domingo, 2 de diciembre de 2007

Sergei Gennadiyevich Nechayev

Si alguien puede ser considerado el "inventor" del revolucionario, ese es Sergei Nechaev, nacido en Ivanovo en 1847 y muerto en 1882 en la Fortaleza de Pedro y Pablo (San Petersburgo) hace mañana 125 años. Robert Payne, en su clásica biografía de Lenin, le llama "el precursor" y dice de él que, aunque antes, y especialmente durante todo el siglo XIX, ya hubo varios que instaron la destrucción violenta de la sociedad entera, él fue el primero que no la planteó como un ensueño, el primero que descarnadamente aseguró que podía hacerse. Nechaev definió la figura del revolucionario y, por lo que se sabe de su vida, parece que ciertamente fue fiel a su propio catecismo. Tanto es así que, estando ya en prisión y ante las dudas de la Naródnaia Volia (grupo terrorista estrechamente ligado a él) entre intentar liberarle o matar al Zar, les ordena que acometan el crimen (como efectivamente hicieron el 13 de marzo de 1881). El ascenso al trono de Alejandro III, mucho más enérgico que su padre, supuso el drástico endurecimiento de las condiciones carcelarias de Nechaev, descubiertas sus relaciones con los magnicidas. El último año y medio de su vida lo pasó en condiciones de aislamiento absoluto, alimentado a pan y agua y privado de luz; enfermó de hidropesía, tuberculosis y escorbuto y fue cayendo en un progresivo enloquecimiento, atacado por recurrentes alucinaciones. Este hombre terrible murió solo, en silencio, con apenas treinta y cinco años.

¿Qué es la Revolución? Para Nechaev (y a partir de él para tantas otros del siglo XX) es la destrucción total del orden social para conseguir la emancipación y felicidad de las masas (punto 22 del Catecismo Revolucionario). ¿En qué momento el joven Nechaev (y tantos otros después) llega a la conclusión de que quiere consagrar su vida a liberar a los oprimidos y que para ello no hay otro camino que el de la violencia destructiva? Seguramente mamaría los oprobios de la primera industrialización en Ivanovo, ciudad de "ruidosos telares y obreros mal pagados". Luego, con diecinueve años, instalado en San Petersburgo, se integraría en el activismo radical estudiantil muy influido por Bakunin. En dos o tres años, ese muchacho mostró la personalidad del líder, formó un movimiento revolucionario (no tan importante como temió la policía zarista) y adquirió un tremendo ascendiente sobre varios jóvenes. ¿Cuánto habría de vanidad o de soberbia en esos afanes revolucionarios? La pregunta, por supuesto, vale para todos los que en la Historia han seguido su ejemplo (conociéndolo o no).

A finales de 1869 Nechaiev asesina a Ivan Ivanov, un compañero de su Asociación revolucionaria. El chico se había negado a obedecer una orden suya (colocar un pasquín en la pared del comedor universitario), por lo que, en una Junta y a instancias de Nechaev, se le condenó a muerte por traición. Lo mataron en un parque de Moscú, hundiendo su cadáver, atado con piedras, en un lago. Cuando se descubrió el cuerpo, la policía, poco a poco, fue desvelando la existencia de la asociación revolucionaria y de diversas conspiraciones. Hubo muchos detenidos, pero entre ellos no estaba Nechaev; inmediatamente después del asesinato huyó de Rusia y vivió varios años en Francia, Inglaterra y Suiza. Durante el exilio conoció y trató a Bakunin y a Herzen, y de ambos trató de sacar provecho con malas artes. Para entonces había pasado a ser considerado una grave amenaza por los poderes rusos. Las investigaciones policiales sacaron a la luz diversos documentos y, entre ellos, el denominado Catecismo Revolucionario, que convenció al Zar y a sus ministros de que se enfrentaban a alguien que merecía ser tenido en cuenta. No se le quiso dar tregua y el 14 de agosto de 1872 la policía zarista lo detiene en un restaurante de Zurich. El Gobierno suizo, informado de que se le acusaba de asesinato, permitió la extradición.

