domingo, 8 de julio de 2018

Un presidente que no hemos elegido los españoles

Tengo una sobrina, otra, que es del PP. Vive en Denia pero el jueves pasado fue a Madrid para votar en las recientes primarias de su partido porque, además, dice ser muy amiga de Pablo Casado. Yo estaba de paso en casa de mi hermana, así que coincidimos en el almuerzo familiar. Como buena pepera está indignada con la moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez a la Moncloa. Descalifica la legitimidad democrática del nuevo presidente repitiendo un mantra que lleva días circulando por las redes: a Sánchez no lo han elegido los españoles. La frase es insidiosa, una de las peores variantes de la falsedad.

Que a Pedro Sánchez no lo han elegido los españoles para ser presidente de gobierno es verdad, tan verdad como que a Rajoy tampoco, ni a Zapatero, ni a Aznar, ni a González, ni a Suárez. Porque hay que repetir la obviedad de que en las generales los españoles no elegimos presidente sino diputados, y delegamos en ellos la decisión de quién estará al frente del futuro gobierno. El presidente no es el cabeza del partido más votado por los españoles, sino el más votado por los congresistas. Si, tras las elecciones de diciembre de 2015, Sánchez hubiera conseguido apoyos suficientes (que habría sido posible si no fuera por el desencuentro con Podemos), habría sido presidente con la misma legitimidad que luego lo fue Rajoy. La moción de censura repite exactamente el procedimiento, con iguales exigencias, de elección de presidente tras las elecciones. En ambos casos, el ganador de las votaciones en el Congreso tiene plena legitimidad democrática; en ninguno de los dos casos es elegido por los españoles.

Los del PP (también los de Ciudadanos) suelen repetir que lo más democrático es que gobierne la lista más votada, despreciando cualquier otra opción con el peyorativo “pacto de perdedores”. Esa afirmación es ostensiblemente falsa; como se demostró en la moción de censura, había más que querían que Rajoy no fuera presidente que los que sí querían. Pero eso da igual, lo único que importa es atacar al adversario aunque sea mintiendo.

Pero lo divertido es que mi sobrina, después de hilvanar en el almuerzo esos mantras, por la noche, conocedora ya de que su amigo Pablo Casado había quedado segundo, se mostraba optimista de que conseguiría el liderazgo del partido con el apoyo de los compromisarios de Cospedal y de Margallo (que parece que son acérrimos anti-Soraya). No me pude reprimir y con algo de sorna le pregunté si eso no era un "pacto de perdedores", si de esa manera Casado no se estaba saltando el sacrosanto principio por el que lo democrático es que gane el de la lista más votada. No, me contestó sin dudar, no es para la nada lo mismo. Como tampoco habría sido lo mismo si la moción de censura de Aznar contra González hubiera tenido éxito; como tampoco será lo mismo si en un futuro el nuevo líder del PP presenta una moción de censura.

Sintiéndose quizá contra las cuerdas, aunque por supuesto sin admitir nada, esgrimió un nuevo argumento de los que ofrece el partido a sus militantes: que no sólo el PSOE no era la lista más votada sino que Sánchez no era diputado y, por tanto, no había sido elegido por los españoles. Ella sabía de sobra que Sánchez había dimitido como diputado por lo que había sido elegido por los españoles. Pero esta variante de la demagogia pepera introduce la insidia de que un presidente no diputado es de menor calidad democrática, cuando la única y completa legitimidad proviene de ser votado mayoritariamente por los congresistas. Por cierto, en Canarias (y creo que en las restantes Comunidades Autónomas) el presidente de gobierno sí se elige de entre los diputados.

Naturalmente, quienes propagan estas falacias (y ordenan a sus fieles que los propaguen), saben de sobra que lo son, pero ello no les corta en absoluto para seguir haciéndolo. Stevenson, en sus ethical studies de 1888, enumera la “mentira mezquina” entre las manifestaciones de lo diabólico. Yo no creo en el diablo, pero como al ilustre escocés también me repugna especialmente este comportamiento tan habitual y al que se recurre cada vez con mayor frecuencia. Los motivos son claros: por un lado, denunciar la mentira apenas tiene efectos (o sea, sale gratis mentir); por otro, no pocos aceptan de buen grado la falacia porque refuerza lo que quieren creer (mi madre, por ejemplo, que me reconoció que nunca se había parado a pensar que en las generales no elegíamos presidente). Otra forma más de embotar nuestra capacidad crítica.

15 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Sólo añadiré que esta falacia parece haberse inspirado en las elecciones estadounidenses, donde sí se vota directamente al presidente y por eso en la propaganda electoral de ese país se lee "Vota a Smith", por ejemplo. Mal está decirlo, pero de la primera potencia mundial (por el momento) muchos quisieran imitarlo todo, aunque no tenga tradición ni lugar en nuestra legislación.

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    1. No, la falacia no viene de los USA. Viene, sencillamente, de que tiene mucho más prestigio el poder ejecutivo que el legislativo. Si nos dejaran claro que lo que estamos eligiendo es un Parlamento no nos motivaríamos demasiado. Pero es lo que elegimos.

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  2. Capolanda: En USA tampoco se vota a presidente...Se vota al colegio electoral, quienes elijen al candidato. Entiendo que cada miembro del cuerpo elije lo que le parece, podría darse el hipotético caso de que no votaran al cabdidato republicano, pese a ser elegidos por ser republicanos. En Argentina es voto directo, elegimos al presidente.

