martes, 17 de noviembre de 2009

Lágrimas inaprensibles

No sabe por qué se emociona, por qué esa amenaza de llanto. Si ni siquiera había llegado a conocerlo, aunque sentía que sí, como si hubiera sido en otra vida, pensaba. Y el caso es que sí, pero no en otra vida pues no la hay, sólo hay la nada, antes, después, ahora, porque el tiempo engaña, el tiempo es la farsa con la que se disfraza la nada.

Tampoco hay palabras para poder contarlo; el lenguaje está atado al tiempo. Si digo que fue quince años antes de que él naciera (la diferencia de edad) vale tanto como decir que está siendo ahora o que será o que nunca ha sido. Al fin y al cabo, no tiene objeto entenderlo, vale todo porque en el fondo sólo hay nada. Por eso, hablemos de un déjà vu, una emoción paramnésica de la que brotan lágrimas.

Las almas pululamos erráticas ansiosas de tiempo. Encarnarse viene a ser escoger una combinación de cromosomas entre infinitas, un sueño aleatorio, anhelando que esos signos adquieran algún significado, por más que sepamos que sólo son (¿son?) borbotones efímeros en el hervor magmático de la nada. ¡Mierda de metáforas!

Ese cuerpo del que la televisión anuncia su muerte fue (es, será, sigue siendo, no ha sido) una de las combinaciones genéticas elegidas, pero las almas también sufrimos mitosis o acaso todas somos la misma aunque distinguirnos sea nuestra ansia de ser. Como sea, las lágrimas que él no entiende son ecos de mis recuerdos sin tiempo, aunque saberlo no ayuda.

Entre tanto, suena música, rasguños furiosos al lienzo indiferenciado. ¿Nos vamos convertidos en notas? ¿Por qué no? Y en imágenes, olores, texturas, movimientos, cualquiera de los experimentos combinatorios de este universo que no es, que desespera por ser a través de la frenética espiral que hace y deshace combinaciones, como si pudiera redimirse a sí mismo.

Sin embargo, nada más que lágrimas inaprensibles.


CATEGORÍA: Ficciones

6 comentarios:

  1. Sí, y además somos 'polvo' de estrellas, sin segundas acepciones en lo de polvo.

    Y una precisión impertinente muy de biólogo: "las almas también sufren mitosis"; mejor 'meiosis' que es la doble división en que se "barajan" los patrimonios genéticos de los dos progenitores en el futuro

    ResponderEliminar
  2. Gracias por la precisión, Lansky. Ahora bien, desde mi pobrísima cultura biológica tengo entendido que la meiosis es la división celular "sexual" y la mitosis, en cambio, de una única célula en células idénticas. Aplicado a las almas, tendría que plantearme cuál proceso es el que procede y, en la metáfora, cabrían los dos. En la frase en que digo "mitosis" tienes razón y seguramente casaría mejor "meiosis", ya que contrapongo la primera a que "acaso todas las almas seamos la misma" (o sea a que se multipliquen por mitosis). Desde luego, ni me había planteado esta cuestión. Si ya cuando escribí "mitosis" me pareció un término un tanto fuera de lugar en un texto de este tipo, meiosis sería ...

    ResponderEliminar
  3. ¿fuera de lugar? No, a mí me parece una metáfora sugerente, tanto tu mitosis como mi meiosis, quizás más pretenciosa. Valga mitosis, pues.

    ResponderEliminar
  4. ¡"Borbotones efímeros en el hervor magmático de la nada"! ¿Cómo que "mierda de metáforas"? ¡Es magnífica!

    ResponderEliminar
  5. "Las almas pululamos erráticas ansiosas de tiempo. Encarnarse viene a ser escoger una combinación de cromosomas entre infinitas, un sueño aleatorio, anhelando que esos signos adquieran algún significado, por más que sepamos que sólo son (¿son?) borbotones efímeros en el hervor magmático de la nada." Este párrafo es, primero, para descubrirse y, segundo, para meditarlo profundamente.

    Maravilloso texto.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. Nanny y Vanbrugh: Me abrumáis y halagáis. Gracias.

    ResponderEliminar