Con la música a otra parte
Quienes me siguen tendrán más que comprobado que, en lo que al formato se refiere, este blog mantiene siempre una misma apariencia desde sus orígenes, respeta unas "normas de estilo" que yo mismo me impuse en el marco de las limitaciones del servidor y de las mías propias. La imagen resultante cumple satisfactoriamente, a mi modo de ver, un adecuado equilibrio entre la estética y la legibilidad, por lo que, como soy comodón, no la he cambiado desde marzo de 2007 en que me pasé a Blogger. Una de las constantes de cada post –con muy contadas excepciones– es que después del texto pongo una canción. Diré de paso que la selección del tema me lleva su tiempo ya que procuro que guarde alguna relación con lo escrito, lo cual me obliga a dedicar un buen rato a revisar mi extensa colección de música. Naturalmente, si el post trata justamente sobre algún músico o algún tema (y tengo varios de esa categoría) subir la correspondiente pieza o piezas es casi obligatorio y, en todo caso, voy a tiro hecho. Cuestión distinta es cuando lo único que pretendo es "ilustrar" la entrada: un esfuerzo cuyo fruto es, en el fondo, superfluo (y, de hecho, dudo que mis escasos lectores escuchen esas canciones); una manía, en fin, a la que con la costumbre de ya unos cuantos años le he cogido cariño. El caso es que así en este blog fácilmente habré subido del orden de un millar de temas musicales, que no es moco de pavo.
Ahora bien, al trabajo autoimpuesto de poner un archivo de audio en cada post ha de sumársele el derivado de los frecuentes problemas derivados de los servidores en los cuales alojo mis canciones con la única finalidad de insertarlos en un post. A lo largo de la vida de este blog he probado varios servicios que, cada cierto tiempo, me han ido dando problemas y obligado a ir sucesivamente probando nuevos. Lo cierto es que un altísimo porcentaje de los temas que ponen banda sonora a este blog en la actualidad no funcionan, como puede comprobar quien vaya a posts viejos le dé al play del reproductor. Durante mucho tiempo recurrí a DivShare hasta que este servidor decidió impedir la subida de nuevos archivos. Volvía entonces a GoEar (que ya había usado anteriormente) y es el que llevo empleando durante los últimos meses. Pero también éste empieza a fallar con irritante frecuencia (a veces me cuesta varios intentos que un archivo se grabe). Para colmo, en los últimos accesos a este servidor me he encontrado con un "comunicado oficial" que informa de que el gobierno de España les ha solicitado la retirada de cercad de 100.000 audios, lo cual hace pensar que la gran mayoría de los que he subido (si no todos) se suprimirán, enmudeciendo este blog.
Comento de paso (aunque no quiero extenderme porque no va de eso este post) que parece que la exigencia del Ministerio de Cultura –con la amenaza de bloquear la página en caso de incumplimiento– es descaradamente abusiva. Según dicen los de GoEar la retirada de un contenido sólo es exigible presentando certificación del derecho de propiedad del mismo. En este caso, al Ministerio le basta con asegurar que ha recibido las certificaciones de todos los audios que reclama que se supriman (pero no las presenta), aunque GoEar señala que muchos de ellos pertenecen a grupos y artistas independientes a las entidades de gestión y cuyas canciones no son extraídas de ningún disco comercial publicado. Naturalmente, quien está detrás de este acoso es la llamada "Coalición de Creadores de Industrias de Contenidos", que hace unos días se reunió con el ministro de Cultura (sí, el mismo a quien no le gustaba el retrato de Unamuno) para conseguir que éste "declarara la guerra a la piratería en Internet". Y es verdad que esa guerra está dando sus frutos, porque los contenidos con copyright duran cada vez menos. Me imagino que lo de tener a muchísima gente dedicada a verificar las muchísimas páginas existentes a las que se suben archivos debe ser agotador e imposible de mantener a la larga (me retiras un archivo, lo vuelvo a subir), lo cual, de perseverar en este afán, llevará pronto a las autoridades a medidas más drásticas, sean de cierre indiscriminado de servicios de alojamiento o de sanciones a las personas (naturalmente, a las que residan en España).
He de aclarar que GoEar no permite bajar los archivos de audio que aloja, tan sólo escucharlos. Pero es que eso también es ilegal porque, para quienes no lo sepan, cuando compras un video, un CD o un libro parece ser que lo que legalmente estás adquiriendo es el derecho personal e intransferible de uso. Si yo le paso a un amigo por correo electrónico un mp3 (o le presto en mano el CD correspondiente) estoy delinquiendo. Desde luego, no comparto para nada esta regulación y me considero moralmente autorizado a prestar mis libros y discos a quien me dé la gana. La solución en estos momentos es contar con un alojamiento propio en la nube (en Google, Apple, Dropbox o cualquier otro sitio), donde me garanticen su permanencia estable y, a ser posible, privacidad. Subidas ahí "mis" canciones (porque aclaro, de paso, que prácticamente la totalidad de los archivos que pongo en el blog son "míos"), lo que haría es poner un plugin en el post que enlace al mismo y lo reproduzca mediante streaming. Supongo que los sabuesos de las entidades de gestión de derechos de autor tardarán algún tiempo en fisgar en las webs de alojamiento de particulares, aunque vaya usted a saber.
