Empiezo ya a no tener edad
A petición de Zafferano
A las trece horas de hoy, día tres de diciembre, festividad de San Francisco de Javier, del año dos mil ocho, terminé de teclear el último capítulo del Tomo V (Criterios y Objetivos) del Avance del Plan General de Ordenación del municipio de San Cristóbal de La Laguna, en la isla canaria de Tenerife. En total unas dos mil quinientas páginas A3 (si bien como un 30% son planos o imágenes) escritas en Times New Roman 12 puntos. El documento se presenta en una caja rígida conteniendo once tomos y en un CD que, al introducirse en el ordenador, abre un visor de PDFs que, mediante el correspondiente índice, permite ir abriendo el capítulo deseado (la dimensión informática se cuantifica en 600 megas).
Se trata de un trabajo colectivo en el que han participado, con diversos grados de implicación, esfuerzo y continuidad, del orden del centenar de personas. A mí me ha tocado, durante los últimos seis meses, la coordinación y dirección técnica de las tareas. Cuando empecé, el primero de junio, me encontré con una serie de documentos sueltos elaborados por diversos equipos profesionales, muy distintos entre sí, tanto en sus estilos como en los aspectos que cubrían. En cualquier caso, ese material cubría los análisis, diagnósticos y propuestas sobre los barrios urbanos del municipio; al margen de sus variables calidades, lo que era evidente es que faltaban los aspectos propios del municipio en su conjunto, justamente los más relevantes en una fase de Avance. Pero cuan poco hubiera o cuan mucho faltase no fue argumento suficiente para convencer a los responsables municipales de que se nos concediese un plazo más holgado.
Se trata de un trabajo colectivo en el que han participado, con diversos grados de implicación, esfuerzo y continuidad, del orden del centenar de personas. A mí me ha tocado, durante los últimos seis meses, la coordinación y dirección técnica de las tareas. Cuando empecé, el primero de junio, me encontré con una serie de documentos sueltos elaborados por diversos equipos profesionales, muy distintos entre sí, tanto en sus estilos como en los aspectos que cubrían. En cualquier caso, ese material cubría los análisis, diagnósticos y propuestas sobre los barrios urbanos del municipio; al margen de sus variables calidades, lo que era evidente es que faltaban los aspectos propios del municipio en su conjunto, justamente los más relevantes en una fase de Avance. Pero cuan poco hubiera o cuan mucho faltase no fue argumento suficiente para convencer a los responsables municipales de que se nos concediese un plazo más holgado.
Así que en seis meses, y más concretamente en los tres últimos, hemos montado el Avance del Plan General del segundo municipio de la Isla en población y el primero en complejidad. Además, lo hemos hecho defendiendo un planteamiento metodológico que no es el usual y que supone una apuesta cuyo éxito está todavía por verse. La tiránica dictadura del plazo ha impedido que haya habido tiempo ni de corregir ni de discutir muchos de los contenidos. Yo mismo he estado terminando de escribir los últimos párrafos ya casi sin saber lo que ponía, apurado porque en el estudio de unos amigos ya se estaban imprimiendo las partes acabadas del documento. Por eso, aunque ante mí tengo casi treinta kilos de papel y un CD, aunque al hojear el documento o verlo en pantalla parece algo serio y riguroso, no puedo evitar la sensación de que adolece de inconsistencia, que tiene demasiadas vías de agua, que faltan muchas cosas y que las que están no han sido bien armadas.
Lo que pienso es que ahora que está el documento aparentemente completo es cuando deberíamos darnos al menos un mes o mes y medio de plazo para revisarlo, cuestionarlo, corregirlo, completarlo ... Sólo hechas estas tareas habríamos de entregarlo para su aprobación municipal y posterior sometimiento al preceptivo periodo de participación ciudadana. Algo similar le contaré mañana al alcalde cuando, con el tocho sobre su mesa, le vaya explicando lo que contiene y también lo que falta; lo primero el insuficiente control que el director técnico tiene sobre el propio documento. Pero me temo (podría apostar) que no me concederán ninguna prórroga. Según las reglas de juego de la política municipal la prioridad fundamental es el cumplimiento de los plazos; en ese marco es muchísimo más importante anunciar que, como se había prometido, se dispone del Avance que entrar a valorar la calidad del documento. No quiero decir que no importe la calidad del trabajo, pero ésta empieza a contar a partir de que se han cumplido los requisitos y el primero es entregar en la fecha establecida.
