miércoles, 4 de abril de 2018

Desviar la atención / Minimizar

El pasado sábado 24 de marzo dediqué una entrada al asunto del máster de la presidente madrileña. Por entonces ya se sabía casi todo lo que ahora se sabe –eldiario.es ha seguido publicando algunos datos más que refuerzan los indicios de que Cifuentes obtuvo ese título fraudulentamente– y la protagonista ya se había instalado en un silencio en el que sigue, desusado en ella, que parece que ha de romper esta tarde en la Asamblea de la Comunidad. Veremos qué explicaciones da, aunque no me extrañaría que, como ayer insinuó Rajoy, no haga sino repetir que ya mostró las pruebas de su inocencia y que no tiene nada más que añadir. A mí me parece muy difícil que sea capaz de construir un relato de la legalidad de su máster (incluso sin probarlo documentalmente) en el que todas las “irregularidades” que ha venido acumulando la investigación periodística encuentren un acomodo verosímil. Pero esperemos, aún con escepticismo, a ver si nos sorprende, a ver si es capaz de responder convincentemente, por ejemplo, a la docena de preguntas que ayer enunció eldiario.es, sin duda para que sirviera de guía a los parlamentarios madrileños.



Pero antes de que asistamos al desenlace (¿o no?) de este culebrón, quiero ocuparme de otra cuestión relacionada: las reacciones de no pocos comentaristas políticos tendentes a minimizar el affaire. La primera muestra de esta actitud se manifestó casi nada más saltar las noticias: todo esto ocurría porque Cristina Cifuentes era una “pieza de caza mayor”, una política con muy prometedor futuro y que tenía muchos enemigos, especialmente dentro de su propio partido. Lo que se viene a insinuar es que la investigación periodística no es tal, sino una campaña orquestada para hacer daño. A Raquel Ejerique (la que destapó el asunto) le habría llamado alguna “garganta profunda” para chivarle lo que luego ella iría publicando. Los sostenedores de esta tesis no llegan a tanto, pero no cuesta mucho, si nos sumergimos en esas aguas conspiratorias, pensar que se han construido falsamente todos los indicios incriminatorios que luego se filtraron a la prensa. La propia Cifuentes –cómo no– se ha apuntado a esta interpretación asegurando de que está convencida de que van contra ella justamente por ser quien es, la más firme luchadora contra la corrupción (¿estará escupiendo contra el viento?).

Quienes pretenden explicar el asunto refiriéndolo como una cacería ni explican nada ni hacen ningún favor a la libertad de prensa, que se supone que ha de ser un elemento fundamental de contrapeso a los abusos del poder. La gran mayoría de esos comentaristas se tildan a sí mismos de periodistas sin que ello sea óbice de denigrar el trabajo de investigación de unos colegas. Tampoco paren dar credibilidad a las repetidas protestas de Ignacio Escolar en el sentido de que lo que han venido publicando no lo han hecho con intenciones políticas (para cargarse a Cifuentes que no les gusta) y que lo habrían hecho en cualquier otro caso (aunque hubiera sido de un partido político “amigo”). No voy a decir asegurar que no pueda haber algo de verdad en las tesis conspiratorias porque lo desconozco, pero lo que tengo claro es que poner en duda la independencia de una labor periodística exige presentar argumentos, no basta con soltar que todo esto ocurre por que Cristina es una pieza de caza mayor. Pero, en última instancia, aunque fuera verdad, la cuestión central sigue ahí: ¿obtuvo o no el máster de forma legal? Por eso, en el fondo, ese “matar al mensajero” no es más que un truco para desviar la atención.

El segundo comportamiento que me ha llamado la atención fue el de otro “analista político” que escuché ayer en la cadena 24 Horas de TVE. Venía a decir el buen señor de que esta asunto del máster lo consideraba un tema menor que había alcanzado eco mediático sólo por la relevancia de su protagonista. Lo último es evidentemente cierto: si yo hubiera obtenido un máster fraudulentamente es muy probable que no llegara a ser noticia salvo, en todo caso, como ejemplificación de la poco creíble generalizada corrupción universitaria (en la universidad, como en cualquier otro ámbito, la corrupción no se desenvuelve en un marco de “igualdad de oportunidades”). También podría llegar a estar de acuerdo en que el hecho de que alguien obtenga un título irregularmente no es un asunto de gran trascendencia (aunque no diría que menor); simplemente es una muestra de que la persona es un tramposo. Y ser un tramposo sí que tiene importancia en un político
–y más en el caso de una que no ha hecho sino llenarse la boca con autoelogios a su honestidad–. Justamente con su reacción ante el ininterrumpido y muy sólido goteo de indicios que ha ido publicando eldiario.es, la propia Cifuentes desmiente este intento del comentarista al que me refiero de “minimizar” el asunto.

