martes, 16 de septiembre de 2008

Universos paralelos

(... y para lelas, como decían en el programa radiofónico de Pablo Motos)

Escuche con atención, Brick, y luego respóndame francamente. Apoyando los brazos sobre la mesa, Frisk se inclina hacia adelante e inquiere: ¿Estamos en el mundo real o no?

¿Cómo puedo saberlo? Todo parece real. Estoy aquí sentado, metido en mi propio cuerpo, pero al mismo tiempo no es posible que me encuentro en este lugar, ¿verdad? Mi sitio es otro.


Está usted aquí, no cabe duda. Y es de otro sitio.


Las dos cosas no puede ser. O lo uno o lo otro.


¿Le resulta familiar el nombre de Giordano Bruno?

No. Nunca he oído hablar de él.

Un filósofo italiano del siglo dieciséis. Sostenía que si Dios es infinito, y sus poderes son infinitos, entonces debe haber un número infinito de mundos.


Me parece que tiene sentido. Suponiendo que uno crea en Dios.


Lo quemaron en la hoguera por esa idea. Pero eso no significa que estuviera equivocado, ¿verdad?

¿Por qué me lo pregunta? No tengo la menor idea de esas cosas. ¿Cómo voy a darle una opinión de algo que no comprendo?

Hasta que no se despertó el otro día en aquel hoyo, había vivido toda su vida en otro mundo. Pero, ¿cómo podía estar seguro de que sólo existía ese mundo?


Porque ... porque era el único mundo que yo conocía.


Pero ahora conoce otro mundo diferente. ¿Qué le sugiere eso, Brick? 

No lo entiendo. 

No hay una sola realidad, cabo. Existen múltiples realidades. No hay un único mundo. Sino muchos mundos, y todos discurren en paralelo, mundos y antimundos, mundos y sombras de mundos, y cada uno de ellos lo sueña, lo imagina o lo escribe alguien en otro mundo. Cada mundo es la creación mental de un individuo.

Leo este diálogo en la última novela de Auster (Un Hombre en la Oscuridad, Anagrama, septiembre 2008; pag 82-83) y me remite a uno de mis asuntos favoritos de fantaseo, el de los universos paralelos. Hay abundantísima literatura sobre estas materias, un riquísimo catálogo de variedades, tantas que difícilmente puede uno llegar a conocerlas todas. Los ejemplos que he catado son, por supuesto, escasos y entre ellos no se encuentra Giordano Bruno.

Hasta hace dos días, identificaba a Bruno por referencia a Galileo; el amigo excéntrico que, en lo básico, tenía una idea cosmológica parecida pero que llegó demasiado lejos en sus derivaciones teológicas y fue demasiado chulo como para retractarse, con el resultado previsible de que el 17 de febrero de 1600 lo quemaron vivo en el Campo dei Fiori romano (hecho que se conmemora con su estatua en el centro de la plaza). Sin embargo, desconocía que hubiese especulado sobre la combinatoria del infinito que necesariamente tiende a entremezclar acto y potencia.

«Dios es omnipotente y perfecto y el universo es infinito; si Dios lo conoce todo entonces es capaz de pensar en todo, incluido lo que yo pienso. Debido a que Dios es perfecto y conoce todo, debe crear lo que yo pienso. Yo puedo imaginar un infinito número de mundos parecidos a la tierra, con un jardín del Edén en cada uno. En todos esos jardines la mitad de los Adanes y Evas no comerán del fruto del conocimiento y la otra mitad lo hará; de esta manera un infinito número de mundos caerá en desgracia y habrá un infinito número de crucifixiones. De aquí puede haber un único Jesús que irá de mundo en mundo o un infinito número de Jesuses. Si hay un solo Jesús la visita a un número infinito de mundos tomará una infinita cantidad de tiempo, de este modo debe haber un infinito número de Jesucristos creados por Dios».

Este es el fragmento más transcrito de Bruno desde el que se han elucubrado numerosas fantasías y teorías no tan fantasiosas. Derivando desde Bruno y pasando por Heisenberg (el principio de indeterminación) y Schrödinger (¿muere o no muere el gato?), en 1957 un joven licenciado en Princeton, Hugh Everett, presentó su tesis de los Universos Paralelos. Me entero de que visitó a Niels Bohr para contarle sus ideas y a éste no le interesaron en absoluto; probablemente el desprecio del profeta de su fe cuántica le llevó a abandonar la física y dedicarse a los negocios, que le hicieron millonario. El hombre murió joven (apenas 51) de un ataque al corazón, convencido de que existía la inmortalidad cuántica, sea eso lo que sea. Los científicos de su época no lo tomaron muy en serio, hasta que llegaron los más recientes teorizadores de la Física, como Stephen Hawking, para inventarse los agujeros de gusano que serían algo así como puertas entre universos. En fin...

