Dylan en romance (1)
No descubro nada afirmando que Dylan es uno de los cantautores más versionados del mundo mundial y también de los que más han influido en el devenir de la música de los últimos cincuenta años. Tampoco para los que me siguen es nuevo que una de mis inofensivas manías es coleccionar no sólo música interpretada por Dylan (sus discos oficiales pero también múltiples grabaciones piratas de muy variable calidad de sonido), sino también versiones de sus temas interpretadas por otros. Guardo un buen mogollón de ejemplos en mis discos duros, todavía pendientes de ordenar y clasificar. Mientras tanto, gracias a que los frikis dylanianos (o dylanitas) son legión, hay no pocas webs en las que pueden encontrarse largas listas de intérpretes de prácticamente cada una de las más de seiscientas composiciones del de Minnesota. Naturalmente, la gran mayoría de esas numerosísimas versiones están en inglés, que en ese idioma las compuso Don Roberto Zimmerman, independientemente de que el intérprete tenga esa lengua por nativa.
Pero, como no podía ser de otra manera, también hay una minoría que no es precisamente pequeña de versiones traducidas a otros idiomas. Traducir una canción es jodido, y más las de Dylan, tan densas muchas de ellas. Porque no sólo hay que conservar en grado suficiente el contenido del texto y, a ser posible, emular su calidad literaria sino que, además, luego hay que ... ¡cantarla! Vamos, que tiene mérito conseguir resultados decentes y la verdad es que los hay. El caso es que me propongo dedicar una serie de posts a las canciones de Dylan en lenguas romances. Como todos estos idiomas provienen del latín, parece justo empezar por el actual más directamente heredero del de los romanos, aunque solo sea por coincidencia geográfica: el italiano, claro. Tiene la ventaja, además, de ser una lengua que chapurreo con cierta soltura y cuya música me interesa y conozco medianamente.
Pero, como no podía ser de otra manera, también hay una minoría que no es precisamente pequeña de versiones traducidas a otros idiomas. Traducir una canción es jodido, y más las de Dylan, tan densas muchas de ellas. Porque no sólo hay que conservar en grado suficiente el contenido del texto y, a ser posible, emular su calidad literaria sino que, además, luego hay que ... ¡cantarla! Vamos, que tiene mérito conseguir resultados decentes y la verdad es que los hay. El caso es que me propongo dedicar una serie de posts a las canciones de Dylan en lenguas romances. Como todos estos idiomas provienen del latín, parece justo empezar por el actual más directamente heredero del de los romanos, aunque solo sea por coincidencia geográfica: el italiano, claro. Tiene la ventaja, además, de ser una lengua que chapurreo con cierta soltura y cuya música me interesa y conozco medianamente.
Que yo sepa, la primera versión de una canción de Dylan en italiano fue grabada por Luigi Tenco en 1964 y traducida por Mogol, probablemente el letrista –paroliere– más importante de ese país. Para esa fecha, aunque todavía veinteañero, Mogol ya era un nombre consolidado en la industria musical y, aprovechando su prestigio, se empeñaba en introducir en la península los temas destacados del rock (y folk), si bien traduciendo las letras, debido al rechazo mayoritario del público al inglés. Tenco era dos años más joven que Mogol –en el 64 cumplió 26 años– y también era ya sobradamente famoso (por ejemplo, ya había publicado el mi sono innamorato di te). Dylan le gustaba mucho, era una de sus referencias "de cabecera", así que no es de extrañar que él y Mogol acordaran grabar la versión del Blowin' in the wind; sin embargo no llegó a publicarse. Dos años y pico después se pega un tiro en la cabeza en el hotel de San Remo donde se alojaba durante el conocido festival de esa ciudad ligur. En 1972 sale un álbum de inéditos llamado Luigi Tenco canta Tenco, De André, Jannacci, Bob Dylan, en el que se recoge la versión que hizo Mogol del primer gran éxito de Bobby; hela aquí:
La risposta è caduta nel vento - Luigi Tenco (Luigi Tenco canta Tenco, De André, Jannacci, Bob Dylan, 1972)
No es ninguna maravilla y me recuerda más a la de los Byrds (que fueron quienes la popularizaron) que a la grabada en el grandioso Freewheelin' de 1963. Bastante peor vino a ser la siguiente, perpetrada por Jonathan (en realidad se llamaba Maurizio) & Michelle, un dúo italo-francés que se conoce en París y deciden interpretar temas de Donovan, Sonny&Cher y del propio Dylan, entre otros ídolos de los primeros beats europeos. En el 67 publican su único vinilo de 33 y entre las restantes joyas se encuentra la canción traducida por Mogol que ahora se llama nada más que La risposta. Supongo que ese disco es hoy una absoluta rareza, merecidamente descatalogado y nunca remasterizado. Aún así, como hay gente para todo, algún nostálgico del italian beat de los sesenta lo ha subido a internet para que yo pueda documentar mejor este post. De un meloso intragable, pero perfecto para ser el modelo de la que se convirtió algún año después en canción de misa, gracias a los aires renovados del Vaticano II.
