El universo elegante
Por recomendación de Lansky estoy leyendo El Universo Elegante, de Brian Greene. El autor, profesor de física y matemáticas en Columbia y uno de los más reconocidos investigadores actuales, va repasando las diversas construcciones teóricas con las que la Física, a lo largo de los últimos cien años, ha ido conformando la imagen del universo para luego describir la más reciente y revolucionaria de ellas, la teoría de cuerdas. El autor nos asoma a este impresionante ejercicio intelectual de comprensión y explicación de la realidad, si es que este término tiene todavía sentido a la luz de los sorprendentes postulados sobre la misma que nos descubre la Física.
Mi formación en física es muy limitada y, desde luego, no se sale de la concepción del universo establecida desde Newton. De las fuerzas de la naturaleza me bastó conocer la gravedad, por más que, como este libro me ha hecho darme cuenta, no supiera realmente qué era (me consuela enterarme de que tampoco Newton lo supo, pero él sí que sabía que no lo sabía). En menor medida (y con muchas lagunas) algo estudié sobre la electromagnética; pero nada me enseñaron de las fuerzas nuclear fuerte y nuclear débil, con las que me toparía ya muy de mayor. En cuanto a la materia, no pasé de los protones, neutrones y electrones, desconociendo hasta hace poco esas otras tantas partículas que conforman la materia e incluso la antimateria (hago excepción de los quarks, que de forma totalmente acientífica me presentó Italo Calvino hace ya bastantes años)
Entender cualquier teoría física post-newtoniana exige, de entrada, entender los fundamentos de las geometrías no euclidianas, ser capaz de moverse mentalmente en dimensiones que escapan (y superan) a las perceptibles. Empezar ya sólo por concebir qué significa, qué es realmente, el espacio-tiempo de Einstein a mí me resulta inaprensible; lo más que llego es atisbar muy ligeramente de qué puede ir la idea y enseguida, cuando trato de "perfilarla", se me desvanece como ocurre con los sueños al despertarse. Y no digamos si me pongo a tratar de entender mínimamente los postulados de la mecánica cuántica o las ideas básicas de la teoría de cuerdas. Son todos conceptos absolutamente contradictorios con nuestras referencias perceptuales, niegan no la lógica pero sí las expectativas de nuestros mecanismos mentales derivados de la biología, de la experiencia corporal propia de nuestra escala y dimensión.
Las personas capaces de entender de verdad estos asuntos me parecen de una inteligencia sorprendente, ya que superan los límites que parecería que tiene el cerebro; llevan sus procesos mentales a niveles para los cuales cabría suponer que el cerebro no está "diseñado". Pero qué decir de quienes son capaces de, además de entender, construir estas teorías, imaginar nuevas concepciones; ahí ya estamos, pienso yo, ante inteligencias supremas hasta lo inaudito. Y esos individuos son de la misma especie que yo, están hechos con los mismos componentes ... ¡Increíble!
Casi he acabado el libro citado (El Universo Elegante) y si me preguntaran por el porcentaje que he comprendido no sabría qué contestar. Supongo que me quedo con la "música" (lo cual, por cierto, resulta muy pertinente a la teoría de cuerdas) y con el silabeo confuso de las letras. Me quedo con una impresión muy general, como cuando te abren una puerta apenas el instante suficiente para echar un vistazo rápido al interior; crees haber visto cosas pero en cuanto tratas de concretarlas o entenderlas se te diluyen como líquidos entre los dedos. Naturalmente, sé que no tengo la suficiente formación matemática (ni física) para pasar de esta apreciación superficial. Pero no es sólo una deficiencia de conocimientos; es, ante todo, insuficiencia intelectual para acceder a esos conocimientos. Mi cerebro vale hasta donde vale; si pensar fuera comer, digamos que tengo un tenedor y lo que me ponen delante es sopa.