De otra parte, ¿viene a sugerir el señor analista que, como se trata de un tema menor, lo procedente es no hacerle caso, no dedicarle espacio en los medios? Porque, al cabo, en ambos comportamientos, tanto en el de desviar la atención como en el de minimizar el asunto, me parece a ver una peligrosa tendencia que, si no es de fomento de la censura informativa, se le parece mucho. Las más que fundadas dudas sobre la legalidad del máster de doña Cristina se habrán hecho públicas como consecuencia de una conspiración para cargarse a la presidente o no, el asunto tendrá poca o mucha gravedad … Pero todo ello son cuestiones colaterales que en nada afectan al meollo central que no es otro que desnudar la verdad. ¿O es que en este caso hay “razones de Estado” que puedan permitir defender que la verdad no debe desvelarse? No creo que quienes durante estas dos semanas han estado en las actitudes que he descrito se atrevan a afirmar eso. Por tanto, que nos enteremos de la verdad, de todos sus detalles. Luego, que se saquen las consecuencias políticas. Luego, por ejemplo y si fuera el caso, decidamos que Cristina Cifuentes debe seguir como presidenta de Madrid aunque haya hecho trampas académicas.¿Acaso no hemos tomado decisiones similares con personajes sobre los que tenemos el convencimiento de culpas bastante mayores?

17 comentarios:

  1. Como dice el refrán: todo es bueno para el convento. Da igual que los argumentos esgrimidos parezcan los empleados por unos niños peleando en el patio de un colegio. La cuestión es defender a los suyos y que le den a la objetividad.

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    1. El debate de ayer miércoles en la Asamblea de Madrid fue un ejemplo de la degradación del parlamentarismo. No debería ser admisible que sometido a una pregunta el interpelado (interpelada, en este caso) no la conteste. En cambio, soltar un speech victimista sobre el acso político y personal a que está sometida.

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  2. 1º) el máster no fue limpio, la Cifuentes disipó en ese sentido cualquier duda con su comparecencia de ayer (4 de abril)

    2ª) trato de favor exclusivo inalcanzable para cualquier alumno corriente

    3º) negarlo todo, no aclarar nada y endosarle el problema a otro

    4º) no presento el famoso trabajo de fin de máster ni el acta del 2012 que se elaboró hace escasos días con firmas falsificadas

    5º) con quien pacto sustituir esas 600 horas presenciales, dónde está el documento que lo autoriza, fue un plácet verbal?

    6º) el marrón ha pasado a la Universidad Rey Juan Carlos que da la impresión que regala los títulos que a otros les cuesta tanto conseguir siempre que sean altos cargos (en ese momento delegada del gobierno) y en función a devolución de favores, principalmente con el anterior rector y con el director del máster, colocados en la más alta judicatura y en prebenda económica respectivamente

    7º) blanco y en botella, Cifuentes miente; ahora los inspectores nombrados por el consejo de rectores de todas las universidades públicas deben determinar si esta es una práctica habitual en esta universidad o un caso único aunque reprochable al máximo. Esto es lo más grave, no que la Cifuentes quiera (innecesariamente, qué falta le hacía salvo su vanidad) adornarse con plumas ajenas y títulos que no la corresponden.

    8º) alguien que me resulta muy fiable me ha contado que la Cifuentes ingreso como administrativa de la Complutense en la escala B de funcionarios, para pasar a la A de técnicos superiores necesitaba un titulo como el máster, así que no fue tanto la vanidad de titulitis como el asegurarse una escala funcionarial mejor, como el caso de su hermana que ha pasado a profesora invitada.