Abro un paréntesis para recordar que fue el crimen de Ivanov y su vinculación a las conspiraciones revolucionarias y terroristas lo que motivó a Fiódor Dostoyevski a escribir su obra Los Demonios. Me entero que Dostoyevski estaba en Dresde y que la publica en 1872; probablemente antes de conocer la detención de Nechaev y, en todo caso, antes de saber el resultado de su juicio. En la novela, Verjovenski es el trasunto del revolucionario real. Apenas me acuerdo de ese personaje (algo más, en cambio, de las angustias de Stavroguin, el protagonista); habré de releerla. Dostoyevski murió casi dos años antes que Nechaev; aunque intuyera los abismos oscuros que podrían abrir los revolucionarios no llegó a conocerlos (ni siquiera vivió el asesinato del Zar). Cierro paréntesis.

Creo que la lectura del Catecismo Revolucionario es sumamente instructiva; recomiendo encarecidamente que, tras pinchar el enlace, se lea detenidamente y se medite sobre cada uno de los puntos, se reflexione sobre el "programa moral" (o amoral, si se prefiere) que prescribe. Y no se descarte frívolamente porque esos mandamientos han sido interiorizados "honestamente" y respetados y cumplidos lealmente por muchas personas durante los últimos cien años. Por supuesto, los primeros fueron los bolcheviques, los que abrieron la caja de Pandora; a partir de ellos ... la intemerata. Merece la pena -repito- meditar sobre el Mal individual justificado por el Bien colectivo. Ser revolucionario, tal como lo define Nechaev, es ser una mala persona. No es la única cara del Mal, pero es, sin duda, una de ellas. ¿Cómo pueden todavía hoy tener buena prensa los revolucionarios? Es irónico cómo el marketing (una de las más descarnadas expresiones de la sociedad que la Revolución pretende destrozar) ha edulcorado a los revolucionarios (piénsese en el Che) para su consumo romántico. Pero es mentira; la verdad es la del Catecismo.


CATEGORÍA: Personas y personajes

13 comentarios:

  1. Por el primero de los principios revolucionarios ya deduje que yo no era revolucionaria, allá por el cuarto o quinto supe que este hombre estaba loco de atar y por el noveno o décimo ya dejé de leer preguntándome cómo demonios hay gente capaz de seguir esta doctrina basada en alimentar el odio por el odio.

    Lo cierto es que siempre he creído que muchas de las personas que se autodenominan de una forma u otra (léase revolucionario, anarquista, de derechas, de izquierdas, progresista o eunuco ;) no saben realmente lo que están diciendo porque nunca se han preocupado en informarse y simplemente les resulta más fácil etiquetarse que cuestionarse. (Un ejemplo que te encantará es el de las religiones y sus adeptos)

    En fín que como diría Asterix: "Están locos estos romanos"

    un beso Miro
    (te mandé los datos que me pediste9

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  2. ¿Por qué gente así sigue suscitando admiración? Creo que fundamentalmente por dos razones.

    Porque es muy fácil manipular la imagen del revolucionario muerto y convertirlo en lo que nosotros queramos. Otra cosa hubiera sido que el tal hubiera podido actuar a sus anchas. Sus efectos hubieran hablado y mucho.

    Porque siempre hay algún intelectual imbécil pero con prestigio que lo defiende. Como Chomsky con Pol Pot, por ejemplo. Y mucha gente, que no tiene confianza en su propio criterio, se dice "si para Chomsky este tipo es bueno, tiene que serlo".

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  3. Este post sobre la alimentación me parece muy acertado, sobre todo si tenemos en cuanta la época del año en que estamos. Me parece una medida algo drástica la del comedor. A veces he dejado de colgar alguna cartulina en el del colegio, pero mi jefe nunca me ha asesinado por ello. Ni me ha atado de los pies. El consumo de revolucionarios en esta época es escaso, hay un dulce más romántico que se llama polvorón y también es muy edulcorado, o dulce, como mejor quiera entenderse. En fin, el catecismo no me lo sé.

