jueves, 7 de agosto de 2008

El Corominas

Como saben quienes siguen este blog, me gusta la etimología; me gusta curiosear sobre el origen y causas de las formas y significados de las palabras de nuestro idioma. En general, me atraen los procesos, la evolución de las cosas, casi más que las cosas en sí. Comparto esa sentencia que dice que lo importante es el camino, el viaje, mucho más, en todo caso, que el lugar de destino. A veces o casi siempre, lamentablemente, la dictadura de la eficacia exige resultados de forma rápida. Ojalá que esas concesiones no nos impidan disfrutar del saboreo espacioso de los acontecimientos. Pocas actividades me son más entretenidas que perderme en los laberínticos vericuetos de asuntos entrelazados, dejando que la apetencia del momento decida en cada encrucijada y sorprendiéndome gozoso con los hallazgos que ese deambular distraído me regala.

Pero al tema, que me enredo. Decía que me gusta la etimología y que con frecuencia trato de descubrir de dónde viene tal o cual palabra. Tengo en mi casa algunos diccionarios y, por supuesto, están los inmensos recursos de internet. Sin embargo, todos ellos no me son suficientes y más de una vez me he quedado con ganas de profundizar algo más sin disponer de medios. El mejor de todos, en español, se llama Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, más conocido como el Corominas (Editorial Gredos, 6 volúmenes).

Joan Corominas (1905-1997) fue uno de los grandes filólogos del siglo pasado, una de las mayores autoridades en las lenguas hispánicas. Catalanista y republicano convencido, hubo de exiliarse al final de la guerra civil para regresar a su jubilación, en 1967, a Pineda del Mar, donde vivió hasta su muerte dedicado a sus investigaciones lexicológicas. Su diccionario es, como dice José Antonio Millán, bastante más que eso, "da mucho más de lo que promete". Cada una de sus entradas se convierte en un esbozo de artículo científico que aporta ingente material de debate. En fin, que se trata de una obra magna, de esas que ennoblecen una lengua y que, además, no tiene equivalente en nuestro idioma. Por lo menos, hasta que no salga el ambicioso Nuevo diccionario histórico de la lengua española, en el que lleva tiempo trabajando la RAE bajo la dirección de José Antonio Pascual, discípulo de Corominas y colaborador suyo en la redacción final del Diccionario etimológico.

Hacía bastantes años que le tenía ganas al Corominas, pero siempre me echaba para atrás el precio: los seis tomos cuestan una pasta. Además, había leído que la Universitat Autonoma de Barcelona estaba trabajando en la versión digital y pensé que, a lo mejor, en breve podríamos disponer de esta obra a través de internet (como pasa con bastantes de los recursos de la RAE, por ejemplo). Naturalmente, no sería lo mismo que tener los libracos en mis estantes (lo digital no aporta ese morbo fetichista del papel impreso y encuadernado) pero ... De otra parte, mi apetencia no dejaba de ser un capricho falto de fundamento; al fin y al cabo, el Corominas es una obra para especialistas y yo no paso de ser un simple aficionadillo.

Hace unos días fue mi cumpleaños. A mí es difícil hacerme regalos y, además, reconozco que no me entusiasma recibirlos. Pese a mis advertencias en ese sentido, hay personas que insisten en hacérmelos y no me queda más remedio que resignarme y, a veces, incluso emocionarme, aunque me esfuerce en disimularlo. Una persona de terquedad incombustible (y no sólo porque se empeñe en quererme) ha tenido el maravilloso atrevimiento de regalarme el Corominas, poniéndome en la incómoda posición de no saber si enfadarme con ella por haber hecho tan grande gasto o dejarme llevar por el entusiasmo de un niño el día de Reyes. Lo que no ofrece ninguna duda es mi agradecimiento: muchas gracias, preciosa.

CATEGORÍA: Irrelevantes peripecias cotidianas

11 comentarios:

  1. Hay regalos que no tienen precio...

    Muchas felicidades.

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  2. De lado a lado. La sonrisa.
    Un beso grande...

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  3. Afortunadamente, hay personas que no te hacen caso, sino que se hacen caso. También disiento en lo de "obra para especialistas"; precisamente, esas obras para especialistas (esa botánica rara, ese texto exclusivo) son las que hacen las delicias del diletante.

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  4. Pues es importantísimo y de agradecer señor miroslav tener a nuestro lado a alguien que es capaz de hacer de algo que no nos gusta (que te regalen en tu caso) algo agradable que se convierte en grata sorpresa. Kali eres un solete.

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  5. Hombre, puestos a elegir, mejor déjate llevar por el entusiasmo y agradecer con alegría el tan deseado regalo ¿no?

    Ah y menos mal que siempre hay alguien que se niega a hacernos caso :)

    Besos

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  6. Menudo regalazo, una joya.

    Por cierto ¿ha salido ya la versión digital?
    Y de paso, felicidades por tu cumpleaños, aunque sea atrasadas.
    Un abrazo

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  7. Ha quedado clara el sito Miroslav es rata de biblioteca.
    Muchas felicidades compa!

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  8. No, no ha salido la versión digital aún. A un tipo tan envidioso como yo no debería permitírsele el acceso a estas noticias. Ya noto como te miro con otros ojos, amigo Miroslav.

    El Corominas es de esas obras que deberían ser patrimonio de la Humanidad, aunque sólo sea hispanohablante, merecedoras de que el estado las expropiase y las pusieses gratuitamente al alcance de todos los ciudadanos, como el Museo del Prado, la Alhambra, o mejor aún, el acueducto de Segovia, que puede contemplarse en todo su explendor sin pagar un euro.

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  9. Muchas felicidades, aunque sean con cierto retraso.
    Besitos.

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  10. Espero que hayas optado por dejarte llevar por el entusiasmo de un niño en el dia de Reyes.

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  11. ¿Tienes el Corominas? ¡Te odio! No es cierto, es broma. Pero es que me muero de la envidia. Yo sólo he podido pagarme el breve... En fin, ya será algún día que pueda comprarme los seis volúmenes. ;)

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