    9º) le ha pillado el toro por culpa de esa lógica sensación de impunidad de los peperos, de que nada les va a pasar factura, que pueden mentir, etc. Y en todo caso, la culpa es de los medios que van a por ella, pobrecita, es, como señalas, una pieza de caza mayor.

    En el fondo, aunque cuesten tanto a las arcas del Estado y deterioren la imagen de los servicios públicos y lo que no es su imagen, qué lástima me dan estos tipejos, qué forma tan lamentable de estar instalados en el mundo

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    1. 1º) Estrictamente hablando, la Cifuentes no disipó ayer casi ninguna duda (algunas sí: admitió que no fue a clases). Pero, en efecto, no disipando esas dudas razonables sobre la limpieza del máster, afianzó el convencimiento de que no ha sido limpio.

      2º) Desde luego. Pero, vamos a ver, alguna ventaja tiene que tener ser delegada del gobierno, o es que usted es de esos demagogos que pretenden que todos somos iguales.

      3º) Yes.

      4º) Que las firmas (al menos 2) fueron falsificadas parece casi seguro, pero aun queda un escaso margen de duda. Todavía no se ha aportado ninguna prueba positiva de que el acta se elaboró con posterioridad al miércoles 21 (fecha del destape del caso por eldiario.es). Yo estoy convencido de que es así, pero hay que esperar para decirlo con rotundidad. Obviamente, cuando quede claro que el acta se falsificó, caerán como piezas de dominó el resto de mentiras: se falsificó porque nunca hubo tal acto de defensa pública del trabajo; no lo hubo porque CF no había hecho ese trabajo (lo que ya se sabe porque se matriculó del trabajo fin de máster para el siguiente curso), etc.

      5º) No fue nada, ni un plácet verbal, porque nunca hubo tal pacto.

      6º) Es muy preocupante. Al margen del daño al prestigio universitario, a mí me llama la atención la coacción repugnante que deben estar sufriendo algunas de las profesoras jóvenes implicadas.

      7º) No fue solo por vanidad, aunque ya te lo contestas tú mismo en el siguiente punto.

      8º) Según eldiario.es Cifuentes es desde 1990 funcionaria de la Complutense en una plaza de personal de administración y servicios (PAS). Luego, en 2001, ascendió al Cuerpo de Técnicos Superiores, mediante unas oposiciones de promoción interna que también se cuestiona que fueran muy limpias. Si es así, no se trata tanto de pasar de escala B a A, sino que Cifuentes preveía obtener el doctorado para poder convertirse en personal docente. Para ello, necesitaba un máster como este, con un mínimo de 60 créditos, requisito para poder hacer la tesis.

      9º) Puede ser, pero me alucina que, con todo lo que está cayendo, siga existiendo la sensación de impunidad. En todo caso, no soy capaz de entender cómo es capaz de subirse a un estrado y mostrarse indignada y ofendida. A mí se me caería la cara de vergüenza y desaparecería del mapa (presentando, claro está, la dimisión).

      Y sí, dan lástima. Habría que preguntarle, pero Cristina, ¿te merece la pena?

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    2. Tú escribes: "1º) Estrictamente hablando, la Cifuentes no disipó ayer casi ninguna duda" , para responder a lo que he escrito yo: 1º) el máster no fue limpio, la Cifuentes disipó en ese sentido cualquier duda con su comparecencia de ayer (4 de abril)

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    3. Sí, te doy la razón, don tiquismiquis. Tan solo trataba de aclarar (no tanto a ti como a terceros) que en su comparecencia "no aclaró" las dudas si entendemos esto en sentido estricto, es decir explicando cada uno de los asuntos que se habían puesto en duda. Todo para evitar que algún desavisado pensara que lo había hecho. Pero, dicho eso, paso a corroborar tu afirmación porque, justamente no disipando las dudas, las disipó.

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  3. Coincido con todo lo que ya ha apuntado Lansky salvo en el punto 8. Ella ya era licenciada en Derecho, lo que le da acceso al grupo A.

    Efectivamente ahora la patata caliente, pero que muy caliente, la tiene no la URJC si no los profesores. A un profesor de una universidad andaluza el aprobar a una alumna sin haber asistido a clase ni examinarse le ha costado siete años de inhabilitación, así que ya se pueden ir poniendo las pilas los susodichos docentes.