Filosofía, física ... En ambos casos, en unos niveles de elucubración tan alejados de los ámbitos de la percepción sensorial que cuesta seguir esos caminos, sólo transitables en estados de fantaseo, con o sin inducción psicoativa. Más sencillo es acercarse a estos temas a través de la literatura o el cine. En cuanto a la primera, baste citar El Jardín de los senderos que se bifurcan (1942), de Borges, cuya lectura en mi adolescencia pudo tener parte de culpa en que me atraigan estos desvaríos. Películas hay demasiadas y la mayoría bastante poco consistentes; me acuerdo así, a bote pronto, de algunas recientes: Matrix y Dark City, por ejemplo, o en ambientes de realismo cotidiano una en la que Gwyneth Paltrow vive dos historias según llegue a tiempo de coger el metro o se le cierren las puertas en las narices, y otra con Nicolas Cage en la que vive como ejecutivo agresivo soltero y padre de familia.

En fin, a lo que iba: que a ver si leo algo del desafortunado Giordano Bruno.

CATEGORÍA: Literaturas

14 comentarios:

  1. Amigo Miroslav, tú sí que me pareces un personaje de un cuento fantástico que viviera en un mundo en el que el tiempo fuera elástico.

    Bruno tuvo el inconmensurable mérito de señalar la enorme inanidad sobre la que se asentaba el teísmo de raíz católica. Galileo sólo puso en duda los mecanismos físicos de los astros, aunque ello conllevara la pérdida de centralidad del ser humano creado por Dios, según la misma teología argumental, también para ser centro y beneficiario último del universo. Pero desde luego la teoría de la infinitud del universo de Bruno fue mucho más destructiva para la esclerotizada filosofía escolástica y un argumento absolutamente cojonudo que no pudieron rebatir con argumentos lógicos sus oponentes. Sólo con las llamas. Los infinitos adanes y evas y la proporción de cristos subsecuentes a las posibilidades de caídas los dejó patidifusos y enfurecidos. Eso sólo bastó para hacerlo triunfar sobre el fuego de aquellos asesinos. Pero lo mejor fue que abrió el campo para que Spinoza diera definitivamente la puntilla a la escolástica con la sustitución del absurdo dios de los desiertos por su materia infinita. Después vendrían los demás...

    Siguiendo el hilo que desde Kepler nos lleva hasta los últimos descubrimientos en el campo de la astronomía la teoría de Bruno sigue plenamente vigente. Lo raro sería que no existiera más vida que la de la Tierra en todos los infinitos universos existentes. Que fuera vida inteligente, o simplemente multicelular es otra cosa. Y la carcajada de Bruno sigue resonando en la posibilidad de que esas posibles formas de vida necesitaran ser salvadas por un profeta hijo de un dios parricida.

    En cuanto a los cuentos de los que hablas no hacen sino recrear las concepciones de estos gigantes: libertad contra predestinación. Y la cosa empezó pronto, con El condenado por desconfiado de Tirso de Molina. Pero mi favorito sigue siendo el cuento persa de La muerte en Isfahan, extrañamente emparentado con el que citas de Borges y que habla de un laberinto de símbolos.

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  2. Amigo Manuel, ya me aclararás eso del personaje de cuento fantástico en un mundo de tiempo elástico. En cuanto a Bruno, he de confesar mi ignorancia; como digo en el post, sabía quién era, claro, pero no valoraba en su justa dimensión su importancia. Y ahora tú me dices que le abrió el camino a Spinoza, uno de los que mejor me cae de toda la la ralea de simpáticos chiflados que en el mundo han optado por filosofar. Lo dicho, habré de redescubrir a Bruno; procuraré conseguirme sus obras.

    En cuanto a la literatura me acordé de Tirso y más de Calderón, pero tampoco iba a ponerme a citar demasiado. En cuanto a la muerte en Isfahan, lo conozco y, en efecto, se emparenta con Borges, aunque en mi opinión no es tan pertinente al objeto de este post como el Jardín ... Un saludo

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  3. Curioso que yo esté preparando un post sobre Galileo, contando con Bruno, como no, aunque desde otra perspectiva que la tuya, y tú salgas con esto: universos paralelos, pero comunicados entre la isla Miroslav y la isla Lansky.

    Para mi gusto, el mejor libro de alta divulgación científica sobre este tema es el del físico teórico
    Michio Kaku: "Universos paralelos: los universos alternativos de la ciencia y el futuro del cosmos". También es autor de la mejor biografía intelectual de Einstein: "El universo de Einstein"

    En cuanto a Bruno le han convertido en apostol del infinito, del heliocentrismo, de los universos paralelos, de la conexión entre física y tradición hermética, de su aspiración a convertirse en mago...es un comodín para todo y es que la gente cuando encuentra una herramienta como él, la usa para todo, como dice un aforismo que me gusta: "si alguien tiene un martillo, todas las cuestiones le parecen clavos" o algo así.

