Cantautrici italiane (1): Nannini e Bottazzi
Llevo ya bastante tiempo organizando mi discoteca. El término suena presuntuoso, pero la verdad es que tengo muchos discos, tantos que no sé cuantos, así que me he propuesto, a ratos sueltos, ir fichándolos. Los estoy convirtiendo a mp3 para guardarlos en un disco externo. Trabajo por cantantes: junto todos los albumes que tengo de uno concreto, si es de los que me gusta procuro completar su discografía vía Internet y, en el iTunes, voy añadiendo los datos asociados a cada tema (compositor, año, imagen de la carátula, músicos e incluso, si las consigo, los textos de las canciones). Por supuesto, tardaré una porrada de meses, pero tampoco importa porque es una forma entretenida de pasar el tiempo, pues mientras voy completando la información disfruto escuchando las correspondientes canciones.
Este fin de semana estoy metido con cantantes italianas, de las que en ese país denominan cantautrici (cantautoras); es decir, cantantes que interpretan textos escritos propios (no siempre) que, además, tienen una cierta intencionalidad en el mensaje, más allá de, por ejemplo, del "she loves you, yeah, yeah, yeah" o, por limitarnos a Italia, de las habituales y empalagosas historietas de amor estilo Sanremo. No necesito explicar mucho porque también en España hemos vivido el fenómeno de los cantautores, aunque con bastante menos referentes que en la otra península. En sus orígenes, finales de los 50 o principios de los 60, los modelos eran los franceses (Brassens, el principal) y algo después el folk norteamericano (el primer Dylan y sus satélites). De hecho, solemos asociar la palabra cantautor a un tipo de música de melodías poco elaboradas y de escasa instrumentación, con protagonismo incuestionable de la guitarra acústica. No obstante, van apareciendo personajes (y los más viejos van evolucionando) que adoptan estilos musicales diversos (pese a lo difícil que es siempre etiquetar este concepto) y, en mi opinión, tienen todo el derecho a ser considerados cantautores. ¿Cuál sería para mí la nota distintiva para así considerarlos? La calidad, narrativa o poética, de los textos que escriben. Escuchándolos, se me antojan esbozos de atractivos relatos que, en varias ocasiones, me motivan para escribir mi propia versión. Pues bien, durante los últimos cincuenta años, en Italia han surgido muchísimos de estos artistas que, sin embargo, son muy poco conocidos entre nosotros (al contrario de la enorme popularidad de otros italianos que, aprovechando la cercanía de nuestras lenguas, traducen los temas al español para comercializarlos en el mercado español e hispanoamericano).
Por supuesto, la mayoría de los cantautores son hombres; no es que no hubiera mujeres que escribieran sus canciones, pero estaban en un papel secundario, con muchísimo menos éxito de público que sus compañeros (que tampoco es que fueran superventas, claro). Las chicas empezaron a hacerse notar a partir de la década de los ochenta, cada vez con más protagonismo y también mucha más diversidad estilística, para nada limitadas a la sencillez melódica de los primeros tiempos sino partícipes del rock maduro, que se había hecho mayor de edad durante los setenta. A mi juicio, en lo musical las cantautrici suelen mostrar una gran apertura a la mezcla e integración de tendencias, y en sus textos una mayor sensibilidad, en especial hacia asuntos cotidianos enfocados desde la visión femenina. Aunque en los últimos años unas cuantas tienen bastante popularidad en Italia (la frontera entre la canción de autor y la "comercial" está a estas alturas muy difuminada, lo cual no me parece mal pues, al fin y al cabo, lo que hay son buenos y malos temas), siguen siendo muy poco escuchadas en nuestro país. Por eso, aprovechando el aggiornamento en el que ando ocupado, se me ha ocurrido recomendar algunos nombres a quienes por aquí pasan. Hoy van los dos primeros.
