domingo, 25 de febrero de 2007

Aznar me cae mal

De regreso tras seis días dublineses (almost always raining), desecha la maleta y puesta la consiguiente lavadora, leo el periódico de hoy con más ganas de las habituales (un poquillo de mono de prensa española, imagino). En el País Semanal encuentro el habitual artículo de Javier Marías, titulado esta vez "Creencias, intuiciones y embustes" y dedicado -obviamente- a las declaraciones de nuestro ex-presidente Aznar el 7 de febrero pasado en Pozuelo de Alarcón, cuando ¿reconoció? que ahora sabe que en Irak no había armas de destrucción masiva, pero no lo sabía entonces; entonces él, como "todo el mundo", creía que las había.

El artículo me ha parecido un magnífico ejercicio de lógica estricta, que le permite ensamblar hasta nueve conclusiones absolutamente demoledoras para Aznar, en cuanto persona y en cuanto político. Por supuesto el mérito de Marías no estriba en "alumbrar" tamañas verdades, ya que ninguna es nueva, porque han sido más que repetidas y, en todo caso, cualquiera que sume dos más dos alcanzaría idénticos juicios. Lo que me ha gustado del artículo es su exposición clara y sistemática, contundente, dejando que la lógica brille con todo su esplendor por mucho que al hacerlo necesariamente se pisen callos. Pero es que uno hace rato ya que está bastante harto de esos lenguajes torticeros y cínicos (por muy políticamente correctos que resulten).

Por cierto, volviendo a ver grabaciones del acto en el que Aznar "rectificó", compruebo que la grandísima mayoría de los asistentes eran enfervorizados admiradores del ex-presidente. Por ejemplo, cuando dice que (titubeando, por cierto) "tengo la ... problema de no haber sido tan listo de haberlo sabido mmmm antes", el público interrumpe el brillante discurso con un cariñoso aplauso. Qué más da que fueras listo o no, cuando te queremos tanto. Y aquí radica para mí uno de los temas más peliagudos de este y muchos otros asuntos: que carece de toda relevancia la veracidad de cualquier juicio condenatorio para quienes adoran al interfecto; da igual que sea un payaso, un imbécil, un frívolo, un corrupto, un mentiroso, un mal bicho...

Para mí, cómo se llevó el asunto de la participación española en la guerra de Irak fue algo bochornoso y éticamente deleznable. Las consecuencias de aquellas decisiones no han hecho sino mostrar con la más sangrante crudeza lo equivocadas que eran. Y pese a tan apabullante metedura de pata, este señor con bigote sigue tan campante en su postura de rectitud moral, exhibiendo una autoridad que no sé de dónde coño se cree que le viene. Y naturalmente, esa desfachatez soberbia no sólo no molesta a sus admiradores (que no son pocos) sino que creo que es la actitud necesaria para alimentar la borreguera adoración. Carisma, esa es una de las palabritas mágicas. ¿Cuándo la humanidad habrá evolucionado lo suficiente para no necesitar líderes carismáticos? O, al menos, para que no sean las más hediondas cualidades del hombre los ingredientes más sustanciosos de esa cosa llamada carisma.

Me dirán que caigo en lo mismo que critico, porque se me ve a la legua que Aznar me cae mal. Pues sí, me cae mal, muy mal; es más, no lo soporto. Y en realidad, de eso quería escribir este post: no de Aznar, sino de esas sensaciones difusas que sentimos cuando alguien nos cae mal (seguramente de la misma naturaleza que las que producen los efectos contrarios). Pero estoy bastante cansado (apenas he dormido) y aun tengo que hacer algunas cosas; así que postergaré el asunto pese a que me ronda la cabeza.

No obstante, he de aclarar que una cosa es el conjunto de sensaciones vinculadas a la empatía hacia los demás (que alguien te caiga bien o mal) y otra distinta la ceguera intelectual debida al fanatismo. O, mejor dicho, esa podría ser una definición aceptable de fanatismo: cuando tu vinculación emocional hacia alguien te impide el juicio racional sobre sus actos. Yo estoy seguro (aunque por supuesto no voy aquí a argumentarlo) que mi juicio (duro) sobre Aznar no está "cegado" por el hecho cierto de que me cae mal; creo ser capaz de distinguir entre mi juicio ético al personaje político (su actuación en el tema de Irak, por ejemplo) y mi escasa empatía a la persona. Esta última pertenece casi más al plano de la estética que al de la ética (por ejemplo: la foto que saca el suplemento dominical de El País de hoy del individuo en bañador en el yate de Briatore pertenece a este segundo ámbito).