    Besos a mil revoluciones!

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  4. Muy interesante el post, aunque la verdad me costo bastante leerlo ... debe ser mi "humor de lunes"... sorry... en fin, me quedo con los ricos polvorones de Zaffe... mmm... ideales para un dia como hoy, en cuanto al Catecismo lo leere en otro momento, en general los catecismos me caen algo mal, ni siquiera he tomado la comunion de nina ...
    Miros, un beso muy grande!
    :)

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  6. Todo lo que pensaba comentar ya te lo han dicho antes, así que para no repetirme, solo afirmar que me dieron miedo siempre esas decisiones "por el bien de los demás" que comportan muerte y que prefiero los polvorones.

    Besos de una maia.

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  7. No se puede ser revolucionario sin vivir las circunstancias que dieron luegar a todos estos principios y a todas estas personas. Ninguno de nosotros estamos en condiciones de valorar el mal o el bien que encierran todas estas ideas simplemente porque nosotros no queremos revolucionar la sociedad, porque la sociedad nos es favorable. Hoy en día como mucho queremos mejorar, pero el bienestar que gozamos por lo menos en este trozito de mundo, es lo suficientemente anestésico para que la revolución nos sea sangrienta. Pero no menos sangriento era la actuación de los zares, de esos empresarios que surgían de la revolución industrial. No existían clases medias y el mundo se dividía en hombres libres siempre a punto de morir por esas condiciones infrahumanas que sin duda hoy denunciamos tan duramente como la actuación de los revolucionarios. Pero la cuestión es que si lograron el bien común, porque a mi no me cabe duda alguna que la presión de estos extremistas y su actuación en aquel tiempo hizo que las cosas se fueran suavizando hasta llegar a nuestros días y la cantidad de derechos que tenemos. No podría valorar de forma positiva dichas actuaciones, pero no estaría yo tan segura que si en vez de haber nacido hoy hubiera nacido en aquel momento no hubiese defendido lo mismo. Por lo menos deberíamos tener claro una cosa, las manifestaciones pacíficas que hoy en día se hacen, por ejemplo éstas que se repiten con cada atentado de ETA, ni eran factibles en aquella época ni nos hubieran resuelto todos los problemas que hoy no tenemos.

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  8. Amy...¿pero tu te has leído algo del catecismo revolucionario de ese hombre??????

    Por cierto, reléete porque con estos argumentos que propones podrías estar justificando perfectamente a ETA.

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  9. El catecismo de este no me ha dado tiempo a leermelo, pero a Bakunin sí que lo he leído. Pero no sé por qué me da a mi en la nariz que no puede ser nada más atroz de lo que el zar hizo el día de su boda, donde murió un montón de gente que lo único que quería es felicitarlo y darle la enhorabuena. Sólo digo que la revolución, cualquier revolución no se puede hacer sin derramamiento de sangre, que las manifestaciones en contra de ETA no van a solucionar nunca el problema. Y posiblmente lo que dices Marguerite es cierto porque ETA no cree ser un grupo terrorista es un pueblo luchando por su libertad. Vamos a ver y puntualizar, yo no pienso esto, esto lo piensa ETA que es muy diferente. Los revolucionarios son al fin y al cabo fascistas, quieren imponer a los demás sus ideas, porque creen que son mejores que las que están impuestas. Pero es que si no hubiese habido revoluciones no estaríamos donde estamos. Y no me he leido el manifiesto este porque llevo dos día dejandome las gafas en casa. Cachis.