El problema es que no sé cómo se hace lo que he descrito. Estoy convencido que, de una u otra manera, tiene que ser posible pero necesito tiempo –del que de momento carezco– para investigar cómo poner en práctica mi objetivo. Así que hago una petición de auxilio a mis pocos lectores por si alguno es más ducho que yo en estos menesteres (lo cual no es nada difícil) y puede explicarme de forma sencilla, "para torpes", la forma en que puedo lograrlo. Hasta tanto, como declaro en el título de este post, me voy con la música a otra parte; es decir, dejaré de poner archivos de audio en mis posts. Ese trabajo que me ahorro, aunque reconozco que me molesta.
Ya me gustaría poder ayudarte, pero como bien sabes yo soy mucho más torpe que tú en estos asuntos. Debido a ello renuncié hace tiempo a colgar canciones en mi blog.
ResponderEliminarPor otra parte, independientemente del abuso que suponen todas estas trabas, no deja de ser fascinante esta lucha por la libertad de acceso a los contenidos, porque no es tan sencillo como para plantearla con la manida metáfora de David contra Goliat. La Red y sus posibilidades de libertad y acceso no es ningún David, de hecho, no han conseguido controlarla del todo. Lógicamente, como espacio de libertad, en Internet entra mucha mierda y también se usa para perpetrar delitos, es inevitable, pero sería como reprocharles a los folios en blanco que alguien los use para enviar misivas de chantaje culpar al ‘instrumento’ maravilloso de esos desmanes más o menos puntuales o concretos y prohibir el acceso a folios en blanco o a Internet (ya pasa, en muchos países dictatoriales). Sí, Internet se puede usar para delinquir, pero el asunto es qué y quiénes defines lo que es delito y también para mí no menos importante, a quién perjudica. A los creadores no, a los intermediarios digamos ‘antiguos’, como las abusivas (con los creadores y con los usuarios) discográficas sí. Se me dirá que editores de libros, discográficas y distribuidoras de cines y series y demás cumplen una función. Estoy de acuerdo, la cumplen y esencial, y me parece justo que obtengan un beneficio por ello, pero que ese beneficio se extienda más allá de su trabajo, años y años y que eso les permita a las autoridades complacientes utilizar ese pretexto para perseguir a los propios consumidores de esos productos, que son los que dan de comer a los creadores… Y hay además un pretexto aún mayor, estoy convencido de ello: acabar con este espacio de libertad. ¿Soy un paranoico?
Qué te voy a decir. Estoy exactamente en el mismo caso -con la "pequeña" diferencia de que yo no creo tener arriba de ochenta o noventa posts, no todos ellos con música, así que los archivos afectados no llegarán a cien-. Y con otra diferencia, que, en mi caso, no todas las músicas inutilizadas por la nueva política de DivShare son meramente ornamentales. Hay bastantes de ellas que constituyen parte importante del post, y sin las que este pierde casi todo su significado. Esto es especialmente cierto cuando se trata de músicas escritas por mí, trabajosamente convertidas en emepetreses escuchables y sobre las que nadie, por tanto, tiene derechos de autor, más que yo. Sin embargo, también sin estas me he quedado.
ResponderEliminarComo sabes a finales del año pasado perdí el acceso -por culpa a medias de Google y mía- al dominio jubilomatinal.com en que se alojaba mi blog, y desde entonces ha dejado de estar visitable en este dominio, y yo de publicar en él nada nuevo. Pero sigue existiendo un clon exacto, igualmente vivo y con todo su contenido actual y potencial, en una nueva dirección, concretamente aquí y, sin embargo, yo experimento una extraña renuencia a darle mayor publicidad y a publicar en él nada nuevo, precisamente debido a esta "amputación musical" de que ha sido objeto que, con razón o sin ella, me ha hecho perder el ya de por sí escaso empuje bloguero que, mal que bien, me había mantenido durante siete ocho años publicando cosas de vez en cuando.
Así que ahora ya sabes a quién echarle la culpa de mi molicie bloguera: a DivShare, y no a mi vagancia congénita.
Probaste con You tube? https://support.google.com/youtube/answer/1696878?hl=en
ResponderEliminarno durará mucho, en especial si alguien chilla que tiene el Copyright, (que se lo meta donde el sol no da) pero bueno, será otra lección sobre la radicalidad del cambio.
Chofer fantasma
NB: A Wagner le pasaba lo mismo, los teatros habituales no permitían el concepto de teatro total. Bienvenido al club.
A mí me pasa con diversas imágenes que tomaba de webs, debo reconocer que sin tener en cuenta el tema del copyright, y, como Chofer fantasma comenta, con vídeos de You Tube. No deja de ser paradójico, porque por lo general mi uso de las imágenes y de los vídeos encaminaba a muchos lectores a conocer obras nuevas.
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