Leo en la wikipedia que Brian Greene ya era desde los cinco años un prodigio matemático y que aun así tuvo enormes dificultades para comprender los desarrollos matemáticos planteados por otra persona respecto a sus propias elucubraciones físicas. Imaginemos cómo debe ser el cerebro de este tipo y de esos otros genios que a lo largo de los años ha ido produciendo nuestra especie. Y luego los ves hablando y riendo (en youtube) y parecen gente normal. En fin, no puedo sino maravillarme.
Mi formación en física es muy limitada y, desde luego, no se sale de la concepción del universo establecida desde Newton. De las fuerzas de la naturaleza me bastó conocer la gravedad, por más que, como este libro me ha hecho darme cuenta, no supiera realmente qué era (me consuela enterarme de que tampoco Newton lo supo, pero él sí que sabía que no lo sabía). En menor medida (y con muchas lagunas) algo estudié sobre la electromagnética; pero nada me enseñaron de las fuerzas nuclear fuerte y nuclear débil, con las que me toparía ya muy de mayor. En cuanto a la materia, no pasé de los protones, neutrones y electrones, desconociendo hasta hace poco esas otras tantas partículas que conforman la materia e incluso la antimateria (hago excepción de los quarks, que de forma totalmente acientífica me presentó Italo Calvino hace ya bastantes años)
Entender cualquier teoría física post-newtoniana exige, de entrada, entender los fundamentos de las geometrías no euclidianas, ser capaz de moverse mentalmente en dimensiones que escapan (y superan) a las perceptibles. Empezar ya sólo por concebir qué significa, qué es realmente, el espacio-tiempo de Einstein a mí me resulta inaprensible; lo más que llego es atisbar muy ligeramente de qué puede ir la idea y enseguida, cuando trato de "perfilarla", se me desvanece como ocurre con los sueños al despertarse. Y no digamos si me pongo a tratar de entender mínimamente los postulados de la mecánica cuántica o las ideas básicas de la teoría de cuerdas. Son todos conceptos absolutamente contradictorios con nuestras referencias perceptuales, niegan no la lógica pero sí las expectativas de nuestros mecanismos mentales derivados de la biología, de la experiencia corporal propia de nuestra escala y dimensión.
Las personas capaces de entender de verdad estos asuntos me parecen de una inteligencia sorprendente, ya que superan los límites que parecería que tiene el cerebro; llevan sus procesos mentales a niveles para los cuales cabría suponer que el cerebro no está "diseñado". Pero qué decir de quienes son capaces de, además de entender, construir estas teorías, imaginar nuevas concepciones; ahí ya estamos, pienso yo, ante inteligencias supremas hasta lo inaudito. Y esos individuos son de la misma especie que yo, están hechos con los mismos componentes ... ¡Increíble!
Casi he acabado el libro citado (El Universo Elegante) y si me preguntaran por el porcentaje que he comprendido no sabría qué contestar. Supongo que me quedo con la "música" (lo cual, por cierto, resulta muy pertinente a la teoría de cuerdas) y con el silabeo confuso de las letras. Me quedo con una impresión muy general, como cuando te abren una puerta apenas el instante suficiente para echar un vistazo rápido al interior; crees haber visto cosas pero en cuanto tratas de concretarlas o entenderlas se te diluyen como líquidos entre los dedos. Naturalmente, sé que no tengo la suficiente formación matemática (ni física) para pasar de esta apreciación superficial. Pero no es sólo una deficiencia de conocimientos; es, ante todo, insuficiencia intelectual para acceder a esos conocimientos. Mi cerebro vale hasta donde vale; si pensar fuera comer, digamos que tengo un tenedor y lo que me ponen delante es sopa.
Leo en la wikipedia que Brian Greene ya era desde los cinco años un prodigio matemático y que aun así tuvo enormes dificultades para comprender los desarrollos matemáticos planteados por otra persona respecto a sus propias elucubraciones físicas. Imaginemos cómo debe ser el cerebro de este tipo y de esos otros genios que a lo largo de los años ha ido produciendo nuestra especie. Y luego los ves hablando y riendo (en youtube) y parecen gente normal. En fin, no puedo sino maravillarme.
