miércoles, 7 de octubre de 2009

Tijeretazos que faltan a la verdad

Para impulsar la innovación y el conocimiento, volveremos a utilizar las herramientas más poderosas de las que disponen los poderes públicos en este terreno: desarrollaremos una política de fuerte inversión en infraestructuras y en I+D+i ...

Ha llegado el momento en el que podemos y debemos plantearnos una nueva meta plenamente alcanzable: situar a España, en el año 2015, entre los diez países más avanzados del mundo en ciencia y tecnología. Para conseguirlo, los socialistas nos comprometemos a poner en marcha tres grandes pilares de acción, que constituirán los ejes de un nuevo Pacto por la Ciencia. Estos tres grandes ejes de acción serán: ... Un incremento sustancial de los recursos de la Administración General del Estado en I+D+i.

Programa Electoral del PSOE 2008

A lo largo de este año, en dos ocasiones, el gobierno de Zapatero ha recortado 2.500 millones de euros de las partidas de gastos ministeriales (1.500 en febrero y 1.000 más en mayo). Estas medidas se justificaron en razón de la crisis y tenían por objeto, muy especialmente, ampliar las partidas para pagar el paro. El Ministerio de Ciencia de Innovación fue el que sufrió el mayor recorte (450 millones de euros). Pero lo curioso es que, pese a este significativo recorte (casi del 7%), según las previsiones del Gobierno, este Ministerio va a acabar el ejercicio 2009 habiendo utilizado poco más de las dos terceras partes de su presupuesto inicial. De todos los departamentos del Gobierno, el de Cristina Garmendia va a ser el que presente el menor grado de ejecución presupuestaria.

Según leo en algunos medios, esta ineficacia en la administración pública de los recursos para la "ciencia e innovación" reside en gran medida en la falta de estabilidad del Ministerio, donde parece que viven en un desbarajuste permanente. No da la impresión de que las bonitas palabras electoralistas del PSOE se estén traduciendo en la práctica o, al menos, no tanto como se desprende de las declaraciones triunfalistas del Gobierno, siempre reacio a cualquier actitud mínimamente autocrítica.

El otro día, Javi Peláez, a través de su blog La Aldea Irreductible, propuso que todo aquel que tenga un blog y crea que la Ciencia en España no está para recortes presupuestarios, publique un post con alguna razón en contra del tijeretazo a la Ciencia en España. Yo tengo un blog y creo que la Ciencia en España no está para recortes, así que me adherí a la iniciativa. Lo malo es que muy poco tengo que ver con el mundo de la investigación científica y, consecuentemente, poco sé sobre el asunto como para aportar una razón mínimamente válida en contra del tijeretazo (por supuesto, las genéricas son completamente válidas). Así que, aunque me había comprometido a publicar hoy un post andaba dándole vueltas a qué decir.

Ayer sin embargo, poco antes de acostarme, se me apareció la musa encarnada en la persona de la ministra Garmendia en rueda de prensa televisiva. La verdad es que no tenía yo mala imagen de esta señora. Claro que no soy para nada un observador atento de la actualidad mediática y no me entero demasiado. Seguramente por eso, el que no me cayera mal tenía mucho que ver con su aparente discreción, bastante alejada de las alharacas de otros miembros y miembras del circo político. Pero, sus declaraciones de ayer temo que me han hecho cambiar de opinión; tras reconocer implícitamente y a regañadientes, el tijeretazo, afirmó que quienes dicen que la investigación en España está riesgo simplemente faltan a la verdad.

Como hay muchas personas que, con conocimiento de causa, dicen eso (y seguramente usando términos algo más dramáticos que los de la ministra), va a resultar que son unos mentirosos o, en el mejor de los casos, ignorantes. Claro que la injuriosa imputación de la ministra no la sostuvo con argumentos, sino que reveló el recurso tan hispano a la autoridad por encima de los hechos más tozudos. Que los organismos públicos de investigación vayan a contar con un 22% menos de presupuesto en el 2009 no supone ningún riesgo para la investigación española ... ¿No? ¿Por qué? Porque lo digo yo, que soy ministra.

Quiero creer que en una sociedad donde se investigue más y mejor, los principios básicos de la actividad científica irán calando progresivamente entre la población; y, entre éstos, me refiero al rigor, al pensamiento crítico. Quiero pues creer que un apoyo a la investigación tiene también como efecto una mejora de la racionalidad de la sociedad en su conjunto de modo que ésta rechace cada vez más los argumentos simplones de autoridad. Si avanzamos en esa línea, dificultaremos progresivamente las manipulaciones burdas de la verdad (como por ejemplo, ejercicios malabares con términos contables para disfrazar de incremento lo que es una reducción) a las que con toda impunidad están tan acostumbrados nuestros políticos. Que contribuyamos a eso es para mí una razón definitiva contra el tijeretazo.


CATEGORÍA: Política y Sociedad

3 comentarios:

  1. Además lo que se recorta son los gastos no financieros, como las subvenciones: y la investigación funciona con subvenciones, y no con créditos

    Esta Sra era investigadora que pasó al mundo empresarial de la industria tecnofarmaceútica, se ve que quiere borrar su precario pasado ileurista.

    Un amigo mío, uno de los cien científicos mundiales más citados conforme al ISI (Instituto para la Información científica) me escribía ayer amargamente lamentándose de haber tomado "la erronea decisión" de regresar y quedarse en España. Los buenos científicos nunca salen caros, pero los políticos mediocres sí.

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  2. La impresión que yo saco tras oir hablar a la ministra -y, en general, tras oir hablar a la mayoría de los ministros sobre la mayoría de los asuntos sobre los que hablan- es que no están puestos ahí para impulsar y dirigir la actividad de su departamento, ni para decidir políticas y llevarlas a cabo, sino para todo lo contrario: para encubrir la falta de actividad, para disfrazar la ausencia de objetivos y de ideas, para rellenar con palabras comodín el enorme agujero en que parece consistir sustancialmente, en casi todos los terrenos, la política de este gobierno. Para vestir el vacío.

    Y, siento parecer machista, la impresión se me acentúa en el caso de las ministras. No es culpa mía, sino mérito de la discriminación positiva. Existiendo una necesidad expresa de que sean mujeres un determinado porcentaje de "miembras" del Gobierno, cualquier mérito que presente una ministra palidece en mi consideración frente a la idea predominante de que está allí, fundamentalmente, porque es mujer. Las cuotas me parecen la forma más descarnadamente machista de combatir el machismo.

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