jueves, 16 de julio de 2015

Versión original

El Ayuntamiento de Madrid ha creado una página web para publicar “rectificaciones y matizaciones sobre noticias aparecidas en medios de comunicación”. Así daba la noticia el diario El País de hoy. En su editorial sobre este asunto, el periódico concluye recomendando a Manuela Carmena que reoriente seriamente esa web o la retire. ¿Por qué? Pues porque, según este medio, no se puede crear un portal con el objetivo de rectificar las informaciones periodísticas cuyo ejercicio está regulado a través de cauces jurídicos, aunque no se oponen a que el Ayuntamiento informe de su actividad institucional. De otra parte, el editorialista nos advierte (por si algún madrileño desavisado pensara otra cosa) que lo que publique el Ayuntamiento no es más que su versión respecto de temas controvertidos .

Sin entrar a juzgar el grado de "torticerismo" con que el Ayuntamiento publique sus "versiones originales", lo primero que me llama la atención es la arrogancia que exhiben los periodistas al escandalizarse ante el hecho de que el Ayuntamiento (en principio, cualquier grupo político, aunque obviamente la iniciativa es de los de Ahora Madrid) pretenda publicar para quien quiera leerlo lo que ellos entienden que han dicho (o hecho) cuando consideran que la noticia mediática sobre el asunto correspondiente no refleja adecuadamente la realidad. Y digo arrogancia porque pareciera que los únicos autorizados para decir al público lo que hace (o incluso tiene intención de hacer) alguien –sea persona física, jurídica o institución– son ellos.

El problema es que, en un altísimo porcentaje de las noticias, lo que se cuenta no es el hecho mondo y lirondo, sino la interpretación del periodista, sesgada casi siempre hacia una versión que resulta más conveniente para los fines del medio (como mínimo para llamar la atención y vender más, cuando no hay otros intereses menos confesables). En mi modesta experiencia –al fin y al cabo no soy político– tengo multitud de ejemplos de cómo se han tergiversado declaraciones que he hecho (por ejemplo sobre un plan de urbanismo del que era director técnico) de modo tal que el artículo resultante para nada tenía que ver con lo que le había contado al periodista. Informar con el objetivo de que el público se entere de la verdad es trabajoso y, las más de las veces, aburrido. Mucho más cómodo y rentable, sacar de contexto, distorsionar o resaltar las partes que "venden". Desde hace ya unos cuantos años tengo por regla de conducta negarme a aparecer en medios y, cuando me veo obligado a contestar a requerimientos periodísticos, lo hago por escrito exigiendo –aunque no siempre me hacen caso y me tengo que aguantar– que transcriban exactamente mis palabras.

Pero es que además, estoy hasta las narices de esa insoportable autocomplacencia de determinados plumillas –justamente los más "mediáticos"– erigiéndose en salvaguardas de la libertad de información. No señor, habría que decirlo de una vez con toda claridad: salvo honrosas excepciones, el periodismo español, si lo medimos en términos de veracidad, es una caca chapucera. Para lo único que vale es para "advertir" al lector de que algo ha ocurrido, pero muy ingenuo tiene que ser éste si se cree que lo que ha ocurrido es lo que le cuenta el periódico, la tele o la radio. Si algo de lo que me entero en un medio me interesa, me pongo a investigar, tratando si me es posible de llegar a la fuente. Ejemplos perfectos son las noticias de actos administrativos (un acuerdo municipal), fallos judiciales, aprobaciones parlamentarias de leyes. Me entero por los periódicos de que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la Ley andaluza de vivienda (tema, por cierto al que me gustaría dedicar un post) pero el resumen de los fundamentos del fallo no me ofrece ninguna fiabilidad y ese escepticismo lo confirmo cuando leo la sentencia. Y no digamos nada de cómo nos han estado "informando" sobre la crisis griega ...