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  4. Y yo que me he quedado meditando sobre la frase del libro de Auster: "cada mundo es la creación mental de un individuo".

    Bueno también me he quedado con una ligera sensación de estupidez después de leeros a todos..

    besitos Miro

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  5. No sé si se lo puede hablar de paralelismo o brutalidad, pero no deja de impresionarme que alguien se piense algo original que merecería al menos atención y los poderes decidan convertirlo en carne asada, para luego, tal vez arrepentidos, dedicarle plaza y estatua. Pensar con originalidad es un ejercicio peligroso. La película de Paltrow es una extraordinaria manera de acercar ese pensamiento al gran público, aunque sin demasiado éxito, según creo.

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  6. Se puede creer facilmente en a existencia de otros mundos, de hecho no tendría mucha lógica que fueramosel único mundo. Pero hablar de universos paralelos me da vertigo, nunca lo he podido entender, quizás porque nunca he entendido eso del "tiempo". No estaría mal vivir varias vidas paralelas, en cada encrucijada desdoblarse, pero dejariamos de ser nosotros porque cada decisión nos hace ¿dejaríamos de estar en paralelo? No, no lo entiendo y casi que con este mundo y esta vida ya tengo bastante... ¿o no??

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  7. sucribo el comentario de Marguerite...a cada segundo que pasa, más rabia me da ver cuánto me quedaré sin saber y cuánto me perderé..como reflexión a las 9:40 a.m, no me augura un día excesivamente optimista...digo. Pero en cualquier caso, bravo por tu página!.

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  8. En las "Historias de Almanaque" de Bertolt Brecht hay un relato en el que el protagonista es Giordano Bruno, que siempre me ha gustado mucho.
    Es tremendo, cuanto mas incombustible es un argumento, más tienden sus adversarios a destruirlo con las llamas. No escarmentamos.
    ¡Qué soberbia autodenominarnos "vida inteligente" a nosotros mismos! La vida no nos necesita en absoluto para ser inteligente. Nosotros lo mas que hacemos es recordar un poco e imaginar otro poco. Y llevarle la contraria a la vida de un modo bastante poco inteligente.

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  9. Pues a mi no me extraña que lo quemaran diciendo semejante disparate:

    "Debido a que Dios es perfecto y conoce todo, debe crear lo que yo pienso."

    ¿Qué pasa amigo Gordi, por qué Dios tiene que hacer lo que tu piensas? Bájate Modesto, que se sube Giordi


    Desde luego la lógica tampoco es su fuerte: Dios tiene el poder de la ubicuidad (está presente a un mismo tiempo en todas partes). Jesús es Dios, por lo tanto un único Jesús bastaría para salvar una infinidad de mundos simultáneamente.

    Y que me dicen de este:

    "En todos esos jardines la mitad de los Adanes y Evas no comerán del fruto del conocimiento y la otra mitad lo hará"

    ¿Qué, decidieron el comer o no comer la manzana lanzando una moneda al aire?

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  10. Es verdad anónimo toda la razón porque yo te quemaría igualmente por lo que acabas de escribir y fíjate que no me llamo Inquisición...jajajaj. !Qué fuerte!.

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  11. Sin acritud, amy. Yo no digo que me parezca bien que lo quemen, ni que yo lo hubiera quemado. Digo que no me extraña, que es lógico. Plantear en aquella época esas teorías era sacarse un billete a la hoguera.

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  12. y ahora un poquito más en serio. para saber más:

    Los muchos mundos de Hugh Everett. Peter Byrne. Investigación y Ciencia, nº 377 (Febrero, 2008)

    y

    Universos paralelos. Max Tegmark.
    Investigación y Ciencia, nº 322 (Julio, 2003)

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  13. Yo sacaré la vena "friki" y mentaré una pelicula, "El Único", que pese a ser Hollywood comercial planteaba una idea original: la existencia de un multiverso dónde conviven montones de "yo", cada uno en su universo particular y con unas circustancias diferentes (en mayor o menor medida).

    Quizá en otro mundo paralelo, Bruno no fuera quemado ni el mesías cristiano se llamara Jesus ni naciera en Judea. Pero eso posiblemente no lo sabremos nunca. Después de todo, no solemos saber que soñamos hasta que despertamos, ni si existe una muñeca rusa más grande que la nuestra. ¿Existen esos mundos? ¿por qué no? Como suele decirse popularmente: que no lo conozcamos no significa que no exista. Sin embargo, la verdad siempre ha sido, es y será un problema.

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  14. Anónimo no hay acritud en mis palabras pero deberías ser agradecido porque si tú ayer no fuiste apresado por la Inquisición por osar hablar de Dios, es debido a que Giordano Bruno y tantos otros se atrevieron en su día y desafiaron el poder.

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