sábado, 8 de septiembre de 2007

Dos culebrones para este sábado

La policía judicial portuguesa, tras sendos largos interrogatorios, ha declarado a Kate y Gerry, los padres de Madeleine McCann, sospechosos de la muerte accidental de su hija y, consecuentemente, de montar la falsa historia del secuestro, con tan altísima repercusión en todo el mundo. La tesis de la policía es que Madeleine murió la noche del 3 de mayo en el apartamento del Ocean Club, probablemente a causa de una sobredosis de somníferos que les habrían administrado los padres para poderse ir tranquilamente a cenar a un restaurante con otras parejas británicas. Cuando volvieron al apartamento habrían descubierto la muerte de su hijita y entonces decidieron fingir un rapto para ganar tiempo y hacer desaparecer el cuerpo.

Deseo que la policía portuguesa esté equivocada, porque es terrible que unos padres hayan sido tan irresponsables para drogar a sus hijos y luego, vistas las consecuencias, montar la que han montado. Pero haya sido así o no, la verdad es que no me parece nada insólito; no me sorprende demasiado que una pareja joven de vacaciones tenga la ocurrencia de adormecer un poquillo a sus niños pequeños para irse de marcha. De hecho, conozco dos casos de padres que me han hablado de que, a veces, les dan a sus hijos "pastillitas" suaves, para que pasen buena noche; también conozco a alguno que, justamente estando de vacaciones, suelen salir a cenar cuando sus dos niños se han dormido (son sólo dos o tres horitas).

Reconozco que más me sorprendería que se confirmase que, al descubrir que la niña había muerto, los padres habían decidido montar la historia del secuestro. Hay que tener mucha sangre fría para no derrumbarse ante la muerte de tu hija por tu culpa; supongo que cualquiera entenderíamos más a la madre llorando y gritando en desesperada autoacusación. Pero no es imposible la reacción que la policía sospecha que tuvieron los McCann. Pensándolo bien, podría resultar la más analgésica, psicológicamente hablando. Si al final se confirma esta tesis, por las razones que fueran (probablemente de una crueldad tan pragmática que apunta a alguna psicopatología), los McCann han montado un culebrón que pasará a la historia y que, desde luego, no nos deja (a los humanos) en muy buen lugar.

El otro culebrón de hoy es mucho más frívolo; se trata del supuesto espionaje de McLaren a Ferrari. Parece ser que el pasado marzo, uno de los jefes de mecánicos de Ferrari, despechado con la escudería italiana porque no le habían dado un ascenso que él creía merecer, pasó al jefe de diseño de McLaren, amigo suyo, abundante información confidencial sobre el bólido rival. Como es sabido, Fernandito Alonso, a petición de la FIA, ha contado a este organismo lo que sabía del asunto. El español justifica su comportamiento por razones morales, pero también porque "no puedo esconder elementos que pueden ser desvelados por otros y correr el riesgo de que la FIA me acuse de haber escondido información y me sancione". Desde luego, con esta última explicación sobran las razones morales; pero tampoco se trata de ponernos puntillosos con la ética de los pilotos, por muy españolitos (y asturianos) que sean ... ¿o sí?

Pero a lo que voy es a los motivos que han puesto en marcha este segundo culebrón. No se trata de la ambición, de la codicia ... No, parece que la causa es el despecho, el orgullo (o la vanidad) herido. Naturalmente, han tenido que darse luego otras virtudes/vicios para que la semillita que lanza un mecánico inglés de Ferrari prenda en McLaren; pero esto último era absolutamente predecible. ¿Acaso, en la situación inversa, no habrían hecho lo mismo en Marinello? Pues nada, otra historieta que no deja tampoco en demasiado buen lugar a la naturaleza humana.

Ciertamente, si los humanos no fuéramos tan miserables sería difícil que abundaran los culebrones. Me temo que incluso no habrían existido la mayoría de las grandes obras de la literatura. Y, sin duda, muchísimos episodios históricos se habrían resuelto de forma muy distinta. Aun así ... el interés narrativo de nuestra historia, ¿basta para justificar estos rasgos tan humanos?