Gianna Nannini
Toscana de Siena (preciosa ciudad con una de las plazas más hermosas del mundo), nacida en el 54 en una familia más que acomodada. Probablemente es una de las pioneras entre las cantautrici. Su primer disco, Gianna Nannini, es del 76 y en él la mayoría de los temas, aunque adscribibles al rock, son baladas intimistas, de letras desgarradas que le van perfectamente a la voz rota, tan identificable, de la Nannini. Ya con este album, la cantante exhibe un combativo feminismo, sobre todo en el tema Morta per autoprocurato aborto, en un momento en que las movilizaciones para la despenalización del aborto eran la salsa de la vida político-social italiana (en el 78 se aprueba la Ley que deroga el artículo del código penal fascista que sancionaba hasta a cuatro años de cárcel a las mujeres que abortasen). En su tercer disco, California, de 1979 alcanza su primer gran éxito comercial. Se trata de un album ya descaradamente rockero, con la guitarra eléctrica como instrumento protagonista, contrapunto dialogante de la cantante. Todos los temas vuelven a ser suyos, salvo una fantástica versión en italiano del Me and Bobby McGee de Kristofferson, universalizado por Janis Joplin. Gianna, de 25 años entonces, sigue reafirmando su voluntad transgresiva y, además de elegir como portada del LP una foto de la estatua de la Libertad en la que la antorcha es sustituida por un vibrador, la letra de America, el tema más aplaudido, es un himno a la masturbación femenina ("però oggi sto con me e mi basto, nessuno mi vede e allora accarezzo la mia solitudine ed ognuno ha il suo corpo a cui sa cosa chiedere"). Durante los ochenta la sienesa saca cinco discos de estudio y además desarrolla una intensa actividad de conciertos, ya consolidada como una de las principales figuras del rock italiano. Donde tiene muchísima aceptación, yo diría que tanta o más que en Italia, es en Alemania. De hecho, fue en casa de una amiga de Bremen, allá por el 87, cuando yo la descubrí y el primer disco que me compré de ella fue el Tutto Live de 1985. En el 89 la eligen para que grabe con Edoardo Bennato la canción que iba a ser el himno del Mundial de fútbol del 90 (en el que perdimos en octavos con Yugoslavia en la prórroga y maldije a Julito Salinas por desperdiciar tantas ocasiones; y en el que la Argentina de Maradona cayó en la final ante la Alemania unificada dirigida por Beckenbauer). Ha compuesto bandas sonoras de películas y hasta una opera-rock, Pia come la canto io (inspirada en la Divina Comedia), que presentó en el Sanremo de 2007 y es uno de los pocos albumes que no tengo de ella. Metiéndome un momento en el chismorreo, diré que la Giannini ha sido madre de una niña a finales del pasado año; ¡con 54 años! Por supuesto, el hecho generó una tremenda polémica a la cual la cantante, que no tiene pareja conocida, ni declara su orientación sexual (la tildan de "polisexual") ni permite que se indague en su vida privada, ha contestado que hace lo que quiere y que nadie tiene derecho a meterse. Perfecto, nada de alimentar el morbo de los canales berlusconianos, una muestra más de que a su edad, más que consagrada, sigue siendo la jovencilla díscola que se largó de casa de sus padres para dedicarse a la música.
America - Gianna Nannini (Tutto Live, 1985)
Antonella Bottazzi
Piamontesa de 1944, diez años mayor que la Nannini y poco que ver con ella. Pertenece a la primera generación de cantautrici (wikipedia says), las pocas que, opacadas por sus colegas masculinos, lograron cantar sus propios temas en lo sesenta. La descubre el gran Gino Paoli (il capo de la música italiana durante aquellos años) y debuta en el 66 con canciones ajenas, según lo habitual en esos tiempos. Sin embargo, ya al año siguiente comienza a escribir sus propios textos y se inscribe como compositora. Después de algunos sencillos, en el 72 graba su primer LP, Delicato a Te, el único que he escuchado, gracias a una amiga italiana que me hizo conocer a esta mujer (la canción que subo, procede de la digitalización de un vinilo ya muy usado en baja resolución; de ahí la mala calidad del sonido). Tiene otro album, pero éste de canciones infantiles, y ya a principios de los ochenta se retira de la escena musical. Muere en 1997, a los 53 años, demasiado joven, sin duda. Poco sé de esta mujer y poco ha dejado, las catorce canciones que conozco de ella no me disgustan pero tampoco me parecen grandes aportes, su estilo compositivo me evoca similitudes con algunos de los cantautores de su época y los arreglos me resultan, en ciertos momentos, demasiado sanremianos. Pero la chica tenía talento; lástima que no progresara. En todo caso, le tocó una época dura para sobresalir en el oficio siendo mujer.