POST REPUBLICADO PROVENIENTE DE YA.COM

6 comentarios:

  1. Genial el artículo de Javier Marías, estoy por enmarcarlo.
    Pero hay otras dos personas que me ponen los pelos de punta con sólo verlos: Acebes y Zaplana.

    Comentado originalmente el Martes, 27 Febrero 2007 23:42 (pal-r2@hotmail.com)

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  2. Me cae bien Javier Marías, y eso a pesar que le gusta chapotear en todo tipo de charcos y a veces se pasa, no sé si en un afán de provocador o de protagonismo. Pero en ese artículo y otro que escribio sobre la ATV estuvo muy acertado. (tiene un blog dónde se pueden leer).

    Me cae mal Aznar, no puedo con él, es superior a mis fuerzas, le veo y tuerzo el gesto, le oigo y me entra revoltura. Sé que con estas sensaciones no puedo ser objetiva en mis opiniones sobre él, así que mejor me callo.

    Lo malo es que de aquí a las elecciones tendremos que escuchar y leer muchas estupideces, de políticos y de los medios de comunicación...

    (Por cierto, es la primera vez que te leo y me ha gustado encontrarme con algo de Javier Marías, Javier I, rey de la Isla Redonda... Isla que para mi tiene mucho significado)

    Comentado originalmente el Martes, 27 Febrero 2007 15:07

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  3. - Aznar me cae mal
    - Zapatero me cae mal
    - Del resto mejor ni hablo
    - La derecha no me gusta
    - La izquierda tampoco
    - Ver una sesión del congreso es como ver un parvulario a la hora del recreo
    - La política es patética porque tristemente partiendo de principios malos o partiendo de principios buenos ...busca inflar el bolsillo del de turno.
    Triste, pero cierto.

    O como decía un buen amigo mío (de izquierdas)...sí, sí como Ana Belén hay mucho comunista de Loewe. (Del lado derechil... no hace falta opinar más)

    besos y cuéntanos tu viaje PLEASEEEEE

    Comentado el Lunes, 26 Febrero 2007 21:39

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  4. Aznar me cae mal, el PP en general me cae mal, la derecha me cae mal. Visceral y emocional y racionalmente mal. Cada vez peor. No puedo evitarlo.

    Eso sí, intento no caer en el fanatismoo, ir algo más allá de mi repulsión y no juzgar en base a ella.

    Pero, sin duda, me cae mal.

    Besos y espero que hayas disfrutado de tu viaje

    Comentado el Lunes, 26 Febrero 2007 17:28

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  5. Ahhhh nos tienes que contar tu viaje no??? Feliz regreso. Un beso.

    Comentado el Lunes, 26 Febrero 2007 09:08

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  6. Siempre me ha parecido extraño, como un hecho sobrenatural que este partido se mueva tanto en el plano de la "fidelidad absoluta" hasta el extremo de creer que los componentes del partido que adoran siempre son correctos y no participan de la corrupción que lleva implícita la política. No es que disculpen comportamientos sino que creen a pies juntillos que la corrupción sólo se da en la izquierda porque claro nosotros somos pobres y tenemos hambre y tenemos que robar para comer. No sé me parece un poco pobre este pensamientos para personas que como poco tienen a su alcancen todo lo necesario para pensar por sí sólos. Es más es que sus votantes son siempre los mismos,ni bajan ni suben en cantidades suficientes como para decidir ganar o perder unas elecciones, sino que depende del electorado del psoe e izquierda unida la victoria de éste, es decir que si los de izquierdas estamos desencantados con la política que se hace en este país y no vamos a votar, ellos automáticamente ganan y si a nosotros nos da por ir a votar en masa, ellos está claro que pierden. Sí me resulta muy curioso que esta gente no pueda decidir por sí mismos sus pensamientos, pero claro allá cada cual.

    En cuanto al tema de esa sensación de que alguien te cae mal sin saber por qué, he de decir que yo nunca he tenido ese sentimiento pero sí que he notado que determinada gente siente esa desazón hacia mi, hasta el punto de fastidiarle un poco mi presencia. Una pasión como otra cualquiera, a mi me hace reír.

    Comentado el Lunes, 26 Febrero 2007 09:07

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