Aunque me ha costado asumir de verdad estas reglas de juego y aunque mi deformación profesional perfeccionista me sigue atormentando, la verdad es que casi me voy a alegrar de que no nos den más tiempo y haya de verme obligado a dar por cerrada esta primera etapa. Porque eso significará que puedo descansar hasta después de navidades (si no irme de vacaciones la primera semana, sí al menos bajar tanto el ritmo que me va a parecer que no estoy trabajando). Y la verdad que lo necesito. Porque estos últimos meses han sido excesivamente intensos y estresantes. Jornadas laborales de doce horas seguidas incluyendo muchos fines de semana; pero más que el número de horas la sensación continua de que vas atrasado, de que no llegas, de que te falta demasiado. Y, como digo en el título de este post, ya empiezo a tener una edad que no es para darse estas palizas. Con lo bien que vivía yo de funcionario ...
Lo malo es que la cosa no ha hecho más que empezar, porque al ritmo que se han planteado los trabajos (el objetivo es aprobar el Plan General antes de que acabe la legislatura, algo que significaría un record absoluto con apenas antecedentes yo diría que en toda España) me temo que los dos próximos años voy a estar permanentemente bajo presión. Aun así, como propósito de año nuevo, me he empeñado en ser capaz de introducir algunas correcciones a esta forma de trabajo. En las primeras semanas de enero me pondré con algunos compañeros a organizar lo más detalladamente posible el programa, contenido y estilo de los diversos trabajos a realizar hasta la siguiente entrega. Si se supone que planificamos el espacio, también habríamos de ser capaces de planificar el tiempo, digo yo.
Lo que pienso es que ahora que está el documento aparentemente completo es cuando deberíamos darnos al menos un mes o mes y medio de plazo para revisarlo, cuestionarlo, corregirlo, completarlo ... Sólo hechas estas tareas habríamos de entregarlo para su aprobación municipal y posterior sometimiento al preceptivo periodo de participación ciudadana. Algo similar le contaré mañana al alcalde cuando, con el tocho sobre su mesa, le vaya explicando lo que contiene y también lo que falta; lo primero el insuficiente control que el director técnico tiene sobre el propio documento. Pero me temo (podría apostar) que no me concederán ninguna prórroga. Según las reglas de juego de la política municipal la prioridad fundamental es el cumplimiento de los plazos; en ese marco es muchísimo más importante anunciar que, como se había prometido, se dispone del Avance que entrar a valorar la calidad del documento. No quiero decir que no importe la calidad del trabajo, pero ésta empieza a contar a partir de que se han cumplido los requisitos y el primero es entregar en la fecha establecida.
Aunque me ha costado asumir de verdad estas reglas de juego y aunque mi deformación profesional perfeccionista me sigue atormentando, la verdad es que casi me voy a alegrar de que no nos den más tiempo y haya de verme obligado a dar por cerrada esta primera etapa. Porque eso significará que puedo descansar hasta después de navidades (si no irme de vacaciones la primera semana, sí al menos bajar tanto el ritmo que me va a parecer que no estoy trabajando). Y la verdad que lo necesito. Porque estos últimos meses han sido excesivamente intensos y estresantes. Jornadas laborales de doce horas seguidas incluyendo muchos fines de semana; pero más que el número de horas la sensación continua de que vas atrasado, de que no llegas, de que te falta demasiado. Y, como digo en el título de este post, ya empiezo a tener una edad que no es para darse estas palizas. Con lo bien que vivía yo de funcionario ...
Lo malo es que la cosa no ha hecho más que empezar, porque al ritmo que se han planteado los trabajos (el objetivo es aprobar el Plan General antes de que acabe la legislatura, algo que significaría un record absoluto con apenas antecedentes yo diría que en toda España) me temo que los dos próximos años voy a estar permanentemente bajo presión. Aun así, como propósito de año nuevo, me he empeñado en ser capaz de introducir algunas correcciones a esta forma de trabajo. En las primeras semanas de enero me pondré con algunos compañeros a organizar lo más detalladamente posible el programa, contenido y estilo de los diversos trabajos a realizar hasta la siguiente entrega. Si se supone que planificamos el espacio, también habríamos de ser capaces de planificar el tiempo, digo yo.
PS: Si bien me quejo mucho, la experiencia de estos seis últimos meses, aunque agotadora, ha sido también tremendamente enriquecedora, tanto en el plano profesional como en el personal. Coordinar a tantas personas (y a tantos egos) es una fuente caudalosa de enseñanzas (un master en psicología estoy haciendo, oiga).
CATEGORÍA: Irrelevantes peripecias cotidianas
Pues será que sí que tienes edad... al menos para verle el lado positivo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Y yo que pensé que ibas a poner "Non ho l'etá" de Gigliola Cinguetti...
ResponderEliminarEnhorabuena por el trabajo acabado, por la entrega cumplida , por el plazo alcanzado y por la tranquilidad conseguida. Ahora, a desestressarte!
Qué bonita quedó la Calle de la Carrera!
Un besote grande!