Este fin de semana estoy metido con cantantes italianas, de las que en ese país denominan cantautrici (cantautoras); es decir, cantantes que interpretan textos escritos propios (no siempre) que, además, tienen una cierta intencionalidad en el mensaje, más allá de, por ejemplo, del "she loves you, yeah, yeah, yeah" o, por limitarnos a Italia, de las habituales y empalagosas historietas de amor estilo Sanremo. No necesito explicar mucho porque también en España hemos vivido el fenómeno de los cantautores, aunque con bastante menos referentes que en la otra península. En sus orígenes, finales de los 50 o principios de los 60, los modelos eran los franceses (Brassens, el principal) y algo después el folk norteamericano (el primer Dylan y sus satélites). De hecho, solemos asociar la palabra cantautor a un tipo de música de melodías poco elaboradas y de escasa instrumentación, con protagonismo incuestionable de la guitarra acústica. No obstante, van apareciendo personajes (y los más viejos van evolucionando) que adoptan estilos musicales diversos (pese a lo difícil que es siempre etiquetar este concepto) y, en mi opinión, tienen todo el derecho a ser considerados cantautores. ¿Cuál sería para mí la nota distintiva para así considerarlos? La calidad, narrativa o poética, de los textos que escriben. Escuchándolos, se me antojan esbozos de atractivos relatos que, en varias ocasiones, me motivan para escribir mi propia versión. Pues bien, durante los últimos cincuenta años, en Italia han surgido muchísimos de estos artistas que, sin embargo, son muy poco conocidos entre nosotros (al contrario de la enorme popularidad de otros italianos que, aprovechando la cercanía de nuestras lenguas, traducen los temas al español para comercializarlos en el mercado español e hispanoamericano).
Por supuesto, la mayoría de los cantautores son hombres; no es que no hubiera mujeres que escribieran sus canciones, pero estaban en un papel secundario, con muchísimo menos éxito de público que sus compañeros (que tampoco es que fueran superventas, claro). Las chicas empezaron a hacerse notar a partir de la década de los ochenta, cada vez con más protagonismo y también mucha más diversidad estilística, para nada limitadas a la sencillez melódica de los primeros tiempos sino partícipes del rock maduro, que se había hecho mayor de edad durante los setenta. A mi juicio, en lo musical las cantautrici suelen mostrar una gran apertura a la mezcla e integración de tendencias, y en sus textos una mayor sensibilidad, en especial hacia asuntos cotidianos enfocados desde la visión femenina. Aunque en los últimos años unas cuantas tienen bastante popularidad en Italia (la frontera entre la canción de autor y la "comercial" está a estas alturas muy difuminada, lo cual no me parece mal pues, al fin y al cabo, lo que hay son buenos y malos temas), siguen siendo muy poco escuchadas en nuestro país. Por eso, aprovechando el aggiornamento en el que ando ocupado, se me ha ocurrido recomendar algunos nombres a quienes por aquí pasan. Hoy van los dos primeros.
Gianna Nannini
Toscana de Siena (preciosa ciudad con una de las plazas más hermosas del mundo), nacida en el 54 en una familia más que acomodada. Probablemente es una de las pioneras entre las cantautrici. Su primer disco, Gianna Nannini, es del 76 y en él la mayoría de los temas, aunque adscribibles al rock, son baladas intimistas, de letras desgarradas que le van perfectamente a la voz rota, tan identificable, de la Nannini. Ya con este album, la cantante exhibe un combativo feminismo, sobre todo en el tema Morta per autoprocurato aborto, en un momento en que las movilizaciones para la despenalización del aborto eran la salsa de la vida político-social italiana (en el 78 se aprueba la Ley que deroga el artículo del código penal fascista que sancionaba hasta a cuatro años de cárcel a las mujeres que abortasen). En su tercer disco, California, de 1979 alcanza su primer gran éxito comercial. Se trata de un album ya descaradamente rockero, con la guitarra eléctrica como instrumento protagonista, contrapunto dialogante de la cantante. Todos los temas vuelven a ser suyos, salvo una fantástica versión en italiano del Me and Bobby McGee de Kristofferson, universalizado por Janis Joplin. Gianna, de 25 años entonces, sigue reafirmando su voluntad transgresiva y, además de elegir como portada del LP una foto de la estatua de la Libertad en la que la antorcha es sustituida por un vibrador, la letra de America, el tema más aplaudido, es un himno a la masturbación femenina ("però oggi sto con me e mi basto, nessuno mi vede e allora accarezzo la mia solitudine ed ognuno ha il suo corpo a cui sa cosa chiedere"). Durante los ochenta la sienesa saca cinco discos de estudio y además desarrolla una intensa actividad de conciertos, ya consolidada como una de las principales figuras del rock italiano. Donde tiene muchísima aceptación, yo diría que tanta o más que en Italia, es en Alemania. De hecho, fue en casa de una amiga de Bremen, allá por el 87, cuando yo la descubrí y el primer disco que me compré de ella fue el Tutto Live de 1985. En el 89 la eligen para que grabe con Edoardo Bennato la canción que iba a ser el himno del Mundial de fútbol del 90 (en el que perdimos en octavos con Yugoslavia en la prórroga y maldije a Julito Salinas por desperdiciar tantas ocasiones; y en el que la Argentina de Maradona cayó en la final ante la Alemania unificada dirigida por Beckenbauer). Ha compuesto bandas sonoras de películas y hasta una opera-rock, Pia come la canto io (inspirada en la Divina Comedia), que presentó en el Sanremo de 2007 y es uno de los pocos albumes que no tengo de ella. Metiéndome un momento en el chismorreo, diré que la Giannini ha sido madre de una niña a finales del pasado año; ¡con 54 años! Por supuesto, el hecho generó una tremenda polémica a la cual la cantante, que no tiene pareja conocida, ni declara su orientación sexual (la tildan de "polisexual") ni permite que se indague en su vida privada, ha contestado que hace lo que quiere y que nadie tiene derecho a meterse. Perfecto, nada de alimentar el morbo de los canales berlusconianos, una muestra más de que a su edad, más que consagrada, sigue siendo la jovencilla díscola que se largó de casa de sus padres para dedicarse a la música.