Nota: El video que subo es el principio de un documental basado en el libro de Greene (y presentado por el propio Greene); muy interesante y, desde luego, más "fácil" que la lectura del libro.
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
CATEGORÍA: Todavía no la he decidido
Mucho me temo, querido Miroslav que pese a tu buena intención de estimular la aproximación de los profanos a estos temas has conseguido casi justo lo contrario (te regaño amigablemente).
ResponderEliminarComo digo en mis dos últimos post sobre ciencia y belleza, la ciencia es también un relato, como el mito, y la ciencia usa inevitablemente las metáforas, no sólo las analogías, como cualquier lenguaje. Tienes razón que la mecánica cuántica es antiintuitiva, no así la relativista, creo, pero nociones como el espacio tiempo einsteniano son fácilmente percibibles con dibujos y pocas ecuaciones, por ejemplo, concibiendo el espacio (tres dimensiones) como una lona tensa de dos y la gravedad como una bola pesada que la deforma (tres-cuatro dimensiones) y el tiempo como la o0rdenada vertical que hemos omitido hasta el momento y sría la cuarta dimensión, etc.
Creo que el que toda la nueva física sea tan inaprensible a bote pronto (luego no tanto) se debe a que somos animales de unos ciento y pico centímetros de largo con sentidos para percibir el mundo solo en tres dimensiones.Me explico, estamos incapacitados 'intuitivamente' para entender lo infinitamenmte pequeño y lo infinitamente grande, pero muy bien capacitados para lo 'mediano' que es el mundo donde nos movemos y hemos tenido que sobrevivir. En fin: no asustes a los de "letras"; pocas cosas hay tan bonitas como ser un buen divulgador, aunando talento humanistas y científicos aparentemnente opuestos, y el señor Brian Greene lo tiene, y yo, en mucha más modesta medida intento, a mis años, desarrollarlo. es muy posible que en estas apresuradas líneas el que lo haya embarullado todo haya sifdo yo; me estría bien empleado por aquello de la paja en el ojo ajeno.
Pues fíjate, Lansky, que lo que pretendía era proclamar públicamente mi maravillada admiración por quienes construyen estos edificios teóricos de la física moderna y pensaba, a lo mejor ingenuamente, que con ello estimularía la aproximación de los profanos, como dices. En todo caso, soy consciente de mis escasas dotes de divulgador (¿cómo podría divulgar algo que me es tan costoso empezar a entender?)
ResponderEliminarDe otra parte, coincido en la explicación que aportas sobre nuestra incapacidad (al menos en primera instancia) de entender la mecánica cuántica, la teoría de cuerdas (y, aunque te admito que es menos anti-intuitiva, también la relatividad). Algo así traté de contar también yo en el post.
Por último, gracias por tu sutil, educada e inaprensible corrección.
Tengo hace más de un año ese libro en un estante de mi dormitorio, tentadoramente a mano para la lectura de antes de dormir. Lo puse ahí a propósito, para facilitarme el arranque de empezarlo, como el que se coloca al borde del trampolín para no tener, casi, más remedio que tirarse. Pero en el último momento siempre me falla el carácter y me agarro cobardemente a Pombo -a mí me ha gustado mucho el último, por cierto- o a lo que sea que me haya comprado o cogido en la biblioteca. Desde que me lo regalaron deben de habérsele "colado" entre cuarenta y cincuenta advenedizos, amén de las relecturas de repertorio, y el pobre ahí, aguantando. A ver si este post es el empujón que ando esperando y cae esta Semana Santa. Por ejemplo.
ResponderEliminarAh, y bien venido.
