miércoles, 9 de agosto de 2006

Quicio

Esta mañana, oyendo canciones aleatoriamente, apareció Victor Manuel y su abuelo picador allá en la mina. La canción empieza: "Sentado en el quicio de la puerta ..." Y de pronto, la palabra quicio me amartilleó el cerebro, disparando un montón de chispazos mentales, absurdos la mayor parte.


El abuelo Vítor - Víctor Manuel (Mucho más que dos, 1994)

Me pregunté, de entrada, si sabía lo que era el quicio. Pues no, la verdad es que con precisión no lo sabía. ¿El marco? Pero uno no se puede sentar en el marco. ¿Sería un tablón de madera que traba horizontalmente las puertas por abajo, a modo de escalón? Entonces no todas las puertas tienen quicio. No, no lo sabía.

Consulto el DRAE y resulta que el quicio es la parte de las puertas o ventanas en que entra el quicial y en que se mueve y gira; el quicial es el madero que asegura las puertas y ventanas, por medio de pernios y bisagras, para que girando se abran y cierren. Es decir, no andaba yo tan desencaminado, porque las hojas batientes de puertas y ventanas giran mediante bisagras que se ajustan al marco .. ¿o no?

Cuando una puerta se sale de quicio se cae ... Obviamente, de ahí viene la expresión "sacar de quicio" para indicar que algo te ha irritado tanto que te hace perder el equilibrio. Lo curioso es que esa expresión (que tanto usaba mi madre) apenas la oigo ya, especialmente en esta tierra. Desde luego, estoy convencido de que quicio, en su sentido literal, no lo he oído nunca en mi vida (me refiero en el lenguaje hablado).

Tras mis dudas semánticas, me quedé un ratillo enganchado con la fonética. Quicio, Kizio o Kisio, para la mayoría de los hispanohablantes. Suena raro, ¿verdad? Las dos sílabas se me repetían en la mente una y otra vez, incluso creo que las pronuncié en voz alta, por la mirada extrañada de un señor mayor que esperaba el autobús al lado mío. No sé, no suena demasiado a castellano; más quizás a japonés (no tengo ni idea de japonés): el señor Kizio, embajador de Japón. Bueno, tampoco, en japonés sería Kizío.

Parece ser (búsqueda ahora mismo en internet) que quicio nace hacia principios del siglo XV a partir de resquicio (y no al revés). Resquicio proviene de rescrieço y este término del verbo latino excrepitiare, derivado, a su vez, de crepare (estallar, reventar). Es decir, el resquicio es estalladura, hendidura; y el quicio lo que queda al otro lado de la rendija de la puerta. Poquillo retorcido, ¿no? Pero lo que me llama la atención es que la fuente es latina, a pesar de la sorpresa que me produjo su fonética. Pero bueno, no resulta tan anómalo partiendo de rescrieço --- resquiezo --- resquicio --- quicio.

Son bonitas las palabras de nuestra lengua. Y hay tantas. A veces me da pena que se sequen de no usarlas. Y de pronto, llega el Víctor y me dispara un ratillo de pajas mentales y otro más (ya esta noche) de curioseo internáutico. Así las cosas, ¿qué más da que el abuelo no estuviera sentado en el quicio de la puerta? Y aprovechándome de nuevo del asturiano: ¿Adonde irán las palabras que no usamos?


CATEGORÍA: Entretenimientos gramaticales
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1 comentario:

  1. Y ahora me quedo yo pensando en la fonética de la palabra...
    Interesante que hayas querido llegar hasta el final.

    Un beso

    Comentado el Jueves, 10 Agosto 2006 15:31

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