America - Gianna Nannini (Tutto Live, 1985)
Antonella Bottazzi
Piamontesa de 1944, diez años mayor que la Nannini y poco que ver con ella. Pertenece a la primera generación de cantautrici (wikipedia says), las pocas que, opacadas por sus colegas masculinos, lograron cantar sus propios temas en lo sesenta. La descubre el gran Gino Paoli (il capo de la música italiana durante aquellos años) y debuta en el 66 con canciones ajenas, según lo habitual en esos tiempos. Sin embargo, ya al año siguiente comienza a escribir sus propios textos y se inscribe como compositora. Después de algunos sencillos, en el 72 graba su primer LP, Delicato a Te, el único que he escuchado, gracias a una amiga italiana que me hizo conocer a esta mujer (la canción que subo, procede de la digitalización de un vinilo ya muy usado en baja resolución; de ahí la mala calidad del sonido). Tiene otro album, pero éste de canciones infantiles, y ya a principios de los ochenta se retira de la escena musical. Muere en 1997, a los 53 años, demasiado joven, sin duda. Poco sé de esta mujer y poco ha dejado, las catorce canciones que conozco de ella no me disgustan pero tampoco me parecen grandes aportes, su estilo compositivo me evoca similitudes con algunos de los cantautores de su época y los arreglos me resultan, en ciertos momentos, demasiado sanremianos. Pero la chica tenía talento; lástima que no progresara. En todo caso, le tocó una época dura para sobresalir en el oficio siendo mujer.
Se fossi ... - Antonella Bottazzi (Delicato a Te, 1972)
Hace tiempo vi una actuación televisiva de Gianna Nannini en la que, cuando llegaba la parte instrumental de la canción, dejaba el micrófono y se tiraba a la piscina que había delante del escenario, hacía un largo, salía del agua y seguía cantando. Aquello empequeñeció los destrozos de guitarras de Pete Townsend y otras celebradas hazañas rocanroleras.
ResponderEliminarOrdenar y colocar cosas, libros, discos, cuadernos viejos... puede ser un placer o una tortura, depende claro de como te lo tomes; tú, por lo que veo, muy bien. En fin, de este orden emerjeran, intuyo, buenas piezas en este blog musiquero.
ResponderEliminare Nada Malanima?
ResponderEliminarMi piace il tuo blog, verrò molto spesso a visitare.
baci
Antonio: Me habría encantado ver ese concierto de la Giannini. La verdad es que nunca la he visto en directo. Una vez, hace ya muchos años, durante un viaje por Renania, mi ex y yo vimos anunciado un concierto suyo (creo que en Dusseldorf), pero era en unos días y nos hubiera roto todo el programa.
ResponderEliminarEn cuanto al viejo y querido Pete, sus destrozos de guitarra son ya parte de las imágenes icónicas del rock. ¿Conoces un maravilloso disco, Rough Mix, que grabó con el también fantástico Ronnie Lane, el bajista de los Small faces y de los Faces, ninguneado por el orterilla de Rod Stewart? Si no lo has oído, te lo recomiendo encarecidamente (hasta te lo podría pasar en mp3 si encontramos la forma).
Lansky: Últimamente estoy muy musiquero, sí Lansky. Y desde luego, en mi caso, se trata de un placer. Ambos, creo, hemos llegado a una situación en que lo que hacemos es por placer.
Varekai Benvenuta; Che gioia: una italiana che visita il mio blog (perche sei italiana, vero?). Propio ieri stavo ascoltando Nada, l'album "Trio" che mi pare magnifico. Mi piace molto Nada, ma non sono sicuro se può essere considerata una cantautrice.