CATEGORÍA: Todavía no la he decidido

7 comentarios:

  1. Creo que el caso de madeleine Mc Cann es mas complicado de lo que parece; hay muchas coincidencias y teorías extrañas. Particularmente me parece muy sospechoso el empeño de los padres en montar una campaña mediática tan agresiva...

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  2. Lo irresponsable como tú señalas es dejar a niños tan pequeños solos aunque sea por unas horas, no ya decir el hecho de darle cualquier sustancia para que duerman. Últimamente yo también he oído a alguna madre que administra ciertos medicamentos para hacer que se duerman los bebés (menos de un año) y poder descansar ellas. Lo más macabro de todo es que si es cierta la tesis de la policía, para montar todo este culebrón debieron hacer algún tipo de "crueldad" para extraer sangre del cuerpo de la niña y esparcirla por los sitios donde la han encontrado. Hay que tener mucha sangre fría ante la muerte de tu hijo y montar todo esto, pero si fuera cierta no me extrañaría, me sigue extrañando más que unos padres dejen a sus hijos solos para poder divertirse ellos.

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  3. ¿Nada más que dos? Podrías haber sacado media docena sin esforzarte mucho.

    Besos.

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  4. No sé si los padres de la pobrecita Madeleine son o no son culpables de su muerte pero me parece altamente irresponsable dejar a unos niños tan pequeños solos porque los papás quieren irse por ahí de copas o de cena. O te aguantas las ganas de salir o contratas a un canguro. Si, encima, es cierto que sedaron a los niños me parece aún más irresponsable (sobre todo en gente que ejerce la medicina). Y todo el circo que han montado, todo el dinero que han ganado a cuenta de su niña me parece bastante repulsivo. No me vería yo con ánimos de ir de tele en tele tras la desaparición de mi hija.

    Besos

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  5. Gracias por tus palabras. Efectivamente Márai es un escritor muy bueno y su libro "La mujer justa" es una caja llena de pensamientos, sentimientos, emociones...
    He leido parte de tus comentarios al respecto en tu post. Seguiré leyéndolos, poquito a poco.
    Yo tambien llevo separada algo más de dos años. Los sesntimientos y razones que aparecen en su libro me resultan a veces muy familiares y llegan derechos al sitio donde son reconocidos, acogidos, y se quedan un tiempo conmigo.
    Un abrazo, ana.

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  6. La naturaleza humana es lo que tiene, una extraña adicción a crear culebrones con cualquier excusa.

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  7. Con el único ánimo de llegar a entender los motivos, que no de justificar, puedo imaginar (en el hipotético caso de que las cosas ocurrieran tal y como, o parecido, lo relatas; como bien dices, será verdad o no, ya lo veremos, o no) lo que pudieron llegar a sentir ese matrimonio al descubrir a su hija muerta por una negligencia de ellos. Tras el primer impacto, vendría el miedo lógico a perder la custodia de sus otros dos hijos. Y, ante eso, sólo impera el instinto. A partir de ahí unos padres responsables hubieran obrado de otra manera, entregándose y confesando. Lo cierto es que hay que verse en mitad de la pesadilla.

    También por comprender, que no justificar, me pongo en la situación (que, por cierto, he vivido) de madres que se pasan sin dormir muchos meses al nacer sus hijos, porque éstos se pasan la noche (y el día) llorando. Eso también hay que pasarlo. Y si una, rota ya, acude al pediatra y éste le indica que le dé a su hijo unas gotitas para que pase buena noche, es de suponer que serán inocuas para el bebé, si es un pediatra quien lo está recetando. Yo no llegué a eso porque no quería darle a mi hijo tranquilizantes, pero sí que intentaba darle "dulces sueños" (a base de infusiones de melisa y otros hierbajos que inducen supuestamente el sueño y que, en él, no funcionaron, principalmente porque no se lo pude hacer tragar).

    Lo de dejar a los niños solos para hacer lo que sea es lo que criticaré abiertamente. Yo no lo dejo sólo ni para bajar la basura, aunque esté dormido y sepa positivamente que no se va a despertar hasta mañana. Yo siempre digo que (al más puro estilo Murphy) si algo (malo) puede ocurrir, ocurrirá; por eso no arriesgo lo más mínimo con mi hijo.

    Y lo de Alonso... el despecho mueve el mundo, más vale no hacer según qué cosas a según quién...

    Besotes.

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