad. Pero de lo mío, nada nuevo, así que sigo a la espera de ver qué pasa en los próximos días. Confío que en mi primer encuentro con los políticos tras su pírrica victoria ya hayan digerido con buen humor el resultado. Entre tanto, como decía un buen amigo, ¿con quién hemos ganado esta vez? Pues no, esta vez no hemos ganado, pero es que no se podía con ninguno.
Nuntereggae più - Rino Gaetano (Nuntereggae più, 1978)
Como acompañamiento musical de estas desencantadas impresiones, va una canción compuesta en 1978 por Rino Gaetano, uno de los más interesantes cantautores italianos de los setenta muerto con sólo treinta años después de un accidente de coche y de que la ambulancia que lo recogió lo paseara hasta por cinco hospitales sin que en ninguno lo admitieran. El título es un juego de palabras con la expresión romanesca nun te reggo più, que vendría a significar "no te aguanto más". Y no sólo por el título sino también por la letra (que es una rabiosa denuncia de la corrupción política de la Italia de esa época) la canción viene que ni pintada como banda sonora de los tiempos que corren (¿qué escribiría Rino si levantara la cabeza y viera cómo están Italia y Europa?) Hay por cierto versión en español y también la tengo, pero me gusta más la original (ya saben que sigo con la italianitis).
Pues en Córdoba sí ha habido verdadera sorpresa, aunque una vez desvelada ha resultado de lo más lógica. Que el PP ganaba estaba más que cantado (ya lo venía haciendo desde hace años). Aquí ha sido la irrupción en tromba de un corrupto implicado en la Malaya (de hecho se sospecha que fue su apodo, Sandokán, el que la bautizó)que se ha presentado para intentar autoamnistiarse d euna multa de 24 millones. Todo el mundo habla de estupidez colectiva. Yo tengo otra lectura que ya depositaré en un post y que tiene que ver con otro tipo de "indignación". Aquí lo que ha pasado es que los votos de una populista se los ha llevado otro populista. A Rosa Aguilar la sucede Sandokán. Y los demás siguen su evolución natural. La naturaleza del populismo es así: no se basa en cadenas ideológicas, sino instintivas, de los instintos más básicos, esos que los políticos "normales" se han encargado en fomentar y que ahora se les vuelvem en contra.
ResponderEliminarDe todas formas me temo que asistiremos a una berlusconización general el país. Aquí no somos diferentes. Ya nos iba tocando. La diferencia estribará en que no contaemos con un Payasón al que tirar al blanco desde la resistencia. Berlusconización atomizada, pues. Si la "indignación" que acaba de nacer no lo remedia.
Un saludo, Miroslav. Y buena digestión del morcillón electoral.
Yo le voy dando el pésame a todo el mundo.
ResponderEliminarNo por previsto, un óbito deja de ser un óbito