Menos mal que existe internet y todavía no han encontrado la fórmula para coartarla. Gracias a la red, quienes como yo desconfiamos radicalmente de la seriedad de los medios españoles (y ojo, no digo que sean mejores los de otros países), contamos con la posibilidad relativamente fácil y gratuita de contrastar, de investigar, de formarnos nuestra opinión. Naturalmente, ese ejercicio cuesta tiempo y una cierta disciplina mental. La gran mayoría de la población prefiere creerse lo que oye en la tele/radio o lee en los periódicos. Eso, claro, lo saben los medios y así quieren que siga, para mantenerse como el "cuarto poder" con las regalías que ello genera. Por tanto, entiendo perfectamente que les escueza  que una institución se atreva a crear un portal en el que da su versión de noticias que han dado los medios sobre sus actos. De entrada porque les cuestiona: tú has dicho que yo he dicho esto, pero lo que yo he dicho ha sido esto otro. Y, en segundo lugar, porque menoscaba su monopolio corporativista.

Dicho lo anterior, quedará claro que a mí la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid me parece estupenda, algo de elemental justicia, de modesto intento de compensar un poco el evidente desequilibrio entre ambas partes. Porque lo que es una desfachatez es decir que si el Ayuntamiento (o cualquiera) entiende que los medios han tergiversado sus actos lo que ha de hacerse es recurrir a los cauces jurídicos. Vamos, hombre, y estar calladito hasta que resuelvan los tribunales mientras impunemente los pontífices de la información van difundiendo sus sacrosantas versiones. Ni de coña, yo no me estoy calladito; si tengo la posibilidad (y, en efecto, cualquier ayuntamiento la tiene) doy mi versión y que el ciudadano contraste y se forme la opinión que le dé la gana. Pues no, según la mayoría de la mayoría de los encopetados periodistas, así no se ha de hacer. Es más, algunos han dicho que la web tiene un tufillo a censura. Hombre, sin pasarse: censura es no dejarte que publiques la noticia (lo que, por cierto, hace El País con cierta frecuencia con algunos artículos que no le gustan). Tener tu propio medio de comunicación para dar tu versión es algo que, por el contrario, a mi me parece muy sano para la libertad de información.

Dije antes que no iba a entrar a valorar cómo dan su versión los del grupo de gobierno del Ayuntamiento, aunque ciertamente he visitado la web y leído las escasas cinco "versiones" que contiene a la fecha. Y no lo hago porque es irrelevante a los efectos de lo que me interesa. Los de Ahora Madrid, bolivarianos irredentos y por ende ansiosos de acabar con nuestras esforzadamente ganadas libertades civiles, pueden a su vez tergiversar y hasta mentir descaradamente en sus "rectificaciones y matizaciones" a las noticias publicadas en los medios. Pueden, sí, ¿y qué? La cuestión no es esa, sino justamente el derecho (y la conveniencia) de que den su versión a lo que aquéllos publican. Lamentablemente, los tres otros partidos del Ayuntamiento –en descarado ejercicio de populismo y tergiversación– se han mostrado unánimes en condenar la iniciativa, aunque los argumentos que emplean son manifiestamente falaces. Estoy convencido de que si otro hubiera sido el partido de gobierno municipal nada de esto habría ocurrido. De hecho, desde hace tiempo algunas  instituciones aclaran, matizan o rectifican las noticias de los medios sobre sus actos en sus webs, destacando la propia Unión Europea que cuenta con una página específica para esa función (justamente la que ha servido de modelo casi mimético para la del Ayuntamiento madrileño) y, por supuesto, nadie ha dicho nada. ¡Cuánta hipocresía!

 
Mass Medium - Robert Wyatt (Old Rottenhat, 1985)

2 comentarios:

  1. Pues conozco yo a un tuitero que en su blog opina ni más ni menos lo mismo que tú:

    https://tsevanrabtan.wordpress.com/2015/07/16/que-verguenza-que-verguenza-aqui-se-censura/

    (Eso sí, él la ha resumido en mucho menos)

    Sobre el miedo a la red, eso es otro asunto digno de atención. El número de noticias que advierten del "lado oscuro de la tecnología" parecen estar multiplicándose, incluso en medios con salida por la red, advirtiéndonos del peligro que en teoría encierra el uso de un móvil. Como dices, les debe de picar que el público desconfíe cada vez más claramente en ellos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Supongo que no soy el único que opina lo que opino. Sin embargo, en los medios parece haber unanimidad en que lo que han hecho estos de Ahora Madrid es muy feo.

      Poco a poco, la gente va dándose cuenta de que en internet hay basyante más libertad de expresión que en los medios tradicionales. Aunque tampoco es oro todo lo que reluce, ni sé hasta cuándo seguirá siendo así.

      Eliminar