    Lo que ha quedado patente es la enorme soberbia de la susodicha: "Mi título es legal. Si me lo habéis regalado, ahora os jodéis y os ponéis a dar explicaciones".

    Por último, a todos aquellos que crean que crean que obtener de forma fraudulenta un título universitario es un asunto sin importancia, solo quiero desearles que mañana les atienda un médico que haya obtenido así su titulación.

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    1. Sería licenciada en derecho, pero accedio al funcionariado en la escala B

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    2. Como ya he contestado a Lansky, efectivamente accedió en la escala B pero luego pasó a la A. Sin embargo, no es docente que parece ser que es lo que quiere.

      Y sí, a mí me tiene preocupado los líos en que pueden meterse los no pocos docentes implicados en esta trama. Espero y deseo que se salgan lo antes posible, si pueden.

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  4. Sí, tiene toda la pinta de una red de "favores/obligaciones" bastante amplia, al menos en la URJC.

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  5. 8º) alguien que me resulta muy fiable me ha contado que la Cifuentes ingreso como administrativa de la Complutense en la escala B de funcionarios, para pasar a la A de técnicos superiores necesitaba un titulo como el máster(...)

    Ingresaría en el grupo B ya que como licenciada puede hacerlo; pero no tenía necesidad ninguna del Máster para ingresar en el grupo A, porque ya tenía el título.

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    1. Ya le aclaré a Lansky ese asunto, Números. En efecto no necesitaba el master para ser funcionaria A (de hecho, ya lo es). Pero sí para poder hacer la tesis y conseguir el título de doctora que, a su vez, lo necesita para ser profesora titular universitaria que, parece, es lo que le interesaba.

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  6. Pues ya ha salido la presidenta del tribunal diciendo que
    su firma está falsificada y que ella no ha estado en ningún tribunal. La URJC ha remitido el caso a la Fiscalía, para Cifuentes "es una buena noticia" y sigue encantada de haberse conocido.

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  7. A medida que me hago viejo me hago también egoista -más-, con el resultado de que tiendo a considerarlo todo, incluída la política -en la más amplia acepción de esta noble palabra, la que permite aplicarla a asuntos tan sórdidos como este- desde el punto de vista de mi personal bienestar psíquico. En consecuencia lamento decir que lo que más me jode de este asqueroso asunto es que me ha obligado a estar, por primera vez en muuuchos años, plenamente de acuerdo con el PSOE -felizmente, encarnado en este caso por alguien medianamente digno, Gabilondo, y no por el lamentable pelele enfático y hueco que me parece Pedro Sánchez-. Es urgente una moción de censura que apee a esta individua de cualquier cargo público presente o futuro. Y sería maravilloso que las consecuencias penales, que espero que haya, no afectaran solo a los pobres pringados universitarios que se han visto más o menos obligados a participar en el delito de falsificación, sino a ella, evidente inductora, coactora y beneficiaria.

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    1. Tal como están las cosas, es bastante probable que a Cristina le afecten las consecuencias penales. En cuanto a los universitarios cómplices, a mi modo de ver, hay pringados y los hay no tanto. Por ejemplo, el catedrático Enrique Álvarez Conde tiene toda la pinta de haber sido bastante más que un pringado.

      En cuanto a que Cristina deje de ser presidenta, parece que no será por dimisión (como explican aquí hay muchas razones para que no lo haga: https://www.eldiario.es/zonacritica/razones-dimita-Cifuentes_6_755284481.html). Para que la expulsen hace falta Ciudadanos y me fío muy poco de esos tipos. En todo caso, ya es un cadáver político; ya veremos cuando se deciden a enterrarlo.

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    2. Sí, no creo que la moción de censura pueda prosperar, no parece que Ciudadanos vaya a sumarse. Pero, por una vez, creo que debe ser presentada, aún sabiendo que no puede ganar. Es una cuestión de principio, pienso. Lo que me jode es que es también lo que dice el PSOE que la presenta, pero qué le voy a hacer. No está en mi mano impedir que el PSOE acierte de vez en cuándo.

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    3. Y sí, el catedrático y el rector parecen ser algo bastante peor que unos simples pringados.

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