    Chofer fantasma

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    1. Así es, pese a lo que solemos creer, los ciudadanos norteamericanos eligen a los electores de cada Estado quienes, a su vez, votan al Presidente. Es un sistema indirecto, como el español, pero, a diferencia de éste, no admite negociaciones. El elector vota al candidadto del partido por el que él mismo ha sido elegido (si no se le llama "elector deshonesto", aunque casi nunca ocurre). Y todos los votos de un Estado se van para el candidato que más electores de ese Estado han votado. Muy democrático no es.

      En Argentina, en efecto, las elecciones presidenciales son por sufragio directo, como en casi todos los países latinoamericanos. También en Francia, por cierto.

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  3. Bueno lo de tu sobrina no es tan grave. Se denomina Síndrome del miembrodeunpartidopolítico y afecta a la capacidad de razonar lógicamente en términos de ideología política. Los que sufren este síndrome ven bien todo lo que hacen los suyos y mal lo que hacen los demás.

    Tampoco lo de tu madre es tan raro. Yo le tuve que explicar lo mismo a todo un señor licenciado en ... ¡¡¡DERECHO!!!.

    Otro punto a discutir es la moralidad del tal Sr. Sánchez: llegó mintiendo, no está haciendo nada de lo que prometió y va a terminar haciendo bueno a Rajoy.

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    1. Sí, conozco el síndrome. En cuanto a la discusión sobre la moralidad de Pedro Sánchez, nada que objetar. Pero para entrar en el tema convendría que precisaras las mentiras con las que llegó.

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    2. Esto dijo Pedro Sánchez en el Congreso:

      "Será un gobierno que convoque elecciones, pero antes de esta tarea hay que recuperar la normalidad, limpiar de corrupción nuestro país y atender las urgencias sociales"

      ¿Necesitas más explicaciones?

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    3. ¿Y eso te parece una mentira? Es una frase lo suficientemente ambigua (no pone fecha) como para que sea muy difícil calificarla de mentira.

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    4. Si no ves la mentira, entonces me parece que tu sobrina no es la única que padece del susodicho síndrome ;-)

      Basta aplicar en política lo mismo que en la relaciones: Todo lo que no sea un SÍ es un NO.

      En cualquier caso, lo que lleva hecho Pedro Sánchez hasta ahora es:

      1. Aceptar los presupuestos de PP.
      2. No derogar la Reforma laboral.
      3. Manifestar su intención de agotar la legislatura.
      4. Controlar, junto con Podemos, TVE. Claro que ellos, a diferencia del PP no son sectarios.
      5. Sacar a Franco de su tumba (al menos en proyecto).

      Además un ministro ha tenido que dimitir por defraudar a Hacienda, otro lo tiene imputado y los casos de corrupción del PSOE en Valencia crecen como los hongos.

      ¿A esto se refería cuando hablaba de recuperar la normalidad, limpiar de corrupción nuestro país y atender las urgencias sociales?

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    5. Si no veo la mentira se debe, en mi opinión, a que no es una mentira obvia. Podría decirte que si tú la ves es porque quieres verla. Naturalmente, en lógica (y el análisis de las frases debe hacerse desde la lógica) todo lo que no sea un sí no necesariamente es un no (tampoco en las relaciones, por más que ahora se insista en ese mantra).

      De otra parte, cada una de tus afirmaciones (algunas tendenciosas) daría para mucha discusión y no es este el lugar ni el momento. En todo caso, tampoco veo que ninguna de ellas pueda esgrimirse como demostración de ninguna mentira, al menos o de modo evidente.

      Acabo dejando constancia de que Pedro Sánchez no es santo de mi devoción para nada. Lo que ha hecho es ser el más idóneo (si no el único posible) para echar al PP que es lo que claramente quería la mayoría del Congreso. Una cosa es echar al PP y otra juzgar el nuevo gobierno; no establecería una vinculación demasiado estrecha entre ambas.

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    6. Es evidente que tenemos un concepto diferente de lo que es mentir. Para mí, lo honrado hubiese sido que PS hubiese manifestado de modo claro e inequívoco su intención de agotar la legislatura, cosa que no solo no hizo sino que además dio a entender justo lo contrario.

      Por otra parte, si mis afirmaciones son tendenciosas; ¿qué medidas de las que ha tomado pueden considerarse que han estado encaminadas a recuperar la normalidad, limpiar de corrupción nuestro país y atender las urgencias sociales?

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    7. Puede que sí, que tengamos un concepto diferente de lo que es mentir. No obstante, estoy de acuerdo contigo en que lo más honesto habría sido que PS "hubiese manifestado de modo claro e inequívoco su intención de agotar la legislatura". Pero que no hacer lo más honesto, no decir toda la verdad y nada más que la verdad no es mentir. Ni siquiera "dar a entender" algo falso es estrictamente mentir (y no suscribo del todo que así lo hiciera).

      En el ámbito de la verdad y la mentira, como en casi todo, hay gradaciones. Que PS no ha sido completamente franco es cierto, pero en la política no hay nadie que lo sea. Que haya mentido es más discutible y, aún admitiéndolo, no todas las mentiras son iguales ni todas las afirmaciones no completamente veradderas son igualmente mentirosas.

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  4. Curiosa la doble cara de medir de Números que encima él achaca a los demás.

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    1. Vara , no cara de medir

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    2. Sinceramente Lansky, lo acertado y agudo de tu argumentación me ha dejado sin palabras. Creo que, por primera vez, no sé que decir.

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