Cara Zaffe: credo che Gigliolla non aveva ANCORA l'età; io, invece, quella età non l'avrò mai. So che questo lo sapevi e allora penso che il tuo messaggio sia per chiedermi la canzone. Cioè, Eccola. Baci.
ResponderEliminarConociéndote seguro que el Plan es sensible y respetuoso con el pobre territorio, pero, ya que lo mencionas de pasada como una fase...¡lástima de oprtunidad desaprovechada con los periodos de información pública!, como las evaluaciones de impacto ambiental y como tantas otras cosas administrativas son sólo eso, "paripés" administrativos, como las antíguas polizas, y no verdadera participación ciudadana. Y aunque ando, como sabes con mis pesimismos y rechazos políticos, bravo por el o los políticos que te encargaron el trabajo.
ResponderEliminarCaro Miro, invece credo che tu quell'eta non é che non ce lávrai mai, bensí non ce l'avrai piú...!
ResponderEliminarGrazie per essere stato cosí percettivo, avevo voglia veramente di risentire la canzone.
Un bacio ancora
Mi trabajo siempre está sujeto a plazo, pero pareciera que esa circunstancia sólo me obligue a mí, por el contrario quien toma las decisiones tiene el amplio margen de la "disponibilidad" y "necesidades de servicio". Siempre tengo la sensación que podría mejorarse, que con un poco más de tiempo sería mejor el resultado...aunque es una expectativa que al final puede extenderse a todos los ámbitos de la vida. Me gusta este blog.
ResponderEliminarEstoy absolutamente convencida de que tu edad no es un handicap para nada...
ResponderEliminarEnhorabuena y descansa!
besos
Sólo hacer incapié en dos aspectos:
ResponderEliminar1.- En mi Ayuntamiento los funcionarios no vivimos bien, estamos muy sujetos a plazo y siempre tenemos la sensación de que se nos escapa algo, igual que tú (aunque también creo que el Ayuntamiento en que trabajo no es normal...).
2.- La primera regla es que el único plazo que tienen los políticos son las urnas, así que te aseguro que tendras el Plan aprovado para el fin de la legislatura, mejor o peor, como al Sr. Alcalde se le ponga en el entrecejo (por experiencia te lo digo).
Dicho esto, cuando lo publiqueis intentaré darle un ojo, por aquello del planteamiento innovador.
Un bacio (administrativo).
Todos los trabajos tienen su aquel. Yo en el mío me encuentro plazos para entregar programaciones, para tener corregidos cientos de exámenes cada evaluación, y todo ello a golpe de timbre, que es lo más desagradable de mi trabajo. Estás en un 3º de ESO explicando geografía, suena un timbre y en cuestión de segundos tienes que hacerte un lavado de cerebro y revivir la Revolución Francesa o la Ilustración.
ResponderEliminarY lo malo es que aunque yo cada año estoy más vieja, los alumnos siempre tienen la misma edad.
Estoy segura que coordinar un montón de opiniones y de egos tiene que ser terrible, pero lidiar con niños de 12 años que piensan que eres su enemiga, tampoco se queda atrás.
Un beso.
Ay Mara! Que se lo van a tener que leer.
ResponderEliminarDe todas maneras lo que comentas es algo implícito a la política y sus representantes en la tierra. Una cosa es el discurso de las intenciones y otra muy distinta las razones verdaderas que mueven las cuestiones. Recomiendo nuevamente a los crédulos del bien común y a los incautos de todo pelaje el fantástico libro de Alejandro Nieto, titulado El desgobierno de lo público. Ahí se explica claramente de que va todo esto de la democracia con la que nos moldean el cerebro.
Bueno, tío. Lo lograste. Que sea para bien.
Tú lo has querido, por decir que seguías necesitando tu ración de gajitos... :P
ResponderEliminar¿Así que eres urbanista? Vaya, vaya... me hago cargo del gran esfuerzo que te habrá supuesto sacar adelante el documento, pero también de la satisfacción que ahora sentirás. Te felicito por ello y te doy ánimos para continuar. Pero, eso sí, ¡cuidadín con el estrés! :)
¡Un beso, Miroslav!
No tengo edad, no tengo edaaad, para amarte y no está bien, que salgamos, solos los dos.
ResponderEliminarMe encanta. Como también Under Pressure.
Miroslav, descansa y disfruta de la sensación oronda del trabajo bien hecho.
Un abrazo
A mí me has agotado sólo con leerte... es curioso lo del título de tu post porque yo llevo unos días pensando que, oye, ya no tengo edad para según qué cosas y que el cuerpo empieza ya con sus protestas _D
ResponderEliminarAhora descansa e intenta disfrutar de un trabajo bien hecho (digo lo de intenta por tu perfeccionismo).
Besos