La risposta - Jonathan & Michelle (Jonathan & Michelle, 1967)
Vayamos ahora al Milán de finales de los cincuenta, adonde llega en 1959 Gian Pieretti, un chaval de Pistoia (Toscana) apasionado por los primeros rockers americanos. Desde mediados de esa década en la capital lombarda se habían ido juntando los que se convertirían en precursores del rock italiano, tales como Ghigo Agosti, Giorgio Gaber y el eterno Celentano. También por esas fechas ronda un crío aún más joven llamado Ricky Gianco, que comienza a sonar fuerte en los clubs de la ciudad y a juntarse con otros músicos de renombre (como Enzo Jannacci, Gino Paoli y el ya citado Luigi Tenco). A instancias de Gianni, los dos chicos se conocen y se convierten en inseparables. De orbitar en el universo rockero (rockabilly diríamos) milanés, Pieretti se va interesando a principios de los sesenta por el folk americano, que llega en primera instancia a través de voces inglesas, como la del escocés Donovan, a quien los amigos conocen en un viaje a Londres en el 66. Poco después, influidos por el Catch the wind de Donovan, componen Il vento dell'est, que publicada como sencillo se convierte en el primer gran éxito de Pieretti. Al año siguiente escriben Pietre para presentarlo al Festival de San Remo (la edición funesta del suicidio de Tenco); sin ser propiamente una versión en italiano de Rainy day woman #13&35 publicada solos unos meses antes en el maravilloso Blonde on Blonde, está descaradamente influida en la letra y en la música por ese hilarante tema de Dylan. En entrevistas posteriores Pieretti asegura que la canción nació de la conciencia de que todo estaba mal y a partir de la lectura, tiempo atrás, de un poema napolitano del diecinueve que venía a decir lo mismo. Tajantemente, reivindica la autonomía de su composición, reconociendo nada más que una cierta atmósfera común con la de Dylan. No me termina de convencer, pero juzguen ustedes mismos.
Pietre - Gian Pieretti (single, 1967)
En todo caso, tras ser uno de los padres de la canción protesta italiana, Pieretti va poco a poco desapareciendo del primer plano, y dedicándose más a trabajos de composición y producción (para otros artistas). Sin embargo, a los efectos de este post nos interesa que terinta años después, en 1997, publica un álbum en vivo titulado Caro Bob Dylan... en el que incluye cinco versiones en italiano de canciones del genio norteamericano. Entre ellas su adaptación al idioma de Dante del citado Rainy day women #13&35, puede que para demostrar que sus piedras de juventud no eran un plagio. Pero hemos dado un largo salto temporal; antes deben reseñarse otros nombres relevantes en cuanto a la italianización de Bob Dylan y ello nos obliga a bajar del Milán norteño a la caótica Roma.
C'è una pioggia- Gian Pieretti (Caro Bob Dylan, 1997)
Pierden mucho sus letras traducidas; nacieron para el inglés.
ResponderEliminarEs muy difícil traducir canciones y poesías, a no ser que sea entre lenguas parecidas, que no es el caso.
EliminarMuchas de las letras de Dylan, en efecto, son muy del idioma inglés y, por tanto, resulta muy difícil lograr mantener el significado y sus connotaciones en otros idiomas. Y no digamos nada si de lo que se trata es de reproducir el ritmo, la imbricación entre palabras y melodías.
EliminarAhora bien, que sea muy difícil no equivale a imposibilidad. Siempre que no nos empeñemos en ser excesivamente literales, pienso que se pueden "traducir" las canciones de Bobby a idiomas completamente distintos y lograr muy buenos resultados. ¿Mejores que el original? Supongo que todos los que estamos habituados a escucharlas mil veces en inglés responderemos que no de forma cai automática. Pero a veces, pocas, me han sorprendido muy favorablemente algunas versiones.
En todo caso, la intención de estos posts (éste es solo el primero) es mostrar cómo las canciones de Dylan han servido de referencia para importantes intérpretes en lenguas romances. Aunque sea hacer trampa, recomiendo que los ejemplos que subo se escuchen suspendiendo por un rato el conocimiento de las originales, oyéndolas como si fueran canciones propias, no traducciones de las de Dylan adaptadas a otra lengua. Y hecho este experimento, que cada uno se pregunte si le gusta o no.
No soy especialista en Dylan, lo conozco poco y mal. Y mi conocimiento del inglés es apenas un poco mejor. No puedo, pues, hablar de este caso concreto. Pero sí creo, como tú, que siempre, o casi, se puede traducir bien una canción, de cualquier idioma a cualquier otro. Por traducir "bien" entiendo conseguir todo eso que dices: mantener el significado -si no exacto, sí uno "paralelo", equivalente– y sus connotaciones, y también reproducir -lo más importante, a mi juicio- el ritmo y la imbricación entre palabras y melodías. Todo ello exige, claro, no ser no ya excesivamente, sino en absoluto literal. Si es necesario -y suele serlo- hay que cambiar de arriba a abajo todo lo que dice el original para poder seguir diciendo lo mismo.
EliminarY si eso se consigue -insisto en que en mi opinión se puede conseguir casi siempre- a mi juicio no tiene sentido preguntarse si el resultado es mejor que el original. No necesita ser mejor que nada, le basta con ser suficientemente bueno.
Siempre pongo de ejemplo las traducciones de Brassens que hizo Krahe. A mi juicio son perfectamente equivalentes a las originales, y lo dice un rendido admirador de Brassens.
Una version que no esta mal es la que hizo Kiko Veneno de "Stuck Inside Of Mobile" etc., aunque la letra traducida casi literalmente queda un poco artifical; quiza resulte mas natural si no se conoce la original de Dylan.
ResponderEliminarNo está nada mal, no. Ya llegaré con esta serie a las versione sen nuestra lengua. Y también, por cierto, traeré algunas en gallego que tal vez no conozcas (o sí).
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