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  10. Ay ves esto por leer sin gafas, has dicho que yo estoy justificando a ETA con mis argumentos. Pues nada más lejos de mi intención, yo justifico la revolución francesa, la bolquivique, el movimiento obrero, el movimiento feminista, y todos aquellos que nos han devuelto una realidad mejor, la que ahora tenemos, la guerra de independencia norteamericana, que fue antes de la revolución francesa, la guerra de seccesión. En todos estos casos se ha derramado sangre por la libertad del oprimido. El derramamiento de sangre por motivos políticos, ni me atrae ni me interesa. Fíjate si me interesará poco que yo estaría dispuesta a aceptar un referendum a nivel nacional y acatar lo que al respecto se decidiera, eso en todo caso es ser democrático, aunque no nos gustase en el caso de que la autodeterminación vasca ganase. Pero me interesa poco precisamente porque hoy en día los valores que están en juego no son ni la libertad de las personas ni su dignidad sino el poder de las naciones y eso me importa un pito o una pelota, lo mismo da. Lo que sí fastidia es que encima las víctimas seamos los ciudadanos de a pie.

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  11. Marguerite y Amy: Vaya con el debatito; pero seguid, eh ... No vayáis a creer que os censuro. En todo caso, si me lo permites, Amy, te diré que creo que deberías leer el catecismo y pensar sobre cómo tiene que ser uno para ser revolucionario. Lo cual no obsta para que, lamentablemente, es más que posible que para que la humanidad avance haya de ser a costa de revolucionarios que en lo personal son unos desalmados. Tomando tu argumento, podríamos decir que las revoluciones son necesarias como es necesario que sean luego traicionadas, so pena que se consoliden en dictaduras. Piensa, por ejemplo, que la revolución bolchevique fue mucho más beneficiosa para el progreso de los pueblos que no la vivieron que para la propia Rusia. En cuanto a ETA ... Prefiero no hablar aquí y ahora de ese tema.

    En todo caso, a fecha de hoy, mi posición es que no hay ningún valor abstracto (libertad de los pueblos, unidad de España, por ejemplo) que justifique el derramamiento de sangre. Y también que desconfío mucho de quienes creen lo contrario (líbrenos Dios de los libertadores).

    Por cierto, Amy, Bakunin renegó de Nechaev.

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  12. Amy, tengo entendido que lo que ocurrió en la boda del zar es que había varios cientos de regalos colocados en unas mesas para ser repartidos entre el pueblo y la gente se lanzó en avalancha a por los regalos y se pisotearon unos a otros.

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  13. Sí Koty eso fue lo que pasó en la boda del Zar pero el dichoso Zar me parece que ni siquiera se dignó a sentir aquello que pasó. El pueblo ruso consideraban a los zares como su padre. Y esto de la boda unido al hambre que que había empezó a fermentar el malestar de los rusos que culminó en la puerta de la casa del zar, cuando los pobres se manifestaron para contar su situación y recibieron como respuesta la muerte. Supongo que es más fácil recordar todo lo que pasó después que recordar todos los abusos que cometieron los zares.

    Miros yo no digo exactamente que es necesaria la revolución para el avance, sólo digo que como consecuencia de esas revoluciones nosotros tenemos una situación mejor. Dar valores positivos o negativos a la historia, morales al fin y al cabo me parece descabellado. Y sí me lo leeré no te preocupes. Pero sigo sin entender por qué razones nos tenemos que inventar un che idílico en vez de aceptar su verdadera vida tal cual fue. Supongo que en definitiva tendemos a creer que las ideologías se manchan con los comportamientos humanos y reconocer que haya gente desalmada que creen en las ideas que a nosotros nos gusta nos convierte en terroristas o algo así. Las ideologías políticas pertenecen al mundo de las ideas, unas más utópicas, por lo inalcanzable debido a la naturaleza limitada del ser humano y otras más prácticas y factibles como se prestan más a la forma dual del hombre. Pero no es culpa de la ideología que determinadas personas crean que para llegar a un estado idílico se deba matar y someter a los demás eso ya es cuenta personal de cada uno.

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