Vale, pues siguiendo con el tema, la física newtoniana es la física percibible y aprehensible para animales de unos ciento setenta centímetros de largo, decía. Por su parte, la física relativista es cuestión, al menos en gran parte, de evocar espacios de más de tres dimensiones (o de menos) e incluir siempre como ordenada a los hiperplanos (hiperespacios) obtenidos de esa forma al tiempo. Como el bribón (el tiempo) se escapa fácil por el lado más bobo, el cronológico, ayuda mucho verlo como un factor de la velocidad y esta como una constante, la de la luz, de modo que el tiempo es sólo el divisor del espacio, y ya sabemos que la velocidad la "coges" intuituivamenet más fácil, con una foto, por ejemplo, lateral de un tren en marcha, viendo como los vagones más próximos al fotógrafo se alargan, los que llegan se agrandan, los que se alejan, disminuyen en una suerte de Doppler no sonoro sino óptico: ¡ya está! todo es relativo cuando mezclamos dos variables, espacio (y este con varias dimensiones) y tiempo (la otra dimensión) y una puñetera constante, la velocidad de la luz. Evidentemente la Relatividad contiene a la física newtoniana, que sería un caso particular de aquella (un universo de tres dimensiones, sin rozamiento, alejado de la velocidad de la luz y, puestos a pedir, plano)
ResponderEliminarDe la física cuántica sólo diré dos cosas pienso que muy clarificadoras: 1) que es muy oscura para explicar los asuntos subatómicos (¿entonces?), 2) que es de una predecibilidad fantástica: sus pronósticos siempre se cumplen hasta la fecha, así que no podemos prescindir de ella.
Vaya! Se me ha metido un boson de Hingns en el ojo...
No veas cómo te entiendo con estos tipos de genialidad. A mí me entusiasman muchos aspectos de la Ciencia pero mi formación de letras me incapacita para entender casi todo lo que leo. Frustrante.
ResponderEliminarTu imágen del tenedor tomando sopa es tan exacta como las Matemáticas.
Un abrazo
La ciencia es fascinante pero, para algunos, demasiado inaccesible. Desde hace dos o tres años siento un gran deseo por adentrarme en temas científicos pero reconozco que, muchas cosas, me superan. La física entre ellas. Me ha costado menos acercarme a la paleoantropología quizás porque me gusta más o quizás porque he encontrado buenos textos fácilmente comprensibles para ignorantes como una :)
ResponderEliminarYo también admiro profundamente a aquellos que son capaces de entender temas que a mí me parecen tan complicados.
Besos
Y a mí que me ha costado entender el post, como para ponerme con el libro... Para mí, el sólo hecho de intentar comprender cómo el universo puede ser infinito y estar en continua expansión me desespera.
ResponderEliminarSin embargo, te diré que algo había escuchado de esta teoría, aunque yo la recordaba como "teoría de las super cuerdas" (no sé si lo recuerdo mal o quien lo dijo no estaba muy familiarizado con el término).
Con la divulgación científica de lo último de la cuántica y sus asociados me pasó siempre lo mismo. Uno trata de entender pero se da cuenta que apenas se queda con la "música". Eso que te transimitían los newtonianos o Darwin en "El Origen..", es decir, que compartían con uno los mas profundos secretos del Cosmos.... decididametne aquí no ocurre.
ResponderEliminarllegue de rebote, lindo (U gracias por el link)
ResponderEliminarNo esto demasiado de acuerdo con eso U, con leer a Feynmann alcanza y sobra
Feynmann era maravilloso, pero dificil; no estoy seguro de que sea una buena recomendación (lo digo por el comentario supra)
ResponderEliminarAunque estoy pensando en un post sobre divulgación de la nueva física en mi blog adelantó, junto al Green del Universo elegante y el siempre eficiente Freeman Dyson, dos nombres,el de Michio Kaku (Universos paraleos, Hiperespacio y El Universo de Einsteien, los tres magnificos) y el de Generaciones cuánticas de Helge Kragh
Miroslav, a mi tu post sí que me ha provocado las ganas de leer el libro. Tampoco soy muy versada en física y me costó en su momento entender la relatividad de Einstein pero lo encuentro un mundo apasionante y como a tí me siento admirada por quienes además de comprenderlo son capaces de desarrollar nuevas teorías y ser creativos en estos campos.
ResponderEliminarMe gustó tu post, besos,